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REY DE DRAGONES (HELIOS SAGA) por desire nemesis

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De pronto Seto estaba atento a lo que oía y se serenó, después de un momento dijo--¿Te sientes bien?—era cierto que estaba molesto, pero podía entender un poco al otro y lo que dijo en un momento desafortunado tal vez, el otro se oía arrepentido de golpearlo, no había actuado como alguien vengativo o algo así, se preguntó si le había dado algún dolor o estaba enfermo.

 

De pronto se dio cuenta de que el otro estaba muy cerca y lo agarraba y lo halaba--¿Estas enfermo o algo?—preguntó el castaño y entonces Joseph se vio en sus brazos de nuevo, su cara a centímetros de la propia y el deseo en su interior se hizo irresistible, tanto que le ahogaba y no podía moverse por momentos, era la parálisis de estar de nuevo entre sus brazos, de desear sus labios, de estar con él solos en la misma habitación, sentía que de seguir así perdería el control. El castaño sintió como el otro temblaba y preguntó--¿Tienes fiebre? Estás temblando—y le tocó la frente, era tan difícil soportar la cercanía que Joey le golpeó la mano para que dejara de contactar su piel desnuda aunque el otro seguía aferrado a uno de sus brazos, su respiración era errática.

 

¡No tengo fiebre!—le gritó Wheeler.

 

¿Miedo?—preguntó el otro.

 

¡No es miedo!—dijo el rubio entrando en pánico—Es frío, tengo frío—inventó pero el otro ya no lo escuchaba. Era como descubrir la punta de una madeja en el suelo de la que no se veía el ovillo y que uno siente la compulsión de tirar de ella para averiguar hacia donde lo lleva. Es que de pronto esos estremecimientos y el aroma que desprendía el otro, era algo familiar. Antes que pudiera pensarlo dos veces hizo lo que sus instintos reclamaban.

 

De pronto el ojos mieles descubrió sus labios siendo poseídos por los del otro. Era algo inesperado. Algo que había querido evitar y que sin embargo…

 

El castaño estaba embelesado. El gusto de esos labios, era una sensación única, nueva y a la vez era como redescubrir algo olvidado en el fondo de algún ropero. Él definitivamente conocía esa sensación y por definición esos labios eran suyos, lo sabía instintivamente. Ese sabor único era algo que había estado en sus anhelos y que no sabía hasta ese momento. El cuerpo que temblaba y se entregaba entre sus brazos no era otro que el de la persona ansiada. Unos minutos ni siquiera sabía quién era él y ahora sabía todo lo que podía saber y es que esos labios no dejaban de ser saboreables.

 

Seto lo estaba poniendo todo de cabeza para el rubio, pues Joey jamás pensó que sucedería tal cosa. Y es que esos labios eran adictivos. Ese calor que manaba era sofocante pero Joseph que estaba inmerso en él no sentía deseos de apartarse. Porque él también lo ansiaba, lo ansiaba demasiado. Sus manos se aferraban a la ropa del castaño y se encontró de pronto arrimado al suelo, la pierna del ojos azules se frotaba en su entrepierna mientras el otro lo besaba pasionalmente y eso le hizo apartar su boca de la del otro para lanzar pálidos gemidos de lujuria que llegando a los oídos de Seto le dieron la certeza absoluta de algo que había sospechado.

 

¡Son tuyos! Esos sonidos que no dejo de oír en mis sueños son tuyos. ¡Era tu voz!—le dijo a Wheeler y este sintió como lo golpeaba la sorpresa.

 

¿En sus sueños? ¿Tenía sueños en los que lo oía?

 

Pensé que enloquecería al no recordar de quién era que los…--Kaiba no pudo continuar por los fuertes labios que aprisionaron los suyos. Era tan fuerte la emoción que embargaba al melado que decidió poseerlos él mismo esta vez. De pronto sintió como su ropa era halada para abajo y el otro le susurró con sus labios aún sobre los suyos--¡Voy a hacerte mío ahora mismo y espero que lo quieras porque si no…! No puedo evitar querer tenerte—

 

Esas palabras susurradas de tan cerca solo aumentaban el deseo del rey que se dio cuenta de que nadie había cerrado con llave la habitación y desesperadamente alzó su mano hacia la puerta--¡La puerta! ¡No está cerrada!—dijo el rubio.

 

Ahora no me importa nada de esa puerta. Solo tu calor y tu sabor… eso es todo lo que deseo—dijo el ojos azules antes de perderse de nuevo en esa insalubre tentación.

Notas finales:

GRACIAS A CADA UNO


POR SU APOYO


DESIRE


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