Lloraba desconsoladamente en el suelo, con solo una sábana que cubría su desnudez y su miseria...todo su cuerpo estaba cubierto por marcas moradas, provenientes de los fuertes golpes y los violentos besos que su futuro esposo le había propinado la noche anterior. El sol ya había salido, la luz iluminaba completamente el lugar...cuanto deseaba que su propia luz, iluminara también la negrura de su dolor, y no solamente físico, sino también el de su alma
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28 de Marzo de 1917
Querido diario:
Me había dejado encerrado en la habitación, después de violarme y golpearme...no podía siquiera levantarme, todo el cuerpo me dolía y no dejaba de llorar,...ya no soporto esta vida, solo quiero morir de una vez. Zen no está para ayudarme, y lo peor es que...está encerrado por mi culpa. Si yo no me hubiera escapado, si tan solo me hubiera aguantado las ganas de ir con él, entonces...aunque ahora ya no vale la pena lamentarse.
No sé qué hacer ahora, solo... Madre, ¡Ayúdame!
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Repentinamente, la puerta se abrió azotándose con la pared, dejando entrar a un hombre de cabello negro con lentes. Al verlo entrar, el joven se arrastró con dificultad alejándose de él o eso intentaba, ya que no tenía tantas fuerzas para escapar. El hombres se acercó a el besándolo bruscamente, mientras lo acostaba en el suelo y comenzaba a descender por todo su cuerpo
-Buenos días amor-decía arrebatándole la sabana y dando más besos sobre las marcas-¿Cómo amaneciste? Espero que bien, porque esta mañana te llevare al cielo otra vez. ¿Estás listo?
-Por favor...te lo suplico, ya no me toques...por favor-suplicaba apenas audible, soltando más lágrimas de dolor puro
-Shhhh No queremos que nuestros padres nos escuchen ¿Verdad? Además, tú tienes la culpa mi amor, no debiste entregarte a ese hombre
-Shiro, por favor...
-Tranquilo, te prometo que lo disfrutaras y después, te arreglaras y bajaras con tu padre y tu primo, que quieren hablar contigo ¿De acuerdo? Hummm, ahora relájate y disfrutalo-comenzo a masajear su miembro
Yokozawa no hacía nada para resistirse, simplemente dejaba que hiciera lo que quisiera. Sabía que no valía la pena gritar ni suplicar que se detuviera, porque no lo haría. Sintió tanto dolor cuando Iokawa metió sus dedos, haciéndolo retorcerse en el suelo, y más aún cuando poco a poco introdujo su miembro comenzando con las salvajes embestidas. No paraba de llorar ni de gemir, su labio inferior ya le sangraba...no dejaba de morderlo para evitar gritar. Era tanto el dolor, que ya no lo aguantaba, era como si estuviera en el mismo infierno, y no había manera de escapar. Al poco tiempo, se corrió dentro de Iokawa, haciendo que finalmente lo dejara
-Arréglate, tu padre quiere verte, y que ni se te ocurra decirles lo que te hice o te ira peor ¿Entendiste?-dijo abriendo la puerta para salir
-Si...-susurro secándose las lágrimas
-Bien. Apresurate-salio azotando la puerta
Como pudo, se levantó del suelo y se metió a bañar. Lloro al ver su cuerpo lleno de marcas moradas, los rastros de su miseria. Pasó horas bajo el agua de la regadera, como si quisiera desesperadamente que el agua limpiara su dolor, pero bien sabía que no sería así.
Después de bañarse, se vistió con un negro y bajo dificultosamente al jardín, donde su padre y su primo lo habían estado esperando. El mayor, rápidamente se acercó a él y lo abofeteo fuertemente, mirándolo furioso
-Shiro-kun nos contó absolutamente todo ¡NO PUEDO CREER QUE NOS DESHONRRARAS DE ESA MANERA!-lo tomo de los hombros y lo zarandeo violentamente-NO SE QUE HICE PARA MERECER UN HIJO ASI
-¡MANCHASTE NUESTRO APELLIDO! ¿YA ESTAS CONTENTO PRIMO?-le grito Shou
-¡Eso no es verdad!-replico Yokozawa al borde del llanto
-¿LO NIEGAS? ¿COMO CARAJOS CREES QUE SE VE QUE MI HIJO SEA UNA RAMERA? ¿QUE SE ACUESTE CON BASURAS?-lo reprendía su padre-¡CONTESTAME!
