Kakashi entró en los recintos del Hokage. Sasuke estaba ante unos papeles y miró con sorpresa al shinobi que iba acompañado de un perro. Se levantó y preguntó en el acto--¿Cómo entraste?—
Tenemos que hablar—dijo el peligris.
¿Por qué tú…?—preguntó el pelinegro.
¡Alguien atacó a nuestro Obito! ¡Es necesario que hablemos con tu prisionero!—dijo Hatake.
¡Como si fuera a permitir que tú o uno de los tuyos tocaran al prisionero! ¡Quizas intentas liberarlo para hacer algún trato!—contestó Uchiha.
Obito 2 no quería hablar. Era algo muy doloroso. Sus ojos estaban apagados y ahora solo una persona permanecía con él en la habitación. Para su desgracia esa persona era aquella que había no deseado al niño.
Por el rabillo del ojo podía verlo. Recordó las palabras de Sakura cuando preguntó como era que estaba recuperándose. “Él te dio su sangre”.
Se sintió muy cansado. Todo había sido tan súbito y tan amargo.
-¿Por qué tienes esa cara?—preguntó de pronto y Kakashi lo miró sorprendido de que le hablara de pronto--¿No se perdió nada, verdad? Después de todo tu mismo lo dijiste. Que de seguro yo estaba alucinando y que hasta ver a un doctor era posible que no existiera. Pues ahora es una certeza. ¡No hay nada que lamentar!—
Kakashi miró el mohín amargado y en contraposición su rostro alegre se apareció en su pensamiento. ¿Ese era de verdad su Obito? Se preguntó algo sorprendido y con una extraña sensación en su pecho.
Observó como el otro trataba de bajarse de la cama, de seguro para dirigirse al baño y de inmediato fue a su lado. Trató de agarrar su brazo pero el otro golpeó su mano antes de que lograra alcanzarlo.
¡No quiero nada de ti! ¡Lo poco que me diste ya me lo han quitado!—dijo con voz amarga su expareja.
Mientras lo veía dirigirse al baño agarrándose de la pared ya que estaba débil Kakashi sintió su pecho arder. De pronto decidido se levantó y el pelinegro sintió una mano sobre su brazo.
¡Si ya te lo han quitado todo, déjame darte mas!—dijo Hatake serio antes de acudir a sus labios.
Por unos instantes Uchiha forcejeó aunque se sentía débil y mareado y que el otro agarrara su cintura y lo apegara más a él no ayudaba. Los labios de Kakashi tenían un raro efecto en él, lo olvidaba todo solo sus sentidos estaban presentes. Emociones y sensaciones muy fuertes se apoderaban de él y no era capaz de ignorarlas. El sentir de Obito era una marea revuelta cuando se encontraba entre los brazos de Kakashi.
Sasuke miraba al rubio dormido. Su respiración era trabajosa y su rostro tenía un rictus que hacía pensar que todo era doloroso para el ojos azules.
Sasuke se sentía tan impotente ahí parado. Si al menos tuviera a ese idiota ante él lo asesinaría para quitarse la frustración. De pronto sin saber de donde recordó la preocupación del otro porque su primera vez no fuera con él y su negativa a decirle con quien fue.
Si despertara ahora le diría lo que fuere. Odiaba sentirse tan desesperado. Quizás solo en la pelea con Madara sintió esa angustiante sensación.
Sakura entró a revisarlo y a darle la mayor parte de su chacra. La pelirrosada lucía ojerosa y cansada pero no por eso el rictus de persona totalmente decidida había desaparecido de su rostro.
¿Qué pasó con ese Obito?—preguntó el pelinegro.
De eso vengo a hablarte, Sasuke, es posible que haya un remedio para lo que tiene Naruto—le contestó ella mientras levantaba la cabeza.
Sasuke se puso alerta de inmediato.
Na, Sasuke, se que este no es momento de hablar de esto pero quisiera saber, algo pasó entre ustedes dos. ¿Cierto?—preguntó la pelirrosada con cara de ya saberlo y solo querer confirmarlo.
¡Como tu dijiste no es momento para hablar de esto!—contestó el pelinegro—Mejor dime de que se trata esa cura. Eso es más importante ahora—
Solo quiero decirte una cosa—le dijo ella y él la miró con una ceja levantada—Yo he visto a Naruto padecer por ti y no quiero que lo vuelva a hacer—
¡Creí que solo te importaba yo!—contestó él algo frustrado de recibir una advertencia. ¿La otra se creía mamá Uzumaki?
¡Tú siempre me has gustado! ¡Incluso me parecías genial! Pero estos años me han servido para acercarme más a Naruto, he visto todo lo que ha hecho aun cuando tenía todo en contra. Eso es algo que ni tu puedes ignorar. ¡Solo te pido que si no quieres algo con él no le des falsas esperanzas porque si logramos sacarlo de esto no quiero que seas tú el que le de el golpe de gracia!—advirtió Haruno muy seria.