Capítulo 4
-Near, te lo digo enserio, el mismo me lo contó.
-Te creo Linda, aunque no me esperaba algo así.
-¿Qué piensa hacer? ¿Lo perdonaras?
-No, no sé ¿y tú?
-Lo que ha hecho esta muy feo pero…
-Ya ¿Bueno nos vamos?
-¿Estás seguro de que ya te sientes mejor?
-Si, además por aquí estar pasando Mello y seguramente Matt, no me dejaran tranquilo, prefiero estar en mi cuarto.
------10 minutos después-------
-¿Qué, como que no esta?
-No, se acaba de ir, seguramente lo encontraras en su habitación –le contestó una enfermera.
-Esta bien, gracias.
Comenzó a caminar en dirección a la habitación del peliblanco, con la esperanza de poder encontrarlo ahí y poder hablar con él.
Cuando hubo llegado llamó a la puerta, y como a respuesta obtuvo un “adelante”, abrió la puerta y se encontró con Near y Linda, a la cual miró curioso, preguntándose si la niña le había contado la conversación que había mantenido con ella anteriormente, y deseando que no fuera así, pues entonces su plan se vería afectado.
-Hola Near ¿Qué puedo hablar contigo?
-Yo mejor me voy, nos vemos luego –dijo la castaña y salió.
-Pasa – le dijo un poco cansado de la situación “¿y ahora con que rara historia me saldrá esté?” pensó mientras veía como Matt se sentaba a su lado
–Verás, me quería disculpar por lo que paso ayer, no pude resistirme, mello me obligó y…
-Matt, no hace falta que continúes mintiendo, lo sé todo.
-Linda te contó – más que una pregunta era una afirmación.
-Si - “maldita niñata, si llego a saber que se lo iba a contar no le digo nada” pensó el pelirrojo –si no tienes nada más que decir agradecería que te largaras.
-Bueno, quizás es mejor que lo sepas todo –se acercó a él acorralándolo contra la pared.
-No te me acerque –intentó alejarlo sin éxito –aun no entiendo como has podido hacerlo, pesaba que eras…
-Que era tu amigo, -le cortó -lo intente Near, de verdad que lo intente, pero era injusto, era injusto que el idiota de Mello se quedara contigo después de todo lo que te ha hecho, yo tendría que haber sido el que hubiera estado contigo, solo yo, pero tu aceptaste tan fácilmente.
-Matt, que querías, acaso me crees adivino para saber que es lo que sientes por mi, y si acepté fue porque lo quiero, uno no decide de quien se enamora simplemente se enamora y ya.
-Esta bien, no te conté lo que sentía, pero lo iba a hacer
-Pero no lo hiciste.
-Mello se me adelanto, ¿además yo no tengo derecho a ser feliz?
-Si, pero no de es modo.
-Yo quiero que sea contigo, ¿porque no quieres entender que tu y yo seríamos felices juntos?
-¿Y tú porque no quieres entender que no te quiero ver ni en pintura?
-¿Volverás con Mello?
-¿Y eso a ti que te importa?
-Me importa por algo pregunto.
-Pero no te incumbe, además ni yo mismo lo sé, y todo gracias a ti.
-No deberías, cayó muy fácil, no me hizo falta ni rogarle.
-Los detalles te los ahorras, y soy yo quien decide si debo o no debo.
-Near, si te quedas conmigo yo nunca te haría eso.
-Matt ya te he dicho que no, y ya ni siquiera me fío de ti, ahora se que eres capaz de hacer lo que sea para conseguir lo que quieres.
-Tienes razón, soy capas de hacer lo que sea para conseguir lo que quiero, ¿y sabes que es lo que quiero ahora? –le susurro al oído- a ti.
-Quítate – protestó empujándolo- si no te conociera pensaría que eres capas de violarme.
Matt estuvo a punto de decir “enserio que me conoces” pero decidió callarse y en lugar de eso puso una gran sonrisa que provoco un escalofrío en el peliblanco.
“Yo mejor me largo que aun me va a violar de verdad” pensó mientras se iba de su habitación.
La noche llegó a la Wammy’s, todo el mundo se estaba preparando para ir a dormir.
Near ya estaba metido en su cama pero se sentía tan molesto que no podía conciliar el sueño.
Durante el resto de la tarde Matt había estado incordiando lo, siguiéndolo de aquí para allá y cuanto más le repetía que se fuera él más se le pegaba. Y si no era Matt era Mello, aunque él se iba por su propia cuenta ya que se cansaba fácilmente de ser ignorado por el peliblanco.
Intentó relajarse, debía descansar, sabía perfectamente que al día siguiente las cosas seguirían igual aunque se haría más llevadero porque gracias a dios en las clases no podrían molestarlo.
Poco a poco el cansancio se fue apoderando de Near, haciéndolo caer en un profundo sueño.
Al cavo de un rato la puerta se fue abriendo lentamente, en el cuarto entro un lindo rubio deseoso de estar con Near, y ya que durante el día no podía estar cerca de él lo haría por las noches, después de cerrar la puerta se acercó a la cama, en donde descansaba su querido peliblanco.
Acarició sus suaves mechones blancos, beso sus rosados labios y, se quedo contemplando su rostro que era bañado por la luz de la luna.
Después de un largo rato las campanadas que anunciaban la media noche le indicaron a Mello que debía marcharse, el tiempo se le había pasado volando contemplando a su durmiente peliblanco.
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