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Un encuentro inesperado por falyx

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Notas del capitulo:

Los personajes no son míos son de Togashi sensei.

este capitulo es más largo de lo usual, lo eh casi reescrito completamente pero espero que les guste, cualquier sugerencia o crítica haganmela saber.

Y disfruten.

Había pasado una semana desde que llegaron a aquel hotel de viajeros, para su suerte el hotel no tendía a recibir mucha gente desde que los famosos bosques que abundaban en la zona fueron desforestados, así que el hotel que en sus épocas de oro recibía a importantes huéspedes en la actualidad se conformaba con conseguir lo suficiente como para subsistir.

 Al parecer la joven que nos atendió es la hija de la dueña, que tuvo a la joven a los 16 años producto de una aventura amorosa con quien en su época era el dueño de una mediana cadena de hoteles, y al salir a la luz la verdad, el hombre que tenía esposa e hijos no encontró otra solución más que acabar con su vida. Y la viuda como acto de piedad y para evitar que el escándalo fuera a mayores le entrego este hotel a la joven que esperaba un hijo  de su difunto esposo, el hotel en cuestión se encontraba en el lugar más inhóspito pero el que más agrado a la joven, ya que cuando la noticia llego a oídos de su familia, esta había sido completamente repudiada por aquel vergonzoso acto que ensuciaba el nombre de la familia, supongo que eso despertó la piedad de la viuda.

Y así fue como esta mujer llego aquí tuvo su bebe, y 16 años después esta sería la joven que les atendería en ese lugar.

 A Kuroro le sorprendió que le tomaran la suficiente confianza como para contarle todo eso, puede que era una manera de explicarle que siempre se puede volver a empezar. Casi se le olvido el estado terminal de Kurapika, supuso que las dos sentían pena por su supuesto destino.

 Era verdad que amaba los libros pero disfrutaba aún más de conocer a las personas, por eso que le contaran eso le reconforto bastante e hizo que su mente se despejara por un rato ya que era imposible para él dejar de pensar que iba hacer con cierta persona.

No atinaba a encontrar la solución a todo esto, así que decidió tomar un enfoque totalmente distinto y analizar algo que se le pasaba por alto y eso era la razón por la cual se negaba a matar al kuruta.

En toda la semana no se percato de que entre los millares de soluciones que recreo con su mente en ninguna apareció nada relacionado con dañarlo. Seguía sin entender como paso desapercibido ese ínfimo detalle aunque comprendía que no lo asesinaría en este estado  pero de todas formas no pensó tampoco en delatarlo ante las otras arañas. Si estas se enterasen de lo que hacía con seguridad perdería su lealtad después de todo últimamente había dejado sus obligaciones para hacer lo que quería.

Y el problema residía allí desde que su nen fue bloqueado había dejado residualmente dejado de “querer” cosas, no lograba que nada lo motivara ni sus deseos más egoístas  o su responsabilidad con el Genei Ryodan.

Lo más raro fue que lo único que había deseado de verdad  desde su último encuentro con Kurapika  era a Kuripika, no en ese sentido cuando lo vio en la subasta solo quiso hacerlo suyo, de donde demonios vienen esas clases de pensamientos pensó bastante turbado, Shalnark tenía razón tanto tiempo de abstinencia le estaba haciendo daño al cerebro.

Dejando de lado ese tema la razón por la que no podía dañar a Kurapika venía por dos cosas, la primera es que iba en contra de toda la ideología de Ryuusegai que tanto defendía y otra era que sentía un profundo interés en saber cómo funcionaba la mente del menor, en lo personal la sola idea de imaginar que podría despertarme un día y todo lo que me importaba desaparezca le asustaba, puede que hubiera aceptado la muerte hace mucho tiempo pero había descubierto que había cosas mucho peores que esta.

S él mismo que no era una persona que se aferraba demasiado a las personas ni las costumbres aún así sentía que no soportaría semejante situación como un niño de 12 años lo haría.

Puede que la idea de una venganza significara una razón buena para vivir, pero aunque sentía la inmensidad del odio que les profesaba tenía la seguridad  que ese chico no solo era alimentado por este, en el bajo mundo existen personas que no poseen otra cosa que fuese odio o maldad pura como algunos dicen pero este no era el caso.

