El carruaje llego a palacio ninguno de los tres hombres dentro de dijeron un palabra, misaki aún tenía una mirada de preocupación pero al mismo tiempo conservaba una pequeña esperanza de encontrarse con su príncipe, después de todo este trabajaba en el palacio debía de alguna manera poder encontrarlo, ritsu, el solo tenía la mirada perdida no le quedaban esperanzas de liberarse de su nuevo captor ahora solo tenía en mente el seguir cuidando y protegiendo a su hermano, fue una promesa a su madre promesa que daría topo para cumplir.
-una vez entremos al palacio ustedes no se separan de mí, no importa que siempre estarán a mi lado ¿entendieron? –les indicaba haitani antes de bajar del carruaje ya frente a la puerta principal del palacio. Los chicos solo asintieron, se notaba completa diferencia en los hermanos, uno lleno de esperanza y otro completamente resignado a su destino.
-sean bienvenidos al palacio, sus majestades los están esperando en el salón del trono- guiaba el mayordomo a los tres invitados.
-¿disculpe dijo sus majestades? – pregunto el pequeño misaki, quien veía de un lado a otro en busca de su príncipe.
-sí, el príncipe no regreso anoche al reino así que su padre ha venido como visita política, además tenemos invitados de las islas del oeste, así que sus majestades pidieron la presencia de los dos hijos de la gran amiga y consejera que fue su madre.- decía el mayordomo mientras guiaba a los tres invitados mientras haitani hacia una expresión de molestia parecía que los hermanos recuperaban fuerza, misaki logro ver como el brillo en los ojos de su hermano se restauró.
-ella era muy querida ¿verdad?- pregunto con una sonrisa nostálgica el mayor de los hermanos.
-sí, ella es muy … es decir era muy querida en el palacio tal vez no lo recuerden pero antes siempre estaban aquí ambos jugaban todo el tiempo con los en ese entonces pequeños príncipes, de hecho si no me equivoco deben de estar esperando también. –les dijo antes de abrir la puerta de la sala, donde al entrar se encontraban en el trono principal el rey de dicho reino, a su lado derecho el rey padre de masamune y a su izquierda el recién llegado del mar el rey Asami.
Ni los príncipes, ni la madre de los castaños estaban en la sala, después de todo si ya habían esperado tanto que daba esperar un poco más.
-sean bienvenidos, el motivo por el cual los hemos mandado llamar es porque el día de hoy se leerá una carta que ha estado en custodia del rey Asami hasta el día de hoy, al parecer, su esposa conocía a su majestad señor Haitani. – dijo el padre de Akihiko haciendo una pequeña pausa que alerto al pelirojo (según yo haitani creo que es pelirrojo) de que tal vez esa carta contenía algo que no se debía saber.
-su majestad agradecemos su atención y su disposición pero, si usted me diera la carta de mi difunta esposa seria mas que suficiente no queremos causarle ninguna molestia, ya han hecho suficiente tanto usted como el rey Asami al venir hasta aquí- declaro el pelirrojo haciendo una reverencia a ambos hombre -tanto misaki como ritsu están cansados después de todo tuvimos el placer de estar en el baile que ofreció el palacio en honor al príncipe invitado, así que si puede entregarnos la carta nos marcharemos –dijo el hombre con un poco de apuro en su voz, hecho que no paso por alto Misaki, no permitiría que haitani se fuera del palacio, su hermano corría peligro si salían de hay.
-debo negarme –interrumpió Asami,- Milia pidió que fuese yo quien leyera la carta en presencia de ambos reyes, los príncipes y sus hijos además de usted haitani, así que la carta se queda con migo –Asami no informo a los reyes de la carta que apenas esa misma mañana había escrito la madre de los castaños, para el seria un espectáculo entretenido los desenlaces que venían – me retiro Haitani, Misaki, Ritsu, si gustan pueden dar una vuelta por el palacio hasta la hora de la comida después pasaremos al salón del te y leeremos la carta con todos los involucrados– sugirió, mas bien ordeno Asami, para el solo fue un capricho de su príncipe mimado el llevar a esa mujer hasta su tierra natal aunque no negaba que la llego a apreciar, aunque no se lo diría, solo regreso a su habitación donde terminaban de planear la caída de Haitani.
Para haitani las horas pasaban demasiado rápido –“¿será que se dio cuenta de lo que estaba pasando?, no eso es imposible, fui muy cuidadoso en cada aspecto, ¿tal vez no sea nada malo y la muy ilusa me deje al cargo de todos los vienes?, no debo confiarme, pase lo que pase estos niños son mi pase de salida sin ningún problema” - la conciencia de haitani, si es que la tenia solo le provocaba angustia y sudor frio, los hermanos se habían perdido de su vista y por orden de Asami comerían solo ellos, nadie los nobles presentes en el castillo comerían con ellos “malditos alzados solo quieren presumir de su estatus, sobre todo ese Asami, no tiene nada que hacer aquí es solo un petulante intruso que vino a deshacer todos mis planes”.
Misaki había llevado a su hermano al jardín mas cercano, solo quería que dejara esa actitud comenzaba a molestarlo y dado que no tenían tiempo que perder callo en medidas extremas.
