Como dije tenía mucho tiempo para leer mientras se encerraba en su escritorio para evitar verme. Descubrí esa parte de la historia en unos pergaminos de otro lugar en que hablaban de algo acontecido en un pequeño pueblo y armé la historia por mis propios medios—le contó Joey—Dicen que a esa divinidad se le ocurrió algo debido a lo que había descubierto y volviéndose a donde había enterrado a la persona amada los envolvió a los dos en un fuego abrasador, destruyendo así en apariencia a los dos pero convirtiéndose gracias a su poder de regeneración en algo diferente porque al regenerarse se combinó a si mismo con un humano—todos de pronto estaban boquiabiertos, si era lo que estaban pensando—No somos lo que ustedes creían, una combinación de dragones y humanos, nuestro poder va más allá porque somos humanos y divinos—
Los cuatro estaban turbados. Joseph se había ido de la sala como así también los invitados y soldados. Fye miraba por la ventana sin saber que pensar mientras a Kurogane lo carcomía la furia y el estupor. Seto se agarraba la cabeza sin saber si podía creer en esas locas afirmaciones sin más prueba que esas leyendas que él conocía.
“De humanos tenemos la mortalidad. De divinos el poder” había dicho el otro antes de marcharse. Dejó en claro también que sus dragones se quedaban con el exclusivo propósito de cuidar la vida de su hermana y que cualquiera que se le acercara con propósitos oscuros lo pagaría caro. Según él iba a vigilar si quedaban invasores en la ciudad.
Es un triste destino, vivir desconfiando de todos y de todo—dijo con pena el ex rey.
Es un maniático malicioso—dijo Kurogane.
¿Pero que podemos hacer? Estamos en sus garras y si…--dijo Seto antes de ser interrumpido.
¡Mi hermano no es así!—dijo Serenity con todas sus fuerzas como si con ello podía acallar el dolor que sentía en su interior, luego se sentó en una silla con la mirada perdida y lágrimas en los ojos. El rubio intentó ir a su lado pero el pelinegro lo contuvo vigilando a las bestias, podían interpretarlo como un gesto agresivo mientras Seto de pronto recordó aquella historia que era mentira sin duda.
Él fabricó una historia para mí en la que solo tenía un hermano pequeño—dijo con amargura—Inventó que se murió en un incendio. Dijo que ese hermano siempre lo seguía intentando superarlo—
La princesa lo miró—Eso no es mentira. Al menos gran parte. Solo que Joey, él era el hermano del medio. Siempre iba tras nuestro hermano mayor intentando superarlo y él se burlaba de Joseph pero… cuando yo tenía problemas… ellos siempre cuidaron de mí—
¿Ese hermano se llamaba Párafes?—preguntó Seto, quería saber si había algo cierto de todo lo dicho por el otro.
Ella lo miró sorprendida y asintió. Al menos había algo real en todo lo que le contó. Recordó de pronto la furia aquella de sus palabras junto al lago cuando no sabía que era oído y eso le ayudó a comprender su estado. No era solo que su caballo compartiera el mismo nombre era la furia y el dolor de un hermano que había perdido a su ser querido en manos de aquellos entre los que estaba. De pronto se preguntó si era culpado por el otro o en verdad no culpaba a nadie sino a Midas.
¿Y tu madre?—preguntó el ojos azules y la pelirroja lo miró sin entender--¿Ella está esperándote en ese pueblo?—
Mis hombres me dijeron que no había nadie más que ella—recordó Kurogane interesado.
Mi mamá murió cuando era pequeña, la abuela cuidó de nosotros hasta que…--le dolía recordar a Sere--…cuando supo lo de Párafes…--no era necesario que continuara.
Joseph volvía. No quería dejarlos solos por mucho tiempo, empezó a abrir la puerta cuando se detuvo al oír lo de su abuela. Hasta ahora había pensado que tal vez los del pueblo la escondieran.
Tú viniste aquí antes. ¿No es así?—preguntó Seto.
Ella asintió. Cuando nos dimos cuenta que Joey había seguido a Párafes la abuela se preocupó y me prohibió que fuera tras ellos pero al pasar los días y no verlos volver no pude más y escapé para saber que había pasado. Cuando llegué todo había pasado pero las personas de la ciudad me lo contaron. Cuando supe lo de la cabeza de mi hermano… pensé que tal vez Joseph había regresado mientras no estaba así que volví pero él no regresó jamás. ¿Dónde pudo estar en ese tiempo? ¿Por qué se ha tornado tan agresivo? Joey era cariñoso, siempre me protegía. ¿Dónde está mi hermano? ¿Qué pasó para que se volviera así de frío?—
¡Ahora lo recuerdo!—dijo Fye de pronto—¡Él estaba allí!—
¿A que se refiere? ¿Dónde?—preguntó Kurogane.
Ese día, había un chico paralizado en la plaza. Siempre me pareció una cara familiar y ahora sé el porqué. Joseph estaba cerca de su hermano cuando fue asesinado—reveló el hijo de Midas quien estaba entre el séquito cuando su padre hizo herir a aquel chico y vio como hablaba con su cuerpo destrozado, de pronto recordó a aquel chico arrodillado a un lado que entonces apenas vio porque estaba horrorizado por lo acontecido.
Joey cerró los ojos mientras sus manos se convertían en puños sobre la madera de la puerta. Aquél recuerdo cruel volvió a atenazarle.