En el salón de palacio.
Los invitados llegaban uno a uno los príncipes impacientes solo aguardaban la llegada de sus respectivos cuñados y futuros compañeros de vida, el supuesto ultimo día del príncipe extranjero estaba programado como un banquete primeramente, después sería una presentación de la orquesta del palacio acompañado del baile y para terminar una función con fuegos artificiales como despedida al príncipe.
Flashback
Antes de partir al palacio Haitani el amable padrastro del castaños los detuvo
-bueno como al parecer ayer no tuvieron mucho éxito, que les parece si hoy les doy de plazo hasta la presentación de los fuegos artificiales, si para entonces no consiguieron su cometido…… cosa que es segura…. Deberán regresar al carruaje ya los estaré esperando, después vendremos a casa y tomaran sus pertenencias que amablemente les donare y después se largaran ¿entendido? –dijo el hombre frente a los castaños antes de salir de la casa con una sonrisa en su rostro, satisfecho del miedo que enfundaba en ellos.
-lo sabemos, pero no pasara, recuperaremos nuestro hogar –respondió el mayor mientras Haitani salía de la casa y ellos esperaban a que estuviera fuera de su vista para poder, a pesar de todo ellos le temían, pero jamás lo demostrarían.
Fin de flashback.
Entre todos los invitados los castaños llegaron sin que los príncipes se percataran de su presencia, se mesclaron entre la gente y entre fracaso y fracaso con las mujeres que podrían ser buenas esposas para ellos, estaban comenzando a desanimarse y a dudar de poder cumplir con el plazo de apuesta.
-Ritsu-ni, esto es imposible, que en este reino todas las mujeres están comprometidas o simplemente no les interesa siquiera el salir con alguien –decía desanimado el menor, quien ya estaba cansado de dar vueltas por el lugar.
-relájate Misaki, no te preocupes encontraremos a alguien, con suerte y el amor de tu vida choca contigo, sin darte cuenta –dijo el mayor para intentar relajar a su hermano de la presión que tenía al pensar perderlo todo, cuando un hombre alto y apuesto vestido elegantemente chocaba con él.
-disculpe no lo vi –dijo el azabache frente a él pero al verlo su semblante cambio al darse cuenta que era su castaño –buenos días, espero que nuestro encuentro de anoche no le haya desagradado y me alegra ver que cuide bien lo que le devolví –dijo dirigiendo su mirada hacia su cuello viendo ese collar que había cuidado por diez años solo para él.
-“debe ser una broma, el mismo sujeto que me beso aquella vez el mismo de anoche, está bien, está bien, recuerda no debes ser impulsivo estas en una fiesta, Misaki se molestara si provoco un escándalo y no me conviene si quiero que una chica se interese, está bien tranquilo” –pensó casi por un minuto para contestar sin provocar un enfrentamiento con ese hombre –sí, agradezco que lo cuidara por mí, si nos disculpa debemos irnos, ¿verdad Misaki? –cuando volteo a ver a su hermano este ya se encontraba hipnotizado por el peliplata acompañante del ojimiel frente a él.
-¿Misaki, me escuchaste? –pregunta el mayor tomando del brazo a su hermano, quien lo ignora totalmente, mientras al azabache se le escapa una pequeña risa.
-Ritu-san, te molesta si Misaki me acompaña a dar un paseo te lo devolveré, antes del anochecer- dice amablemente el ojilila amablemente mientras sostiene la mano del menor, el cual asiente con la cabeza mientras mira suplicante a su hermano.
-creo que no hay ningún problema, solo por favor cuide de él –responde con un pesado suspiro y una cariñosa mirada dirigida a su hermano.
-¡gracias hermano! –Dice eufóricamente a su hermano mientras lo abraza fuertemente, olvidando que está herido –no tardes –dijo apartando bruscamente a su hermano ya que lo lastimaba gesto que ambos príncipes notaron pero dejaron pasar al ver que ninguno de ellos hizo ningún comentario.
-ya que tu hermano estará ocupado te gustaría que diéramos una vuelta, así no tendrás que esperar solo, ¿Qué dices? –pregunta mientras extiende su mano al castaño el cual tímidamente y un poco dudoso termina por aceptar.
-está bien pero, solo mientras regresa mi hermano –su corazón palpitaba rápidamente el ojiverde no comprendía el porqué, ese hombre era tan familiar, pero no podía recordar de donde lo conocía.
-“gracias Akihiko, no puedo creer que no los viéramos llegar pero listo ahora el plan en acción después de hoy mi Ritsu no se ira de mi lado nunca más, ya espere sufucueinte” –pensaba el azabache mientras llevaba al Cataño al jardín posterior del palacio donde nade los molestara.
-¿usagi-san, a donde vamos ya nos alejamos mucho del salón la orquesta está por comenzar a tocar, no quiere escucharlos? –preguntaba el castaño, sin soltar la mano del peliplata
-no te preocupes quiero presentarte a alguien, además desde donde esta se escucha perfectamente la música, solo confía en mi ¿de acuerdo? –dijo el peliplata sin soltar la mano de su acompañante dirigiéndose a la cabaña en donde vivía su adorado oso zusuki.
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El barco zarpaba con el sol de la mañana, un animado ojiazul estaba entusiasmado de llegar a su destino, listo para conocer de quien tanto había escuchado hablar.
-madre, cuanto falta por llegar- decía a la mujer sentada en la cubierta, mientras se agachaba para abrazarla por la espalada.
-pronto cariño, si el viento sigue así lo más probable es que mañana temprano estemos en puesto –responde con una dulce voz, mientras toma las manos de su hijo –majestad, agradezco que haya cumplido el deseo tan caprichoso de esta mujer –dice al rey que recién salía de su camarote a tomar el sol.
-no se preocupe, además esto no es gratis su hijo pagara por todo lo que se invierta en este viaje –dice el azabache sonriendo lascivamente mientras veía al chico de ojos azules.
-me alegra que lo diga –dice la mujer mientras una risa escapa de sus labios
-madre, no le des la razón siempre –dice el joven con un puchero en el rostro, mientras besa a su madre y después se dirige, hacia el apuesto rey para tomar su mano.
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