-AHORA TODO EL ALTO MUNDO VA EMPEZAR A MURMURAR SOBRE NOSOTROS. SEREMOS SU BURLA
-¡NO!-lo detuvo su tío-Aun tenemos una solución, si se casa con Shiro-kun los callaremos
-Por supuesto, así evitaremos los chismes-concordó Shou
-Pero yo no quiero casarme co….
-¡CALLATE!-grito soltándolo bruscamente-Te guste o no, te casaras con él. Confórmate con la humillación que ya nos hiciste a todos. Vamos Shou, por culpa de alguien, tenemos que ir a ofrecer disculpas a todo el mundo
-Si tío
Apenas se marcharon, Yokozawa se dejó caer de rodillas en el pasto, abrazando su cuerpo con lágrimas en los ojos. Realmente ya no aguanto esa vida tan falsa, sofocante y cruel…no quería atarse para toda la vida a alguien tan violento como Iokawa, pero ahora ya no había salida. Solo le quedaba llorar en silencio, dejar que las lágrimas limpiaran poco a poco su alma, de todo el dolor que lo consumía, arrastrándolo al sufrimiento. Su esperanza ya había muerto…maldecía una y otra vez al mundo donde tuvo la desgracia de nacer.
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-¡DEJENME SALIR! ESTO ES UNA INJUSTICIA-gritaba el castaño con extrema furia
-¡Ya deja de gritar! Tienes visitas-le dijo un uniformado, abriendo la celda para que dos hombre entraran-No se tarden-advirtió dejándolos solos
-Chiaki, Tori, ¿Qué hacen aquí?
-Vinimos por ti amigo. Ahora dinos, ¿Qué fue lo que paso?-pregunto Hatori
-Sí, nos dijeron que secuestraste a ese chico-comento Chiaki
-¡NO!, yo no los secuestre. Ese maldito idiota me levanto falsos-contesto con rabia en sus palabras
-Te dije que no te metieras con ese chico, mira lo que te paso por su imprudencia. Tienes suerte de que nuestros ahorros alcanzaran para pagar la fianza
-¿Qué? ¿Usaron el dinero de los ahorros?-pregunto sorprendido-Ese dinero era para emergencias
-Y esto era una emergencia. No repliques y ya vámonos
-Bien-apenas salieron de la comisaria, cuando Kirishima quiso salir corriendo rumbo a la alta sociedad, pero fue retenido por sus amigos, comenzando a forcejear
-¿Qué creen que hacen? ¡SUELTENME! Tengo que ir por el-decía Kirishima
-¿Acaso estás loco? ¡TE METERA EN MAS PROBLEMAS! YA OLVIDALO
-TORI TIENE RAZON KIRISHIMA ¡OLVIDALO!
-NO ENTIENDEN QUE LO AMO ¡DEJENME IR! NO ME IMPORTA LO QUE ME PASE-forcejeo más fuerte
-¿Y TAMPOCO TE IMPORTA LO QUE LE PASE A EL?-pregunto Chiaki, haciendo que dejara de forcejear y abriera los ojos como platos
-¿Q-Que?
-¿Qué si no te importa lo que le pase a el? Zen, yo sé que lo amas, pero si ese hombre es tan malo como dices, si vas lo único que lograras es que le haga algo a ese chico. Es mejor que lo dejes, si no lo haces por tu bien, hazlo por el
-…-
-Piénsalo bien Kirishima
Kirishima sabía que Chiaki tenía razón, pero no quería abandonarlo, lo amaba y tenía ese presentimiento de que lo necesitaba en estos momentos, que le pedía ayuda de lágrimas y gritos, lo que aumentaba su impotencia….realmente quería ir por él, salvarlo de ese infierno a donde fue obligado a volver, pero si lo hacía, seguramente haría que lo lastimaran, aunque le costara aceptarlo…su prometido sí que era peligroso y no quería que le hiciera algo.
