3 Consorte
¡Papá! ¿De qué rayos…?—trató de preguntar Joey.
Eso no fue lo pactado y usted lo sabe—dijo el señor Wheeler.
Si, lo sé. ¿Pero eso que más da? Las cosas han cambiado desde ese día. Esto es una mera afirmación, con quien de los hijos me case no debería importar, ustedes ya no poseen nada de valor a lo que yo pudiera acceder, solo tienen sus vidas y su experiencia en combate, dudo que un puñado de acasians pueda con nuestro mutuo enemigo sin nosotros—le planteó Gideon haciendo trastabillar la confianza del mayor.
A ustedes tampoco les conviene luchar con tan poca experiencia si no he oído mal, les somos tan necesarios como ustedes a nosotros—se defendió Wheeler.
Así es pero de sobra sabes que eso será por un tiempo hasta que mis tropas dominen el arte de la guerra. ¿Y después que papel les tocará aparte de ser carne de cañón? Ustedes también tienen beneficios en esta unión y yo tengo derecho a decidir a cual de los dos quiero como consorte—dijo el emperador algo frustrado—Hablaremos mañana del asunto cuando los ánimos estén más calmados pero sepan que no cambiaré de opinión, prefiero tener de consorte al emperador que a su hermana—y se fue.
¿Pero qué es lo que se cree ese idiota?—preguntó furioso el joven mientras en su interior trataba de asimilar lo oído—Ese…--
Joseph—le dijo su padre adoptivo con expresión seria.
¡Ahora explícame desde un principio cómo es que ese idiota pretende que yo me case con él!—exigió al mayor y luego se disculpó con su hermana—No es que prefiera casarte a ti—
Descuida—le dijo ella quién parecía preocupada también.
Entre nosotros no hay afrenta en eso—le explicó algo compungido su padre.
¿Te refieres a que ustedes permiten el matrimonio gay?—preguntó sorprendido ya que se había imaginado otra cosa pues como seguían con eso de los emperadores que en la Tierra estaba extinto.
No es tan sencillo como crees…--trató de explicarle el otro.
Ya lo creo—contestó pensativo el melado y antes de que el otro pudiera agregar algo más el pensó en otra cosa--¡Oye! ¿Ese tipo me llamó emperador o yo me equivoco?—
El rostro de su padre se transformó en algo más sorprendido y formal—Claro que si, algo de lo que no te has dado cuenta es que tú eres nuestro emperador Joseph y es por eso que debes velar por los tuyos—
Si, pero…--dijo el melado.
No hay más remedio, el emperador Gideon desea casarse contigo y no podemos negarnos después de llegar tan lejos. Si el llegara a quitarnos su apoyo…--dijo su padre.
¡No lo hará! Lo dijo, nos necesita y…--dijo el rubio convencido de sus razones, se sentía muy extraño por ser llevado a semejante situación.
Tú no lo conoces. Me han dicho que es muy genioso y que cuando no se cumple su voluntad es una fiera—dijo el mayor.
Me recuerda a alguien—dijo su hijo meditativo.
Sería capaz de dejarnos fuera si no hacemos lo que exige. Joseph nuestros hombres y mujeres se han refugiado en este imperio que les ha suministrado protección estos quince años, librados a la desprotección podríamos perecer muy fácilmente. Te lo he dicho, nuestro enemigo es incomparablemente superior a nosotros ahora y despiadado—le dijo su padre.
Salía del baño mientras todos lo miraban preocupados.
¿Estás bien?—preguntó su madre. Era la segunda vez que entraba al baño a vomitar.
Es la comida de este lugar, no logro acostumbrarme—dijo el rubio mientras se sobaba la cara con las manos sentado y con los codos en las rodillas.
Ahí estaban de nuevo frente a Gideon, el padre de Wheeler le dio la respuesta oficial que por fin le había sacado a su hijo.
Me alegra que sean sensatos. Hubiera sido una pena arruinarlo todo—y con ese comentario del emperador de los landson Joey supo que su padre había estado en lo correcto. El otro había estado dispuesto a tirar el pacto por la borda por hacer su voluntad—Muy bien, arreglen los detalles de la boda con Fiodor—agregó refiriéndose a su secretario.
Al día siguiente los vomitos empeoraron y los padres y hermana de Joey estaban más preocupados.
Si esto sigue así terminaremos llamando a un médi…--decía su padre cuando una peregrina idea se le vino a la mente. De inmediato lo arrastró a otro cuarto mientras el rubio lo miraba sorprendido. El padre se volteó con una mirada aguda y se acercó a él provocándole escalofríos--¡Joey!—dijo.
¿Si?—preguntó el más joven.
No has dormido con un hombre. ¿Verdad?
Los colores se le subieron a la cabeza--¿De qué rayos estás hablando, papá?—intentó fingir.
Hablo de que si dormiste con un hombre podrías estar en cinta—le contestó sorprendentemente su padre.
¿Papá? Eso no es posible y tú lo…--trató de retrucar el melado saliendo de su confusión por un instante antes de que su padre lo sumiera en la oscuridad más profunda.
Los acasians podemos tener hijos—le reveló el mayor.
Pero… pero…--trastabilló su hijo.
No te lo dije antes porque nunca estuviste interesado en hombres y no lo creí prudente pero los acasians tanto hombres como mujeres podemos procrear, eso hace a nuestra especie más factible de superarse, pensé que decírtelo solo complicaría las cosas pero ahora veo que fue al revés—dijo frustrado el adulto mientras caminaba de un lado a otro—Esto complica nuestra situación. Si el emperador se entera de que has tenido un hijo con alguien que no es él anulará todo y es posible que nos eche como a perros sarnosos. ¡Joey! No podemos permitir que eso suceda, no ahora—
¿Y qué propones?—preguntó el melado.
Lo único que se me ocurre es ocultar todo esto, yo y tu madre nos llevaremos al bebé, lo criaremos como si fuera nuestro hijo. El niño será una amenaza para las aspiraciones del emperador Gideon—dijo el mayor.
Joseph se miró el vientre con una rara sensación en la boca del estómago. Sería papá.