Puede que no tuviera la certeza de que lo ayudo a continuar pero de lo que si la tenía es que estaba ante alguien con una fortaleza mental realmente envidiable, él no era de las personas que se rompen es por eso que no se quebró en aquel antro donde lo encontró.

Al fin se sentía tranquilo al saber porque no podía matarlo después de todo aún cuando desease negarlo sentía admiración por Kurapika y esto hacía crecer su curiosidad realmente tenía que saber más y quien sabe podría entrenarlo con una voluntad así lo único que necesita es un maestro que estuviera a su altura y de eso él podría encargarse.

Aunque primero debería asegurarse que no intentara atacarlo a la primera si le devolvía su nen, ganarse su confianza sería difícil pero siempre le gustaron los retos.

 

Pero mientras tanto en la mente de Kurapika, este se concentraba en asuntos totalmente distintos. Lo único en que podía pensar después de haber recuperado medianamente la cordura era en sus amigos, durante todo el tiempo que estuvo en cautiverio no podía dejar de pensar en  lo estúpido que era, en todos los errores que había cometido y en cuantas cosas les había fallado a sus amigos y sobre todo a Pairo, sólo había una promesa que debía cumplirle y era aquella que había hecho la última vez que estuvo en la aldea, en ese momento no podría saber lo que se avecinaba y lo que implicaba lo que su amigo le pedía con aquello pero sentía que este no descansaría en paz hasta que la cumpliera.

El paso del tiempo era desbastador, no importaba cuanto se esforzarse no podía ver con claridad el rostro de su amigo pero por alguna razón podía oír su voz claramente diciendo:

"Kurapica, hazme una promesa... cuando regreses yo sólo tendré una pregunta: "¿Fue divertido?", te preguntaré, y tú debes tener un viaje tal de forma que puedas contestar que sí desde el fondo de tu corazón."

Nunca volvió a la aldea por sentir que no podría cumplir su promesa, que significaba que su viaje “fue divertido” que a pesar de que aquel viaje tenía que tener más valor que la perdida de toda su tribu, que realmente valiera la pena que todo eso haya pasado porque sino las cosas no hubieran sucedido así.

Era imposible eso no pasaría, no importaba que tanto pudiera pasar en su viaje aunque este le había servido para ver la inmensidad del mundo y conocer personas maravillosas que tenía la suerte de llamar amigos, aún así todo ese dolor que tenía no podía ser superado por otros sentimientos, jamás podría sentir algo con tal fuerza ni contestar desde el fondo de su corazón que ese viaje había sido divertido.

Además no estaba seguro cuando acababa ese viaje, finalizaría con su muerte o cuando volviera a la aldea y pudiera responderle con la verdad a Pairo.

De todas maneras puede que este no le quisiera hablar o se negase a escucharlo porque las almas solo hablaban con los corazones puros y el suyo se había contaminado hasta lo más profundo.

No eran solo los asesinatos de esas dos arañas sino cuando estuvo en ese lugar descubrió toda la oscuridad que habitaba en él, quien sabe hace cuanto tiempo estuvo aumentando esa oscuridad en busca de mantener la llama de su odio prendida hasta que cumpliera su venganza pero esta se había apagado o por lo menos opacado por otra llama aún mayor que era el odio así mismo. Después de todo aquella oscuridad pudo surgir porque él mismo lo permitió y la incentivo, sin darse cuenta el daño que se hacía.

Siempre tuvo la seguridad que él era bueno, que su esencia a pesar de todo era buena pero en ese lugar donde toco fondo logro ver la oscuridad que se encontraba en él, después de todo había decidido guardar tanto odio que lo corrompió, hizo que olvidara en mantener su sangre a través de su cimiente, olvido sus principios y su promesa a Pairo.

No creía que fuera el mismo, sentía que no era digno de llamarse Kuruta él y solo él mancho su sangre con todo aquella oscuridad, en nombre de otros que no hicieron más que darle todo su amor y cuidado además de enseñarle a ser alguien de valor, de confianza y en qué momento todo aquello fue olvidado y reemplazado por las viles actitudes que tanto abundan en este mundo exterior.

 

En ese momento Kuroro se sentó en la orilla de la cama y como lo hizo durante toda la semana poso su mano en su frente revisando así su temperatura.

