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LAGRIMAS DE UN ANGEL por Fernia Saga

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Notas del capitulo:

Siento mucho el retraso pero m emocione tanto con el nuevo cap d sekaiichi (cuando habra salido) q lo relei todo el manga...jeje. En cap ya estaba terminado y lo iba subir el domingo pero m quede sin internet...😱. Fue un caos pero aca les dejo....

Ah... sobre el cap: el cap empieza con un recuerdo d ono (no es un sueño) y luego lo demas....

Debo aclarar q el cuento q aparece no m pertenece... si no es d mis tantos cuentos favoritos. Tal vez algunos lo sepan o no pero x lo menos queria q sepan el nombre.... chantilly.

(Pertenece a Silvia Guiard)

Ah... se m olvidaba ....En unos dias subire un one-shot... 

Bue... sin + a leer...

-Aquí estabas? 

Masamune estaba recostado sobre el gran árbol de cerezos donde lo vi por primera vez.

Se veía pálido probablemente no había dormido.

-Que paso? –aunque pregunte, sabía bien cuál era la respuesta

El no contesto.

-Ven –señale mi regazo para que se recostara 

Me sentía horrible por dentro. 

El me necesitaba. 

Pero yo…

-Ritsu –susurraba con un ligero dolor

No sabía qué hacer.

Ni que palabras decir para  conformarlo.

-Te contare un cuento –dije, mientras acariciaba su cabeza

Solo pude decir eso.

Sinceramente, me odio.

Por no saber que mas hacer, en momentos como esto.

-Cuento? –arqueo una de sus cejas

Solo, no quería… ver dolor en sus ojos.

-Si –le mostré mi libro –Es mi cuento preferido – Se rio.

-Si no quieres… –iba a guardar mi libro…

 -Si quiero –se levanto

  Reí.

-Está bien –entre risas

No pude evitarlo.

 Al ver, levantarse apresuradamente para impedir que guarde el libro… 

… no pude dejar de reír.

-Deja de reírte –decía con el seño fruncido

-Perdón… -me limpie las lágrimas

El volvió a recostarse.

Me sentía nervioso.

Porque sus penetrantes ojos avellanas me miraban fijamente.  

-Empecemos… 

 

Era de noche.

El silencio rondaba en mi casa.

Mis padres estaban en algún parte de Europa.

Disfrutando su segunda luna de miel.

Y yo dormía como un rey.

En la cama King de mis padres. No todos los días podía dormir ahí.

Estaba contento porque por fin tenía la casa para mi solito. Excepto por Lisa, la niñera que venía por un par de horas. Esas par de horas para esperar la llamada de mis padres… siempre a la misma hora. Al menos dejaba comida.

Pero el resto del tiempo la casa era mío. 

Mío y de Chantilly.  

-Chantilly? –con tono de burla

-Déjame terminar –volviendo a la lectura

Maullaba como loco.

Sentado al pie de la ventana a ver a su madrina. 

Para avisarme pero yo por nada del mundo me desperté.

Al final, cansado de esperar, la noche empezó otra vez a moverse y se fue. Yo seguí durmiendo unas cuantas horitas más.

 Chantilly, el gato negro, quiere ser todavía más negro. Más negro que lo negro. Mas negro que la noche, su madrina. Ya no come verdaderos ratones. Solo sombras. Atapa solo sombras de ratones orejudos con sus dientes. Quiere que engorde mucho su negrura… Pero a los pocos días… ay!. Come le duele la barriga!

¨Las sombras -piensa –Me caen mal. Son muy pesadas… y demasiadas negras¨

Entonces deja de salir de día, por temor de que el sol fuerte lo destiña. Pero si anda de noche. Porque la noche es una gata enorme, requeté negrísima y salvaje. Aunque adorne su pelaje con estrellas, aunque abra muy redondo su ojo blanco adentro de la luna… ¡Negra queda! La noche, molesta con Chantilly, para embromarlo, se encapota de nubes. 

¿Donde habrá algo más negro que sea negro que esa espesa, terrorífica negrura de la noche sin luna? Chantilly, decepcionado y de muy mala gana, se resigna. No va a lograrlo nuca.

Haga lo que haga, ella siempre le gana. Es, sin duda alguna, la más negra.

Triste, avergonzado, viene a acurrucarse al lado mío. Me hace cosquillas en la oreja su bigote lloroso.

-Chantilly, chantilly, no es para tanto -le digo acariciando su cabeza

La noche conmovida, se acerca suavemente y le canta al iodo, con ternura, una canción de cuna:

¨Chantilly, chantilly, ¡Sos el más negro de los gatos negros! Sos el número uno, sos el campeón gatuno de negrura.¨

Y chantilly, contento finalmente, se duerme, ronroneando, junto a mí.  

