-Y-yo... - comenzó esta, nerviosa y mirando para todos lados. Dirigio su mirada en los grandes ojos chocolates del Vongola y luego en el mayor con una cicatriz en su barbilla para luego suspirar resignada. - Esta bien. ¿Qué necesitas?
-Un antifaz y ropa elegante talla chica. - dijo Yamamoto.
-Lo haré lo más rápido posible. - y sin más se fue de volada en busca de lo encargado.
-¿Antifaz? - cuestionó Tsuna. - ¿Se pueden llevar antifaces en una fiesta?
-Si, si es una fiesta de máscaras. - dijo Gokudera, sonriendo levemente.
La puerta fue abierta inmediatamente por la misma persona que salio por ella hace unos segundos con la diferencia de que ahora llevaba en brazos lo que parecia un smoking dobaldo perfectamente y un antifaz negro con detalles de arcoiris en los lados y con un contorno anaranjado.
-Valla. - dijo un sonriente Takeshi a la vez que agarraba las cosas de entre las manos de Lal para pasarselas a Tsuna. - Eso fue rápido.
-Aún me sigue sorprendiendo todo lo que hay en esta mansión. - comentó la de cabellos azules oscuro con un casi imperceptible tono de gracia.
-Eh... - soltó Tsuna, sonrojado. - N-no puedo cambiarme si me andan mirando.
-¡Atrás! - bramó Gokudera, poneindose frente a su jefe mientras extendia sus brazos. - ¡Nadie tiene permitido ver el sagrado cuerpo de Juudaime!
-Herbívoro, solo vistete.
-¡HIIEE! ¡LO HARÉ!
Aprovechando que Gokudera aún seguia tapandolo con su cuerpo y censurando la posibilidad de ver a Tsuna desnudo, se quito la ropa y sin dudar se vistio tan rápido como le fue psoible. En menos de 5 minutos ya teniamos a un Tsunayoshi bien arreglado y elegante, vistiendo con una camisa blanca, chalecho gris y saco negro con cola, llevaba en el cuello un moño, pantalones negros en las piernas y llevaba consigo los mismo zapatos negros que se trajó de su tiempo.
-Solo faltan unas cosas. - dijo Chrome, tomando el antifaz de las manos del guardían de la Lluvia.
Se acerco con confianza nada común en la Chrome Dokuro que el Sawada conocía y le levanto el fleco para colocarle el antifaz. Ante la cercanía Tsuna no pudo evitar sonrojarse. Su guardiana de la Niebla habia cambiado mucho en esos 10 años, ya no era la chica tímida y algo débil de su tiempo, ahora era toda una mujer, segura, hermosa y poderosa.
-¿Podras hacerlo? - cuestionó Hibari una vez que la pelimorada se alejara del décimo.
-Por supuesto que podre. - aseguró segura de si misma. - Pero por si acaso, abra que pedirle ayuda a Mukuro con lo de las ilusiones. A pesar de eso, no estoy completamente segura de que Reborn podra pasar desapercibido este hecho.
-Por ahora lo más importante es buscar a alguien que se haga pasar por Tsuna. - Comenzó a decir Yamamoyo. - Que sea de extremada confianza pero que no sea tan notoria su ausencia....
-Mientras piensan en eso yo ire llevando a Tsuna-kun al salón. - Habló Lal mientras empujaba al menor por lo hombros en dirección a la puerta. - Hablaré con los demás sobre esto, Chrome, avísale a Mukuro lo más rápido posbile, y ustedes 3, solo concentrese en el remplazo.
Esas fueron sus palabras antes de salir por ahí con el castaño, este solo avanzaba al mismo ritmo que la mayor.
-¿Por qué Reborn no debe enterarse? - cuestionó indeciso el menor, pensando en lo eterno que era aquel pasillo.
-Los guardianes son los únicos que saben además de ti pero una hay un representante de una familia de gran poder que esta planeando aliarse a Vongola. - explica Lal de manera firme, mirando al frente todo el tiempo. - Si damos una buena impresión en esta fiesta podriamos volvernos aliados, sin embargo, cualquier pequeño detalle imperfecto podria comenzar una peligrosa guerra entre aquella familia y Vongola que a pesar de ser reciente se ha vuelto bastante poderosa.
