Harry despertó aquella mañana muy tarde con un espantoso dolor de cabeza, trató de recordar que había sucedido, pero fue inútil, lo último que recordaba era que se había reunido con sus amigos en esa sala de la torre de Astronomía para celebrar su graduación, qué había ocurrido luego no recordaba en lo absoluto.
Trató de levantarse, pero el dolor de cabeza estaba matándolo, en ese preciso momento juró que jamás volvería a probar el whisky de fuego, seguiría siendo un adulto patético que bebía jugo de calabaza.
De pronto sintió que no estaba solo en la habitación, había alguien más con él, se incorporó de a poco hasta quedar sentado, entonces vio a la persona que estaba sentada en el sillón frente a la cama. Era Severus Snape, su profesor de Pociones, enseguida miró en rededor y notó que no reconocía la habitación, se preguntó cómo había hecho para llegar ahí, no recordaba nada, eso era serio, estaba en la cama y no recordaba en qué circunstancias había llegado a ella
- Buenos días... Harry - saludó el profesor seriamente
- Eh profesor... ¿qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?... ¿dónde estoy? -
- Vaya... eso no es muy cortés de tu parte... esperaba que al menos recordaras lo que sucedió anoche -
- Anoche - dijo Harry con miedo - qué sucedió anoche... esta habitación de quién es -
- Pues mía... ¿no recuerdas cómo llegaste hasta aquí? -
- Oh... por Merlín... no puede ser... usted y yo...
- De verdad no lo recuerdas Harry - dijo el profesor levantándose del sillón y sentándose en la cama
Harry se sonrojó hasta las orejas, instintivamente se cubrió con las sábanas, aquello era terrible pensó el chico, había terminado en la cama de su profesor, había dejado de ser virgen y ni siquiera recordaba si lo había disfrutado o no, que forma tan espantosa de comenzar su nueva vida, cómo era posible que acabara enredándose con su profesor de Pociones, si alguien llegaba a saberlo, estaban estrictamente prohibidas las relaciones entre alumnos y profesores, aunque él ya se había graduado no dejaba de ser un alumno de Hogwarts, qué dirían Sirius y Remus, y otro pensamiento más espantoso lo invadió, Lucius, si llegaba a enterarse de que él se había metido en la cama con su profesor enloquecería por completo, talvez querría matarlo y estaría en todo su derecho, según la ley, después de todo estaban casados, aquello era horrible, que haría para salir de ese lío
- Harry... estás bien -
- No... no estoy bien ¿cómo sucedió esto... cómo es posible que llegáramos a esto... perdóneme, pero no recuerdo nada...
El profesor se cubrió el rostro con una mano, movió la cabeza en señal de negación y en un estallido repentino ya no pudo contener más la risa que se había apoderado de él, Harry lo miró con la boca abierta sin comprender que le ocurría, cuando el profesor finalmente pudo ponerse serio otra vez, miró a Harry paternalmente
- Ay Harry, si te vieras la cara que traes... dime cómo se te ha ocurrido pensar que estás en mi cama porque has tenido sexo conmigo... ¡Por Merlín!... te conozco desde que eras un bebé -
- Entonces... usted y yo no...
- Por supuesto que no... casi eres mi hijo...
- Lo siento profesor... no sé... de verdad lo lamento - dijo Harry totalmente avergonzado
- Bien espero que después de esta instructiva lección que te he dado, aprendas a que es sumamente peligroso beber hasta quedar sin sentido -
Harry sintió tremendo alivio al oír a su profesor, eso era o que había ocurrido, bebió tanto que no recordaba nada de lo que había hecho
- Qué pasó profesor qué hago en su cama -
- Lucius te trajo -
- ¡Qué! - dijo Harry horrorizado - qué Lucius me trajo a esta cama, pero cómo...
