Todas las personas reunidas en el jardín continuaban esperando la llegada de los novios en medio de risas y charlas, ignorando por completo que la desgracia se cernía sobre ellos. Pero algo extraño se había adueñado del corazón de Harry, una zozobra a la que no quería darle forma precisa, pero que amenazaba con trasformarse en algo concreto sino veía llegar pronto a Lucius seguido de Draco y Fernand.
Tanto Harry como las demás personas no lograron precisar cuanto tiempo trascurrió desde que vieran a Lucius marchar hacia la casa, hasta el momento en que Benwick se apareció en el jardín con expresión aterrorizada, quizá más que en aquella ocasión en que Lucius había enloquecido al creerse engañado por Harry, el miedo del pequeño elfo fue evidente para todos algo grave había ocurrido, Harry incapaz de preguntar nada corrió hacia la casa sin pedir explicaciones, Sirius, Remus y Severus corrieron tras el.
Jamás llegaría a comprender como había sido capaz de subir sólo en unos segundos la escalera que llevaba a la tercera planta de la mansión, cómo en tan poco tiempo había llegado a la habitación de su hijo desde donde le llegaba el llanto desesperado de Lucius, con el rostro lívido por el esfuerzo y sobretodo por el miedo que le martillaba el pecho se paró en el umbral de la habitación desde donde pudo observar a su esposo, Lucius echado sobre la alfombra se retorcía como si hubiese sido herido de muerte, espantado ante esta visión, el chico corrió a socorrer a su esposo seguro de que algo o alguien lo había lastimado.
Le llamó por su nombre una y otra vez intentando que Lucius lo mirara, un segundo después miró a un costado y vio el bulto que yacía en el suelo, era Fernand, esto le hizo sentir miedo, pero este miedo no podía compararse con el que experimentaría un segundo después, sin poderse explicar que ocurría, tardó un segundo en conectar su cerebro, esa era la habitación de Alexander donde había visto entrar a Draco hacia un poco más de media hora, dejó por un instante de prestarle atención a Lucius y sus ojos vagaron por la habitación, se preguntó dónde estaba Draco, por qué Fernad estaba en el suelo sin sentido, se levantó de golpe y miró hacia la cuna donde dormía su hijo, pensó al instante como era posible que Alexander no se despertara con el llanto de Lucius, la comprensión había llegado por fin, tembloroso se fue acercando a la cuna donde debía estar su bebé, donde había dejado a su hijo dormido no hacia ni una hora con un sentimiento de profundo terror apartó las mantas, el bebé no estaba ahí y entonces comprendió.
Con una rapidez asombrosa su rostro pasó por varios tonos hasta quedar con un palidez casi mortecina, corrió hacia Lucius que seguía llorando y retorciéndose en el suelo, comenzó a preguntarle de forma incesante donde estaba Alexander, Lucius no era dueño de sí mismo revolvía su cabello con desesperación, comenzó a gritarle, a exigirle, lo sacudió sin piedad, pero no recibía respuesta. En la puerta se perfilaron las figuras de Sirius, Remus y Severus, los rostros de ellos a diferencia del de Harry estaban sonrojados a causa de la agitación y el esfuerzo de tremenda escalera.
Se precipitaron a un tiempo dentro de la habitación preguntando que había sucedido, Severus impactado ante la visión de Lucius en el suelo llorando desgarrado, no atinó a otra cosa que intentar auxiliarlo, mientras que Remus se fijaba que Fernand estaba en el suelo hecho un ovillo, Sirius preguntaba como loco que sucedía, era el caos total. Harry se hecho en los brazos de Sirius incapaz de decir otro cosa que no fuera el nombre de su hijo.
Fue Severus el que finalmente al ver semejante cuadro, de golpe se levantó del suelo y dando un grito que resonó por encima de todas las demás voces, ordenó silencio, todos callaron al instante, volvió a inclinarse sobre Lucius, pero esta vez le habló con voz firme y dura para preguntarle que había sucedido, por qué Draco no estaba ahí, por qué Fernand estaba desmayado en el suelo. Lucius recién después de este llamado pareció regresar a sus cabales, se incorporó pero igualmente siguió sentado en el suelo, una sola frase articuló
- Él tiene a mis hijos... él se está vengando de mí -
Harry sintió que las pocas fuerzas que tenía lo abandonaban por completo, no fue necesario que Lucius dijese más, mientras los otros trataban de darle sentido a las palabras del rubio, Harry había comprendido, se culpó por no pensarlo antes, por no comprender, Lucius hablaba de Edmond Sorel, el hombre que lo había atacado hacía un poco más de ocho meses en el callejón Diagon, Harry nunca había llegado a ver claramente el rostro de su atacante, pero siempre estuvo seguro que había sido Edmond, el antiguo novio de Draco, no había nadie que lo odiara tanto como él, no había nadie capaz de hacer tanto daño sólo por maldad, por ambición, sólo un sujeto como Edmond era capaz de secuestrar a un bebé
- Pero qué dices... eso no puede ser - dijo Sirius aterrado
- Si no lo crees...
