Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sonrisas por kobatohanatodesu

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Makoto

Haru me hizo bastantes preguntas pero si contestaba a cada una de ellas se iba a volver a poner triste y no quería que eso pasara así que decidí mentirle diciéndole que no sabía las respuestas. Engañándolo podría ver más seguido esa linda sonrisa que tiene.

Cuando me termino de bañar e intento secarme con su pequeña bata de baño me comencé a sentir otra vez cansado, desde que llegue estaba agotado pero el simple hecho de haberlo visto hizo que las fuerzas regresaran a mí y la fatiga que sentía desde hace ya varios días había sido olvidada.

Salí del baño dispuesto a descansar por un momento pero recordé lo pequeño que se había vuelto mi sillón y lo difícil que fue encontrar una posición cómoda así que deseche la idea del sillón y opte por ir directo al cuarto de Haru, de pie frente a su cama dude por un momento de hacerlo o no, Haru siempre se enojaba cuando me subía a su cama, me regañaba porque siempre dejaba muchos pelos en sus cobijas pero ahora que me daba cuenta los únicos lugares donde tenía pelo eran en la cabeza y entre mis piernas así que sin pensarlo un segundo más me avente sobre el suave colchón, después de todo no creo poder dejar algo de pelo en su cama. Me acomode y en el momento en que cerré los ojos me invadió una gran paz, el aroma de Haru me rodeo completamente como si me estrechara en sus brazo, me sentía seguro otra vez. No recuerdo cuanto tiempo llevaba sin dormir el hacerlo en las calles no era bueno, siempre me sentí inseguro, solo dormía por lapsos si es que lo hacía pero ahora que estaba aquí pude cerrar los ojos y olvidarme de todo. No me di cuenta cuando me quede dormido pero por un momento escuche como Haru había entrado a la habitación, entreabrí los ojos y Haru estaba de pie mirándome, ahí estaba otra vez esa linda sonrisa que había estado desaparecida y que solo me mostraba a mí, sentí como me cubrió con una manta y una sensación cálida me recorrió el vientre y así volví a cerrar los ojos.

Repentinamente un suave aroma invadió mi nariz, sabia de quién era ese olor así que en un movimiento me levante y comencé a correr hacia la dirección de la persona a la que pertenecía. En el trascurso de mi carrera me deshice del la bata de baño que solo había intentado secarme porque para cubrirme no había servido para nada, me sentía libre otra vez recorriendo la casa, mi casa, era yo otra vez. Llegue hasta la entrada de la casa donde visualice a Haru dándome la espalda con la puerta abierta frente a Rin. Rin era la única persona a quien le tenía la suficiente confianza como para poder encargarle a Haru. Sin mirar a Haru me avente sobre Rin para saludarlo pero fue un error mi peso era mayor y lo termine por derribar. Creo que lo lastime porque escuche como le había sacado el aire.

 

Haru

La fuerza con que derribo a Rin había sido tanta que escuche como le saco el aire. Sin siquiera pensarlo un segundo tome a Makoto del brazo y lo jale dentro de la casa cerrando la puerta e impedirle el que volviera a salir. Ayude a que Rin se levantara con algo de dificultad -¿estás bien?- pregunte cuando se estabilizo un poco, el solo afirmo con la cabeza

–en este momento estoy ocupado y cómo puedes ver me encuentro bien, así que adiós- al abrir la puerta para entrar no deje que Makoto le hablara a Rin y tampoco le di la oportunidad a él de preguntarme por Makoto. Antes de cerrar la puerta recibí una mirada de dolor y enojo de Rin quien en cualquier momento preguntaría acerca de la identidad de mi visitante desnudo y eso no podía permitirlo porque el explicarle que el individuo se trataba de mi perro que había muerto hace más de un mes no era nada creíble y el solo contarle sentenciaría mi mente a visitas interminables con el psiquiatra.

