Itachi vigilaba a su amigo. Shisui tenía una cara muy pensativa desde que les habían revelado la situación de su otro yo en la otra dimensión. El menor de ambos por dos meses era Shisui y su amigo siempre había actuado como si eso lo convirtiera automáticamente en el más adulto de ambos. Normalmente era Shisui el que se metía en problemas, el más tímido pero a pesar de pasar desapercibido con las chicas cosa que a Itachi no le pasaba, no por eso era el menos ingenioso o un peor shinobi. En realidad su amigo no era nada malo en las misiones pese a que se quejara alegremente de que eran mucho trabajo.
Así que Itachi sabía que su amigo era capaz de pensar seriamente en algo.
¡Itachi!—soltó por fin el otro Uchiha que había estado dibujando en la tierra círculos concéntricos con el índice.
¿Qué?—preguntó el mayor. Realmente había algo que le molestaba a su sexto sentido pero no sabía que era.
He estado pensando—dijo el otro.
No digas cosas obvias—lo retó Itachi.
El otro siguió como si nada--¿Sabes lo que me molesta?—
Las chinches en tu cama—le dijo muy serio el mayor.
Shisui que normalmente le hubiera gritado siguió en su estado de tristeza y luego prosiguió—No me molesta haber muerto pero que todo lo que hice fuera en vano… en ese mundo solo queda un Uchiha—Itachi lo miraba atentamente. Nunca había visto melancólico a su amigo y no le gustaba nada verlo en tal estado. Shisui siempre había sido medio bobo o serio pero nunca triste. El clan guardaba muchos secretos muchos de los cuales su amigo sabía por ser un chunin del clan Uchiha. No era tan tonto como le gustaba aparentar y es por eso que su amigo se lo estaba tomando en serio—He pensado… En este mundo florecemos pero en ese otro estamos extinguiéndonos—definitivamente había algo que no le gustaba a Itachi—En este mundo no soy nada especial pero en ese puedo hacer la diferencia. Al parecer necesitan ayuda y nuestro clan podría necesitar ayuda de los Uchiha de ese mundo algún día. De alguna manera es hacer prevalecer al clan—
¿Y tú te encargarás de eso?—preguntó Itachi como dubitativo aunque lo que quería era quitarle la idea de la cabeza—Recuerda que Sasuke está para eso—
Pero solo un Uchiha no podrá rearmar el clan. Su material genético se perderá en unas generaciones mientras que si hay más Uchihas… ¡Piénsalo! ¡Allá estamos muertos! Y podría hacer la diferencia. Siempre quise hacer algo grande pero también siento que de seguir aquí nunca lo lograré—dijo Shisui, Itachi nunca supuso que pensaba así y lo miró extrañado--¡Además… lo único que tengo que hacer es tener muchos hijos!—dijo con su talante alegre Shisui.
¡PAW! (Golpe en la testa)
¡Auch! ¿Y eso por que fue?—preguntó el adolorido Shisui.
Para que se te arreglen las ideas—dijo Itachi con talante tranquilo pero con mirada feroz antes de marcharse y dejarlo anonadado. Interiormente el mayor se preguntaba también porque había reaccionado así.
Haruno se había dormido sin darse cuenta y cuando se despertó solo encontró ante si al Sasuke y Naruto casados por lo que se levantó e inspeccionó con la mirada la cueva en que muchos estaban dormidos, pero no vio a aquellos que buscaba.
La respuesta era sin duda la otra caverna por lo que marchó hacia allí. No veía nada al principio y entonces, tras una roca los descubrió. Sasuke dormía sentado lo que no era muy raro para un shinobi pero entre sus brazos tenía, tenía… ¿A Naruto? Se puso colorada. ¡No, no podía ser! ¡Tenía que ser una confusión! Su Sasuke no podía…
A la mañana siguiente Kakashi vio a sus alumnos venir desde la otra caverna. Sasuke parecía raro pues miraba a Naruto de costado y este tenía los ojos somnolientos aún pero no podía esperar más de Naruto, el chico ya había pasado por suficiente.
Es hora de irnos de aquí—dijo.
¡Un momento! ¿Hablas de ir a otra dimensión?—preguntó Shisui.
De eso hablo—dijo Kakashi sensei—¡Iremos con esto! ¡No te preocupes! Estoy seguro que hallaremos la manera de regresarlos a esta dimensión—exclamó el peligris.
No me preocupa eso sino…--decía el Uchiha cuando de pronto Naruto 2 que parecía dormir saltó y arrebató el aparato de manos de Kakashi antes de que este pudiera advertirlo.
