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Una sombra entre nosotros... por Kitana

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Notas del capitulo:

Holaaa!!! al fin pude actualizar!!!

 

mil gracias a todos por tenerme paciencia, no me he sentido bien ultimamente y eso ha afectado mi ritmo de trabajo, y tampoco he tenido oportunidad de responder sus amables comentarios, les suplico me perdonen, prometo enmendarme y poner velocidad a la respuesta a sus reviews que agradezco de corazòn, este capitulo va dedicado a todas las lindìsimas personas que me han dejado comentarios, perdonen a esta desgracia de persona y sean pacientes, un poquito màs, gracias por todo, y les anuncio que el siguiente capi serà el gran final de esta historia, se aceptan sugerencias, ya saben por medio de un mail para acelerar las cosas, gracias de nuevo, bye bye

Contemplo mi rostro sonriente en el espejo de mi habitación. No puedo creer que ese sea mi rostro, ni que yo sea ese hombre que sonríe y viste un elegante traje. Como tampoco puedo creer que el motivo de mi alegría sea el hecho de que hoy se dicta la sentencia concediéndome el divorcio.

En el fondo siempre supe que él y yo no estaríamos juntos siempre. Lo nuestro no era una novela romántica, si acaso una de terror. Hyoga y yo no éramos uno para el otro. Tampoco éramos almas gemelas. En todo este tiempo lo amé y él se mantuvo a mí lado porque no tenía a donde más ir. Al fin lo he entendido. Me equivoque al poner mis esperanzar en alguien que no me amaba. Cometí un error y no puedo culparlo por eso, es cierto que él me pidió matrimonio sin amarme pero yo lo acepté. Lo hice creyendo tontamente que él llegaría a amarme, creyendo que nuestro hijo tocaría su corazón y sería una razón para que volteara sus ojos a mí. Nada de eso sucedió...

Al fin lo he superado y he puesto mi corazón en manos de alguien que sabe apreciarlo, alguien que me ama por como soy, por lo que soy y no por lo que parezco. Ese alguien es Milo. No sé bien como fue que el cariño se transformó en algo más, solo sé que lo amo y me ama, que estaremos juntos y que en cuanto sea posible nos casaremos. Milo me lo pidió de una forma nada romántica, pero me lo pidió de corazón, por qué así lo sentía, no por compromiso ni por temor al que dirán. Me lo pidió porque de verdad quiere casarse conmigo.

Cuando me lo pidió fui incapaz de responder, no pude decir absolutamente nada. Solo respondí moviendo la cabeza, fue bastante extraño.

Darien esta feliz con la noticia, Milo le ha propuesto adoptarlo para que sea legalmente su hijo, mi niño esta feliz.... Y yo también, no lo puedo evitar, esto ha sido tan hermoso como inesperado.

Creo que esto solo puede ser descrito con una frase. Es hermosamente perfecto.

Kanon se puso eufórico al enterarse de la noticia, lo mismo que Afrodita, ambos juran que esto es lo mejor que puedo pasar, y estoy de acuerdo con ellos. Amo a Milo, es la verdad, lo amo de una forma bastante extraña. Y él me ama... no sé sí debería sincerarme con él y decirle todo lo que se sobre Camus y Hyoga. A pesar de que ha olvidado a Camus, estoy seguro de que enterarse de algo tan delicado como que ellos fueron amantes le dolerá y conociéndolo como lo conozco sé que querrá moler a golpes a Hyoga, y esta vez nada ni nadie va a detenerlo.

Darien ha entrado en la habitación. Me sonríe.

- ¡Milo llegó! - dice y vuelve a salir, cuando regresa arrastra a Milo de la mano.

- Hola Shunny. - dice Milo con esa voz tan profunda y masculina que posee. Se acerca a la cama y deposita un beso en mis labios. - ¿Cómo nos sentimos hoy? - dice y me acaricia el vientre.

- Muy bien... creo que el médico lo confirmará.

