Para Harry era su primera fiesta importante fuera de Hogwarts, en realidad era la más importante de su vida, toda la comunidad mágica se enteraría en esa fiesta de que se había casado con Lucius Malfoy. Los últimos quince días habían sido lo más agitados de su vida, entre los estudios y el asunto de la fiesta, las noches de pasión con Lucius debía reconocer que estaba completamente exhausto.
El asunto de la fiesta era algo pasajero cuando esta acabara todo volvería a la normalidad. No podía dejar de preocuparse por que los estudios le ocupaban mucho tiempo, eso hacia pensar a Harry que quizá el tener un bebé no resultaría tan fácil con la rutina de trabajo que le exigían sus estudios de Medimagia.
Pero su deseo de tener ese hijo pronto era muy fuerte en el, a veces no se comprendía a sí mismo, era una necesidad urgente y apremiante. No dejo de comparar lo que le ocurría ahora con su pasado con Draco, a pesar de haber sentido que lo amaba fervorosamente jamás en ese tiempo había deseado un hijo, en ese tiempo pensaba que lo mejor era casarse, terminar los estudios y luego pensar con calma en una familia, sin embargo, ahora en este presente con Lucius deseaba con locura un hijo con su esposo y si debía sacrificar sus estudios por esa razón lo haría sin dudarlo un instante.
Finalmente el día de la fiesta que para Harry sería memorable por varias razones había llegado. EL calendario desgranaba los primeros días de febrero, un febrero extremadamente frío y con abundante nieve, aquel día Lucius había obligado al chico a quedarse en la cama, no era que estuviera enfermo, sino cansado, además de eso desde hacia cinco días lo mantenía en el más estricto celibato, reconocía que Harry era joven y lleno de vitalidad pero no deseaba que el agotamiento físico le terminara pasando la cuenta a su joven esposo.
Era para Lucius un deber cuidarlo en todo los aspectos de la vida conyugal, así lo sentía, y por más difícil que le resultara decir no cuando todo su cuerpo desesperaba al más mínimo roce de Harry, que en más ocasiones de las que recordaba durante esos cinco días había intentado seducirlo, se había mantenido firme en su decisión de no hacerle el amor, ¿qué había logrado con eso?, unas cuantas "pataletas de niño mimado" de parte del chico de ojos esmeraldas, pero el no se había dejado intimidar, en pos del bienestar de Harry era capaz de mantener la mente fría aunque no el cuerpo, varias veces debió recurrir a "ciertas técnicas" que siempre había considerado "poco dignas" para un hombre con el, sin embargo, necesarias para mantener el autocontrol con Harry.
Harry lo miraba enfurecido cada noche que intentaba con caricias envolverlo y seducirlo, el se levantaba de la cama enseguida diciendo que tenía ganas de tomar una ducha, por fortuna para Lucius con el asunto de la fiesta ya en puertas ese mismo día sábado, Harry parecía haber olvidado la fogosidad y el apasionamiento, no había intentado aquella mañana retenerlo en la cama y había aceptado dócilmente la orden de Lucius de quedarse descansando.
Esa tarde de sábado Lucius personalmente se encargaba de afinar los últimos detalles de la fiesta, le resultaba increíble estar en esos menesteres, en el pasado jamás se interesó en tales cosas, sin embargo, ahora no podía negar su genuino entusiasmo ante un evento tan importante en su vida.
Las celebraciones de la mansión no eran cosa de todos los días, pero las pocas que se había hecho siempre resultaban ser lo más llamativo en los sociales del mundo mágico. Aquella causaría gran impacto, los invitados iban de los más alto de la escala social a lo más sencillo.
Lucius había pedido personalmente a los amigos de Harry que fuesen los primeros en llegar, aquella noche necesitaría de la compañía de su círculo más íntimo.
A las siete de la tarde Harry le daba los últimos toques a su presentación personal entre risas y piropos de parte de los chicos que se habían adueñado de la cama en que dormía con Lucius.
