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Un encuentro inesperado por falyx

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Notas del capitulo:

se que no tengo excusa para haber tardado tanto, si les consuela en este tiempo eh diseñado una casa, un edificio y estoy aprendiendo a manejar dos nuevos programas de diseño para mis maquetas virtuales, pero supongo que no les importa actualmente estoy en vcaciones de invierno y espero poder publicar antes.

no quiero olvidarme de agradecer a toda la gente que me comenta o me lee desde su anonimato ya que me dan fuerzas para continuar y por eso prometo que no dejare de actualizar hasta que de por finalizada este historia.

Los personajes son de togashi sensei quien esperemos pronto vuelva a publicar el manga y la historia es mía, los dejo leer...

Kurapika había salido de la pequeña habitación casi arrastrado por una niña con una fuerza desacorde a su apariencia, sin embargo otra cosa capturo su completa atención algo había cambiado bruscamente la oscuridad en aquel lugar que era casi total y ahora  permitía observar la figura que tenía enfrente mientras era bañada por el leve resplandor de cientos de colores que parecían moverse a ritmo de alguna danza, quedo allí esta intentado de comprender  el fenómeno que presenciaba y otra vez no había una respuesta, sus latidos se aceleraron ese sitio le producía ansiedad.

La misma sensación de hace unos días se repetía y era la de la inseguridad por no estar cerca de Kuroro,  también le recordó a la subasta en la cual Kuroro se volvió su salvamento, “mejor malo conocido que bueno por conocer “ pensó para él mismo y como no pensarlo si allí estaba siendo jalado por una chiquilla que le gritaba que dejara de entorpecer el trayecto a quien sabe donde para quien sabe quien le haga que descontando el hecho que no estaba seguro de que aquello era el mundo real o tal vez esto tenía relación con algún tipo de estupefaciente o algo que le pudieron dar.

-¿Qué pasa? -  fue lo único que logro articular el muchacho en su desconcierto eran verdaderamente demasiadas emociones para un solo día y esto ya se notaba además el asombro ante aquel cambio.

- son las alarmas, tenemos que irnos o quedaremos encerrados así que ponte a correr o no te explicare nada además de que vas a ver con quien te metes si me quedo atrapado por tu culpa – contesto gritando para después comenzar a correr como el viento.

Comenzaron esa carrera infernal por todos aquellos pasadizos que parecían aparecer mágicamente, sentía como si estuviera moviéndose a ciegas porque aquellos colores a la vez tan tenues  comenzaron a irritar sus ojos que parecían arder y en cierto momento pudo notar que dio un paso en falso sin haberse percatado termino cayendo por agujero que los llevo a otro piso.

- maldición, no quería llegar aquí  pero  puede ser que se haya trasladado aquí si se entero –murmuro la chica que ahora se hallaba sentada en el suelo de otro piso al parecer que estaba conformado por algo parecido a una selva  que aparentaba estar petrificada y a diferencia del lugar anterior que resplandecía por todas partes este sólo tenía el lumbre de algunas llamas que se hallaban encerradas en un tipo de pagoda de cristal que se veía a lo lejos.

- ¿Qué es eso? – pregunto Kurapika era inútil sentía que cada instante se agolpaban más preguntas en su mente y tenía la idea que tardaría en años entender sobre todo lo que paso en las últimas horas.

- es un lugar de entrenamiento -   respondió rápidamente.

Comenzaron a caminar Kurapika  dedujo  por su respuesta que no  le gustaba hablar mucho pero no estaba dispuesto a callar hasta que se lo ordenara explícitamente así que comenzó a preguntar.

Aunque no veía a nadie sentía como si algo estuviera rondando no podría decir que eran humanos o qué pero definitivamente pero debía evitar complicaciones, si Kuroro se entera esto no sería bueno o tal vez lo fuera, aún así la curiosidad sobre la persona que le buscaba era mucha, apenas sabía que era un él, podría ser Killua era la única persona que parecía saber un poco sobre esto o más bien un zoldyck  porque dijo que tenía relación, de todas maneras no tenía mucho sentido. No importa cuánto especulara lo mejor sería esperar y mientras debía empezar a sacar información disimuladamente para que nadie descubra que su memoria estaba intacta.

