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Bizarro. por cristinita9509

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Notas del capitulo:

Lamento tanto no haber actualizado en tantos días, como cuatro creo, pero me llenaron de tareas y todas eran a mano. Lo bueno es que el fin de semana será sin tareas. Espero les guste este capitulo y lamento si esta historia va lento, de nuevo creo que me alargare un poco, yo pensaba que serian unos cinco capítulos pero veo que no es así. Como sea los dejo leer.

El vuelo era rápido, ambos estaban cerca del otro, esa cercania que les hacía falta después de la ausencia que tuvieron.

El corazón del joven continuaba palpitando velozmente, sin embargo su felicidad era más, tanto que no se dio cuenta de que su corazón podría salir de su pecho con aquel latir.

Ambos llegaron al templo sagrado, siendo recibidos por el joven namekiano que vivía en aquel lugar.

-¡Gohan! ¡Señor Piccolo! Que alegría me da que hayan venido. - Dende llegó corriendo alado de ambos. - Me preocupe mucho cuando se fue esta mañana señor Piccolo, se que estaría bien pero no pude evitar preocuparme por usted.

-No tienes por que preocuparte Dende.

-Si, de todas formas me alegra que hayan llegado. - el joven namekiano les dedico una amplia sonrisa.

-Llevaré a Gohan a que tome algo de beber.

-Adelante, ya saben que por mi no hay problema.

Piccolo comenzó a caminar para adentrarse al templo, seguido de cerca por el pelinegro. Éste no había abierto la boca en absoluto, solo se limitaba a estar cerca de su maestro.

Entraron a aquella habitación llena de comida y jarrones de agua fresca. El joven tomó asiento en una pequeña mesa que allí se encontraba, esperando al de piel verdosa que al parecer se disponía a servirle algo de comer y de beber al pelinegro.

Gohan no podía dejar de sonreír, internamente sabía que estaba demasiado feliz por algo tan simple como era ver al de piel verdosa.


Piccolo colocó sobre la mesilla, una cantimplora con agua, dos vasos y un plato lleno de carne cocida para el joven.

-Come un poco, ahora mismo te serviré agua fresca.

-Gracias señor Piccolo.  -el menor sonrió para dar comienzo a devorar aquella carne preparada por su maestro. ¿Delicioso? No, simplemente exquisito, trataba de masticar lento procurando que aquel sabor quedase impregnado en sus papilas gustativas.

Piccolo por su parte se dispuso a servir agua en aquellos vasos, tomando la suya, el agua resbalaba por su garganta dejando aquella sensación refrescante que lograba calmar el calor de su cuerpo.

Ambos estaban cómodos con el silencio que había en esa habitación , era de alguna forma agradable. Sin embargo aquel silencio fue roto por un tercero.

-Espero no ser molestia mientras comes Gohan, pero vine por agua. - Dende se adentro más en la habitación, el joven estaba con la boca llena por lo que no contestó nada, pero vio claramente cómo Dende se acercaba al de piel verdosa.

-Señor Piccolo ¿Podría pasarme un poco de agua?

-Claro Dende.- el de piel verdosa le sirvió agua en el mismo vaso donde había tomado hace unos instantes para después dárselo. - Ten.

-Gracias.- el joven namekiano bebió de aquel vaso.

Gohan al ver esto, sin saber por qué, comenzó a sentir un ardor en el estómago y un extraño resentimiento hacia  el que ahora era Kami-sama. Dejó de comer y se quedó viendo la escena de aquellos namekianos charlando; ahora estaba cerca de su maestro, pero con Dende cerca, podía ver lo lejos que en realidad se encontraba del de piel verdosa.
Ambos eran de la misma raza por lo que se comprendían de mejor forma y además de eso vivían juntos en aquel templo, definitivamente se comenzó a sentir por completo aislado, no lo entendía, sin embargo no pudo evitar tornar su mirada enojada sobre el joven de piel verdosa.

-¿Te sucede algo Gohan?- el joven salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Dende. - Te ves tenso.

-No es nada.- su voz sonó cortante, y su mirada seguía seria.

Dende no comprendía lo que le pasaba con el joven, por lo que prefirió no continuar preguntándole.

-Creo que mejor voy a ver un poco más la Tierra.- con ello el joven namekiano se retiro de aquel lugar , dejando nuevamente a aquellas dos presencias a solas.

-Gohan ¿Te sucede algo? - Piccolo se acerco al joven ya que tambien se dio cuenta de que dejó de comer y que su mirada se había tornado fría.

-No..no es nada señor Piccolo, estoy bien.- su voz se tornó igual que siempre, dejando un poco confundido al namekiano ya que hace tan solo unos instantes podría haber jugado que Gohan estaba enojado.

-En ese caso, termina de comer para que puedas regresar a tu casa. Te escapaste y en algún momento tu madre se dará cuenta.

El semblante del joven se tornó triste al escuchar aquellas palabras salir de la boca del namekiano. En realidad de ser por él, se quedaría el resto del dia alado del de piel verdosa.