- Solo si te has portado bien y has hecho todo lo que ordenó, como no salir de la cama, ¿lo has hecho? - asiento con la cabeza, Milo me mira y sonríe. - Será mejor salir de aquí ya mismo que el tránsito esta infernal esta mañana. - dice y sin ningún esfuerzo me toma en brazos para sacarme de la cama.

- Esto no es necesario. - susurro.

- Claro que no es necesario, es placentero, es idílico, es sensual... pero no algo tan anodino como necesario. - sin querer me ha arrancado una sonrisa. - He pensado que después de ver al médico podríamos ir de compras, el niño y tú necesitan ropa, además podríamos comenzar a comprar algunas cosas para la bebé.

- ¿Sigues pensando que es niña?

- Si, es la regla, niño, niña. - dice señalando a Darien y luego mi vientre.

- Pero yo quiero que sea niño, así podremos jugar. - dice Darien.

- También podrás jugar con ella si es niña, hay que ver que las chicas son rudas, Shaina me causó moretones más de una vez. - comenta ante la incredulidad de mi hijo. - Además, si tu mami quiere, podemos tener otro bebé después.

- ¿Sí mami?

- Si mi niño, pero solo sí el médico lo permite.

- Lo permitirá, ya verás que sí. - dice Milo y besa mi mejilla, es obvio que quiere un hijo, un hijo de su sangre... y no podría negarle eso.

Bajamos al estacionamiento, Milo esta feliz y no para de hablar de la casa en que viviremos una vez que estemos casados y de tener ese perro que siempre quiso de niño.

Hemos llegado al consultorio de Dohko, él me mira y sonríe.

- Veo que te has repuesto bastante desde la última vez que nos vimos. - dice sin dejar de sonreír.

- Los hemos cuidado muy bien. - dice Milo tomando mi mano en la suya.

- Eso lo veremos ahora, por aquí Shun. - dice y me señala la bien conocida sala de examen.

Mientras me pongo la bata no dejo de sonreír, Milo se la ha pasado acosando a Dohko con mil preguntas acerca del bebé, de mi salud, de la posibilidad de tener otro hijo.

Me he recostado en la mesa de examen, Darien intenta explicarle a Milo como funciona el ultrasonido, Milo solo mira a mi hijo como si no entendiera ni media palabra de lo que Darien trata de decirle. Podrían pasar fácilmente como padre e hijo, mi Darien es tan rubio como Milo, solo que tiene los rasgos de su padre.

- Me tranquiliza tanto saber que ambos están bien... - susurra Milo y me besa la mano.

- Te lo dije, no había peligro, solo necesitaba descansar, un embarazo jamás será fácil de llevar. - dice Dohko con una sonrisa.

- Mami, ¿Milo y yo podemos ir a comprar dulces?

- Sí, pero solo unos pocos, ¿de acuerdo? - digo mirando a Milo. Él solo mira al piso, sabe que lo he descubierto, a veces pienso que consiente demasiado a Darien.

- Vamos campeón, me apetece un chocolate. - dice Milo y se pone de pie para llevar a Darien a la máquina de dulces que esta en el corredor.

Los veo salir del consultorio. No sé porque no puedo dejar de sonreír, solo sé que nunca me he sentido así con nadie.

- Debe amarte muchísimo. - dice Dohko sacándome de mis pensamientos.

- ¿Perdón?

- Milo, nunca había visto a un hombre actuar tan bien el papel de padre. - dice y me mira, no puedo evitar sonrojarme. - No es malo que encuentres otra pareja, en especial si es alguien que obviamente adora a tus hijos.

- Milo adora a los niños.

- Y tu hijo lo adora también, estoy seguro de que ese bebé también aprenderá a quererlo muy pronto. Lo amas, ¿verdad?

- Sí... él es todo lo que siempre quise en una pareja, ¿has visto la atención que pone a las indicaciones que nos das? La única vez que Hyoga accedió a acompañarme mientras esperaba a Darien no podía simular siquiera la cara de fastidio que traía.