-          ¿Dónde estamos? – era una pregunta un poco básica pero se adecuaba a la situación y tal vez le diera una pista.

-          En la ciudad Ryuseigai – contesto sabiendo que comenzaría a preguntar sin cesar de manera irritante pero era verdad que si se mantenía callado sería sospechoso.

Abrió la boca con la intención de formular otra pregunta pero fue interrumpido mientras se levantaba.

-           Antes que nada no – ni siquiera pudo terminar la frase cuando el hombro de kurapika rozo un árbol haciendo que este se prendiera fuego  de golpe que desencadeno un estrepitoso ruido que parecía provenir del centro de cada objeto que simulaban ser petrificados y ahora comenzaban a moverse para atacarlo al tiempo que kurapika se dedicaba a esquivarlos la muchacha ni siquiera se inmutaba ni se movía sino fuera por alguna raíz que en su búsqueda encarnizada por el muchacho se desplazaba bajos sus pies.

-          Si pides perdón en la pagoda tal vez se detengan – exclamo con sorna ante la situación, ahora entendía porque querían volverlo una araña, este chico tenía un potencial innato para meteré en problemas, esperó que como una buena araña sepa salir de ellos por si mismo pensó.

La muchacha recorría tranquilamente la zona que se abría a su paso sin el menor intento de ataque a diferencia del otro.

Después de oír el consejo de su guía comenzó a correr en la dirección indicada pero como si aquella selva pudiera predecir sus intenciones, la llama que emanaba la pagoda se apago y las ramas comenzaron a crecer aún más velozmente, algunas tratando de bloquear su vista y otras continuaban intentando de atraparlo. Al no ver otra alternativa comenzó a utilizarlas como escalones cosa que necesito una gran destreza y reflejo, al poder llegar a la copa de los árboles pudo descubrir que estos se detuvieron pero antes de poder cantar victoria observo como el techo de  la cúpula comenzaba a concentrar energía  y pudo observar como perfectamente alineada con la cúspide de la pagoda la energía  empezaba a propagarse velozmente. Instantes después comenzó a sentir como arena lo golpeaba  se apresuro en cubrir sus ojos para continuar corriendo porque las ramas comenzaban a desaparecer bajos sus pies, y después de un buen rato corriendo prácticamente a ciegas noto que todo se calmo.

Cuando al fin pudo ver claramente noto que todas las ramas se habían vuelto a petrificar formando un sólido suelo impenetrable ahora se hallaba atrapado, intento romperlas con un golpe pero no resulto su nen no se encontraba en su mejor momento y la intensificación era una de las habilidades más lejanas de la propia por eso se concentro con la intención de volver sus ojos escarlatas para hacer otro intento pero cuando lo hizo pudo notar que aunque su visión se tornaba roja como de costumbre pudo observar cómo el tono no era uniforme y que parecía indicar un lugar, siguió avanzando hasta que llego a un agujero perfecto que se hallaba sobre una escalera caracol que conducía hacia abajo si no fuera por eso hubiera pasado horas en busca de esta salida ya que solo se distinguía en un rango de unos pocos metros.

Al bajar la escalera y lograr volver a la superficie que ahora completamente distinto al sitio donde se hallo hace minutos, el lugar se le hizo familiar, aquella vegetación era semejante a la que veía de niño, sin poder conciliar que esto era real extendió su mano hacía una liana que se hallaba suspendida a escasos centímetros pero al tocarla no paso nada, ahora que lo analizaba ese fue un acto muy imprudente pero no tenía tiempo de razonar todo aquello era muy confuso.

No comprendía como paso de ser atacado por esas plantas petrificados a un exuberante bosque que se asemejaba al cual el vivió su niñez y al elevar la vista descubrió que las plantas de hace unos momentos se esfumaron, se pregunto si en realidad serían bestias mágicas que tomaban esa forma pero como todo lo que sucedió desde que llego aquí, mejor dicho desde que vio a aquel piloto, nada tenía una explicación que le pareciera lógica y no pudo hacer más que ignorar su curiosidad y percatarse de su situación

