12 Operación: Salven a papá
Subió a un caza de su ejército mientras nadie le veía y se deslizó fuera de la base antes de que supieran lo que estaba pasando. Era importante contarle, era imperioso verle. El general había dicho a las diez, tal vez… con suerte.
Tenía que salvarle, sabía que esa era su única oportunidad y debía arriesgarse, pensaba Kisue mientras corría hacia los cazas aproximadamente diez minutos después de recibir la noticia de que uno de sus padres dotado de una nave se dirigía a las montañas. Al llegar a esta se preguntó que debía hacer pues no conocía el funcionamiento de tales naves.
¿Princesa?—dijo una voz sorprendida y al voltear vio una cara que la miraba impresionada.
¡Soldado!—le dijo ella con su pose más formal—Por favor, debe llevarme a las montañas de inmediato—
No puedo hacer eso—le dijo el soldado que no entendía que quería ella y le daba mala espina pues podían… pero al ver su rostro compungido y asustado comprendió que algo grave le sucedía y que para ella era imperiosa la ayuda, además ella le había pedido sin deje de arrogancia…--Pero si me lo ordenara…--dejó entrever y entonces ella le comprendió.
¡Llevame a las montañas soldado!—le dijo la castaña y él sonrió.
¡Como ordene, alteza!
En las alturas ella observó diferente el mundo, además era la primera vez que salía del palacio. El soldado se volteó para hablarle, pues ella iba en el asiento de atrás de la cabina que era muy parecida a la de un F-4 y entonces la vio, había abierto la boca para decirle algo pero en el acto la cerró y sonrió, los ojos de ella y esa mirada de admiración que ponía le decían que era la primera vez que disfrutaba de la dicha de viajar sobre el paisaje. Abajo discurrían hermosos ríos y las poblaciones rurales eran blancas parcelas en el agreste verde.
Se volvió y después de darle un minuto mencionó, desde aquí es zona rebelde, no puedo llevarla más lejos—dijo el soldado, sería imperdonable que le pasara algo junto a él, se dijo.
¡No! ¡No puede! Mi padre, él está allí—le explicó la ojos mieles.
¿El lost emperor?—preguntó el soldado impresionado pues era imposible que el otro padre de la joven—Créame que estará bien, ningún rebelde podría…--
¡No entiende! No son los rebeldes, es mi otro padre, él lo quiere matar—dijo la joven sumida en la desesperación.
¿El emperador Gideon? ¿Pero por qué él podría…?—no tenía lógica para el joven, todos sabían que el lost emperor había supuesto la salvación del imperio del enemigo pues en varios frentes ya los había derrotado.
Él dice que papá lo ha traicionado—le explicó ella enloquecida de la angustia.
¡Eso no puede ser!—exclamó el joven.
Yo también lo creo. ¡Ayúdame a salvarlo!—le pidió la castaña.
El lo pensó un segundo pues se jugaba su carrera y su vida luego soltó el aire y exclamó—Es lo menos que puedo hacer por él—se veía un gran respeto tras sus palabras y Kisue se puso feliz de haber encontrado a ese joven.
A lo lejos vieron la nave que era perseguida por otras tres del mismo tipo.
Parece que tienes razón, esos chicos no están jugando—dijo el piloto mirando la escena.
¿Puedes ayudarle?—preguntó ella.
Tranquila, a eso vine. Yo nunca retrocedo ante mi palabra—le dijo el ojos verdes--¡Oigan! ¿Qué hacen?—preguntó al radio.
“Tú no te metas que nadie te ha llamado. Estamos bajo órdenes directas del emperador”.
¿De atacar al lost emperor?—preguntó sembrando cizaña, sabiendo que posiblemente…
“¿De qué hablas?” preguntaron en el radio.
¡El que va ahí es el lost emperor! ¿Verdad majestad?—preguntó el ojos verdes.
Si lo soy—dijo Joey algo impactado pues desde que le atacaran las naves se las había visto tan feas que no había podido nisiquiera hablar.
“Bueno…” dijo una voz.
“No importa” dijo la otra “Son órdenes directas del emperador Gideon y hay que obedecer o sino…”
¿Y también te ordenó que dañaras a su hija?—preguntó el soldado.
“¿De que hablas?”
La princesa Kisue está a bordo de mi nave, si la dañas la dañarás a ella y sabes muy bien que es preferible ir al infierno a lastimar a la pequeña hija del emperador—dijo el castaño.
¿Kisue estás de verdad ahí?—preguntó el preocupado Wheeler.
Si, padre. Tranquilo, vine a rescatarte—dijo la joven haciendo sonreír al piloto. Había que ver que niña tan impetuosa pero por eso mismo le había agradado, mira que enfrentar todo eso…
“¡Ni hablar! No podemos dañar a la princesa”
“¿Y tú les crees? Puede ser un truco…”
“¡Y puede que no! No voy a arriesgarme a que me aniquilen por esto. ¡Tú has lo que quieras!”
Al final las tres naves desaparecieron en el horizonte con la cola entre las patas.
Gracias a los dos—dijo el rubio.
¡De nada, padre!—le contestó mucho más tranquila la melada.
¡Kisue!—dijo el susodicho.
¿Qué?—preguntó ella.
¡Hazme recordar después que estás castigada!—le dijo él con tono paternal.
¡Papá! Jamás te recordaría algo como eso—le dijo ella.
El ambiente estaba más relajado, en eso algo impactó de lleno en el ala de la nave de Joey y esta comenzó un tenebroso descenso.
¡Papá!—gritó Kisue confusa y asustada.