Con gran rabia, forcejeo aún más hasta que se resignó…por más que lo intentara, sabía que sus amigos no lo dejarían ir, por lo que decidió resistirse por el momento. Pero sin duda, buscaría la manera de llegar a él, no lo abandonaría ni aunque su vidas dependiera de ello.
“No te preocupes Takafumi, iré por ti”
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Pasaron los días llenos de nostalgia, Yokozawa se sentía cada día más muerto que vivo, pues el dolor no lo abandonaba en ningún momento. Permanecía presente a cada segundo…agudo y penetrante como una aguja en las venas…un infierno lleno de agonía y tristeza, complementados con ríos de lágrimas por doquier. Era lo mismo todos los días, Iokawa no lo dejaba salir para nada, lo violaba cada vez que quería, y si intentaba resistirse, este lo golpeaba hasta el cansancio. Por más que se lo decía a su padre o a su primo, estos no lo escuchaban y cuando lo hacían, simplemente le contestaban con un “Te lo tienes merecido “o “El será tu esposo, puede hacer contigo lo que se le dé la gana” para luego ignorarlo completamente. Se dedicaba a llorar solitariamente en su cama, ya estaba tan cansado de pelear…ya no tenía fuerzas para seguir adelante, de un momento a otro, su mundo cambio de sr gris a ser negro, guidado por la tristeza, el dolor y el sufrimiento. Su corazón le dolía como nada nunca antes le había dolido, cargar con un dolor así a su corta edad, lo hacía más pesado de aguantar. Cuanto daría por estar al lado de Kirishima, de volver a estar recostado en su pecho, sintiendo su calidez que tanta paz le brindaba. Pero ahora no estaba para salvarlo del sufrir….agudo y punzante dolor estallo en su corazón, sus latidos eran tan hirientes, no podía ya con ellos…las fuerzas lo habían abandonado, al igual que la esperanza de ser feliz.
Buenos recuerdos rondaron por su mente, al menos los pocos que vivió a lado del castaño, ya que era los únicos que tenía. Sin embargo, el sufrir era tanto, que no podía siquiera sonreír con ellos. Se resignó de intentarlo, y observo tristemente por la ventana de su habitación, podía verse el agua caer en forma de tormenta, y deseaba que estuviera así mañana.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos al ver como la perilla era girada, dejando entrar a un hombre de 23 años, a quien reconocía como su torturador, lo vio acercarse a él con una mirada lujuriosa, empezando a despojarlo de sus ropas ya besarlo salvajemente. Como siempre….solo lloro en silencio, mordiendo su labio para evitar gritar. Las embestidas eran tan fuertes y extremadamente dolorosas, con cada una se destrozaba en mil pedazos, hasta que….finalmente sus miembros explotaron, acabando temporalmente con su tortura.
Iokawa se levantó de la cama, y poniéndose su ropa, se dirigió a la salida
-Mañana es la boda amor, ¿No estas feliz? Al fin, serás mi esposo-dijo descaradamente-Te amo tanto Takafumi, eres muy delicioso jejeje
-Lo que digas-susurro sin dejar de llorar
-Buenas noches y duerme muy bien, que mañana unimos nuestras vidas-luego de decir esto, se marchó cerrando la puerta con llave
“Mañana…mañana…mañana voy al infierno”-pensó, para después caer en el sueño profundo de la noche, deseando con todas sus fuerzas….nunca despertar
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…mi vida nunca había sido un infierno tan horrible como lo es ahora, Shiro me golpea y me viola cuantas veces se le da la gana, prácticamente hace conmigo lo que quiere y….ya no lo soporto. No tengo fuerzas para seguir peleando, me rindo ante la oscuridad y dejare que ella me arrastre a la tortura eterna. ¿Qué más da? Si mi vida ya es un infierno, imagino que ese no se compara en nada al que ahora me hace sufrir. No sabes….no sabes cuánto…cuanto deseo que mi madre este conmigo ahora, desearía tenerla aquí para (como un niño) abrazarme a ella y a su calidez, encontrar el consuelo que necesito. Pero no será así, ni siquiera la conocí, lo único que se de ella es que murió en el parto….según lo que me conto mi padre, su vientre era muy débil para resistirme, y que el doctor había dicho que solo podrían salvar a uno. Papa había decidido salvarla a ella, pero mama no quiso….así, me salvaron mí. Supongo que ella pensó que estaría mejor vivo…pero se equivocó, ojala hubiera muerto.
