En el jardín.
Un hombre de blanco caminaba un poco más delante de un callado castaño en un hermoso jardín bajo la luz de la luna, el jardín posterior del palacio con una fuente principal y donde quiera que viese la vista del visitante podían verse flores en su mayoría rosas a excepción de las preferidas de la reina al ser del mismo color de los ojos de su adorado hijo, las más bellas flores lilas se extendían por todos lados.
¿Misaki porque estas tan lejos de mi? –pregunto el hombre de blanco al notar que el pequeño castaño caminada muy por detrás de el -ee…bueno…puedo preguntar ¿Por qué me pidió que viniera con usted –dijo un poco dudoso y algo tímido el castaño -bueno sería irresponsable decir que fue por amor a primera vista, así que te parece si digo que el destino te trajo a mi otra vez -dijo el peliplata al tomar la mano del castaño y regalarle una sonrisa mientras lo miraba fijamente a los ojos -¿eto…. Tu…me recuerdas….usagi-san? -dijo el castaño en voz apenas audible con la mirada perdida en el suelo -los ojos de Akihiko se abrieron ante la pregunta de su pequeño castaño y la sorpresa que le causo -Misaki acaso tu….. –el ojilila tomo delicadamente de la barbilla al castaño para levantar su rostro y sus miradas una vez más se encontraran -¿¡recuerdas la boda de la duquesa Milia y tu encuentro con un joven¡? –pregunto un tanto exaltado el peliplat,a su castaño lo recordaba o al menos existía la posibilidad y si era así no la perdería por ningún motivo -¿mi madre… la recuerdo es por eso que…. ¿Eras tu cierto …? - Misaki le regalo una sonrisa llena de nostalgia y felicidad a la cual el ojilila no se pudo resistir y lo abrazo con todas sus fuerzas –fuiste tú quien me dijo que su cabello era si porque era un conejo –dio el ojiverde en tono de reproche ante aquella infantil mentira. Akihiko no pudo evitar reír el recordar como el pequeño niño inocente de aquel entonces había creído completamente en su palabra de que era un conejo -si, Misaki creí… que te habías olvidado de aquel encuentro …… después de todo poco después perdiste a tu madre –dijo el peliplata deshaciendo el abrazo para una vez más perderse en esa mirada que tanto amaba llena de inocencia –no… nunca olvidaría la última vez que vi a mi madre ni la primera vez que…… me…me enamore –dijo el pequeño castaño parándose de puntillas y dándole un sorpresivo beso al distraído y sorprendido usagi –Misaki … ahora que nos encontramos ya no te dejare ir -dijo volviendo a besarlo de una manera más exigente probando el sabor de la boca de misaquui y jugando con la inexperta lengua del pequeño que trataba de seguir el beso.
En la terraza del castillo.
¿Puedo saber para que me ha pedido que lo acompañe Masamune-san? –dijo el mayor de los castaños desde lo que él consideraba una distancia prudente de un hombre desconocido -no tienes por qué estar tan lejos no te are nada, anda acércate -dijo el azabache haciendo un ademan con la mano para que el castaño se acercara a el -está bien, no veo la necesidad de rodeos …..¿Quiero saber si estás enamorado de alguien o si lo has estado Ritsu? -el castaño enrojeció al escuchar la pregunta y más al considerar responderla con la verdad -¡eso no es de su incumbencia demás apenas lo conozco no tengo por qué darle explicaciones¡ -respondió rápidamente muy nervioso -tienes razón, pero creo que me concierne saberlo después de todo hace 10 años perdiste algo que supongo es importante desde entonces me convertí en su guardián solo para poder verte una vez más y… -hiso una pausa se acercó al castaño, él cual cerró los ojos al pensar que lo atacaría, pero solo sintió como las manos del alto hombre de negro rodeaban su cuello - poder hacer que te enamores de mi como yo lo estoy de ti -cuando el castaño escucho la declaración del ojimiel no pudo evitar abrir sus ojos abruptamente y encontrarlo demasiado cerca de su rostro – ¿que …. Que acaba de decir? -pregunto el confundido castaño -no escuchaste hare que te enamores de mi debes hacerte responsable de enamorarme así que se el adulto que debes y ámame -“este tipo está completamente loco” -pensó Ritsu -pero eso será después, ahora puedes agradecerme -dijo el azabache al alejarse del castaño para darle un poco de espacio -¿agradecer por qué? -pregunto el castaño pero el azabache no respondió y solo señalo su pecho, a lo que Ritsu dirigió la mirada hacia abajo encontrándose con lo que creyó no volvería a ver -es….realmente…realmente es…. –no te preocupes es el original, un regalo de tu madre, sino mal recuerdo habías dicho….. -el azabache al ver la expresión del pequeño castaño no pudo evitar pensar “ahora que nos volvimos a encontrar no permitiré que nada ni nadie nos separe” -¡muchas ….muchas gracias Masamune-san¡ -dijo el castaño sosteniendo con ambas manos el recuerdo de su madre, los ojos llorosos y una sonrisa que parecía le habían entregado el más bello tesoro en el mundo -“puede que este loco pero debe ser un gran hombre para devolverme una parte de mi vida” –pensó Ritsu mientras agradecía el volver a sentir a su madre cerca de él gracias a esa última muestra de amor que le dio antes de partir para siempre.