-¡Haru-chan yo quería jugar con Rin!- me miro haciendo un pequeño puchero   

-¿Por qué hiciste eso?- regañe a Makoto jalándolo del brazo para dirigirlo hacia el baño, su ropa debería estar lista, ya no soportaba su desnudez aplastaba mi ego -yo solo quería jugar con Rin- se encogió de hombros afligido -¿Qué te he dicho?- Makoto había olvidado las reglas que le había enseñado

-que no debo de saltar sobre la gente-

-¿y qué fue lo que hiciste?-

-salte encima de Rin- parecía que tendría que educar nuevamente a Makoto

-perdón- se disculpo sumiso 

-solo no lo vuelvas a hacer- llegamos hasta el baño y comencé a sacar su ropa de la secadora –toma-

-¿para qué?- ladeo su cabeza parecía no haberme entendido

-tienes que vestirte-

-¡no quiero Haru-chan!- se comenzó a quejar porque no quería vestirse

-Makoto es una orden- creí que si me mantenía firme Makoto obedecería como siempre pero ahora no parecía funcionar –¡no!- me replico, definitivamente tendría que educarlo de nuevo

–¡Haru-chan no quiero usar ropa otra vez! ¡¿Por qué no puedo quedarme así?!- era imposible que le permitiera quedarse así

–No puedes- pareció no ser suficiente para él mi respuesta –¡no es justo Haru-chan! ¡Tu no usas ropa cuando estás en casa!- de que estaba hablando Makoto yo si usaba ropa –si uso. Ahora estoy usando ¿no?- respondí ante su mentira

-¡si….pero no….Siempre que llegabas del trabajo te quitabas la ropa y te metías a bañar después salías y no te ponías ropa!- algo de lo que decía tenía razón pero no era del todo cierto

–no estaba desnudo llevaba puesto mi traje de baño-

-¡entonces quiero un traje de baño!- me grito cruzándose de brazos, la idea de comprarle un traje de baño no era mala aunque a Makoto no le gustaba que lo bañara si le gustaba ir al mar y jugar dentro del agua así que si algún día que espero que fuera pronto íbamos a la playa tendría que comprarle un traje de baño pero ese no era el momento para pensar en eso tenía que encontrar la forma de convencerlo de ponerse la ropa –después te lo comprare por ahora ponte esto- levante la ropa frente a él esperando a que la aceptara pero continuaba negándose -¡no quiero!- Makoto comenzó a irritarme, ya había perdido bastante tiempo además ya tenía hambre y aun tenía que preparar la comida -¡Makoto!- levante la voz y Makoto reacciono encogiéndose de hombros -se que no te gusta usar ropa pero no puedes andar desnudo así que por lo menos ponte esto- le di sus bóxers y el los acepto sin ningún reproche colocándoselos sin levantar la mirada. Comencé a caminar hacia la salida del baño y Makoto no se movía parecía triste porque le había levantado la voz

–Makoto- levanto la mirada hacia mí al escuchar su nombre

–vamos a comer- lo tome de la mano para halarlo y el volvió a sonreír -¡sí!-

Al llegar a la cocina Makoto rápidamente tomo su plato que aun permanecía en el mismo lugar en el que siempre estaba, no lo había querido guardar era muy difícil para mí -¡comida! ¡Comida! ¡Comida!- repetía Makoto acercándome el plato. Busque las latas de comida en la alacena y teniéndola en mis manos la mire por un momento, gire mi vista hacia Makoto ¿le seguirá gustando este tipo de comida? Lo pensé por un instante pero a mi parecer por la forma ansiosa con que me miraba Makoto la aceptaría así que sin mas abrí la lata y le serví en su plato, en el instante en que la vertí Makoto comenzó a olfatearla parecía inseguro de comerla o no pero al final se decidió y tomo un poco con la boca embarrándose la cara. Se quedo en silencio unos segundos

–Haru-chan sabe horrible- dijo mirándome regresando un poco del gran bocado que había intentado comer al plato, sus ojos estaban llorando al parecer si sabía muy mal porque parecía que en cualquier momento Makoto podría vomitar -¡Makoto no!- tal como sospechaba Makoto termino vomitando en el piso. Resignado comencé a limpiar mientras Makoto me miraba desde un rincón regañado porque después de disculparse intento hacer como la gran mayoría de los perros hacían comerse lo que había vomitado. Si cuidar a Makoto cuando era perro ya era difícil en su forma actual lo era más, era como un enorme niño.