Zaaz, se escucho una bofetada que el viento se llevaba el sonido, Ritsu no creí lo pasaba su hermano lo acababa de golpear y lucia molesto –hasta cuando, responde ritsu hasta cuando -“¿Dónde esta el ni, misaki en verdad esta tan molesto”- pensó el mayor –ya me tienes cansado con tu actitud, acaban de decirnos que mi madre dejo una carta para nosotros y parece que no te importa, ya tuve suficiente con vivir tanto tiempo viviendo con haitani, no pienso seguir asi, tu dijiste….. dijiste que nos esforzaríamos los tres por salir adelante solos sin haitani, cumple con tu promesa hermano estúpido. –misaki se quedo sin aliento después de gritarle tanto, era la primera vez que lo hacia, su hermano estaba tan impactado que apenas pudo reaccionar por el shock en el que estaba ya no necesitaba cuidar a misaki -misaki…. Gracias por el golpe, una vez que salgamos de aquí, ya no regresaremos con haitani.
el reloj sonó, en todo el castillo se escucharon las campanadas que marcaban las tres de la tarde la hora del te. Akihiko y Masamine estuvieron encerrados en una habitación todo el día con dos de custodios, para que no trataran de escapar y buscar a los castaños, pero al fin les permitirían salir y encontrarse con sus respectivos niños.
-que se cree ese Asami, llega dando ordenes como si fuera su propio castillo, me desagrada – se quejaba el azabache con su amigo ya era hora y aun no los dejaban salir, hasta que la puerta se abrió hay estaban Asami el chico de ojos azules y la mujer -¿usted es la madre de ritsu verdad, no la recuerdo bien pero estoy seguro que es usted?- declaro masamune, la mujer no respondió solo asintió con la cabeza, pero no hubo tiempo de otra pregunta ya que Asami comenzó a dar ordenes.
-ustedes dos, bajaran con nosotros y se quedaran detrás de sus padres, no quiero que hablen con los chicos –decía de manera imponente el ojinegro a los mas jóvenes –¿pero porque? –Cuestiono el ojimiel molesto –porque así lo mando, harán lo que digo…..una cosa mas, tengan cuidado con haitani no bajen la guardia puede que parezca un caballero pero es solo una ruin basura –dicho lo ultimo les dio la espalda y bajo a la sala donde ya lo esperaban los invitados.
Al entrar a la sala haitani estaba sentado al lado de misaki y ritu mantenía su distancia, cuando las puertas se abrieron el corazón de misaki casi se detiene frente a el estaba su príncipe –usagi-san-susurro el castaño pero se congelo al escucharlo llamar “padre” al rey, misma reacción que sufrió ritsu al ver aquel hombre no como el patán que lo beso a la fuerza o el hombre amable que lo consoló en la noche, sino como un príncipe, se sentía como un idiota, como si el fuese a fijarse en alguien tan torpe y desdichado como se sentía ritsu.
Misaki estaba confundido y triste, su príncipe resulto ser en verdad de la realeza pero, ¿por que lo ignoraba? Ni siquiera voltio a verlo le era completamente indiferente.
-parece que ya estamos todos, bien la carta que leeré –saca un pequeño sobre de su saco –no vale la pena –frente a todos rompió la carta en dos, los reyes estaban confundidos se supone que leería así quedo el plan, mientras los castaños quedaron atónitos, ante la acción del hombre, ritsu no se resistió. Se levanto con furia fue directo hasta el hombre que tenia una expresión tan calmada y lo tomo del cuello de su saco, masamune quedo sorprendido no entendía lo que pasaba pero su castaño estaba molesto el también –como te atreves, nos haces venir hasta aquí solo para romper frente a nosotros las palabras de nuestra madre puede que usted no tenga corazón pero para nosotros si significa algo, le es familiar la palabra amor o esperanza parece que no desgraciado – el castaño estaba tan molesto sabes que las palabras que su madre escribió eran destruidas por un completo desconocido lo carcomía la ira, levanto su puño listo para golpear a ese hombre que no quitaba su molesta expresión de tranquilidad, haitani solo disimulaba su risa y nadie de lo presentes intervenía, justo antes de que ritsu lanzara el golpe una voz lo detuvo una voz que causo un escalo frio en los hermanos y miedo en haitani.
-¡ritsu!, la ultima vez que nos vimos me prometiste que serias menos impulsivo –dijo desde la puesta una mujer, usaba un vestido color coral con su larga cabellera castaña y un apuesto joven sostenía su mano mientras misaki y ritsu como por instinto brotaron lagrimas de sus ojos, pero haitani, solo sudor frio brotaba de él.
-¿ma…mamá es mentira, estas viva? –dijo el mayor soltando al ojinegro y olvidando toda presencia. Akihiko y masamune solo intercambiaron miradas mientras los castaños llorar pero estaban felices por que esas lagrimas eran de puro amor.
-si esta viva y frente a ustedes, que no le darán un abrazo o algo –hablo Akito para tratar de hacer reaccionar a los chicos del shock en el que estaban mientras el se alejaba de ella e iba donde Asami para arreglar su saco, maltratado por el castaño.