Chantilly, el gato negro, ahijado preferido de la noche, ronronea, dormido, junto a mí.  ¿Porque esta tan feliz? ¿Con que estará soñando chantilly…? ¿Sueña con toneladas de ratones? ¿Sueña que es flautista de Hammelin? ¿Sueña que por fin derrotara a la noche, su madrina, y ganara la Súper

- Requeté Copa Universal en el Campeonato de Negrura…? ¿Sueña con camiones y camiones de latas de sardinas y sardinas de lata…?  ¡Claro que no!   Chantilly, el gato negro, sueña, profundamente enamorado, con Misterio, la gatita blanca…  

-Chantilly, ya estoy listo

  - ….

  -¡Vamos, levántate, se me hace tarde!

- …. 

-¿Qué te pasa? ¿Estás como el gato Confite, te duele la muela y no vas a la escuela?

-No –me contesta, finalmente –Pero estoy como el gato Garabato, durmiendo en un zapato… ¡y tengo todavía para rato!

-Vamos, se bueno, acompáñame, ¡tengo prueba!

-Ah! Si es así… ¡ya estoy!

A Chantilly, que es un gato muy inteligente, le fascinan las pruebas. Si la profesora supiera que el siempre me sopla todo. Pero, por supuesto, no lo sabe.

Chantilly se mete de un salto a mi mochila, como saca el hociquito por arriba, mientras voy caminando, conversamos.

-¿De qué es la prueba?

-De todo

-Pero Charlie, no existe las pruebas ¨de todo¨

-Bueno la profe dijo: ¨Tienen prueba, estudien todo¨

-¿Y vos, que estudiaste?

-¿Yo? ¡Nada! ¿Qué voy a estudiar? ¿Si no, para que te tengo, Chantilly?

-Bueno, pero decime… ¿no te tomaran raíz cuadrada? Porque yo de eso no sé nada, nada…  

-¡Chantilly! Pero si estoy en quinto… Bueno a lo mejor se estudia un poco en quinto, pero más adelante… Además, la prueba no es de matemática

-¿No dijiste que era ¨de todo¨?

-Claro, dije: ¨de todo¨, no: ¨de matemática¨

-Y de todos modos… ¿Qué tiene que ver la matemática con la raíz cuadrada? ¿Querés burlarte de mí? Mira, Charlie: los arboles tienen raíces, los pelos tienen raíces los dientes tienen raíces…

-Los verbos tienen raíces… -intervengo yo, para que quede claro que, de verdad, no soy tan burro.

-Claro los verbos tienen raíces… menos el verbo ¨arrancar¨, por supuesto

-¿Y eso porque?

-Y… porque, si lo arrancas… ¡te quedaras sin raíz!

-¿Estas chistoso, Chantilly?  

 

Justo cuando iba a comenzar hacer la prueba, entra René. Debí haber estado muy preocupado por la prueba para no darme cuenta que no estaba…

-Te parece que son horas de llegar? Y justo el día de la prueba –en tono autoritario

  -Lo siento, es que mi gata…  Todos, incluyéndome, mirábamos a la profesora regañando a René.

-Tu gata? Siempre es tu gata? ¿Cuál es el misterio con tu gata?

-Misterio? Ella es el misterio

-No entiendo… que decís?

-Es que mi gata se llama así: Misterio

-Porque se lo pusiste? Es toda negra como una noche misteriosa?

-No, es requeté blanca -¨Y RE-QUE-TE LIN-DA¨ quería agregar Chantilly  

 

Termino la prueba y fui a hablar con René.

-Que le pasa a Misterio?

-No, no le pasa nada, pero me demore porque me estaba contando un sueño que tuvo anoche… -¿Un sueño lindo?

-Lindísimo…  

 

Entro a los piques, tiro la mochila por ahí y voy directo a buscar a Chantilly que, por supuesto, duerme.

-¡Chantilly, Chantilly, escucha esto: la noche no es negra, sino azul!

Chantilly levanta solo el parpado de su ojo derecho, me mira un segundo como diciendo: ¿Este de que habla? Y lo vuelve a cerrar completamente desinteresado.

-Te lo digo en serio, me lo conto Misterio, digo, me lo conto René que lo soñó Misterio: la noche no es negra sino azul. Podes ser campeón!

Chantilly, el gato negro, levanta entonces su cabeza y se lame la pata, con aire poquito ofendido.

Después, con voz grave, me dice:  -Mira, Charlie, Misterio será una gata linda, re-linda y requeté linda blanca. Re-blanca… pero bien podría soñar sin ofender a mi familia. ¿La noche? ¿La noche es mi madrina? Yo lo conozco bien. Mejor que nadie: para eso soy su ahijado favorito. Y te digo que la noche es negra, re-negra y requeté negra. ¿Te quedo claro?