- No todos los hombres asumen la paternidad de la misma manera.

- Eso lo sé, pero, Milo no es el padre biológico de Darien, ni de este bebé, y aún así, está a mi lado dándome todo su apoyo y afecto, cuidándome, abandonando sus obligaciones en el trabajo para estar conmigo.

- ¿Puedo darte un consejo Shunny? - me dice Dohko con seriedad, afirmo con la cabeza y Dohko se acerca a mí. - Deja de compararlos. - lo miró algo sorprendido, no esperaba algo así. - Milo no es Hyoga y Hyoga jamás será Milo. Cada uno de ellos, con sus defectos y virtudes, es único, cierto, en muchos aspectos Milo es mejor persona que Hyoga, pero no debes compararlos, cada uno ha tenido su momento y comparar a Milo con Hyoga solo hace que quedes atado al pasado.

- Entiendo... pero... en el fondo de mi corazón, siento que Hyoga no hizo nada por sostener nuestro matrimonio, ni por acercarse a su hijo, ¿sabías que ni siquiera sabe cuantos meses de embarazo tengo?

- ¿Lo ves? Pensar en él, en lo que pudo haber hecho y no hizo, solo te está amargando la existencia, esa es la verdad. No eches a perder lo que se esta dando con Milo por pensar en algo que simplemente no pudo ser. La vida te esta dando una nueva oportunidad, no la desperdicies anclándote al pasado.

- Tienes razón... sí voy a empezar de nuevo... tengo que olvidarme de todo el pasado, de todo lo malo que existió en mi vida antes de que Milo apareciera en ella.

- Esa es una actitud doscientos por ciento mejor. - dice y vuelve a sonreír.

Después de la consulta, Milo nos lleva a almorzar.

- ¿Lo ves? Te dije que todo estaría bien. - dice Milo sonriendo. Solo puedo reír, él estaba mucho más preocupado que yo después de lo mal que me sentía en Navidad, suerte que Dohko dijo que puedo volver a mis actividades normales.

- ¿Sabes? Creo que eres maravilloso.

- Tú eres maravilloso, yo solo soy un tipo con suficiente suerte como para que un ángel se haya fijado en mí.

- No soy un ángel.

- Para mí lo eres, eres el ángel que vino a abrirme los ojos y me trajo de vuelta a la vida. Gracias a ti es que he vuelto a vivir de verdad.

- Eres tan... encantador. - susurro, el me acaricia las mejillas y luego me besa.

- ¿Ya has pensado en una fecha para la boda?

- No, creo que deberíamos esperar a tener la sentencia del divorcio y después podríamos fijar la fecha.

- Shaina dice que todo marcha perfectamente, además mañana iremos al juzgado a que se dicte la sentencia.

- Milo...

- Está bien... si ya he esperado tanto, ¿qué más da esperar otras 24 horas? - dice y sonríe. Darien solo nos mira mientras come su postre.

- ¿Cuándo se casen Milo será mi papá?

- Claro que sí campeón, aunque no tienes que decirme papá si no quieres, Milo estará bien.

- Pero... yo quiero que tú seas mi papá de verdad.

- Campeón, si tú lo quieres, yo soy tu papá de verdad... - dice y lo mira con seriedad. - No importa si no llevas mi apellido, además eso se puede arreglar.

Darien sonríe, nunca le había visto una sonrisa tan grande a mi niño y eso me hace feliz. He dejado de sentir culpa por fijarme en alguien más, solo quiero ser feliz y que mis hijos también lo sean, por eso es que me casaré con Milo, sin duda, él es nuestra mejor opción para ser felices.

Milo ha ido a jugar con Darien, permanezco en mi asiento, estoy en mí séptimo mes de embarazo, pronto nacerá el bebé. No he querido saber su sexo, como cuando iba a nacer Darien, Milo asegura que será una niña, yo no lo sé, pero sea niño o niña, sé que será muy feliz porque nacerá en una familia que lo amará profundamente.