Miró en todas direcciones en busca de su guía y con la vana esperanza de ver un rostro conocido, tal vez Kuroro que sería preferible a sus arañas y por mucho que extrañase a sus amigos era lo mejor que no estuviesen allí  y ahora debía recordar que según aquella niña, dijo algo sobre que la persona que me espera podría estar aquí. Y había comentado algo sobre que  lo conocía ¿no?, intento de recordar las palabras que le había dicho pero no podía evocarlas con claridad, supongo que si no me conociera no hubiera dado una orden de captura cuando llegara y si me conoce hay gran probabilidad de que yo también lo haga, aunque podría ser que le interese porque soy un Kuruta y como no hay otro más este sujeto me quiere a mí, debe ser poderoso porque ignoraron las ordene de Kuroro y el protocolo de que él me hablo, o simplemente Kuroro no tiene autoridad aquí y eso explicaría el comportamiento del piloto.

Suspiro molesto al notar que estaba desperdiciando su tiempo divagando con cosas que no le llevarían a ningún lado e inconscientemente cometio el mismo error que cuando pregunto en la mansión nostrade como se vería el enemigo, si algo sabía era aprender de sus errores y al fin comprendía completamente porque lo habían regañado, simplemente visualizar el enemigo es cegarse ante otras posibilidades por ahora todos son mis enemigos en este lugar y desde este instante debía comenzar actuar como en la prueba del cazador cuando teníamos que cazar o ser cazados, puede que hicieran alusión a situaciones semejantes  a la que vivía sin embargo no debe existir persona que pueda imaginar lo que en este instante vivía.

Ya había decidido su manera de proceder y sonrío al notar que aunque estaba solo y lo habían expuesto a una situación límite que bien podría ser una prueba de Kuroro si se lo analiza con cuidado, y a pesar de eso estaba tranquilo, se podía mantener frío y la sensación de abandono y perdida que lo azoto a eso pocos días parecía un borroso recuerdo, conforme con su propia cordura que parecía regresar cuando más lo necesitaba se dispuso a ingresar a la pagoda sin antes haber agudizado sus sentidos esperando alguna señal de movimiento que no encontró y considerando que la única pista era disculparse en la pagoda a pesar de saber que todo se había detenido significaba que algo moraba en aquel lugar y aunque descartara las palabras de su guía que lo había dejado abandonado, también estaba el hecho que cuando llego la pagoda parecía emanar desde su interior algo semejante a una flama que se estaba extinguiendo lentamente dejándolo a oscuras en aquel bosque.

De esa manera se dirigió hacía la entrada de la pagoda que se erigía majestuosa ante él, sus puertas se hallaban ligeramente abiertas y al comprender que con tan poca luminosidad su vista no le era su sentido más útil decidió adentrarse decidido a jugar este juego sin importar que se lo hubiera impuesto Kuroro, esa chica o alguien más porque sobre todas las cosas en ese instante se enfrentaba a su destino que hace un tiempo parecía acabado y ahora los dados volvían rodar, la pregunta es que si la suerte jugaría de su lado.

Con el mayor sigilo se introdujo en la estrecha ranura que las puertas dejaban para evitar cualquier ruido o trampa, no dio más de un paso dentro del lugar para que las puertas se cerraran estrepitosamente y la habitación  circular se iluminara totalmente con un resplandor dorado que surgía por debajo de tal vez cientos de estatuillas que eran transparentes, no había otra puerta además de la que acababa de utilizar y no daba la sensación de poder abrirse con facilidad, la estatuillas se posicionaban  de manera que dejaban un pequeño camino que finalizaba en el epicentro de aquel espacio.  

Después de buscar  exhaustivamente  otra cosa que no fueran las pequeñas figuras que en su opinión no eran más que una extravagante distracción que tenía como objetivo llevarlo a una trampa  tuvo que comenzar a recorrer el pequeño pasillo en espiral para lograr llegar al centro de la habitación, caminó cautelosamente entre las estatuillas que aunque al principio pensó que no tenían ningún sentido comenzó a notar que poco a poco le eran más conocidas no podía decir con certeza con que las asociaba, su estilo singular era compartido con todas ellas pero no le entregaban pista alguna de su procedencia  así que continuo caminando aunque con un poco más de rapidez con la idea de encontrar alguna que le ayudara a comprender este misterio.