Finalmente termine de prepara la comida y sin ningún otro inconveniente ambos nos dirigimos a la sala

-¡mi collar!- grito Makoto al reconocer su collar acercándose al pequeño altar que había puesto para el

-¡¿Haru-chan después de comer podemos dar un paseo?!- me pregunto tomando el collar del altar

–no lo sé- conteste mientras acomodaba los platos con comida en la mesa que ahí había provocando que él se desanimara por mi respuesta –podemos ir a comprar algo para la cena y ropa para ti- al escucharlo sus ojos brillaron pero hubo algo que me exigió -¡no quiero ropa quiero un traje de baño!- sonreí, tal vez era cierto lo que decían sobre las mascotas y sus dueños tal vez eso de que al final terminan pareciéndose era verdad. El solo pensar eso me había hecho sonreír de manera involuntaria pero algo repentino me hizo cambiar drásticamente de humor

-¡Makoto tu pie!- levante un poco la voz al ver como uno de sus pies sangraba. El dirigió su vista hacia su pie aun sin dejar de sonreír sujetando su collar –ha es sangre- dijo con un tono de voz que me dio a entender que no le importaba si se terminaba desangrando -¿Por qué?...- trate de entender porque no se había quejado conmigo pero el solo me miraba de manera ingenua

–siéntate en el sillón voy a curar tu pie- lo empuje levemente para que se sentara en el sillón de la sala y salí rápidamente al baño para ir por el botiquín, cuando regrese  no puede evitar sonreír otra vez, Makoto estaba intentando ponerse su collar pero sus manos eran realmente torpes y no podía hacerlo, me agache para tomar su pie y comencé a desinfectarlo esto provoco dolor en Makoto quien por reflejo alejo su pie de mi gritando de dolor

-¡duele Haru-chan!- no comprendía a Makoto como era posible que se quejara por un simple toque y no se quejaba cuando caminaba y su pie sangraba, Makoto era raro –solo sopórtalo un poco mas- le dije tomando su pie nuevamente para terminar de curarlo y vendarlo –ya esta- me levante y le extendí la mano a Makoto –vamos a comer antes de que la comida se enfrié- Makoto acepto mi mano y se levanto para sentarse a un lado de mi en la pequeña mesita de la sala –creo que es mejor quedarnos en casa hasta que tu pie sane- Makoto pareció un poco triste  por la decisión pero no hizo ninguno reproche porque estaba comenzando a cojear, su pie realmente le dolía y a mí me hacía sentir mal el solo verlo sufrí aunque solo fuera un poco.

 

Rin

Me había quedado sin aire y a Haru no pareció haberle importado. Al recuperar el aliento comencé a retornar el camino hacia el trabajo meditando lo que había ocurrido ¿Quién era ese tipo desnudo? ¿A caso era algún familiar de Haru que no conocía o era alguien más? Mi mente divagaba con ese tipo de preguntas hasta llegar al restaurante donde trabajaba con Haru –fue rápido- me hablo el jefe al verme entrar –si- solo conteste aun pensativo -¿Cómo esta?- me pregunto desde  el mostrador –se encuentra mejor- conteste a su pregunta dirigiéndome a mi lugar de trabajo –eso es bueno. Entonces después del trabajo vamos a visitarlo como habíamos planeado- repentinamente dijo el jefe –tiene un visitante- se vio sorprendido al escuchar eso –enserio ¿un familiar?- me pregunto pero no lo sabía –no lo sé, no me dijo, estaba un poco ocupado- si ocupado con ese chico tan raro que se atrevió aventarse sobre mi desnudo

–Bueno ya lo sabremos después del trabajo- me sonrió y yo asentí –es tiempo de volver al trabajo- volví a asentir.                   