Dijo Lucius extendiendo la mano y mostrando el trozo de pergamino arrugado que había estado ocultando, Sirius lo tomó con brusquedad y lo leyó, su rostro se desencajó, para Harry esto fue como si le dijesen que su vida estaba a punto de terminar, no esperó a que Sirius le diese la arrugada nota, sino que se la arrebató de golpe y leyó
"Lucius... esto es sólo el comienzo de mi venganza, tus hijos ahora están en mi poder, un traslador los traerá hasta mí, cuando leas esta nota ya será muy tarde... ¿qué estás dispuesto a hacer para salvarlos?... Edmond Sorel "
Harry luego de leer eso comprendió el estado de Lucius, el miedo se apoderó de el, su rostro palideció y sintió que por primera vez sus piernas no podrían sostenerle en pie, una gran impotencia se apoderó de el, su hijo estaba a merced de ese hombre y Draco también, no quería pensar, lo único que pudo hacer fue correr junto a Lucius y buscar refugio en sus brazos, sintió que su vida se había derrumbado en sólo un par de minutos, si perdía a su hijo ya no desearía vivir, ya no le importaba nada.
Lucius no fue capaz de decir nada sólo acogió a Harry en sus brazos, quería decirle que todo estaría bien, que Alexander estaría bien al igual que Draco, pero en su corazón lo cierto era que temía lo peor, ese hombre había planeado aquello con maestría, se culpó por no imaginar que algo así pudiera ocurrir, por no haber sabido proteger a su familia, Harry tendría todo el derecho del mundo a odiarlo, tanto como se estaba odiando a si mismo.
Aquella escena de Harry en los brazos de Lucius, ambos silenciosos, derrotados, incapaces de reaccionar ante semejante tragedia, causó gran conmoción en los tres hombres que les observaban silenciosos. Severus fue quien recurrió a su sangre fría, era necesario hacer algo, había leído silenciosamente la nota que le había extendido Remus, aquel hombre había hecho todo eso por venganza, Severus estuvo seguro de que Edmond Sorel querría disfrutar plenamente todo eso, lo más probable era que mantuviera a Draco y al bebé vivos, matarlos de inmediato le resultaría poco divertido a la retorcida maldad de ese loco, deseaba que Lucius y Harry sufrieran al máximo.
Decidió exponer sus ideas ante las cuatro personas que estaban ahí, Lucius al escucharlo hablar con tanta seguridad, pareció recobrar el aplomo y la energía, una luz de esperanza brilló en la mirada de Harry, sin decir nada se puso se pie y ayudó a Lucius a levantarse, en una sola mirada se comprendieron, no podían dejarse caer antes de luchar, de ellos dependía la vida del pequeño Alexander y la de Draco.
El mismo Lucius finalmente se acercó a Fernand que había quedado tumbado sin que nadie le prestara atención, algo había sucedido en ese cuarto antes de que el entrara y Fernand tenía que saber algo al respecto, tomó al chico y le pidió a Severus que intentara despertarlo, el profesor de inmediato sacó su varita y con un hechizo le hizo volver en si, ante el asombro de todos Fernand abrió los ojos de inmediato, miró en todas direcciones visiblemente confuso
- Recuerdas lo que sucedió - preguntó Lucius con voz apremiada
El chico parpadeó varias veces
- No sé que sucedió... yo vine a aquí a buscar a Draco, tenía que encontrarlo, tenía que darle el anillo -
- ¿Anillo? -
- Sí el anillo... tenía que dárselo... pero era necesario que cuando lo recibiera el bebé estuviera con él -
- ¿De qué anillo hablas? - dijo Lucius con desespero
- No lo sé... no lo sé... pero tenía que dárselo... tenía que hacerlo -
- Lucius... el anillo era un traslador... las barreras mágicas se habían levantado -
- Quién te dijo que debías darle ese anillo -
- No lo sé... le juro que no sé por qué lo hice -
- Lucius... es evidente que uso el Imperius -
- Por eso estaba extraño cuando llegó - dijo Harry por fin - sólo preguntaba por Draco, debía darle el anillo mientras las barreras no estuvieran
Todos se quedaron en silencio mirándose unos a otros, todo había sido perfectamente planeado, a Edmond no se le había escapado ni un sólo detalle, Draco estaba con el pequeño Alexander en un lugar donde ellos no podían llegar, Harry abrazó a Lucius y dejó caer lágrimas silenciosas rogando por Draco, porque sabía que el chico sería capaz de dar su vida para proteger a Alexander.
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