-          No pareces tener fiebre de todas maneras luces bastante mal ¿te duele algo en particular o solo es cansancio?- pregunto el pelinegro que se sentía preocupado por el Kuruta no reconocía la mirada en su rostro estaba cabizbajo cuando lo vio y no parecía estar para nada bien pero no podía decir si era por alguna dolencia o tal vez la experiencia de los últimos meses era la causa.

-           En realidad no siento ningún dolor en especial y me he despertado hace una hora así que tampoco estoy cansado – contesto esforzándose porque su voz no delatara todo lo que pasaba en su interior.

-          Así que te acosan los recuerdos…- afirmo Kuroro con la total seguridad de que de una manera u otra algo le estaba afectando y no podía ser otra cosa.

-          Tampoco es eso, bueno no exactamente- dijo sin mucha seguridad no es como si supiera que le dolía tanto entre tantas cosas en las que pensaba.

El mayor se sintió confundido ante esa respuesta, quería preguntar más pero no estaba seguro si podía, esa semana sólo hablo con Kurapika lo necesario para controlar su salud y no podía preguntarle demasiado o tal vez sí, pero decidió que preguntar directamente sería demasiado y como quería ganar la confianza del muchacho debía avanzar con cuidado porque estaba entrando en terreno peligroso – si hay algo en lo que pueda ayudar solo dímelo…- dijo Kuroro mientras miraba al otro intentando de ver hasta qué punto el otro confiaba en él.

Kurapika fue atacado sorpresivamente por aquellas palabras, lo estaba malinterpretando seguro, lo que él quiso decir era sobre ayudarle a que se recuperara, pero no necesitaba nada más que hablar con sus amigos y eso no era algo que le pudiera pedir aunque sí solo quería hablar tal vez…

-          Quisiera llamar a mis amigos – dijo rehusando la mirada a la persona que se hallaba a su lado.

-          Por mi está bien - respondió sorprendido por el pedido no le molestaba que hablara con sus amigos siempre y cuando no viniesen a molestarlo – pero llama con esto – dijo mientras buscaba entre sus cosas y sacaba un celular personalizado con unas alitas de murciélago y lo que simulaba ser una pequeña cola de diablo, podría ser que Shalnark diseñara los celulares imposibles de detectar por satélites y demás pero a simple vista eran demasiados llamativos.

Kurapika tomo el celular un tanto sorprendido, aquel diseño se le hacía infantil más que “aterrador” y no se utilizaba en la técnica de una de las arañas  un celular como este pensó mientras observaba el artefacto en su mano.

-          No es el mismo celular- comentando un tanto desconfiado preguntándose qué tanto sabía Kurapika – pero lo diseño la misma persona, este celular no puede ser localizado ni pinchado de ninguna manera por el hecho de ser de nen, lo único es que debo recargarlo cada tanto para que no desaparezca- le explico.

El kuruta ignoro la explicación y tomo el teléfono con toda la resolución de llamar pero fue ahí cuando noto que no recordaba el número de sus amigos y dejo escapar una maldición.

-          No te acuerdas el número – dijo el pelinegro sonriente ya había sospechado que ese detalle se le escapo a Kurapika pero como quería ganarse su confianza debía aprovechar las oportunidades y aquí se le presentaba una – yo tengo el número de Killua no se si es lo que tenías en mente pero en el peor de los casos le puedes pedirle a él algún otro número – contesto mientras observaba la expresión del rubio.

-          ¿y de donde tienes tú ese número? – indago esta vez con un tono severo.

-          Es simple es un integrante de la familia zoldyck  - contesto divertido por el tono con él que acababa de hablarle, no podía asegurarlo pero si le hablaba así significaba que por lo menos no le temía tanto o no consideraba que lo castigaría por cualquier cosa al parecer las cosas iban mejor de lo que quería.

-          Él ya no es un asesino – se sorprendió un poco de la hostilidad con que lo dijo jamás había abandonado su desconfianza con él pero en ese instante daba aquella afirmación con toda su seguridad.

-          Estoy al tanto pero esa es una familia complicada si quieres usarla a tu favor debes saber jugar con todas las piezas que la componen y Killua es una de las más importantes aunque no trabaje puede hacer que interrumpan o no un trabajo su familia.

