13 Reencuentro
Su nave llegó a tierra y estalló.
Por suerte Joey ya no estaba a bordo, cayó cerca, en un paracaídas y quedó de rodillas, confuso y agotado pues al caer se dio de lleno con las ramas de un árbol.
Caído murmuró su mala suerte—¡Rayos! Tantos vuelos intacto y justo me vienen a derribar aquí—
¡Pues debiste fijarte bien!—dijo una voz a sus espaldas—Si venías a atacar debiste saber que iríamos tras tú y los tuyos—
Esa voz paralizó a Joseph pero no porque le asustara, se volvió mientras Seto miraba la espalda de se estúpido soldado que… y sus miradas se cruzaron, la mirada de sorpresa ocupó ambos rostros.
Creí que habías muerto—le dijo casi sin palabras el melado.
Estaban en los recintos secretos de la resistencia en el interior de la montaña. Kisue y el piloto que también bajaran a ayudar al lost emperor se vieron también atrapados y llevados allí. La castaña observaba al castaño desde un costado de su padre. Al parecer su padre y ese hombre se conocían.
¡Tu esposo también!—dijo Kaiba.
Ya no más. Uno de sus generales le dijo tu nombre, es por eso que vine. A saber…--dijo el rubio.
¡Pues soy yo!—dijo algo malhumorado Seto.
¿Papá, tú y ese hombre se conocen?—preguntó Kisue intrigada pero no recibió respuesta.
¿Setsuna…?—el melado tenía la esperanza.
He mandado a por ella. ¡Querrá verte!—le contestó el castaño aún de mal humor.
¿Ella es la princesa?—preguntó uno del grupo que acompañaba a Kaiba pues no iban a dejarlo solo con los prisioneros.
¡Nadie va a tocarla!—dijo él mientras ella se metía tras su papá y el soldado se colocaba a un costado mirando alerta a los enemigos ahí apostados.
¿Por qué? Si tenemos a la princesa podríamos…--dijo el tipo pero no pudo terminar su frase porque alguien entró corriendo y diciendo “¡Papá!” se lanzó en los brazos del lost emperor.
Todos, inclusive los que acompañaban a Seto quedaron conmocionados.
¿Qué significa esto Kaiba? Creí que era tu hija—reclamó el tipo de antes, desconcertado.
La rubia que entonces ya contaba con treinta años se separó de su padre y le dijo—Yo lo siento, olvidé…--
Entonces el rubio la haló con cariño y le besó la frente para luego abrazarla, libre del yugo del secreto y feliz de haber recuperado a sus seres queridos le dijo--¡Setsuna, cuanto te extrañé!—
Entonces Kisue se dio cuenta de que tenía una hermana y el soldado de la verdadera preocupación del lost emperor.
Kisue, esta es tu hermana mayor, Setsuna—le dijo y la mayor miró de inmediato con amor a la hermana que la miraba con desconfianza.
¿Es todo muy raro, verdad?—preguntó la ojos azules—Esta mañana cuando despertaste eras hija única y ahora tienes una hermana—la otra asintió aún desconfiada mientras sus padres le daban espacio para hablar confiando en la rubia—Siento que te lo hayan ocultado pero era necesario. De tu otro padre saber de nosotros…--
Lo sé—indicó la castaña—Yo seguí a papá porque mi otro padre le mandó matar—
Seto y su hija se sorprendieron, el castaño miró al rubio ansioso, Setsuna a su hermana con una sonrisa muy ancha—Y tú le salvaste. Eres muy valiente—
¡O muy tonta!—reclamó el rubio.
Majestad, no hubiera dejado que la dañaran—intervino el soldado.
No, solo que la apresaran—le contestó el melado recordándole la situación y haciendo que se sintiera compungido.
¡Padre! El me ayudó y logró salvarte la vida—lo defendió acaloradamente la ojos mieles.
Entonces su padre sonrió y dijo—Es cierto. ¡Dime! ¿Cuál es tu nombre soldado?—
Este… soy Oswald Coventry, su majestad—dijo apenado el piloto.
Pues gracias Oswald—le dijo con sencillez uno de los emperadores, tomando por desprevenido al joven que se ruborizó y se inclinó.
No tiene nada que agradecer, majestad. Yo estaba en Tremulus cuando el lost emperor llegó con refuerzos. De no haber sido por usted…--dijo el compungido Oswald.
¿Tremulus, ah? Si, fue algo muy duro—dijo el rubio con nuevo reconocimiento hacia el joven.
Ahora si ya terminaron con el teatrito…--dijo el molesto castaño.
¡Padre!—dijo Setsuna desdichada por el comportamiento de su progenitor.
Descuida, tu padre siempre ha sido así—le dijo el rubio y así todos se dieron cuenta de que no solo Setsuna era su hija sino que Seto era su otro padre porque hasta entonces todos pensaban que el ojos azules solo había cuidado de ella—¿Y mis pa…?—trató de preguntar pero entonces se dio cuenta de que la respuesta no era agradable por la mirada de su hija y del ojos azules.
Derribaron la nave en que íbamos—le dijo Kaiba.
Los abuelos no resistieron el impacto—recordó la joven rubia.
Kisue se dio cuenta de que había perdido a abuelos que ni siquiera había conocido por culpa de… se sintió terriblemente.
¡Tranquila! Nadie te culpa por los desvaríos de tu padre—le tranquilizó su hermana mayor sorprendiéndola. Era como si le hubiera leído la mente.
¡Por supuesto que no!—se horrorizó de pronto Joey al comprender que su hija se sentía implicada en la atrocidad y la abrazó con cariño.