En la entrada de la gran sala del palacio se encontraban dos castaños que si bien eran conocidos, pero poco vistos. Ritsu usaba un traje victoriano azul celeste con un saco completamente blanco y botas hasta las rodillas y un antifaz color plateado, mientras su hermano menor vestía un taje victoriano color verde aqua con botas hasta las rodillas color gris y un antifaz color azul celeste – Ritsu-ni creo que deberíamos movernos me pone nervioso estar frente a tantas personas - dijo el menor y bajaron las escaleras.
al otro extremo de la sala
- se ve tan - dijo akihiko - perfecto Termino Masamune - anda debemos acercarnos no perderé la oportunidad de hablar con él - dijo el azabache levantándose de su asiento y bajando para encontrarse con su castaño lo antes posible.
En el salón había muchas personas, aunque a los hermanos no les importaba sabían que debían encontrar una mujer para desposar antes de la próxima noche sino, perderían su casa y los pocos recuerdos de su madre – buenas noches –saludaron con una gran sonrisa a algunas de las señoritas que estaban cerca de la mesa de banquete –con permiso - dijeron las chicas y se fueron –¿que fue eso? –pregunto el menor – no lo… - escucharon una risa cerca de las chicas que los habían ignorado… una risa inconfundible para ellos –Haitani –dijeron al unísono mientras caminaban en dirección a su padrastro –que demonios estás haciendo –reclamo el mayor –disculpen pero no sé de qué hablan – dijo sarcásticamente –no finjas ¿que le dijiste a esas chicas que se alejaron de nosotros? –reclamo el mayor –nada, …no creen que es difícil encontrar personas que respeten un trato hoy en día que gente tan despreciable no creen.... capases de mentir solo para no perder que personas tan ruines –desgraciado como puedes decir eso tan inocentemente cuando eres una rata que engaño a nuestra madre –decía un furioso castaño –Ritsu-ni déjalo tenemos toda la noche para conocer a alguien y también mañana –es verdad Ritsu-ni .. ve y prueba suerte en otra parte –dijo Haitani en modo de burla dándole la espalda a los chicos –esto no se quedara así vamos Misaki no tenemos tiempo para lamentarnos – si … -dijo el menor un tanto desanimado….
No habían llegado aún al centro del salón cuando Misaki choco de frente con un hombre cayendo al suelo.
– te encuentras bien – dijo un apuesto hombre vestido totalmente de blanco con un cabello plateado y un par de ojos amatistas que cautivarían a cualquiera al chocar con un pequeño castaño - ee si… estoy … bien – respondía mientras tomaba la mano que el peliplata extendía hacia el para que se apoyara –Misaki estas bien- ee si hermano el me ayudo –dijo señalando al peliplata - gracias – dijo Misaki sin soltar la mano del hombre de blanco –no fue nada….. ¿te gustaría dar un paseo? –Misaki se sonrojo olvido que su hermano estaba ahí, o el propósito del porque habían asistido a ese baile…. ¿el motivo?, el conocía perfectamente esos ojos jamás los olvidaría pero tal vez su dueño si a el - ..claro.. –respondió tímidamente –Misaki deberíamos estar juntos –reclamaba su hermano al ser ignorado –a disculpa si gustas puedes esperar junto a mi amigo - dijo el principe de blanco señalando al hombre vestido de negro que se encontraba detrás de Ritsu –un gusto mi señor –dijo el hombre de negro con una voz seductora mientras hacia una reverencia ante el –espera Misa… - no pudo terminar ya que al buscar a su hermano pudo ver como se dirijia hacia los jardines del palacio junto al hombre de blanco –ese traidor me abandono por unos ojos bonitos -pensaba Ritsu – “perfecto Akihiko todo salió justo como lo planeamos tú te vas con el chiquillo y yo me quedo con mi Ritsu –pensó él azabache frente al castaño - dígame mi señor cuál es su nombre- pregunto con una voz seductora, y educadamente todo con el propósito de conquistar a ese dulce castaño – Ritsu –contesto un tanto sonrojado e intimidado por la presencia de ese hombre dueño de una mirada tan fuerte y vigorosa que lo ponían nervioso –¿puedo.. saber el suyo? – pregunto el ojiverde al seguir el juego del azabache –Masamune –dijo al moneto de besar la mano del castaño provocando que este se sonrojara, su antifas no lo dejaba ver pero sus orejas estaban rojas a mas no poder -¿me haría el honor de acompañarme esta noche?