Miro a mi hijo mientras juega con Milo en el área para niños del restaurante, es simplemente maravilloso ver la forma en que se han compenetrado. Milo ha sido maravilloso con Darien y según me ha dicho Kanon, mi hijo ha sido maravilloso para Milo.

Creo que no podría pedir nada más. Mi bebé es muy sano, Dohko me lo ha dicho, tengo mucha ilusión de tenerlo entre mis brazos, es una sensación maravillosa, la expectativa de verlo, de saber de que color serán sus ojos, su cabello, sí se parecerá a mí.

Creo que sí Milo y yo tenemos un bebé de ambos será maravilloso, él ha sido feliz cuidando de mi embarazo, pero creo que lo disfrutaría más sí supiera que el bebé en mi vientre lleva su sangre. Él me ha dicho que aunque tener un bebé más le haría muy feliz, respetará mi decisión si decido no tener más hijos.

Pero lo cierto es que deseo tener un hijo suyo, estoy seguro de que lo amara tanto como ama a Darien y a este bebé.

No he pensado en un nombre para el bebé y me faltan dos meses para tenerlo. Recuerdo que con Darien me sucedió lo mismo, me decidí por un nombre una semana antes de dar a luz. Sahorí me regañó, dijo que no podía ser tan descuidado.

Me pregunto como estará mi padre, no ha querido verme. No lo entiendo, intenté verlo hace unos días y se negó a recibirme. A pesar de todos sus errores y de las cosas que ha hecho, es mi padre y lo quiero, pero parece decidido a alejarse de mí.

Sahorí me ha dicho que le de tiempo, después de enfrentar el desastre económico debe sentirse muy mal. Creo que es cierto que no nos parecemos en nada, mientras él cree que lo más adecuado en estas circunstancias es mantenerse alejado de mí, yo creo que es en este momento cuando más cerca deberíamos estar uno del otro.

Mi padre siempre ha pensado que las cosas deben ser a su modo, que las cosas se solucionan a solas. No estoy de acuerdo con él. Y aunque estoy molesto todavía con él por que me dio la espalda cuando más lo necesitaba, no creo que sea correcto dejarlo solo en medio de una crisis.

Como quiera que sea, seguiré insistiendo hasta que él acepte verme. Es mi padre, a pesar de todo, lo amo.

- Shunny, ¿quieres ir a casa ahora? - dice Milo apareciendo frente a mí. - Recuerda que debes descansar, nuestra nena necesita que la cuides muy bien.

- Esta bien. - sonrió y tomo su mano para ponerme de pie. Nuestra nena... la considera tan suya como mía, y en cierta forma, así es.

- Darien quiere pasar por un helado, ¿te apetece? - dice Milo después de pagar la cuenta.

- Milo, si sigo comiendo helado después de cada alimento seguro que no dejaré de estar gordo ni cuando nazca el bebé.

- Pero si te ves adorable con esa pancita. - dice con ese tono ingenuo tan suyo.

- Está bien, vamos, ¿sabes? Me gustaría ir de compras mañana, necesito ropa.

- De acuerdo, pero por favor no invites a mi hermana o a Kanon.

- De acuerdo, no los invitaré. - lo beso. Es tan hermoso estar así con él, me siento tan protegido, tan amado...

Hacemos una parada en la heladería y después Milo nos lleva a mí y a Darien a la florería, quiero saludar a Afrodita.

- ¡Ya llegamos! - grita Milo al entrar en la florería, un muy enojado Afrodita aparece con Luigi en brazos.

- ¿Cuántas veces te tengo que decir que no entres de esa forma? ¡Acabas de despertar a Luigi!

- Lo siento... pero tú tienes la culpa, te he dicho doscientas veces que debes llevar a Luigi con mi madre pero insistes en tenerlo aquí.

- Y yo te he dicho otras tantas que tú madre no tiene que hacerla de niñera de mi hijo. - dice Afrodita algo molesto.

