Bien—dije sin saber muy bien que hacer, pronto el ferry saldría y tenía que ir al muelle a tomarlo—Entonces nos volveremos a ver—dije en tono casual a Kaiba pero el alargó su mano y retuvo mi brazo.
¿No pensarás que te vas a ir así como así, perro?—preguntó antes de jalarme por la extensión del escritorio hasta el otro lado de la mesa, donde me haló hasta él, sus labios arrasaron a los míos al contacto y luego me recargó a este antes de meter su mano en mi pantalón y sumergirse en mi bóxer
¿Solo con unos besos te has humedecido de esta manera?—me pregunta mientras toca mi endurecido miembro del cual algo de líquido ha fluido, mi orgullo por los suelos.
De pronto mi necesidad era intensa pero me obligué a recordar donde estábamos y le dije--¡Oye! La puerta no está cerrada, alguien podría…--
Mi secretaria está afuera, ella me avisaría—me dice él como si nada.
¿Y si ella quiere…?—estaba pasmado con su temple.
Tocaría primero—me responde él antes de seguir besándome.
¿Esto no tiene uno de esos botones…?—me refería al de su casa.
No—contesta simplemente mientras mi mente comienza a hervir—Deberías preocuparte de otras cosas perro—me dice al oído antes de ir a mi nuca y darle una mordida.
No… muerdas a-hí—le digo con poca fuerza mientras mis manos ateridas se esfuerzan sobre la madera.
¿Por qué si es lo que quiero? Te dije lo que sería esto perro. Creí que habías entendido—dijo él.
Pero en la academia. Tú dijiste que en el trabajo no—le contesto.
En la empresa pero aquí es otra cosa. Eres un profesor y yo el director. Es lógico que nos reunamos—me dice el muy sátiro y yo con ganas de reventarle algo la cabeza pero mis piernas están flojas y mi cabeza está dando vueltas.
El ferry… tengo… uni…--pronuncio apenas.
¡No importa! Te alcanzaré en el helicóptero—me dice decidiendo por mí, como odio eso pero en este punto no puedo contestar nada, su mano me ha llevado más allá de la lujuria pero justo cuando estoy por llegar a mi límite retira esta----No voy a dejar que solo tu disfrutes esto, perro, sabes la parte que te toca—me dice mientras desliza mi pantalón y ropa interior de las caderas dejando descubierta mi zona baja.
Sé lo que espera de mi pero mis labios se niegan a abandonar la dulce droga de los suyos, es por eso que permanecemos uno frente al otro cuando él decide colocar dos de sus dedos en mi retaguardia y con cada impulso quedo apretado a él. El ritmo de sus embestidas se hace cada vez mayor mientras mis labios no lo dejan.
De pronto sale de mí algo que me sorprende y perturba—Quisiera hacerlo en una cama—esta forma de hacerlo no esta mal para una vez y con Kaiba pero desearía por una vez no estar sobre la madera de un escritorio.
El se separa un poco de mí y me mira, yo no sé que hacer, creo que he hablado de más—Está bien. Creo que me gustará…--dice poniéndome de espaldas sobre el escritorio y penetrándome—…tenerte debajo desnudo en una cama—yo me retuerzo debajo de él mientras el empuja su miembro dentro mío y el mío siento que va a explotar por no ser tocado. Intento ir a por él pero Kaiba aleja mi mano de este. Yo no tengo cabeza para contestar solo para sentir como golpea ese lugar que me hace estremecer y entonces ambos llegamos al clímax. Mi miembro solo se ha rozado con su estómago pero es suficiente para verterse segundos antes que él, me siento venir y luego a él que se apoya con sus antebrazos a mi lado. El sueño como siempre trata de apagarme pero desde luego nunca lo dejo apoderarse de mí por los lugares en que siempre me encuentro con él. Él, que se recargó sobre mí se levanta y mira su celular el que sonó por unos momentos mientras estábamos haciéndolo y mientras lo revisa empiezo a vestirme.
De pronto su mano sobre mi brazo, miro sus ojos y él me pregunta--¿Qué crees que haces?—me siento desconcertado--¿Quién dijo que hemos terminado?