 El problema con la familia Zoldyck es que lo único que los detiene son su familia o la muerte del empleador, ellos no matan por placer sino por dinero. Son buenos en lo que hacen por lo tanto tenerlos a tu lado es una gran ventaja pero que estén detrás de ti es un dolor de cabeza y como no es la primera vez tengo que hallar la manera de zafarme  siempre estoy al tanto de su funcionamiento para evitar problemas.

Kurapika se sorprendió de toda la explicación en verdad no tenía necesidad de contarle todo eso, sin pensar más en el tema volvió a tomar el teléfono y miro al pelinegro antes de llamar definitivamente.

-          Creo que no es necesario que te pida que no organices un alboroto, confió en que eres lo suficientemente listo como para no hacer nada que me moleste así que dejare que hables solo para no incomodarte – dijo el pelinegro mientras se iba contento dándose cuenta que este gesto le haría ganar bastantes puntos con el Kuruta, además dejarlo solo no significa que no pueda oír la conversación pensó mientras salía de la habitación.

Kurapika vio como se alejaba el otro mientras analizaba el porqué de esa confianza, es que ahora que no tenía nen no lo tomaba en serio, bueno y como lo haría si necesitaba usar todas sus fuerzas para hacer algo tan simple como ir de una habitación a otra, resignado después de aquellos pensamientos volvió a concentrarse con sus objetivos hablar con sus amigos y asegurarse que por lo menos algo bien había hecho en este tiempo, además si lograba hablar con Killua este seguro estaría junto a Gon y albergaba la esperanza que escuchar al moreno le quitara todos esos pensamientos negativos que no eran de ninguna inutilidad.

El teléfono sonó por unos segundos, hasta que killua que se encontraba del otro lado del mundo cuidando Alluka le contesto.

-          ¿Quién eres? – pregunto cortante el peliblanco alertado porque el número de la llamada no se dejaba ver y eso no podía significar nada bueno.

-          Kurapika – contesto sorprendido ante la frialdad de su amigo.

-          ¿eh? Y porque no llamas de tu celular y mejor dicho de donde sacaste un celular oculto, por lo que tenía entendido no se pueden ocultar números en este dispositivo y porque me llamas a este número y no al que te dí – estaba desconfiado más que Kurapika había desaparecido completamente y nadie dio con su paradero cuando quisimos comunicarle sobre la salud de Gon, puede que todo esto fuera una trampa para robarle a Alluka.

-          Esas son muchas preguntas pero intentare explicártelo de la manera más comprensible posible – dijo con el tono tranquilo que lo caracterizaba –hace unos meses la mafia me rapto haciéndome perder todos mis objetos personales como mi celular y mi licencia, me han ayudado a salir de allí pero me pedirán a cambio algunos favores , no puedo hablar de eso pero creo que es un trato junto así que no puedo explicarte sobre el teléfono porque desconozco sobre eso y tu número lo conseguí atreves de Zebro  - dijo sin cambiar la voz esperando que Killua se lo tragará ya que no le iba a decir lo que realmente pasaba simplemente no podía.

-          Entiendo, eso explica porque cuando te buscamos para contarte lo de Gon nadie pudo dar contigo –contesto pensando en que lío se había metido esta vez kurapika pero sin indagar más sentía algo raro con el rubio y deseaba saber más así que tenía que tener cuidado de no enojarlo y le cortara.

-          ¿Gon? , ¿Qué le paso a Gon? – pregunto asustado.

-          Estuvo muy delicado, pero ahora ya está bien así que no hay de qué preocuparse – contesto restándole importancia no es como si se pudiera hacer algo más.

-          Lo siento, realmente les falle otra vez – dijo sintiéndose aún peor no servía para nada que no fuera traer problemas y cuando le necesitaban ni siquiera estaba.

-          Kurapika suenas raro, ¿estás afrontando una crisis de conciencia? – le pregunto preocupado por aquella reacción, jamás oyó de esa manera la voz de su amigo.

-          ¿cómo lo sabes? – pregunto sin entender como Killua podía saber aquello.

-          Bueno yo sufro de eso a veces supongo, cuando te conocí me quedo claro que eras una persona muy correcta, pero hay cosas que decías que eran contradictorias, lo note todo el tiempo pero sentí que decírtelo en esa situación era inútil no eres del tipo de personas que toma en cuenta las opiniones ajenas después de tomar una resolución y supuse que tu también te enfrentabas a esta clases de cosas como yo - explico Killua.