                  

Haru

Tuve que alzar la comida que se había quedado en la estufa porque después de haberle servido cuatro veces a Makoto parecía no querer detenerse, su estomago parecía no tener fondo y me estaba asustando su apetito voraz pero recordando un artículo que había leído hace mucho tiempo decía que los perros no paraban de comer aunque ya estuvieran llenos porque no conocían lo que era estar satisfechos o algo así, realmente no lo recordaba bien pero parecía que ese artículo tenía razón porque el estomago de Makoto se veía abultado y me seguía pidiendo más comida. Resignado por no obtener más Makoto se fue a recostar al sillón de la sala parecía que iba a dormir otra vez

-¿vas a volverte a dormir?- pregunte siguiendo sus pasos

–tengo un poco de sueño- contesto recostándose en el sillón mientras lo miraba desde donde estaba, yo también tenía un poco de sueño, también quería recostarme a su lado pero me daba un poco de pena decírselo –Haru-chan acuéstate conmigo- me pidió extendiendo sus brazos para que me acostara sobre su pecho, ¿a caso Makoto había leído mi mente? porque eso era exactamente lo que quería hacer. Era vergonzoso hacer eso y comencé a dudar si hacerlo o no pero la insistencia y la sonrisa de Makoto hizo que poco a poco caminara hacia él para recostarme encima de su pecho, en el momento en que lo hice me aprisiono entre sus brazos y por un instante me sentí avergonzado porque estaba tocando directamente su piel sin embargo su calidez y los latidos de su corazón hicieron que me relajara y aprovechara ese momento tan hermoso que disfrutaba junto a él –Haru-chan- susurro mi nombre aun agregando el chan en el pero por más que lo había reprendido por decirme así parecía no entender

-¿qué?- solo respondí –te amo- repentinamente soltó provocando un sinfín de emociones que terminaron haciéndome sonrojar. Lentamente levante mi rostro para mirar el suyo y ver qué tipo de expresión tenia después de haber dicho tal cosa sin embargo solo me sonreía y sin previo aviso me dio un lametón que rozo la comisura de mis labios provocando que mis mejillas ardieran como nunca había sentido -¡Makoto!- me levante asustado

-¿Qué ocurre Haru-chan?- pregunto sin entender -¿Por qué?- trate de preguntar -¿Por qué que?- pero nuevamente no entendió

–me lamiste….- dije tocando la parte de mis labios donde su lengua había pasado -¿no te gusta que te bese?- ¿besarme? ¿Cómo era posible que eso fuera un beso? Me había llenado de baba y si había sido un beso como aseguraba ese había sido mi primer beso –bueno…- no sabía cómo contestarle, realmente no sabía si me había gustaba o no –si no te gusta no lo volveré a hacer- repentinamente hablo al no haber recibido ninguna respuesta de mi –no es eso Makoto…- rayos esto era muy difícil y no paraba de arderme la cara por lo vergonzosos que era

–los humanos…- desvié mi vista al notar que me miraba fijamente –los humanos no se besan así- bueno aunque no era verdad porque algunas personas se besaban así -¿recuerdas como te besaba yo?- volví a girar mi vista hacia él para encontrarme con su ceño fruncido, parecía que intentaba recordar -¡sí!- aseguro haciendo un gesto muy gracioso con sus labios, la mueca para dar un beso era la correcta pero no pude evitar reír, sin darme cuenta se acerco hacia mi rostro y sentí como posaba sus labios sobre mi frente

–tu siempre me besabas así Haru-chan- Makoto no lo había olvidado –lo hacías antes de irte al trabajo, me gusta mucho cuando lo haces- el simple hecho de que lo recordara me hacía sentir tan feliz

-Haru-chan ¿podrías darme un beso?- repentinamente me lo pidió y sin pensarlo accedí, volví a besar su frente y no entendí porque comencé a llorar -¿Haru-chan?- pregunto al notar mis lagrimas -¿te duele algo?- no me dolía nada simplemente estaba feliz, tan feliz que lloraba de felicidad por tenerlo ahí junto a mí, a mi amado Makoto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).