-No –me rio –me quedo, ¡NEGRO!  

 

Y horas después, cuando la noche, con su hocico gigantesco y ¿negriazul?, golpea el cristal de la ventana, Chantilly abre sus ojos morrones, tirando a avellanas en la sombra. Y con toda tranquilidad, se despereza. Me mira a mí, que duermo, y con un rápido lengüetazo en la oreja parece decir: ¨chau¨. Entonces, empuja la ventana y salta. Salta con un salto negro y silencioso, elástico y tranquilo, que se hunde en el aire perfumado de la noche y lo deposita, suavemente, en la calle.                                                                                                                                

                                                                                     ---

-¡Ah, la calle! - Chantilly respira hondo, muy hondo, llevando sus pulmones con aire fresco y perfumado de la noche.

-Soy un gato completamente libre -piensa, levantando con orgullo sus bigotes

-Ahora puedo ir a donde quiera. ¿Y a donde exactamente, quiero?                                                                           

                                                                                            ---  

Y Chantilly sonríe… ¿Ira a cazar ratones? ¿A buscar su amigo Garabato? ¡Ah, no, claro que no! Y sin dudarlo ni un segundo, sale disparado hacia adelante y ve la silueta blanca de una gatita blanca que corre, riéndose, hacia el…  

 

Y de pura alegría de encontrarse, Chantilly, el gato negro y Misterio, la gatita blanca, se trepan de un salto al primer árbol y de allí juegan, se esconden, se buscan, se persiguen, pasando de una rama a la otra, del árbol. Ya, un poco cansados, se sienten a conversar un rato debajo de un árbol. Entonces Chantilly mira al cielo y dice, un poco serio: Negra.

Y Misterio le contesta: Azul.

-Negra, requeté negra!

-Azul, azul, azul! -¿Azul? ¿Azul, la noche? No. La noche es negra. Yo la conozco bien: es mi madrina. En todo caso, podrá ser la luna que alumbra con una luz azul…

-Ah, no! Eso sí que no! La luna es blanca! Blanca, blanca y blanca! Te lo digo porque estuve ahí. Y además, para que sepas – y Misterio habla recalcando las silabas y con voz ofendida –para que sepas y re-que-te-se-pas: la luna es Mi madrina -y levanta, fruncida, la nariz. 

-Bueno, perdona, no lo sabía… Chantilly mira al cielo y suspira.

  -Ah, Misterio… -empieza a habla, pero se calla enseguida y  se queda así un ratito, sin moverse, como si quisiera atrapar un pensamiento que le anda rondando los bigotes…

-Misterio –dice, por fin, suavemente, Chantilly. Y como ella no quiere mirarlo, apoya el hociquito en su mejilla y le dice en voz baja, con ternura: -Misterio, ya entendí, ya lo sé. Mira: la noche es negra, la luna blanca,… pero el aire es azul.

-Ah, claro!–Misterio abre sus ojos verdes, grandes, enormes, sorprendidos –Pero, por supuesto! Pero, que inteligente, Chantilly! Y lo mira con ojos verdes de gatita blanca, todos llenos de amor. Y Chantilly sonríe y saca pecho y sacude la cola, como para hacerse el importante.

-Por supuesto que soy un gato inteligente! Muy inteligente! Eso sí: por ahora, no sé nada, pero nada, nada, de la raíz cuadrada. -¿Cuadrada? ¿Cuál raíz cuadrada? No hay raíces cuadradas, Chantilly!

-Claro! Precisamente! Es justamente lo que pienso yo? –Y agrega, muy contento, con voz mimosa: -¿Una carrera hasta la esquina, señorita?

Y se van, libres, enamorados y felices, corriendo, queriéndose, saltando, de una calle a la otra, hasta perderse, juntos, en el fondo de la noche negra, iluminados por la luna blanca, abrazados por el aire azul… Chantilly, el gato negro, y Misterio, la gata blanca…                                                                            

 

                                                                                     ---  

 

-Que te pareció? –pregunte

Deje el libro a un lado.

- …. 

No hubo respuesta.

-Veo porque te gusta –hablo finalmente Se notaba pensativo. 

-Porque? –pregunte El solo miraba los pétalos que caían y se amontonaban en el suelo.

-Porque… -me mira –Es la realidad

  Sus ojos… no tenían brillos.

-No siempre puedes conseguir lo quieres –continuo

Solo… tristeza.

-Es verdad –se sorprendió –Pero… cuando pierdes, no te fijes en lo que has perdido, sino en lo que te queda por ganar

  Se rio.  

