Harry no permitiría que la presencia de Lucius arruinara su fiesta de graduación, era su última vez como alumno en Hogwarts, a partir del siguiente día su vida sería totalmente diferente, aunque en realidad ya lo era desde hacia tiempo.
Se apartó de su compañeros y se dirigió a la mesa donde estaban servidos los refrescos, se sirvió jugo de calabaza, no pudo evitar una sonrisa mientras bebía el jugo, ya era mayor de edad y para colmo estaba casado y aún bebía jugo de calabaza, totalmente patético, esperaba que Lucius si es que lo estaba observando, era lo más probable, se diera cuenta con mayor razón de que se había casado con un crío y sintiera algo de vergüenza si es que eso era posible.
- Creo que aún extraño este delicioso jugo - dijo un muchacho que se había parado a su lado - esta es una de las cosas maravillosas que se extrañan de Hogwarts cuando uno se va
Harry volvió a mirar el rostro del chico que había hablado a su lado, era un chico con sólo unos años más que él
- Hola, soy Bruce Lacey - dijo el muchacho extendiendo su mano - Harry Potter ¿no?...
- Pues sí el mismo - dijo el chico tomando la mano del otro
- Yo me gradué hace cuatro años, tú estabas en tercero - dijo Bruce
- ¿Te acuerdas de mí? -
- Naturalmente yo pertenecía a Ravenclaw... me ganaste el partido de Quiddich ese año - dijo Bruce
- Sí creo que me acuerdo -
- Y qué se siente ser un graduado de Hogwarts -
- Pues no me siento muy diferente, no sé mañana -
- Sí al principio cuesta acostumbrarse al cambio -
- Supongo que así es... y tú viniste a ver la graduación de alguien - preguntó Harry
- No exactamente... veo la graduación cada año -
- De verdad y por qué -
- Estoy casado con un integrante del Consejo Escolar, debo venir por obligación, pero no me molesta siempre es un agrado volver a Hogwarts - dijo el chico
- Casado con un miembro del Consejo - repitió Harry - parece que los miembros de ese Consejo sienten debilidad por los alumnos
- Por qué dices eso... a caso tú piensas casarte con uno de ellos - dijo el chico riendo
- No claro que no - contestó Harry al instante
- Hace un momento te vi hablando con Lucius Malfoy - dijo el chico con una sonrisa maliciosa
- Hmm... sí -
- Conozco bastante a Lucius sabías... es muy amigo de mi esposo - dijo el muchacho - va a cenar a mi casa de vez en cuando
- Ya veo - dijo Harry - cómo fue que te casaste tan joven
- Todo fue un arreglo de familias... la verdad no fui un estudiante muy sobresaliente así que cuando termine la escuela me casé -
- No veo en eso motivo suficiente para casarse - dijo Harry
- No ha sido tan malo - dijo Bruce - además estar casado no es impedimento para "divertirme"... mira ahí está Lucius justamente hablando con mi esposo
Harry volvió el rostro hacia donde le indicaba el muchacho, efectivamente ahí estaba Lucius hablando con un hombre que tenía el pelo cano y nada atractivo, sintió algo de pena por el chico que estaba a su lado
- Definitivamente me hubiese gustado que mi familia me comprometiera con Lucius y no con Damián... ese Lucius sí que es atractivo - dijo el chico mirando con avidez al rubio
Harry no respondió nada, sólo volvió a mirar a Lucius, se preguntó qué hubiese dicho ese chico al saber que él estaba casado con ese que despertaba toda su admiración
- Va muy seguido a tu casa...
- Quién Lucius... de vez en cuando pasa por ahí -
Harry sintió algo extraño, se preguntó si ese chico no sería uno de los tantos amantes de Lucius
- Bueno debo regresar con mis amigos... espero que volvamos a hablar - dijo Harry
- Por supuesto Harry... ha sido un gusto conocerte si me aburro mucho te busco por ahí - dijo el chico con una gran sonrisa
- Claro no hay problema - dijo Harry
Pero esta vez no buscó a sus amigos se fue a dar una vuelta por los jardines, se sentía algo triste, aunque no tanto como unos meses atrás, le parecía increíble que ya hubiese terminado Hogwarts, había deseado tanto que llegara ese momento, sin embargo, ahora se sentía como perdido sin saber que ocurriría con su vida. Todos sus planes de antes ya no eran posibles, se sentía más solo que nunca. Sólo faltaban unos días para el inicio de las vacaciones, sólo quería descansar, era lo que más necesitaba porque esos últimos meses sólo había sabido de estudios y nada más.