Shiro solo me causa dolor, y eso es ahora, no quiero imaginarme lo que será después de cuando nos casemos.
Mama…llévame contigo, por favor.
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Al otro día, la mansión se vio decorada de hermosas rosas blancas, elegantes mesas y los más finos vinos del país. Y en la iglesia, los invitados vestían elegantemente; las damas con vestidos largos de diferentes colores y sombreros a juego, los caballeros, de formales trajes negros con sombreros de copas, llevando a sus esposas o esposo del brazo.
Todos hablaban sobre lo bella que sería la boda éntrelos hijos de dos familias tan reconocidas en el alto mundo, sin duda sería un evento que nadie olvidaría. El novio de negro y su familia ya estaban ahí, las mujeres solteras suspiraban el ver lo guapo que se veía Iokawa, llegando al punto de sentir envidia por Yokozawa….aunque no sabían que le envidiaban a un ser tan despreciables. Al poco tiempo, llego un hermoso auto de cual bajaron la familia Yokozawa, el señor Yamato llevo a su hijo del brazo a dentro del a iglesia. Cuando atesaron el umbral, la música comenzó a tocar, haciendo que los invitados posaran su vista sobre Yokozawa, quien vestía con un hermoso traje blanco, mas su mirada solo demostraba tristeza.
El recorrido fue rápido, en el altar el señor Yamato entrego a su hijo a Iokawa, quien le sonrió dulcemente
-Queridos hermanos-comenzó el sacerdote-Nos hemos reunido hoy para celebrar la unión de estos hombres que lograron encontrar amor en sus vidas. Iokawa Shiro-el aludido volteo a verlo-¿Aceptas a Yokozawa Takafumi como tu esposo para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
-Acepto-contesto sonriendo
-Y tu Yokozawa, ¿Aceptas a Iokawa como tu esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
-Yo…-se mostró dudoso-A-acep…
-¡TAKAFUMI!-se oyó un fuerte grito que resonó en todo el lugar, haciendo que todo el público volteara a ver al responsable. Yokozawa abrió los ojos como platos y soltó lágrimas de felicidad al ver a Kirishima ahí-Takafumi…vine por ti-dijo sonriendo
-Zen…-el menor corrió rápida y desesperadamente hacia él, antes de que Iokawa pudiera detenerlo, fundiéndose juntos en un abrazo-Te amo…te amo
-Yo también te amo
-¿Recibiste mi carta?
-Así es. Y me alegro de que la enviaras, porque así…pude llegar a tiempo por ti-el castaño lo pego a él por la cintura y lo beso apasionadamente, haciendo rabiar a Iokawa
-¡MALDITO INSOLENTE!-grito furioso-NO TE LLEVARAS A MI ESPOSO-saco una pistola y les disparo, siendo detenido por Shou y el señor Yamato
-¡Espera! Le darás a mi hijo
-NO ME IMPORTA-volvió a disparar, pero esta vez casi le dio a Kirishima, el cual tomo a Yokozawa y salieron corriendo de ahí, seguidos de Iokawa y la familia del menor
-¡Corre amor!-dijo el castaño, llegando a un auto que estaba estacionado
-¿Adonde? No tenemos adonde huir, nos encontraran
-No si vamos en esto -abrió la puerta del coche- Sube
-¿Qué?
-Que subas
-Pero…
-Vamos, no tenemos todo el día. Confía en mí
-Bien-se sentó en el asiento a lado del conductor, donde se metió el mayo y arranco el auto-¿De quién es…?
-No te preocupes, lo tome prestado
Al ver la acción, Iokawa se subió a otro auto al igual que los Yokozawa y avanzo velozmente detrás de Kirishima, quien al ver esto, acelero el paso…comenzando así una persecución.