- Chicos les agradezco que vinieran a acompañarme... esto me tiene nervioso - dijo Harry
- Lucius insistió mucho en que llegáramos antes de la hora - dijo Ron
- Sí seguramente me notó nervioso... no es que me queje pero me hubiera gustado que me ayudara a relajar de otra forma - dijo Harry
Los chicos se miraron unos a otros y en conjunto soltaron una sonora carcajada
- ¿Qué pasa Harry... a caso Lucius no te está dando la atención necesaria? - dijo Seamus con su tono malicioso de siempre
- Pues para ser honesto esta semana ha sido muy frustrante -
- Eso es grave Harry... qué pasó con Lucius a caso ya lo agotaste - dijo Blaise
- No, dijo que el agotado era yo - dijo Harry lacónicamente
Los chicos volvieron a reírse sonoramente
- Menos de dos meses de luna de miel Harry y ya estás acabado - dijo Seamus
- Claro que no... esas son tonterías de Lucius... creo que es el quien está cansado y se inventó eso de que yo estoy agotado -
- Pues no sería raro Harry... después de todo Lucius no tiene tus dieciocho - dijo Dean
- Eso es cierto... ¿será que le exijo demasiado? -
- Puede ser Harry - dijo Ron
- Pero debió pensar en eso cuando se enamoró de alguien con la mitad de su edad - dijo Harry
- Creo que eres muy exigente con tu esposo - dijo Neville con tono de reproche
- ¿Tú crees? -
- Sí... lo creo - dijo Neville
Harry iba decir algo pero no pudo porque en ese momento se abrió la puerta de la habitación y Lucius se asomó
- ¿Puedo pasar? -
Los chicos de un salto se pusieron de pie, a pesar de todo no dejaban de sentirse intimidados frente al rubio
- Claro que puedes entrar - dijo Harry
- Bueno... Harry nosotros te esperamos en el salón - dijo Ron
Lucius ya estaba dentro de la habitación y los cinco chicos se apresuraron a abandonar el lugar, pasaron junto a Lucius que les sonrió amistosamente, pusieron la cara más seria que pudieron, la reciente conversación que habían tenido con Harry cuestionando la "energía" de Lucius les provocaba una incontenibles ganas de reír
Una vez que los amigos de Harry salieron Lucius se acercó al chico y enlazó por la cintura
- Pensé que no querías acercarte a mí - dijo Harry
- No digas tonterías mi amor -
- Me has tenido abandonado toda la semana -
- Era necesario que descansaras - dijo el rubio
- Pues ya descansé - dijo Harry acercando su boca a la de Lucius - hazme el amor ya no aguantó más sin ti
- Mi amor... nos retrasaremos, los invitados están por llegar... tú ya estás listo pero yo no -
- ¡Demonios!... ya estoy arto de excusas -
- No comiences otra vez... con esa actitud no conseguirás nada - dijo el rubio apartándose del chico
- Ya te cansaste de mí -
- Ni lo intentes Harry... no voy a caer en tus chantajes -
- Ya no me amas -
- Déjalo Harry ya te dije...
Pero Harry reaccionó como Lucius no esperaba los nervios que sentía debido a la situación de enfrentar a gente que casi no conocía y la actitud fría de Lucius no ayudaba mucho, se ocultó en el cuarto de baño, desde fuera Lucius le oyó llorar, no era un "pataleta" esto puso al rubio muy nervioso entró al baño y lo obligó a salir
- Perdóname mi amor... no fue mi intención lastimarte - decía Lucius besando al chico en el rostro
Harry se abrazó con todas sus fuerzas a Lucius
- Lo siento me estoy comportando como...
- No... no mi amor soy el único culpable, pero te juro que no quería lastimarte -
- Creo que estoy nervioso por lo de esta noche -
- Voy a estar a tu lado mi amor... además estarán tus amigos... tus padres -
- Tienes razón -
- Te amo... nunca voy a dejar de amarte -
- Lo sé... lo lamento -
- Esta noche después de la fiesta te compensaré por todos estos días de abandono -
Harry sonrió finalmente, más feliz y más confiado, eso era suficiente para hacerlo sentir bien, el amor y la ternura de Lucius le bastaban para devolverle la confianza y la calma. Cuando salió de la habitación para ir con sus amigos ya estaba alegre, Lucius lo dejo ir luego de jurarle en repetidas ocasiones que lo amaba.
Una vez que Harry se fue Lucius entró a la ducha, ese estallido del chico le había dejado preocupado, se preguntó cuánto más afectaría esa ya de por si delicada sensibilidad de Harry la presencia de Draco en aquella fiesta, su hijo había aceptado estar presente en esa ocasión tan importante para el, naturalmente venia con su novio.
Cómo sería aquel encuentro no lo sabía, pero reconocía que también aquello lo tenía nervioso, pero no por temor al pasado estaba seguro del amor de Harry, ese momento debía llegar alguna vez, esperaba que el momento fuera el justo y que al instante de reunirse los tres, pudieran ver en los ojos de cada uno que las heridas del pasado estaban ya totalmente curadas.
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