-          Si ya las has sufrido sabes cómo evitarlas ¿no? – no estaba muy seguro de preguntar pero si había una posibilidad de acabar con esto deseaba saberlo.

-          Supongo que es arreglando lo que no te gusta desde ahora y aceptando que el pasado no es algo que se cambie, si me dejas aconsejarte te diría que olvides la idea de tu venganza y la recolección de ojos rojos – contesto sabiendo que eso detonaría toda la ira de cierta persona.

-          ¿Por qué los ojos no? – ya se canso de oír sobre porque estaba mal la venganza pero era la primera vez que le decían que no recolectara los ojos.

-          Es simple para tenerlos tendrás que seguir tratando con el bajo mundo, cuanto más lo hagas más te ensuciaras y poco a poco dejaras atrás quien en realidad eres – contesto mientras notaba que Kurapika realmente estaba tomando en serio lo que decía eso le alegraba, nunca había tenido un lazo fuerte con él porque este era consciente de que era un asesino y eso no cambia, pero ahora sintió la aceptación del rubio que tenía un gran valor para él después de todo Gon era demasiado inconsciente en estas cosas y Leorio no era muy listo, en cambio Kurapika no era del tipo de personas que se dejaba engañar ni llevar por las apariencias, por eso esta aceptación tenía un valor mayor significaba que poco a poco dejaba de ser un asesino y eso le alegraba.

-          No es como si pudiera cambiar de objetivos de un momento al otro Killua, han sido mis metas por mucho tiempo – contesto después de un largo rato.  

-          Tal vez no puedas cambiarlo todo de golpe pero tengo la seguridad de que si conocieras los dos lados de la moneda te sería más fácil olvidar la venganza, una vez hecho esto los ojos puedes o no recolectarlos pero te pido que si lo haces nos permitas ayudarte porque de lo contrario sería demasiado peligroso y tardaría mucho.

-          ¿ A qué te refieres con lo primero? – pregunto sin entender a que estaba aludiendo.

-          Es mi parecer pero creo que tú te quedaste con la versión que Ryuusegai es un lugar que sirve para entrenamiento de futuros soldados de la mafia sin contar que es un basurero, pero esa es la versión oficial no la real.

Sé que la gente que sale de ahí es muy distinta de lo que dicen y no son delincuentes sino que tienen objetivos distintos y son capaces de lo que sea por estos, no puedo decir más, se que mamá y canary son de allí pero jamás indague demasiado por falta de interés pero estoy seguro que todo lo que hacen es por una razón y no creo que sea dinero por lo menos sé que no es el caso del Genei Ryodan.

No sé si te sirva saberlo  pero creo que podrías realmente decidir entre seguir tu venganza o no cuando sepas el porqué masacraron a tu tribu o para que querían ese dinero, puede que mi familia solo mate por dinero pero kalluto me explico que ese está lejos de ser el deseo de las arañas, dice que no les interesa ni el dinero, la fama, el honor no puedo decirte porque lo hacen pero creo que deberías averiguarlo antes de seguir.

-          ¿Y como se supone que haga eso? – dijo un tanto ofendido por haberle hecho ver lo imparcial que había sido en verdad jamás se gasto en saber que los motivaba.

-          Hay mucha gente de Ryuusegai por ahí, tienes que encontrar a alguno y ganarte su confianza y… ALLUKA ¿QUÉ HACES?  -  grito Killua antes de que la llamada se cortara.

Kurapika quedo callado ante aquel grito sin saber quién sería Alluka y pensó en lo que le dijo su amigo, tal vez debería haber sabido quienes eran antes de hacer un ataque en su contra, de todas maneras no es como que los perdonaría y tampoco pensaba que el fin justifica los medios.

De todas maneras no podía negar que sentía curiosidad.

¿Quiénes son realmente las arañas? 

Notas finales:

espero que les haya gustado pienso en el proximo capitulo contarles sobre la historia de la ciudad meteoro porque me parece importante y más sobre el pasado de kuroro que se los he dejado sin aclarar en ciertas partes.

les agradecería que me dejaran algún comentario y muchas gracias por leer mi fic.


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