Me sentía tan contento… de que, por unos breves segundos se olvidara de sus problemas.

-Siempre, tan lindo –dijo No pude evitar sonrojarme. 

-Ritsu -me llamo Mi corazón empezó a palpitar.

-Q-ue? –conteste, sin mirarlo

-Mírame –susurro

-Q-ue pas-sa? –hable entre cortado

Mi corazón no dejaba de latir.

-Mírame –volvió a repetir

Lo mire.

-Ritsu –me toco la mejilla

Tan solo eso, fue suficiente para sonrojarme aun más de lo que estaba.

Se acerco y....

 

-Masa… -susurre

 

Nos miramos.

Sin decirnos nada…  

Volvió a recostarse en mis piernas.   

 

Bip… Bip…

 

Estaba despierto.

No pude dormir.  

Sé que me hago daño.

Pero no puedo evitarlo.

No puedo dejar el pasado.

Porque…

-Dormilón, ya despierta –decía 

No quería levantarme.

Quería seguir, sintiendo esos largos brazos… abrazándome tan protectoramente y…

y… yo acurrucándome en su cálido pecho.

 -Vamos tienes clases –me acariciaba la cabeza No quería separarme pero… … tenía que hacerlo. Apreté mis ojos con fuerza

–Esta bien -

-Dormí, tan bien –estiro sus brazos

-Bien, por ti -salí de la cama 

-Oh, vamos –me atrajo de vuelta a la cama

–No extrañaste dormir conmigo?

No me digas eso.

 -Masamune, suéltame -dije -

-Responde –continuo No me hagas esto.

-Se me hace tarde –intente zafarme

Pero fue inútil.

El seguía abrazándome.

-Responde –volvió a repetir Cerré los ojos.

-Si –sonrió  Me abrazo aun más.

-Ve a darte un baño –me soltó -Sí, mama –se fue 

-Mama… -repetí  

 

Pov Normal

 

-Tardaste mucho –dijo el azabache

Discutían, mientras iban al comedor.

-Vuelvo a decirte… no tenias porque esperarme –contesto 

 -Debía –tocándole la cabeza –Baka  

 

En el comedor.  

 

-Que estará haciendo este niño? –decía la mama de los castaños

-Ve a buscar a Ritsu –ordeno, el Sr Onodera 

-Yo voy, papa –intervino Misaki 

Termino de decir eso y las puertas del salón se abrieron.  -Buenos días –dijo

  -Nii-chan, justo iba… -no pudo terminar

-Buenos días –dijo el pelinegro

-Masamune –el castaño corrió abrazarlo

-Hola, Misaki –correspondió el abrazo

-Masamune-kun, pasaste noche acá? –le pregunto 

-Sí, sr Akane –contesto

-Nii-chan, debiste decirme –le regaño -Lo siento –se sentó a la mesa

-Ven, toma siento muchacho –dijo el mayor

-Gracias –tomo asiento al lado de Ritsu 

Terminaron de desayunar.  Masamune se ofreció a llevar a los gemelos.   

 

 

Pov Chiaki

 

  -Ya me voy –dije

-Que le vaya bien, joven –decía una de las sirvientas

Salí de mi casa.

-Buenos días, joven –abriendo la puerta del auto

-Buenos días, Toshiro-san –tome asiento

El auto arranco.

-Se encuentra bien, joven? –me pregunto

-Eh?... si –conteste –Porque?

-Lo veo algo decaído –decía

-Estoy bien. No pasa nada –mentí 

La verdad no me encontraba con ánimos de hacer nada. 

Me sentía triste.

Porque… Shou-chan pudo encontrar lo que tanto tiempo buscaba. Y Rit-chan también lo encontrara.  Pero… yo… pronto seré dejado atrás.. 

Me duele.

Ellos son mis únicos amigos y no me gustaría perderlos. Sé que es egoísta pensar de este modo pero… … yo no soy como ellos. No soy atractivo ni muy inteligente.   

 

  Zap… Zap

 

  El auto freno de repente.

-Está bien, joven? –me pregunto

-Sí, pero que paso? –me toque la cabeza

Por el movimiento… me maree un poco. -Un perro apareció de repente –contesto Termino de decir eso y salió del auto.

-Se encuentran, bien? –apareció un joven

  No podía verlo bien, en mi posición. 

Salí del auto

-Joven –hablo mi chofer

Era bastante atractivo y muy alto.

-Disculpe… -lo interrumpí

-Cómo te llamas? -pregunte

-Me llamo…     

 

Continuara.      

 

Notas finales:

Hasta la proxima!!

No voy a demorar. 

Bye


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