Y allí estaba la primera pieza de ese rompecabezas que pudo reconocer, era Agni  un Diosa de su tribu, tenía la certeza porque recordó que cuando era niño había husmeado con Pairo en uno de los libros sagrados de la tribu cosa prohibida para los niños y sobre todo a él que siempre incomodaba a los adultos con sus preguntas difíciles, siempre había pensado que era una Diosa desnuda pero al parecer si esta era una réplica exacta de aquella representación significa que es un Dios sin género, no le sorprendía que en su momento lo hubiera confundido con una mujer con su poco conocimiento de la anatomía femenina y la esbelta figura que poseía daban lugar para el error, después de todo Agni , el Dios en cuestión representaba el fuego y tomaba distintas formas como animales tales como la salamandra u otras que se asemejaban en mayor medida a los humanos pero sin serlo exactamente después de todo representaba al fuego y muchas veces poseía dos lados que simbolizaban lo bueno y lo malo del fuego elemento de particular admiración.

Intento de desempolvar sus recuerdos sobre el dios pero pocas cosas le venían a la mente, la tribu no solía hacer muchos ritos religiosos y menos a los ojos de los niños aunque su madre solía contarle historias de la mitología de su tribu de cómo fue creada y como vivían las divinidades antes de dejarlos en este mundo, sin embargo Igna en particular era lo que se podría conocer como el  único  dios temido según la historia que una vez escucho su esencia fue resguardada por los Kurutas  en lo más profundo de su alma y cuando su temple no era el suficiente fuerte sus ojos reflejarían a Igna atreves del brillo escarlata de sus ojos, Igna era descripto como un Dios que corrompía el alma por ser extremadamente poderoso y en las pocas ocasiones que tuvo que aliarse con otros dioses se lo relataba como un aliado implacable y también como un enemigo despiadado.  Por esa razón se lo solía representar con dos caras una que mostrara los atributos positivos y otra los negativos. La estatuilla que tenía frente a sus ojos contaba con la característica anterior pero curiosamente estaba al revés, o eso suponía ya que no recordaba haber visto ese rostro jamás después de todo se acostumbraba tapar uno de los rostros y ponerlo de espaldas para que no trajera desgracias a la tribu. Sonrío tristemente sabiendo que indirectamente era culpa de la herencia que les había dejado todo lo sucedido, aún así la tribu seguía adorándolo y diciendo que Igna era lo más cercano al ser humano porque era un dios imperfecto que por muchas tribus era utilizado como ejemplo del mal pero en donde se crío se le rendía gran culto. Puede que sin darse cuenta Kurapika paso a ser como Igna alguien con grandes atributos que comenzó a tergiversarse en su uso, por un instante este pensamiento lo invadió y casi con empatía acerco sus manos con el fin de girar la estatuilla en busca de su otra cara que representaba lo bueno y la esperanza de que no todo estaba perdido para él mismo. Pero al llegar casi a rozarlo con la yemas de sus dedos, se detuvo preguntándose si esto era algún tipo de trampa sin embargo la giro de todas maneras porque en ese instante  aquella acción representaba mucho más que cualquier cosa que pudiera hacer porque sin importar quien estuviera intentando jugar con él, aquello era una prueba que él no iba dejar sus creencias ni sus origines de lado jamás  además girar la representación de esa deidad era un buen augurio.

Ni bien finalizo la acción una puerta apareció frente a sus ojos  y la puerta que en su momento desapareció volvía a su lugar correspondiente, eran exactamente iguales y sería fácil confundirse pero este no era el caso de Kurapika y avanzo entre el pequeño pasillo que se formaba entre las estatuas pero esta vez sin ninguna cautela, preparado para enfrentar el próximo reto que le propinaría su destino.

Cuando se situó frente a la puerta noto que esta al igual que la otra carecían de picaporte o cualquier cosa que sirviera para abrirla y sin olvidar lo poco que aprendió de su guía que por cierto le había abandonado aunque en el fondo eso le tranquilizaba, sinceramente ella le inquietaba bastante sin contar que no parecía la persona más confiable del mundo. Así que de igual manera de la que observo apoyo su mano contra la puerta y utilizo gyo en busca de alguna reacción que no tardo en aparecer haciendo que el obstáculo se esfumara y lo dejara ingresar a otra habitación similar mas esta se encontraba completamente vacía y una vez dentro no poseía más que paredes.

