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EL LOST EMPEROR por desire nemesis

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4  Campeonato estelar

 

Quince años más tarde.

 

Estaban en el salón reservado para los jugadores viendo el actual duelo.

 

Yo seré la próxima—dijo una joven junto a Yugi y él la miró. Estaba ansiosa como todo primerizo y le recordaba a cuando él y sus amigos lo empezaron todo. Era una chica de largo cabello rubio y ojos impactantemente azules.

 

Es emocionante, no te preocupes te irá bien—dijo el tricolor.

 

Eso espero, no quiero fallarle al legado familiar—dijo la ojos azules.

 

¡Así que tus padres también son duelistas?—preguntó Tristán interviniendo.

 

¡Hai! Mi papá lo era—respondió ella muy entusiasmada.

 

Lo siento—se disculpó el castaño, él y sus amigos se sintieron mal de recordarles un dolor pasado.

 

¡Ah, no se preocupen, papá se fue lejos, no murió!—les dijo para calmarlos la joven.

 

¡Ah, que bueno!—se alegró el castaño.

 

¡Tris!—lo regañó su amiga castaña.

 

Estoy muy emocionada, todos ustedes, son leyendas—les dijo la rubia.

 

Motou le sonrió algo incómodo, no se sentía una leyenda, el castaño sin embargo estaba feliz de ser así llamado.

 

Espero que te vaya muy bien…--trató de animarla el ojos violetas y se dio cuenta de que no conocía su nombre.

 

Soy Setsuna—le dijo alegre ella.

 

 

 

 

 

 

 

Seto Kaiba, a sus 34 años no había cambiado sustancialmente con los años, se encontraba en su cabina personalizada observando con atención la competencia al lado de su hermano.

 

La siguiente presentación captó su atención.

 

¡Hikaru Ushida vs. Setsuna Wheeler!

 

La chica tenía una larga cabellera rubia y su rostro le recordó a cierta persona sólo sus ojos azules desentonaban en su apariencia pero el castaño se dijo que no podía ser.

 

 

 

 

 

 

¿Wheeler?—se sorprendió Yugi.

 

Ella dijo que su padre era duelista. ¿Podría…?—preguntó Tea al aire.

 

Todos se dieron cuenta de su legado cuando ella sacó al mini dragón negro e invocó al mago del tiempo, solo habían visto a una persona utilizar tal jugada, las demás cartas eran fáciles de conseguir, inclusive el espadachín llameante, pero esa jugada era de Joey.

 

 

 

 

 

 

¡Setsuna! ¿Tú padre es…?—preguntó el tricolor emocionado.

 

¡Hai! Creí que reconocerían mi apellido—dijo la ojos azules.

 

¿Por qué no nos dijiste?—preguntó Tea.

 

Estaba muy nerviosa—les contestó ella.

 

¡Basta chicos! Que la están atosigando demasiado—dijo Tristán saliendo a abrazarla protectoramente.

 

Luego tocaron otros duelos hasta que llegó el turno de Seto con Setsuna.

 

¡Oye! ¿Es verdad que eres hija de Joseph Wheeler?—preguntó el ojos azules.

 

Si—le respondió la rubia.

 

¡Entonces dime! ¿Por qué no ha venido aquí? ¿Acaso me tiene miedo y mandó a su hija por él?—preguntó para sorpresa de ella y del grupo de Yugi que escuchaba por el circuito de la competencia.

 

A mí no me ha mandado nadie en cuanto a porqué no ha venido mi padre no puedo decirle porque ni yo mismo lo sé. Mi padre me dejó al cuidado de mis abuelos y se fue. No sé donde está—le dijo con cierta rebeldía la joven que recordó a todos a su padre mientras discutía con Kaiba.

 

Seto se sintió frustrado y a la vez desilusionado aunque pareciera raro. Yugi pensó que tal vez extrañaba al rubio aunque pareciera un disparate. Y no estaba errado. El melado había desaparecido justo el día después de su encuentro y él lo tomó como algo personal. Quería saber el porqué de su huida y ahora se encontraba conque después tuvo una hija, pero… ¿Por qué desaparecer?

 

Se dedicaron al duelo y el CEO iba a vencer a la chica con su ojos azules cuando algo enorme pasó. La tierra tembló y el cielo se oscureció mientras se empezaron a escuchar algo así como estallidos provenientes de afuera. Luego el domo explotó y algo de techo cayó entre los contendientes. Setsuna cayó de la tarima y desde el suelo pudo ver como una nave del tamaño de un Cesna entró dentro y empezó a disparar.

 

En un momento dado la nave se dirigió a la joven, ella que había logrado pararse la miró fascinada mientras Seto que escapaba por una de las puertas se volvía y la miraba. Era su fin, se dijo él, sintiéndolo algo por la chica.

 

Entonces sucedió, ante su mirada asombrada el dragón blanco apareció y protegió a la chica, derribando a la nave. ¿Por qué el monstruo habría hecho algo así sin su comando? Se preguntó Kaiba.

 

Una vez la chica estuvo con el grupo en la entrada del estadio, grupo que incluía a Yugi y a Seto le agradeció a este mientras él se fijaba lo que sucedía afuera por una de las ventanas.

 

¿Qué sucede Kaiba?—preguntó Yugi.

 

Parece una invasión—le contestó él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Lost emperor!—le dijo uno de sus lugartenientes llegando a su lado y Joseph volteó—Hemos detectado movimiento del enemigo fuera de nuestro rango—

 

¿Dónde?—preguntó Wheeler.

 

Parece que están invadiendo la Tierra, majestad—dijo el pelinegro.

 

Todos sabían que allí se había criado y supieron por su expresión el dolor que lo embargaba por tal hecho.

 

Preparen las tropas, iremos ensegui…--dijo el melado pero fue interrumpido por otra voz.

 

¡Anulen esa orden!—gritó Gideon presentándose.

 

¿De que hablas? ¡Voy a ir! Son mis tropas e iran donde yo diga—dijo el ojos mieles.

 

Puede que sean tus tropas pero los recursos son míos y yo dicto hasta donde pueden moverse. No iremos a salvar ese patético planeta y poner en riesgo nuestra propia seguridad, es inadmisible—le dijo el otro emperador.

 

Mis padres están allí—le dijo Joey no podía aludir a su hija ya que era un secreto y Seto, Yugi y los demás… todo lo que recordaba con cariño estaba allí.

 

Pues fue su decisión. Nadie les sugirió que volvieran así que deben atenerse a las consecuencias—le dijo el ojos negros.

 

Joey frustrado se dirigió a la puerta mientras decía—Entonces iré yo mismo a salvarlos—estaba tan frustrado, enojado y se sentía culpable, por más imposiciones que tuviera no iba a dejar morir a todos sus seres queridos solo porque ese estúpido le ordenaba que no los ayudara.

 

Entonces el otro lo alcanzó y tomándolo con fuerza por el cuello lo aplastó contra la pared—Como mi consorte harás lo que yo decida. No te irás de aquí a salvar a nadie—

 

Se notaba el deseo en su mirada y es que en el casamiento se acordó que no tendrían nada hasta que se decidiera que tendrían hijos y el emperador aún no lo había decidido pero se notaba que dormir con Joey era para él otra cosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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