Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

REY DE DRAGONES (HELIOS SAGA) por desire nemesis

[Reviews - 195]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

De ser necesario yo…--dijo el melado, iba a proponer que le quitaran un mes de salario o algo así pero en lugar de eso recibió de pronto y sin previo aviso un beso intenso en sus labios que le hizo preguntarse por un segundo si estaba bien de la cabeza. También se sorprendió porque su cuerpo respondió de una manera muy distinta a la que él hubiera esperado.

 

Jamás había sido tocado así por otro hombre ni lo hubiera creído posible y normalmente él lo hubiera zurrado o apartado pero su cuerpo no solo no hacía intento alguno por ello sino que además se pegaba más al dueño de esos labios fogosos que intentaban derretir los suyos con un beso.

 

Con toda la fuerza que pudo reunir y que no fue mucha el rubio alejó lo suficiente a Kaiba para hablarle—¡Amo no! Esto… esto… ¡Está prohibido!—las leyes eran muy claras contra acciones antinaturales como esas. El castigo era veloz y cruel para aquellos que osaran…

 

Dijiste que querías permanecer a mi lado—dijo el amo Seto con su cara a milímetros de la de él mientras una de sus manos descansaba en su mejilla—No te asustes, no pretendo más que esto—dijo antes de volver a besar la fruta prohibida de los labios del melado que impactado se quedó quieto y lo dejó hacer mientras pensaba que sus verdaderas motivaciones para decir aquello eran llegar a su objetivo pero que entendía que todo fuera mal entendido por el otro.

 

El beso se hizo intenso y entonces el castaño pronunció en su oído—Ya no puedo, no puedo detenerlo más—

 

¿Detener qué?—dijo de pronto asustado el melado. ¿Recién no había dicho que era solo besarlo lo que iba a hacer?

 

He estado deseando esto desde hace demasiado—dijo el embelezado ojos azules sorprendiendo de nuevo al rubio. ¿Desde hacía cuanto pensaba de tal manera en él? Se dio cuenta de pronto de lo que había empezado eso. La caída con las sábanas. Él había sentido algo entonces pero todo lo que flotaba en su mente… seguramente al otro no le estaba pasando aquello y para Kaiba fue mas fuerte—Cuantas veces he soñado esto. Me pregunto si esta vez de nuevo…(beso)…despertaré…(beso)—

 

Lo siento amo pero…--dijo Joseph separándolo. Debía poner todo en su lugar.

 

Ya veo. Entonces no puedes seguir con nosotros—le contestó el serio amo.

 

Joey no quería perder la oportunidad de estar de nuevo con el rey. ¿Cómo podía? ¿Tendría que hacerle creer que sentía interés por él? Es cierto que le pasaba algo raro pero lo más importante era su venganza—No soportaría que siguieras a mi alrededor ahora que sa…--dijo Kaiba y antes de que terminara el melado se decidió y fue a por sus labios. Fingiría todo lo necesario para llegar hasta el rey.

 

Deme tiempo amo—le pidió el rubio antes de ser besado de nuevo.

 

Ven a mis habitaciones esta noche—dijo el castaño sorprendiendo al otro. Le acababa de pedir tiempo y ahora...—No tienes a que temer, solo quiero tu compañía—aclaró y como el rubio sintió que ya no podía echarse atrás asintió.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y ahí estaban. Besándose a la luz de la luna que entraba por la ventana. Todo era muy raro para el joven siervo. Y lo más raro era que se sentía muy distinto entre esos brazos fuertes. Era… como sentirse seguro.

 

Un movimiento repentino lo alteró y más cuando comprendió hacia donde el otro lo llevaba. La cama se aproximaba y temió estar en una trampa. Seto se separó y le dijo—Solo quiero abrazarte mientras duermo. ¿Me dejas?—

 

El melado estaba alterado pero no era por temor. Mirando esos ojos azules supo que no le mentía y al rato estaba descansando su cabeza sobre el pecho de ese tipo que hasta hacía unos días era un completo desconocido y lo peor es que no se sentía mal. Sentía cierta paz al oír su acompasada respiración y el palpitar de su corazón, una mano de Seto descansaba en la cabeza dorada que por minutos estuvo acariciando.

 

¿Y la señora Isis? Su compromiso…--preguntó el rubio inquieto.

 

Todo debe seguir su curso. Compartiremos esto hasta que llegue ese día. ¿Estás de acuerdo?—preguntó el mayor y repentinamente el ojos mieles sintió una opresión en el pecho que no supo explicarse.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).