No pudo evitar suspirar desalentado, ahora que se suponía que tenía que hacer la habitación estaba totalmente vacía, con desgano dio una vuelta por el lugar palpando las paredes en busca de alguna superficie irregular que delatara una salida pero sus ojos estaban en lo correcto, sencillamente no había nada.

Así que mientras examinaba con la mirada en busca de algo que se le hubiera pasado de largo oyó un sonido e inmediatamente dirigió su vista hacia allí y pudo notar como un rechinido sonaba.

Este provenía de una puerta que acababa de aparecer y ahora se abría ante sus ojos, pero eso no era lo que le había helado la sangre, la persona que se encontraba bajo el umbral también poseía unos ojos escarlatas y podría jurar que ese muchacho que se encontraba a unos pocos metros era Pairo.

Al principio no dio crédito a sus ojos, simplemente era imposible que esto ocurriera esa persona no era Pairo, él al igual que todos sus camaradas de la tribu habían muerto. Aquella última palabra retumbo en su mente. Kurapika  jamás había acabado de aceptar aquella realidad y aunque lo quisiera desmentir era la principal razón por la que nunca fue a la tribu no podía utilizar su razón para demostrarse así mismo que eso había sucedido, puede que lo dijera con total convencimiento pero noche tras noche su mente maquinaba alguna manera distinta de descubrir que todo aquello no era más que una farsa. Pero sabía que aquella obsesión era insana y debía detenerla por eso se empeño en conseguir los ojos rojos con tanto esfuerzo tenía la idea de que una vez conseguido los 36 pares podría volver a la aldea y dejar los ojos o algo, lo único que deseaba era poder entender que aquella masacre sucedió que no fue un mal sueño y por muy sorprendente que fuera en su antigua vida aquello ocurrió y se dedicaría en seguir adelante.

Y si convivir con su pasado asechándolo a diario no fuese suficiente, aquí estaba quien sabe quien burlándose de él, era enfermizo pensar que alguien estaba haciendo todo esto, primero el bosque de su infancia, después las divinidades de su tribu y ahora Pairo, ¿es que le parecía divertido? En este instante este sujeto estaba observándolo y riéndose de mi sufrimiento, esto era obra de Kuroro o de sus arañas o quien más estaba tan enfermo para encontrar la manera de hacerle ver más miserable.  En el fondo creí que aquel antro del diablo fue lo más bajo que podía caer pero allí estaba hundido un par de metros más.

Mientras todos aquellos pensamientos arrasaban en su mente, sus ojos se nublaron pero no eran por su estado sino por las lagrimas que corrían libremente por su rostro y su respiración se volvió inestable mientras suaves sollozos escapaban de sus labios que comenzaron a temblar súbitamente, las fuerzas de sus piernas se desvanecieron y le hicieron caer de rodillas contra el pulido suelo que de manera difusa reflejaba la figura de las dos personas en la habitación.

El muchacho que se acercaba lentamente al ver esto se acerco lo más pronto posible al joven rubio,  ante la triste imagen que sus ojos captaban algunas lagrimas comenzaron a aparecer pero se negó a dejarlas caer y esforzándose por aclararse la garganta que parecía incapaz de pronunciar siquiera una palabra pronuncio el nombre  de su amigo al que tanto esperaba Kurapika.

Sin embargo, este seguía con la cabeza gacha y no mostro señal de haber reaccionado ante el llamado.

-          Kurapika  - volvió a decir con pesadez buscando llamar la atención del muchacho que se hallaba frente a él,  no es como si ignoraba que su amigo debió haber pasado cosas terribles pero no podía negar que lo que estaba presenciando era peor de lo que imaginaba. Más allá de que con solo verlo habría causado esa reacción no era lo que más le sorprendió después de todo estaba seguro que Kurapika ignoraba totalmente el hecho que él vivía y pudiera que el shock de volver a verlo desembocara en un ataque y era hasta lo más predecible sin embargo allí estaba aquel chico tan delgado  frágil que lloraba sin pudor, le costaba creer que aquel niño tan enérgico y travieso  que una vez fue le mostrase esta parte tan infinitamente triste que provocaba un dolor desgarrador en su pecho y sin poder soportarlo más lo abrazo sin recatos.