-¿Por qué Reborn no lo sabe entonces? - vuelve a preguntar el confundido castaño.
-Últimamente Reborn a estado actuando de manera... extraña.... - responde Lal. - Ha estado bastante distraido estos días y aunque no lo quiera admitir, le ha provocado bastantes problemas a Vongola. Con lo distraido que esta podria volver la fiesta un desastre. Creo que hasta podrias pasar sin disfraz frente a él y este ni cuenta se daria pero es mejor prevenir que lamentar.
Siguieron caminando hasta que Lal se detuvo abruptamente al comienzo de unas inmensas puertas blancas haciendo que Tsuna chocara contra la puerta y se lastimara levemente la nariz.
-¿Estas listo? - preguntó Lal, volteandolo a ver por primera vez desde que salieron de aquel cuarto.
-Espera. - habló Tsuna, antres de que esta abriera las puertas. - Mi cabello aún podra delatarme.
-No te preocupes de eso. - dijo haciendose a un lado.
Tsuna miro lo que habia atrás de la de cabellos azules. Era la imagen de un niño, de 14 años probablemente, de rojizos cual fuego y ojos azules como zafiros, con pupilas largas, iguales a las de un gato y piel pálida, vestia con el mismo antifaz que él y con el mismo traje, mirando asombrndo hacia enfrente.
-¿Quién es él? - cuestionó, volteando a ver inmediatamente a Lal para recibir una golpiza en la cabeza.
-¡Idiota! - reclamó la mujer mientras el agredido se sobaba la zona lastimada. - ¡Esto que tienes en frente es un espejo!
-¿Espejo...? - repitió el hermoso inútil mientras volvia a ver el "cuadro" frente él.
Giro su rostro. Atrás de ellos solo estaban los elegantes y pequeños candelabro que decoraban el techo, cada 5 metros había una pequeña puerta de color blanco con uno que otro cuadro adornando las blancas paredes con detalles dorados, fue una figura de color negro que le hizo reaccionar, a unas puertas bastante lejanas una persona con hombro anchos y peinado de piña se encontraba recargado en una puerta abierta.
Tsuna le sonrio a su guardían de la Niebla a la vez que Lal abria ambas puertas de par de par.
La luz de aquella habitación brindaba era tan brillante que tuvo que cerrar los ojos antes de que estos pudieran acostumbrarse. Una vez que la luz ya no le lastimaba los ojos los abrio lentamente para mirar con asombro su alrededor. Si creia que el pasillo era eterno, el salón lo era 10 veces más, su casa en Japón podria entrar 6 veces en aquel lugar y aún habria espacio para todo un patio de juegos. Habia bastante gente en el lugar, ya sea sentada, charlando con alguien o bailando; la mayoria de los vestidos de las mujeres eran moderno y que dejaban la imaginación volar, otros tenian un toque victoriano que combinaba perfectamente con el lugar; Tsuna no pudo divisar a nadie de su edad por lo que todos los presentes parecian de 18 años en adelante. Lo que podria decirse que era lo más llamativo en el lugar eran las máscaras y antifaces. Habia unos simples, de un solo color o de pocos detalles, casi imperceptibles a simple vista, pero nunca faltaban los extravagantes; llenos de plumas, que llegaban curbian el cuello o que se alzaban con orgullo sobre la sabeza del poseedor, con lentejuelas, flores, lazos de todo tipo de materiales y colores.
-Ve a la mesa de bocadillos. - le ordeno Lal mientras pasaba por su lado como si nada. - Seguramente Reborn estara por ahí, distraelo.
Antes de que pudiera abrir su boca Tsuna pudo ver como a los 5 pasos Lal ya se habia perdido entre todas las personas. Suspiro con cansancio, volvio la mirada hacia atrás para ver si Mukuro podria ayudarlo pero ya no se encontraba nadie ahí, volvio a mirar hacia la multitud de gente comenzo su búsqueda entre ellos. Tal vez fueron 5 minutos, tal vez 20, no estaba seguro pero después de caminar hasta que le dolieran los pies logro encontrar una gran mesa, casi al centro de la habitación, llena pastelenes, carnes, frutas, ¡incluso habia una fuente de chocolate! Ese lugar seria el infierno de los que estan a dieta...