- Está bien... dame acá al principito y yo me encargo de hacerlo dormir. - dice Milo, Afrodita le tiende a un lloroso Luigi y Milo comienza a mecerlo. - Ven campeón, vamos a dormir a este muñequito. - dice y le tiende la mano a Darien, mi niño lo sigue, parece que ambos están preparándose para cuando nazca el bebé.

- Dioses... ese hombre es tremendamente cabeza dura. - dice Afrodita cuando Milo se ha ido.

- Sí, pero es parte de su encanto.

- Sí, es verdad. - los dos reímos. Afrodita parece nervioso.

- ¿Qué pasa Dita?

- Pues... es que pasó algo.

- ¿Quieres contarme?

- Sí, es sólo que... es complicado y si Milo se entera... no sé como se lo tomará.

- Te prometo que no le diré nada.

- Me encontré con un antiguo novio... - esta sonriendo, eso significa que haberse encontrado a ese antiguo novio son buenas noticias.- Hace años que no nos veíamos, conversamos durante horas... a Luigi le encantó. No tengo ni idea de cómo dio conmigo, pero estoy feliz de haberlo encontrado.

- Vaya, esas son buenas noticias.

- Solo que no sé si Milo se lo tomará tan bien como tú.

- ¿Por qué no habría de tomarlo bien?

- Pues porque mi esposo era su mejor amigo y porque siente que debe cuidarme, siempre ha tenido complejo de hermano mayor conmigo.

- Él solo intenta protegerte.

- Eso lo sé, es que a veces hace cosas que me molestan.

- No sabía que pensaras eso. - dice Milo apareciendo seguido por Darien.

- No te lo tomes a mal es solo que...

- Entiendo, mi ayuda no es requerida, ahora que lo sé, me abstendré. - dice y se encoge de hombros.

- Milo yo... - dice Afrodita.

- No, no digas nada, todo ha quedado claro como el día, soy un entrometido que te estorba, lo comprendo perfectamente. - dice y se dirige a la puerta. - Vamos Shunny, se hace tarde. - dice y abre la puerta. Afrodita lo mira intentando decir algo pero la mirada dolida de Milo lo frena.

- Nos veremos más tarde Dita, Darien, sé un buen niño. - beso la frente de mi hijo y salgo detrás de Milo.

-¿Estás bien? - le pregunto sosteniendo su mano.

- Si... exageré, ¿verdad? - asiento con la cabeza. - Cuando Luigi murió me jure que no iba a permitir que nada ni nadie dañara a su familia... creo que me lo he tomado demasiado en serio.

-Él necesita rehacer su vida...

- Lo sé. Pero es difícil aceptarlo, Luigi era mi mejor amigo.

-Pero Afrodita debe continuar con su vida.

- Sí, pero no con ese español mal nacido.

- ¡Milo!

-Lo sé, lo sé, no tengo derecho a meterme en ese asunto, pero lo conozco, lo conozco bien.

- No puedes decidir lo que esta bien para Afrodita.

-Eso ya lo sé, no puedo ni siquiera decidir lo que está bien para mí, ¿cómo se me ocurre que podría hacerlo con la vida de alguien más? - el sonríe y yo beso sus labios. Se le ve triste.

- No debes ponerte triste, el que esté con alguien no significa que ha olvidado a tu amigo.

- Eso lo sé... es solo que hasta este momento me doy cuenta de que él de verdad ya no está. - se ve realmente triste y su tristeza me contagia.- Será mejor que ya me vaya, Shaina me va a matar si llego tarde otra vez.

- ¿Vendrás por nosotros más tarde?

- Por supuesto, no me perdonaría que tú y el campeón tuvieran que tomar un taxi.

- Gracias. - lo beso y él sonríe.

- Pasaré por ti después de la comida, ¿de acuerdo?

-Sí, te amo.

- Yo también. Te veo más tarde.

- Hasta pronto. - lo veo subir a su auto, al menos no se ha ido tan triste.


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