Y fue en ese momento en que Kurapika reacciono sin contenerse golpeo la boca del estomago del muchacho que lo abrazo, se paro altivo y con su manga izquierda limpio las lágrimas que quedaban ahora sus ojos brillaban como si fuera una llamarada pero a pesar de eso el joven que recibió el golpe pudo sentir frío en aquellos ojos, aquel golpe hizo que perdiera la estabilidad, bien pudo evitar el golpe, o hasta incluso devolverlo sin embargo él jamás podría lastimar a su amigo que ya de por si le había mostrado que tan lastimado estaba.

-          ¡No creas que te puedes burlar de mí! – rugió el rubio completamente enfurecido  mientras se le acercaba y pregunto amenazante - ¿Quién eres en realidad?

-          Me llamo Pairo, pero eso es algo que ya sabes Kurapika – respondió mientras observaba aquellas orbes escarlatas que seguían encendiéndose a este paso su cuerpo no lo soportara pensó.

-          No tengo la paciencia para oír tonterías, contéstame – esta vez sus palabras fueron dichas en voz baja dándole un tono incluso más amenazador que antes.

-          ¿Y cómo sabes que te estoy mintiendo? además para que lo haría si quisieran algo de ti no hubiera sido más fácil simplemente haber esperado a que te borraran la memoria y pedírtelo amablemente cuando no opondrías ninguna resistencia – se esforzó por razonar para encontrar la manera que creyera en sus palabras pero lamentablemente estás palabras jugarían en su contra pronto.

-          Mi memoria no se borraría si no quiero – expreso con seguridad aunque una pequeña parte de él comenzó a dudar.

Al tiempo que se levantaba del suelo y se ponía frente al otro contesto - Claro sólo si eres un prodigio, la única persona lo suficientemente obstinada para no perder sus memorias fue Kuroro todos los otros la perdieron, así que no es un hecho que las mantuvieras – habían otras personas que mantuvieron algo de sus memorias y sufrieron secuelas, obviamente por mucho que le molestara mentirle no podía darle razones para que crea que soy un impostor pensó a la vez que enfrentaba su mirada con su viejo amigo.

Ante la última declaración Kurapika se mantuvo callado aunque deseaba creer que lo que ese muchacho era quien decía ser su cordura le decía que no se dejara engañar que esto no era más que un vil truco.

El joven de cabellos negros suspiro resignado estaba consciente que estaba en una posición desfavorable y aún cuando sabía que este día llegaría jamás encontró la manera de demostrar que era él y conociendo lo obstinado que era la persona frente suyo supo que le deparaba una larga disputa pero el reloj le jugaba en contra y convencerlo de quien era no era lo más difícil que debía lograr.

-          ¿qué debo hacer para que me creas Kurapika? – aquella pregunta que se volvió casi un ruego floto en el aire sin respuesta por ninguna de las dos partes. 

Notas finales:

espero que les haya gustado, personalmente disfruto cuando las cosas se vuelven un tanto surrealista pero espero no abusar para seguir siendo compatible con el mundo hunter que tiene sus cosas mágicas pero no abusa demasiado me pregunto si se considerara como realismo mágico, en este capitulo escribi sobre Igna que según investigue es una divinidad india me eh tomado bastantes licencias sobre la realidad pero me parecio importante contarselo por si tenían curiosidad . Sobre la tribu Kuruta se da a entender en el manga y en el relleno del 99 que poseen una religión que particularmente se me hizo interesante hablar y como seguramente no leeran esto personalmente muy rara vez yo misma lo hago les pedire que comenten si quieren de todas maneras me alegra mucho ver que lo leen aunque no comente y confirmarles si alguien tuvo la duda este chico si es Pairo, se que esta mal revivir personajes que mata la pelicula pero no me puedo resistir es un personaje que apenas aparece pero es trancendental en la vida de Kurapika y este podría darle otro punto de vista sobre la situación que comparten.

deberia dejar de escribir aqui y poner manos a la obra con  el próximo capitulo y eso hare. Nos leemos!!


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