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REY DE DRAGONES (HELIOS SAGA) por desire nemesis

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¿En que piensa?—se oyó la pregunta y al levantar los ojos Joey descubrió al rey que interesado le miraba.

 

Él bajó sus ojos enseguida—En nada mi rey—

 

De seguro es así. Dudo que tenga mucha materia prima para hacerlo—dijo el disgustado castaño haciendo que la sorda furia volviera al verdadero rey sin que la demostrara.

 

¡Nosotros en verdad no creemos eso, primo! Se ve un chico despierto—le contestó Fye dando más información al ojos mieles. Con que el rey y su jefe eran primos.

 

Su majestad me halaga pero solo soy un pobre campesino.

 

¡Su majestad! ¿Qué asuntos lo llevan en verdad a llamarme?—preguntó el ojos azules castaño.

 

Es mejor que el servidor se vaya en este punto—dijo Kurogane.

 

Seto iba a ordenarle a Joseph esto cuando el rey mismo le interrumpió—Puede quedarse. Kuroroton es un poco paranoico a veces—

 

Majes…--dijo el preocupado pelinegro.

 

Agradecemos tu preocupación pero esto se sabrá muy pronto—le dijo Fye al guardián—Seto, el ejército del sur ha sido emboscado, han invadido Iskabad y no hemos podido frenarlos a tiempo. Meyora está a punto de llegar a la ciudad—El corazón de Seto se heló de inmediato y Joey también entendió lo grave del caso—Te llamamos para que intentes…--

 

Pones a salvo la biblioteca, pero… ¿Hay posibilidades de que penetren las murallas?—preguntó Kaiba.

 

Desearía decir que no pero…--contestó el rey.

 

He descubierto dos espías esta semana y es posible que haya más—dijo Kurogane.

 

Entiendo—dijo Kaiba mientras medía los peligros en que estaba metido su rey.

 

Fye dijo en un momento de abstracción—No dejo de pensar que nos lo tenemos merecido—

 

Deje de pensar en eso. No es culpable de lo que su padre hizo, menudo fastidio. Debe entenderlo y dejar de ponerse así por pensamientos nada buenos—dijo el pelinegro queriéndolo insultar por ponerse así por bobadas pero después de todo el otro era el rey.

 

Kurogane es rudo hasta para consolarme—dijo con una sonrisa el joven rey pero sus ojos no la reflejaban—Aún así sé que esto lo tenemos merecido. Si mi padre no hubiera cometido esos terribles actos—añadió con mucha pena mientras Joseph temía estar escuchando lo que creía estar escuchando.

 

Usted no es responsable de los actos de su padre. Si ellos prefieren creer que si es su causa pero ellos no podrán superarle—dijo el guardián principal—Sé que el antiguo rey hizo mal en más de una ocasión pero usted es mejor rey de lo que ellos nunca serían. Además su familia está extinta ahora—

 

Joseph estaba seguro ahora de que hablaban de su familia y que el rey se condolía de los pecados de su padre. ¿Pero sería suficinte?

 

Lo mismo pensó mi padre y en 2 ocasiones volvieron. No te fíes de lo que crees. Quizás en 15 años yo deba enfrentarme a uno de ellos—dijo el monarca mirando hacia un ventanal.

 

Joey pensó que no tendrían que esperar tanto.

 

Si llegaran a venir yo mismo le cortaré la cabeza como se hizo con el último—declamó Kurogane.

 

La mirada de Joey se oscureció mientras Fye le decía que no dijera tales cosas, el ojirojo estaba lleno de furor.

 

Lo haré aún a costa de su opinión. Para mi su bienestar está primero y esas sabandijas acabarán con usted si las dejamos—le respondió el pelinegro mientras el furor dentro del verdadero rey crecía más y más.

 

¡Con permiso! Debo irme a empezar los preparativos—dijo Kaiba.

 

El rey le dio su venia con un asentimiento de cabeza, la tristeza se pintaba en su rostro.

 

Él y el rubio caminaron por el laberinto de setos de rosas mientras se alejaban de la fuente.

 

Te has vuelto muy callado de pronto—dijo Seto mirándolo de reojo.

 

Joey salió de su ensimismado malhumor un momento antes de oír como chocaban los metales allá atrás, donde dejaran al rey y compañía.

 

Acudieron raudos para encontrarse al rey que venía hacia ellos, por un momento Joseph pensó en consumar su venganza allí mismo pero al ver que detrás de Kurogane aparecía otro asaltante además del que luchaba con el ojirojo y evadiéndolo intentaba alcanzar a su majestad pero Kuro se volvió raudo y lo hirió por la espalda justo en el momento en que otro hombre saltaba unos setos junto a ellos intentando darle caza al rubio ojiazul.

 

Joey actuó como todo hombre de su calibre y aunque estaban desarmados cogió una de las antorchas que bordeaban los setos que estaban encendidas a esa hora del ocaso, sin pensarlo dos veces la tiró hacia la cara del que caía viéndolo alcanzado caer sin dirección, el cegado intruso blandió contra ellos una encorvada cimitarra intentando herir al más cercano que por supuesto era el melado pero el rey haciendo acto de coraje lo empujó hacia atrás para que no recibiera la embestida y haciéndolo se puso en riesgo él mismo.

 

Para su suerte Kurogane llego a tiempo para parar al que blandía la curva arma.

 

¿Qué rayos hace? Un rey tiene que mantenerse lejos del peligro no delante—le gritó su guardia mientras el resto de la guardia llegaba a ellos habiendo escuchado el alboroto.

 

¿Un rey así merecería el aprecio de alguien?—preguntó Fye entre filosófica y humorísticamente.

 

El otro no pudo responder y Joey en su interior aún sufría el embate de la tormenta que ahora se abatía en su mente.


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