¿No sería momento de que dijeran que os habéis peleado?—planteó la rubia a su amigo mientras Seto escuchaba y al castaño le sorprendió esa pregunta porque era de algún modo lógica y de una extraña pero entendible manera planteaba algo que no quería. Apenas esa mañana el otro había repetido que era suyo y ahora debía negarlo ante todos.
Suena bien. Es después de todo lo acordado Kaiba kun—le dijo alegre el muchacho usando esa forma informal que creía que lo irritaba.
La mirada del ojos azules le indicó que el otro no sería tan bueno guardando sus emociones de ahora en adelante.
¿Kaiba kun, lo oís? Ya no deberéis fingir que sois novios nunca más—le dijo la ojiazul sin saber los verdaderos sentimientos que sus palabras causaban--¿Estáis feliz?—preguntó luego.
¡Claro! Quien no iba a verse feliz de separarse de esta bestia peluda—dijo el castaño pero a pesar de lo bromistas que podían parecer esas palabras Joseph supo oír cierto tono de resentimiento en ellas.
¡Ya lo imaginaba yo!—dijo la joven—Ustedes no podéis vivir mucho sin pelearos—aseveró—Y así… podéis ir tras vuestro verdadero amor—dijo la joven soñadora y Seto obviamente sorprendido miró inquisitivo al ojos mieles--¿No lo sabíais? Joey san me ha contado vuestra historia. Es algo muy trágico que vuestro verdadero amor tenga ojos para otra persona pero esforzaos y lo lograréis—dijo la cantante alzando en alto su brazo a modo de porra.
Los cantantes hablaron un rato más y luego Joseph acompañó a Seraphine a la puerta. Cuando esta estuvo cerrada colocó una mano sobre la madera y mostró su verdadero estado de ánimo.
¿No me haréis un problema por esto, verdad?—preguntó volteando un tanto abatido. Vio sus ojos casi negros de oscuridad rodeados de una cara adusta, tenía el saco que el otro trajera puesto en un brazo y pretendía irse sin decir nada--¡No os iréis!—le advirtió—Del mismo modo en que soy vuestro, vos sois mío y no permitiré que os vayáis de mi lado así—gritó desesperado el melado.
Pensé que…--dijo el ojos azules manteniéndose en sus trece.
¿Con que argumento sugiereis que siga con la farsa? Los conciertos ya acabaron y ahora solo nos ocuparemos de elegir y grabar las canciones del nuevo disco por lo que no es necesario llamar la atención de la prensa. Vos y yo somos solo empleados y la empresa nos exigirá esto. Lo tenéis tan claro como yo… ¿Entonces?—le dijo con una gran madurez Wheeler.
Seto a su pesar hubo de darle la razón en todos esos puntos, es solo que le molestaba que pensaran que…
Prometo no querer a nadie más—dijo con voz suave el rubio tomándolo por sorpresa y Kaiba que dejó de mirarlo por un rato lo hizo directamente a los ojos. El melado sonrió—Diré que vos me dejasteis porque no podíais soportar los celos de una artista tan rodeada como yo—añadió acercándose—Si queréis les diré que vos sois mi único y verdadero amor—dijo muy junto a él mientras apoyaba su torso y sus brazos en el torso del más alto, luego puso un rostro serio—Sabéis porque hago esto. ¿Vais a dejarme varado aquí?—preguntó.
Sois muy diferente a la persona que una vez creí—dijo con sus labios junto a los de él, el ojos azules, después de una pausa añadió—Eso me asusta porque me hace adoraros—y le besó.
La prensa recibió bien la noticia del rompimiento porque era una noticia más. Los pasquines sacaron las fotos de ellos del archivo y añadieron conspiraciones y amoríos a la trama que no dejaron de ofender a Seto quien los vió en los kioskos mientras iba camino al tren.
Había gente que murmuraba en la calle y gente que murmuraba en el tren, la mayoría jóvenes y fans seguramente del dueto. Un joven muchacho llegó a imprecarlo en medio del vagón diciéndole que cómo se atrevía a serle infiel a la princesa Josephine cosa que a Seto le pareció más que el colmo pero permaneció callado por órdenes superiores. Su agencia intentó cambiar su misión para redondear la tapadera pero Josy se negó de lleno alegando que podían decirle a la prensa que ella lo había hecho si querían y que eso mantendría la atención popular. En cuanto a ella, manifestó, confiaba en Kaiba san y deseaba mantenerlo a su lado como su guardaespaldas.
Todo mundo accedió.
Faltaban 4 días para navidad y era el primero del invierno cuando la discográfica anunció que haría un especial de Navidad con los cantantes a su cargo. Las cosas se revolucionaron en el usualmente tranquilo ambiente del dueto pues como ya no habían conciertos disfrutaban de una tranquila vida rutinaria.
¡Pero Josephine… puso el grito en el cielo!
¡No lo haré, no lo haré, no lo haré!—afirmó.
Pero Josy chan… está en vuestro contrato—dijo el agente.
Pero es navidad… sabéis bien que…--se lamentó ella.
Lo siento, sé por lo que pasáis muy bien pero nuestra compañía lo ha decidido y debéis respetar vuestro contrato. Sé que es duro pero debéis hacerlo y lo sabéis—le dijo Ishida.
Esa noche del 21 de diciembre Joseph estaba tan deprimido que ni siquiera habló durante la comida y se retiró sin decir nada a dormir. Seto que lo comprendía le dejó marchar solo pero no se fue. Entró cuando terminó de poner los platos y lo usado en el lavavajillas y entró a la cama en silencio abrazando al rubio por la espalda. Haciéndose con la certeza de lo que sospechara. La mejilla que el otro apoyara en su hombro estaba mojada.
Un beso en el cuello bajo la oreja derecha de Joey fue depositado por detrás mientras los fuertes brazos de Seto rodeaban su torso y los suyos—Ellos lo entenderán—le dijo el mayor.
No es que lo entiendan. Yo quiero estar allá, con ellos—fue la ahogada respuesta del rubio.
¡Lo sé, lo sé!—dijo el castaño mientras apretaba un poco más al sufriente Wheeler sobre su pecho.