Ritsu
Oye no estas aburrido solo estamos aquí sentado –dijo el azabache mientras jugaba con una copa en la mesa –tu madre dijo que fueras amable anda muéstrame el lugar ¿quieres? –decía insistente el azabache al tímido castaño –eto… está bien, pero le molestaría acompañarme a buscar a Haitani-san… después de la ceremonia no lo he visto debería estar con mamá –dijo el castaño al mayor –muy bien te ayudare a buscarlo, vamos –dijo el ojimiel ofreciéndole que tomara su mano –gracias Masamune-san –dijo un sonriente y sonrojado castaño tomando su mano –“Dios es tan lindo” –pensaba el azabache.
Dentro del salón donde se llevó a cabo la ceremonia, el pequeño castaño acompañado del ojimiel recorrían los murales y los bellos vitrales del lugar -oo hay esta Haitani-san, Masamune-san puedes esperar aquí le pediré que regrese con mamá- dijo el pequeño castaño soltando la mano del mayor y corriendo detrás de Haitani.
Con Haitani
El pequeño castaño corrió tras el nuevo esposo de su madre topándose con –¡Haitani-san… que.. qué demonios está haciendo! –grito molesto el pequeño al encontrar a su nuevo padrastro besándose con una de las mujeres que estaban ayudando en la cocina – como demonios se atreve a hacer eso justo cuando se acaba de desposar con mi madre…yo …yo le diré a mi madre sobre esto –dijo el pequeño con los ojos llorosos dando la vuelta para salir de ahí –ni se te ocurra mocoso –dijo el hombre tomándolo con fuerza del brazo –suéltame, tu no mereces a mi madre maldito –decía el pequeño mientras forcejeaba estando a punto de llorar -mira niño osado tu madre está enferma, si tú le dices esto ella estará triste y podría incluso empeorar es acaso que quieres matar a tu madre –dijo el mayor mientras sostenía el pequeño a punto de darle una bofetada. Cuando un puñetazo lo derribo –disculpa pero me importa poco si eres el esposo de la duquesa o un simple vagabundo …. No te atrevas a tocar un solo pelo de Ritsu-san o yo mismo me encargare de ti – dijo el castaño mientras ponía al castaño detrás suyo para protegerlo –Ritsu-san, vámonos –dijo amablemente tomando la mano del castaño y caminando hacia la salida –no olvides lo que dije Ritsu es tu decisión si quieres alterara a tu madre o no –grito el hombre en el suelo mientras sobaba su mejilla.
En el jardín.
Un castaño lloraba mientras era abrazado por un azabache que lo cubría con sus brazos como si fuera a romperse si lo soltaba –Ritsu-san … si lo quieres podemos decirle a tu madre lo que ha pasado, yo te apoyare …no, no te dejare solo –dijo el azabache para tranquilizar al pequeño –está bien Masamune-san … pero Haitani tiene razón mi madre está enferma y lo que menos quiero es que su condición empeore, en cuanto regresen a casa de su viaje yo me encargare de proteger a mi madre y a Misaki de ese hombre –dijo el pequeño secando sus lágrimas y con una mirada llena de decisión –“es un niño muy fuerte, me preocupa que pasara con el cuándo yo me vaya” –pensó el ojimiel descuidadamente –¿Masamune-san… puedes por favor, acercarte? quiero decirte algo -dijo el pequeño parándose frente al mayor –claro así está bien –respondió el azabache colocándose a la altura del castaño –si, ……….. –de pronto el pequeño ojiverde se abalanzo al azabache dándole un tierno beso en los labios con los ojos cerrados tomado por completa sorpresa al mayor –gracias, por apoyarme y estar con migo, me ayudó muchísimo -no, no fue nada –respondió en automático el azabache aun completamente sorprendido.
-ritsu-ni!!, donde esta mamá –dijo el más pequeño de los castaños mientras se acercaba acompañado del peliplata –Ritsu-ni, ¿estás bien parece que estuviste llorando? –pregunto Misaki al ver a su hermano –estoy bien no te preocupes me caí y Masamune-san me ayudo –dijo Ritsu para no preocupar a su hermano –como que te caíste, mi niño debes tener más cuidado al jugar, no puedes ser tan descuidado –dijo su madre mientras se acercaba a los cuatro jóvenes seguida de los padres de los dos mayores –madre, ya terminaste tu reunión –preguntaron los pequeños mientras corrían para abrazar a su madre –si….. Misaki, Ritsu, que piensan de Masamune-kun y Akihiko-kun, les agradan –pregunto seria su madre mientras los tomaba de las manos, ambos niños se vieron y se sonrojaron –no me desagrada Masamune-san es…muy agradable –respondió Ritsu –me gusta usa…. Akihiko-san –dijo un sonriente Misaki, mientras los tres adultos sonrieron al verse –bien entonces está decidido! –dijo el padre del ojilila –majestad por favor ya será después cuando hablemos de esto, regresemos a la fiesta, ¿si? –dijo la duquesa llevando a sus dos pequeños de las manos -¿por cierto no han visto a Haitani? –Pregunto Milia –no-respondió el mayor de los castaños molesto e indiferente a la pregunta –aquí estoy cariño, me extrañaste –dijo el mencionado acercándose a la mujer –me alegra vamos a regresar a la recepción nos compañas –dijo la mujer con una sonrisa sin soltar a sus niños –vamos –respondió mientras veía a Ritsu sin decir nada.
Después de eso la fiesta transcurrió tranquilamente, sin mayores repercusiones a excepción de que los dos castaños eran vigilados constantemente por un par de jóvenes desde lejos.
En el anochecer.
-adiós mami, cuídate mucho regresa pronto te extrañaremos –decían un par de castaños a su madre antes de subir al carruaje –yo también los extrañare, Misaki cuida a Ritsu que no se meta en problemas, Ritsu, cuida a Misaki que no se sobre esfuerce –decía su madre a sus pequeños mientras los abrazaba fuertemente – los amo, y los extrañare, mis tesoros, son lo más importante en mi vida –les decía sin soltarlos –es tarde vámonos Milia, o se nos ara tarde –grito Haitani desde el carruaje – te amamos mamá regresa pronto –dijeron los niños sin querer soltar a su madre –yo también los amo regresare pronto, cuídense mucho –dijo la mujer tiernamente y les beso la frente a cada uno, después subió al carruaje y desde la ventana grito a sus hijos –cuídense, los amo regresare pronto –los niños siguieron el carruaje hasta la salida de la gran casa mientras respondían a su madre –cuídate mamá te amos –esa fue la última vez que los niños vieron a su madre.
Presente, en palacio.