¡Oye, chico! No quiero hacerte daño. Deja esto por tu bien. Debes saber que soy un Sakurazukamori y que si me atacas tendrá consecuencias para ti. Por muy bueno que seas jamás podrías superarme—dijo el más alto pretendiendo pasar pero el otro no le dejó atacando de todas formas. El enfrentamiento fue en aumento de habilidades.
El chico era tan fuerte como creía. En una pausa el otro le preguntó--¿Quién eres?—como demostración de que respetaba sus maniobras y también por su curiosidad. Se miraron de nuevo por unos instantes y el otro de pronto se alejó pero el habilidoso Sakurazukamori sabía que no debía descuidarse pues el chico sabía muy bien atacar a distancia, lo cual hizo. Con toda su rapidez y agilidad natural Sei escapó de sus mortales lazos por un rato y envió a sus pájaros negros que fueron rechazados por nuevas cadenas. Entonces el pelinegro advirtió la asombrosa habilidad del otro para manejar varias cadenas largas a la vez.
Te felicito. Eres muy habilidoso pero es hora de que partamos—le dijo a su contrincante que de pronto miró detrás donde antes se encontrara su presa que mantenía vigilada con un ojo desde que comenzara la pelea con su hermano. Pero por dos minutos él…
…se había olvidado de eso concentrándose en la pelea y su compañero había aprovechado para llevarse al rey. ¿Pero donde se había metido el inútil de su compañero?
Hyoga se hallaba desmayado por un golpe recibido durante la conmoción de la entrada en escena de la pelea de Joey con Hades.
Mientras el otro pelinegro era bajado por un pelirrojo que debía luchar a mansalva con su rescatado pues este insistía en volver a la pelea—No sé porque te estoy salvando—dijo después de asestarle un golpe con el mango de su katana en la nuca y dejarlo sin conocimiento—Mi jefe te quería muerto al principio pero algo me dice que de alguna manera le hiciste cambiar de parecer. Además… ¿Estás aquí por él, no?—
La ambulancia se llevaba a Seto Kaiba cuando los otros se reunieron con Subaru en la calle.
¿Cómo está?—preguntó el tatuado refiriéndose al jefe.
Estable pero muy grave—dijo el muchacho.
Si está vivo es gracias a ti, Subaru—le felicitó el otro mientras Seichiro se acercaba desde el otro lado de la calle.
Y Su preguntó--¿Por qué tienes a este hombre contigo, Abarai sama?—
Él va a decírnoslo—dijo el pelirrojo volteando hacia Sei.
No hay tiempo para eso ahora—dijo empujando a ambos hacia el edificio sin dejar de correr. Llegaron al parking subterráneo y allí el pelinegro golpeó una ventanilla para penetrar en un auto del cual desactivó con apuro la alarma.
Veo que tienes futuro como ladrón de auto si lo de asesino no funciona—dijo el tatuado entrando con su carga detrás.
¡Tú calla!—le indicó Sakurazukamori mientras el otro pelinegro se sentaba en el asiento del copiloto y entonces el mayor arrancó mientras una cadena impactaba contra el guardabarros trasero del auto. Shun los persiguió.
Tal vez consiga atraparnos—dijo el muchacho al lado de Sei mirando preocupado hacia atrás mientras el auto salía del edificio.
Eso lo dices porque no me has visto conducir en esta ciudad—dijo Sei víctima de una extraña emoción que no sentía hace tiempo. Era mezcla de adrenalina y felicidad. En esos tiempos era difícil encontrar un digno rival y ya contaba con dos. Vio a su enemigo hacerse pequeño mientras el Toyota agarraba velocidad por las calles de Tokyo.
Después de que Sumeragi curara las heridas de Wheeler, Abarai exclamó—Ahora quiero una noción exacta de lo que está pasando aquí—
No es de tu incumbencia—le dijo el rey.
¿Qué no lo es? Arriesgué el cuello por esto, idiota—dijo el pelirrojo.
Es tu cuello. Tú decides porque lo arriesgas—dijo Joey con una mala actitud.
Serás…--dijo el tatuado.
Mas vale que le digas o lo haré yo—advirtió Seichiro—Vas a necesitar su ayuda si quieres ir a por él—
Joseph lo miró.
El príncipe de la verborragia a hablado—dijo con ironía Renji.
Sei solo sonrió.
¿Puedes encontrarlo?—preguntó interesado el que ahora no llevaba lentes.
Primero lo primero—respondió el dos.
Diles tú. Yo no tengo ganas de hablar—le contestó el otro asesino.
¡El no es el objetivo!—dijo Sakurazukamori.
¿A que te…?—preguntó Abarai.
Es Joseph Wheeler. Jason Michaels está muerto. Él lo mató y usurpó su lugar—dijo el pelinegro mayor para sorpresa de los otros dos.
¿Y eso que implica?—preguntó el pelirrojo.
Kaiba no los contrató para matarlo. Jamás lo haría. De hecho quería vengarlo—dijo Sei.
Entiendo—dijo Renji—Es por eso que fue tras él y ninguno se mató estando a solas—
Exacto—dijo el Sakurazukamori.