- Anoche hiciste una gran locura Harry -
- Qué locura fue esa - preguntó el chico con algo de miedo de oír la respuesta
- Te emborrachaste y te subiste a la ventana de la torre de Astronomía... tuviste suerte de no caer -
- Eso hice... sólo eso -
- Te parece poco... de suerte no te mataste - dijo Snape - pero casi matas a Sirius y Remus del susto... y de pasada a Lucius... estaba muy preocupado por ti
- Bueno lo lamento por Sirius y Remus, pero la verdad no me importaría que Lucius muriera -
- ¡Por Merlín!... no digas esas cosas, no es bueno desearle la muerte a otros -
- No le deseo la muerte, sólo lo digo que si muriera no me importaría -
- Es casi lo mismo, además si estás casado con Lucius no olvides que nadie te obligó... tú solo te metiste en este lío -
- Yo... a caso olvida que Sirius me comprometió -
- No... no lo olvido, pero ya eras mayor de edad... nadie podía obligarte -
- Qué fácil es decirlo... el mismo Lucius me dijo que estaba dispuesto a todo para obligarme -
- Sí y tu le facilitaste las cosas... hiciste justamente lo que Lucius quería... ¡qué gran venganza la tuya! -
- Por supuesto que no hice lo que él quería... ese matrimonio no vale nada, jamás seré suyo -
- Harry... siento mucho cariño por ti, pero debo decir esto... jamás hablamos de este tema antes, pero no debiste hacerle esto a Draco -
- Qué no debí hacerle esto a Draco... y lo que él me hizo a mí... prefirió hacerse a un lado para no lastimar a su padre ¿y yo? ¿Le importó que me lastimaría a mí? - dijo Harry furioso
- Te has puesto alguna vez en el lugar de Draco... has pensado lo difícil que debió ser para él estar dividido así, entre la lealtad y el amor -
- Pues parece que no fue tan difícil puesto que no dudó en dejarme - dijo Harry - no quiero hablar de él... ¿cómo fue que Lucius me trajo aquí?
- Sirius te bajó de la torre con un hechizo levitador y Lucius quiso traerte en sus brazos -
- Por qué se lo permitieron -
- Harry él es tu esposo... que tú no lo consideres de esa forma es una cosa, pero ante la ley mágica el tiene todos los derechos sobre ti más aún siendo mayor que tú -
- No me importa la ley... él no tiene derecho sobre mi... y cómo es que no llevo casi ropa... no me diga que él me la quitó -
- Supongo que así debió ser... estuvo poco tiempo contigo... cuando yo entré a verte ya te la había quitado
- ¡Maldito!... seguro se aprovechó de que yo estaba borracho... cómo pudieron permitirlo - dijo Harry furioso - me repugna el sólo pensar que me tocó
- Hay muchos que morirían por estar en tu lugar... morirían por que Lucius los mirara sólo una vez de la misma forma que te mira a ti...
- Sí... ya me imagino que habrá muchos... por qué no se fijó en uno de esos que lo admiran tanto... por qué me eligió a mí... arruinándome la vida -
El profesor guardó silencio, él también se preguntaba lo mismo qué había visto Lucius en el chico que estaba sentado en su cama, qué sería lo que le había atraído de Harry, su juventud, su inocencia. El conocía a Lucius desde su época de colegio, siempre había sido testigo de la admiración que suscitaba en todas las personas, por su belleza, su distinción; Lucius siempre había despertado las más ávidas pasiones, sin embargo, pocos eran los privilegiados para disfrutar de sus favores, Lucius siempre se había dejado idolatrar, pero jamás había amado a nadie, ni siquiera a su esposa, pero ahora todo parecía indicar que sí amaba a Harry, sino de qué otra forma soportaría los desplantes del chico y sobretodo cómo había soportado estoicamente que lo rechazaran el mismo día del matrimonio, para Severus el amor de Lucius por Harry era más que evidente, no podía evitar sentir algo de celos por la fortuna del chico, sin buscarlo, ni proponérselo había conquistado el amor del hombre que él amaba en secreto desde hacia más de veinte años.
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