Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

REY DE DRAGONES (HELIOS SAGA) por desire nemesis

[Reviews - 195]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los cálices bajaban con rapidez, en eso pensaba Kurogane en ese bar de mala muerte mientras esperaba el anochecer. Ni siquiera el mismo sabía por qué estaba esperando a que anocheciera. Había dormido en una posada cercana esa noche. Un lugar lleno de bichos y mal-encarados tipos. Aunque pensándolo eran más parecidos a él de lo que podía aceptar. Era todo lo que podía pagar ahora que solo dependía de sus ahorros. Se preguntaba que haría de ahora en adelante. Tal vez trabajar de guardaespaldas para algún mercader. Era cierto que desde que dejara de ser un gekkian andaba desarmado pero eso podía verse con el correr del tiempo. Tal vez encontrara un jefe que le rearmara para poder custodiar a alguien o algo.

 

¡Maldita sea!—maldijo cansado y dolido. Hasta el día anterior jamás pensó que fuera posible que abandonara a su amo y amigo y no le gustaba hacerlo pero era lo mejor. Tal vez el estúpido rey encontrara una manera de salvarlo si eran familia. Por lo menos estaría mejor resguardado. Además con su genio terminaría dándole problemas al rubio.

 

¿Qué pasa querido? ¿Qué te molesta?—se le acercó una pelirroja con los labios entreabiertos, obviamente trabajaba en el bar aunque no de barman o mesera. Arriba había cuartos para pasar el rato y había muchas mujeres que se encargaban de los soldados y los solitarios viajeros.

 

Él no le hizo caso y la dejó cargarse en su hombro. Cuando se diera cuenta que no pensaba pagar por nada se iría, se concentró en el caliz frente suyo.

 

La mujer sacó de golpe la mano de su hombro y por la rendija del ojo el pelinegro se dio cuenta de que era forzada a hacerlo por otra mano. ¿Otra chica marcando territorio? ¡Algún parquisano celoso? Se preguntó Kurogane sin mucho interés pero volteó por si era un tipo buscando gresca con él.

 

Se quedó frío al ver lo que estaba frente a él.

 

Fye con una gran sonrisa y unos ojos como rendijas dijo—Creo que él está esperando por mí—acto seguido lo agarró del brazo y comenzó a halarlo hacia la puerta del comercio.

 

¡Un momento! ¿Qué haces?—preguntó el ojirrojo deshaciéndose de su agarre.

 

¡Regresarte a tu hogar, por supuesto!—le contestó el otro con los brazos en jarras.

 

¡Yo ya no volveré ahí!—retrucó el otro.

 

¡Claro que lo harás!—le contestó Fye.

 

¡Oye! ¡Esto parece una pelea de matrimonio, Mimi!—murmuró una chica a otra.

 

¡Pues la verdad que sí!—cuchicheó la otra.

 

¿Por qué no vas a volver?—preguntó el ojos azules.

 

Yo…--iba a contestar el otro cuando se dio cuenta de que estaban rodeado de expectantes escuchas y se llamó a silencio por el bien de ambos. De improviso él haló al otro fuera del establecimiento y una vez fuera lo soltó para comenzar a caminar en una dirección al azar.

 

¿Y bien?—preguntó el rubio después de seguirlo unos segundos.

 

¡No volveré y punto!—le dijo Kuro.

 

¿Quieres un dulce para reconsiderarlo?—preguntó el ojos azules obviamente queriendo que notara su actitud infantil.

 

No importa lo que digas, no volveré y es definitivo así que date la vuelta y ve por donde viniste—le contestó el molesto pelinegro.

 

No hasta que me des tu verdadera razón para hacer esto—le dijo DeFluorite y el otro se dio cuenta de que la gente miraba con atención su progresión pues el rubio hacía una escena. Disconforme el ojos rojos lo metió en un callejón.

 

¿Qué quieres de mí?—lo encaró el ex gekkian.

 

¡Ya te lo dije! Dime que rayos piensas para querer alejarte de mí—le dijo Fye.

 

Pienso que es lo mejor para ti—le dijo el pelinegro sin más aspavientos.

 

¿Lo mejor para mi?—preguntó estupefacto el rubio--¿Cómo va a ser lo mejor para mí si tu…?—el otro no le dejó terminar, le tapó la boca preocupado de que alguien más les oyera, miraba a la boca del callejón y a las casas linderas, de pronto se dio cuenta cuan cercano estaba al otro de nuevo y en su mente se dijo que lo mejor era alejarse pero su cuerpo un poco ebrio no le hacía mucho caso.

 

Despacio el ojos azules quitó la mano que sellaba sus labios y murmuró mientras se veían a los ojos—Te necesito—

 

La cara de susto que puso Kuro solo se comparaba con la inactividad que presentaba su musculatura y la deficiencia respiratoria que de pronto presentaba, los labios del otro se acercaban lentamente a los suyos sin que pudiera hacer nada al respecto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).