-De acuerdo señor Piccolo, pero ¿Podría acompañarme cuando tenga que irme? - su mirada era tan tierna que el namekiano no pudo resistirse ante aquella petición.

-Esta bien Gohan, yo te acompañaré.

El joven se dispuso a terminar aquella carne y a tomar un poco de agua para refrescar su garganta.
Ambos salieron volando del templo, ninguno quería aumentar la velocidad por lo que iban un poco más lento de lo normal, queriendo pasar más tiempo con el otro.

De a ratos Piccolo posaba discretamente su mirada sobre el joven, como si quisiera cerciorarse de que en verdad no le causaba repulsión, las reacciones del joven eran buenas con el namekiano, en ves de alejarse parecía más que quería la cercanía.

En algún momento tenían que llegar a la casa del pelinegro, ambos descendieron cerca de la ventana del joven.

-Bien , es hora de que entres a tu habitación Gohan, ya nos veremos mañana.

-Amm..pero...- el joven tomó nuevamente al namekiano de la capa.

-¿Qué sucede Gohan?

-Es que..."¿Qué me sucede? Se que se tiene que ir, pero no quiero que se vaya al templo. " ¿Podría quedarse a dormir aquí hoy?

- ¿Qué? - Piccolo quedó sorprendido con aquella pregunta, Gohan por su parte lo miraba con ruego, sus ojos lucían llorosos y un ligero sonrojo se hacia presente en sus pómulos.
En definitiva últimamente no podía resistirse ante aquella imagen del joven.

-Aunque quisiera quedarme, no es posible Gohan. Sabes bien que tu madre no me lo permitirá.

-Yo...yo me asegúrate de que no lo vea. Por favor...- Gohan solo apretaba más aquella capa, mientras sus ojos se posaban sobre los del namekiano, esperando una respuesta positiva de su parte.
Piccolo sólo dio un suspiro pesado y desvio su mirada de la del joven.

-De acuerdo, pero sólo por hoy.

La sonrisa del joven era muy amplia, soltó la capa del mayor y se comenzó a meter por la ventana siendo seguido por el de piel verdosa.

Al parecer su madre no había entrado a su habitación, con el embarazo le daba mucho sueño.
Gohan comenzó a mover su mesa y la silla llevándolas a la esquina de la habitación para hacer espacio. Ya se estaba ocultando el sol, pronto anochecería por lo que le dijo al namekiano que tomaría un baño pero que regresaría en unos instantes.

El pelinegro salió de la habitación con la ropa en mano y se dispuso a entrar deprisa al baño, escucho algunos ruidos cerca de la cocina pero suponía que era su madre que preparaba la cena.
Se despojó de toda su ropa y se metió dentro de aquel chorro de agua que lavaba su cuerpo pasando por aquella piel tersa. Pensaba en lo que había hecho. Se preguntaba por qué  había pedido que el de piel verdosa se quedase, se sentía egoísta, pero por alguna razón al saber que su maestro pasaría la noche con él y no con el otro namekiano lo hacia inmensamente feliz.

Piccolo por su parte estaba de pie en medio de aquella habitación, no tenía idea de que lo había llevado a aceptar, pero ya no se retractaría, después de todo la felicidad de Gohan era de importancia para él.

De pronto su concentración se fue al escuchar la puerta abrirse, primero pensó en la posibilidad de que fuese aquella pelinegra pero todo lo contrario, era el joven que regresaba del baño.

-Espero no haber tardado señor Piccolo.

-Tranquilo Gohan, no tardaste en lo absoluto.

Gohan llevaba puesto unos shorts cortos por encima de las rodillas de color azul y una playera blanca sin mangas. Al acercarse al namekiano éste pudo sentir de inmediato aquel olor a jabón que desprendía el joven, pero no era un olor cualquiera éste estaba mezclado con el olor propio del joven dándole un aroma realmente deliciosos.

-Espero no estar siendo muy caprichoso por haberle pedido de repente que se quedase.

-No te preocupes por ello, ya le avise a Dende por medio de telepatía que estaría aquí, después de todo el tambien se debe dar un descanso por estar viendo la Tierra todo el tiempo y se tiene merecido su espacio.

Inconscientemente el joven frunció el ceño al escuchar el nombre del joven de piel verdosa. No sabía por qué razón pero le enojaba que su maestro hablase de él.

Piccolo vio de nuevo aquel rostro enojado del joven, por lo que le coloco una mano en la cabellera que se encontraba aún humedecida.

-Gohan ¿Qué te sucede?

El joven alzó su mirada ante la pregunta, sus ojos regresaron a tener aquel brillo de alegría que siempre demostraba.

-No es nada señor Piccolo. Mejor me voy a la cocina con mi mamá un momento y regreso para que podamos dormir.

-De acuerdo, yo te espero.

El joven salió nuevamente de la habitación, ansioso de pronto poder dormir alado de su maestro.

Notas finales:

La idea de los celos con Dende llego por una conversación con issa_bel07 , espero les haya gustado. Espero sus comentarios, cualquier critica es bien recibida. Nos leemos:3


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