Sentía una profunda nostalgia por ese pasado perdido, se preguntaba cómo sería su vida si Draco estuviera con él en ese momento, si las cosas entre ellos jamás hubiesen cambiado, seguramente estaría con él haciendo planes para ese matrimonio con el que tanto soñaron durante casi dos años.
Todo aquello le parecía tan lejano perdido para siempre en la noche de los tiempos, hacia mucho tiempo que había aceptado que esa historia de amor estaba acabada para siempre, pero no por eso dejaba de dolerle, pero ya no tenía claro si su dolor provenía de haber perdido a su amor o de tener la certeza de que nada podría revivir el pasado.
Decidió regresar a la fiesta, ya tendría tiempo de sobra para estar solo y sentir lastima de sí mismo.
Buscó a sus amigos y con ellos decidió divertirse para olvidar los tristes pensamientos que comenzaban a invadirle.
El grupo de muchachos lo invitó para que abandonaran la fiesta y fueran hasta la torre de Astronomía, ahí habían armado una fiesta privada sólo para el grupo íntimo que componían. Cuando llegaron al lugar ya había otros que los esperaban desde hacia rato; Harry tuvo tamaña sorpresa al ver que sus amigos apilaban en un rincón de ese cuarto en desuso varias botellas de whisky de fuego, y él que sólo hacia un rato se había reído de si mismo por beber a esas alturas sólo jugo de calabaza, esa era su gran oportunidad para convertirse en un adulto de verdad.
Los chicos todos habían aportado una botella para la celebración, Harry les reclamó el hecho de que no le dijesen nada y le negaran la oportunidad de hacer su contribución, pero los chicos insistieron en que ellos no eran hijos de dos profesores de la escuela, por lo tanto, en caso de ser descubiertos no sufrirían mayor problema.
El grupo de chicos era lo más variopinto, Ron era compañero de cuarto de Harry, al igual que Seamus, Dean y Neville, también estaban Blaise perteneciente a la casa Slytherin y Fernad que era de Ravenclaw, estos seis chicos eran los amigos inseparables de Harry, lo habían sido durante esos años y estaba seguro que lo seguirían siendo fuera de la escuela.
Decidieron hacer el primer brindis de verdad, sólo habían brindado con jugo de calabaza y ese no contaba, era la primera vez para todos, antes de beber se rieron un buen rato unos de otros porque ninguno se atrevía a ser el primero en probarlo, finalmente decidieron beber todos a un tiempo, después de todo había una botella para cada uno de ellos. Después de beber el primer sorbo todos se quejaron también a un tiempo, era como beber fuego líquido, el nombre no era por nada. Luego de acostumbrarse a la sensación de que se quemaban por dentro, los demás tragos fueron tan terrible, habían bebido apenas un cuarto de botella cada uno, algunos inclusive menos y ya estaban bastante ebrios, pronto comenzaron a reír en forma desenfrenada, ya ni siquiera algunos podían levantarse del suelo.
Harry pronto sintió que todo le daba vueltas, pero obviando ese se encontraba bastante bien, estaba alegre, sentía ganas incontenibles de reír sin saber por qué, el único problema era que debía afirmarse de las paredes para moverse, su borrosa visión a esa altura no le permitía ver muy bien a sus amigos que reían sin parar.
Se fue afirmando por la pared hasta llegar a la ventana que filtraba la luz de la luna hacia el interior, con gran dificultad se subió a una mesa y terminó con medio cuerpo colgado hacia fuera, desde ahí divisaba los jardines iluminados de Hogwarts, la brisa de la noche contribuyó a que el whisky hiciera aún más efecto, desde el suelo de la habitación oía a Ron decirle con risa descontrolada que se bajara de ahí porque se caería.