Sasuke 2 dio un respingo y le preguntó--¿Qué haces?—hacía un momento dormía en su regazo y ahora…
…entonces Naruto 2 abrió los ojos…
…pero no eran los ojos de Naruto…
…eran ojos de serpiente…
Su cara era la de un triunfador que se burla de los perdedores—¿Creyeron que podrían dejarme atrás? ¡Aficionados! Tengo mucho más que demostrar de lo que ustedes creen. Ahora es hora de irme—dijo antes de activar tres signos en el aparato.
Todos como shinobis que eran, y Sasuke y Obito 2 como vampiros que eran, reaccionaron con rapidez traspasando el umbral ni bien Naruto lo cruzó.
¡Hokage sama! ¡Encontramos esto por allá!—dijo un shinobi al jefe de todos ellos. Estaban en las afueras de la aldea por su orden. Algo inquietaba a Sasuke 3. Tomó en sus manos los dictados cifrados que supuestamente debían ir a Suna llevados por su hermano. Las explosiones y el derrumbe habían atraído a los guardias de la aldea. Sasuke Uchiha 3 se dirigió al lugar indicado al pie de la ladera llena de rocas—¡Excaven!—ordenó.
¡Pero Hokage sama!—dijo el joven shinobi.
¿Qué? ¿Piensas que yo mismo tengo que levantar esas rocas o que?—preguntó de mal talante el Hokage.
Horas más tarde habían encontrado y despejado la cueva. Al entrar el pelinegro percibió los artículos shinobis que estaban por el lugar. Habían permanecido allí unas horas pero ya no estaban y no vio otra salida. ¿Dónde estaban?
Tal vez era un presentimiento pero decidió usar su Sharingan y sus ojos lo gratificaron con una recompensa. Una señal de su hermano. Escrita en una pared con su caligrafía y la especialidad oculta de los Uchiha le daba tres símbolos que él sabía a que se referían.
Por suerte parece ser que las cuevas no están conectadas—murmuró.
Un shinobi que husmeaba cerca lo escuchó y le dijo—¡Pero si lo están Hokage sama!—
El hombre no sabía a lo que en realidad se refería y quedaría así.
¡Me voy! Guarden el lugar hasta nuevo aviso—dijo Sasuke antes de perderse con sus anbus en la espesura.
Sasuke tenía mucho en que pensar y poco tiempo para reaccionar. Eso podía ser muy malo. Necesitaba a los mejores hombres para la misión y eso representaba…
¡No, no la usaría a ella!
Llegaba al pueblo e iba rumbo a iniciar la selección cuando se encontró con ella y su feliz pareja en la calle.
¡Hola, Sasuke sama!—le dijo ella muy livianamente. En realidad usaba esas palabras como veneno aunque no sabía la verdad era por aquello. El volteó la vista. No tenía tiempo para una escenita--¡Oy! ¿Qué te pasa? ¿Acaso no vas a saludarnos? ¡Desconsiderado! Y nosotros que íbamos a invitarte a la fiesta—dijo ella ahora molesta.
Él trató pasar de largo pero ella se interpuso en su camino--¡Oyyyeee!—le gritó furiosa.
¡No me estorbes!—le dijo él—Tengo cosas que hacer—
¡Ah, vaya! Ahora me dices eso pero antes…--se iba a quejar Narutoko, él sabía lo que diría porque siempre al fin y al cabo la cosa quedaba igual. El aguantaba silencioso su maltrato porque se lo merecía. Pero ese día las cosas eran distintas porque su hermano podía estar en peligro.
¡Sí! ¡Todo es mi culpa! ¡Yo te dejé plantada en la iglesia y sufriste mucho! ¿Es lo que querías oír?—le dijo y no esperó respuesta para proseguir, no sabía que ella estaba muda de la impresión porque él por fin admitiera su culpa, era un secreto a voces del que nadie hablaba frente a frente con ella y nunca imaginó que él lo diría con todas las letras—Ahora si me disculpas tengo cosas muy importantes que hacer. ¡No tengo tiempo para tu encantadora molestia!—él no se había dado cuenta de lo que en realidad había dicho. Es como en esos lapsus de premura que uno dice más o menos lo que tiene en mente mientras algo profundo le preocupa y que la boca dice algo que en verdad siente pero que no diría jamás en público.
Pero Narutoko si lo notó. Estuvo unos segundos queriéndolo destrozar por irse de ahí evadiéndola como si fuera un sapo cuando se dio cuenta de esa palabra.
¿Dijo “encantadora molestia”? Pensó y miró por donde él se fuera.
Es mejor si…--dijo Neji tratando de atraer su atención ya que lucía ida y es que Sasuke siempre lograba alejarla de él de alguna manera.
¡Tú adelantate!—se despidió ella mientras lo seguía porque se había dado cuenta de que el otro tenía esa mirada. La mirada de problemas muy graves.