De pronto Kakashi san se dio cuenta de que su Obito se había rezagado del grupo y fue a buscarlo lleno de una extraña aversión. Ese mundo de ninjas y peleas a muerte que parecían mágicas le ponía los pelos de punta y que el otro se desapareciera lo hacía sentir inseguro.
No quería separarse mucho del grupo pero cuando se dio cuenta estaba solo. El viento que corría entre los árboles le parecía tan amenazador como todo lo demás e inquieto empezó a caminar buscando el cobijo de los árboles aunque era consciente que de poco le serviría contra tan raros seres. Pero el suyo también era uno de los raros.
¡Un vampiro!
Aún no se acostumbraba a la jodida idea de que todo ese tiempo se había acostado con un vampiro que podía haberlo matado de un mordisco literalmente.
Escuchó un sonido que lo alertó y tieso esperó junto a un árbol. De pronto vio una sombra moverse y se le heló la sangre. Si uno de esos ninjas se le acercaba…
Entonces vio a Obito e iba a acercársele cuando vio que de pronto se agarraba de un árbol. Algo estaba mal con él. Recordó la mentada herida en la cabeza y se preguntó si lo estaba afectando de alguna manera absoluta. Por un momento volvió a sentir esa inquietud que de vez en cuando le arrebataba cuando se trataba de ese menso profesor.
Recordó los días en que eran compañeros. Obito iba siempre a la saga de él, siempre más introvertido. Los chicos iban todas tras él y Obito siempre quedaba relegado pero en tiempos de necesidad solo con él contaba.
Obito siempre estuvo ahí para él hasta que se graduaron y cada uno fue por un camino distinto. ¡Él se obsesionó con su carrera y sus negocios! Los hombres se arracimaban para estar con él, el dinero y el lujo iban de la mano con sus negocios.
El día de su discurso en la universidad sintió un raro escalofrío mientras miraba los estudiantes y colegas en aquel atrio en donde compartiera con él. Se le había dado por sentirse nostálgico. Entonces al pasar por un camino su corazón galopó de pronto al ver de reojo una figura muy similar a la de él. Su cuerpo se quedó impresionado por su reacción al ver que de verdad se trataba de él. Es por eso que no lo dejó pasar desapercibido. Por eso lo persiguió.
Obito siempre había estado a su lado sinceramente cuando jóvenes y de alguna manera él necesitaba a una persona que no se interesara en lo que poseía sino en él mismo.
Es por eso también que esa jodida mentira lo molestaba tanto. Si, es cierto que no le hubiera creído y sin embargo…
Obito había significado para él lo verdadero y de pronto todo era una mentira.
Escuchó el sonido a vomito y se irguió para verlo. En efecto, vomitaba. ¿Algo lo afectaba? Pensó en alguna especie de veneno y luego recordando donde estaban, salió y se le acercó--¿Sigues mal?—preguntó por lo de sus heridas pero no se esperaba la respuesta que recibió.
Si, pero como en unos ocho meses se me pasa—respondió Obito confundiendo los Kakashis pues no lo había mirado. De pronto algo le dijo que estaba confundido y miró hacia atrás.
¿Ocho meses?—repitió Kakashi dándose cuenta de lo que pasaba con ojos como platos.