-Oye, tú.
-¿Uh?
Tsuna se volteó al escuchar una voz algo grave e increiblemente familiar. Frente a él habia un chico de unos 15 o 16 años, vestido con saco, pantalones, corbata y zapatos negros con sombrero de fieltro con una cinta amarilla, llevaba una mascarada amarilla con contorno y bastantes detalles de negro dejando casi imperceptible el amarillo. Su rostro era fino pero varonil, con piel blanca y nariz recta, barbilla definida y peligrosos pero atrayentes ojos negros, a pesar del sombrero se podía notar susalborotados cabellos negros junto con aquellas rizadas patillas rizadas.
-¿Quién eres tú? - cuestionó. - ¿A qué familia perteneces?
-¿Eh? ¿Yo? - fue la sabia contestación del ahora pelirrojo. Por favor, nótese el sarcasmo.
- Responde. - amenazó.
-Ehmm... y-yo... - comenzó a decir nervioso el menor. Volteó a ver alterado por todos lados con desesperación, por un lado vio a un hombre vestido de blanco y verde con sombrero de copa, por otro lado había un señor grodo con bigote castaño bastante cuidado, con un monóculo sobre su ojo derecho y traje negro con beige. - M-mi n-nombre es... ehm... K-Kaito Kuroba.... v-vengo de la familia... ehm... Paradise(?)...
-Bien. -Comenzó a decir el pelinegro con un tono de cansancio mientras se quitaba su sombrero con una mano y con la otra se la pasaba por sus cabellos lizos. - Fingiré que tu nombre no fue sacado de un manga llamado "Meitantei Conan (Detective Conan)", que te inventaste esa familia como la primera palabra bonita que se te vino a la mente y que estas cubierto de ilusiones, literalmente.
Tsuna se sonrojo ante lo dicho.
¿Quién era este sujeto?
-Mi nombre es Reborn. - dijo este, sonriendo burlón.
Los grandes ojos ahora color zafiro de Tsuna se abrieron con asombro, Reborn tenía 4 años en su tiempo por lo que...
-Tienes la misma edad que yo. - dijo de repente un anonado "Kaito".
-¿Qué? - soltó el asesino extrañado, más por curiosidad que porque realmente no escuchó lo dicho por el menor, - ¿Por qué dices eso? ¿Cuántos años tienes?
El Vongoa, dandose cuenta de su error, se puso nervioso y mientras buscaba una excusa sudando frío, su boca se abria como la de un pescado fuera del agua soltando sonidos incoherentes de manera cómica.
Antes de que Tsunayoshi pudiera soltar un argumento coherente y con sentido, la voces de un grupo de jovenes al acercarse de paso junto a ellos.
-La fiesta esta por terminar y el Décimo no ha aparecido desde hace media hora. - dijo la rubia con máscara y vestido blanco. - Digo, todo ha estado bien pero a penas y he notado su precencia.
-Pienso lo mismo. - dijo una castaña con vestido negro y una mascara blanca con menrgro que tapaba todo su rostro a exeoción d su boca y barbilla. - Es su cumpleaños, que al menos de unas palabras antes de que todo se vallan....
Reborn frunció el ceño ante aquel hecho, tenian razón, ¿donde estaba su alumno? Empezó a caminar a las grandes puertas que conducian al pasillo, tenia planeado ir al cuarto del castaño mayor...
-¡E-espera! - detuvó el "pelirrojo" mientras agarraba el hombre del más alto.
-¿Mmm?
-Eh... bueno... - comenzó bastante nervioso mientras se sonrojaba. - Ya que soy un... uhm... desconocido... no creo que sea seguro que me dejes solo con la posibilidad de arruinar la fiesta...
-¿Posibilidad? - le cuestionó mientras alzaba una de sus cejas y sonreia divertido. - Te ves y estoy eguro de que eres bastante inofensivo, Kuroba.
-Bueno... - siguió diciendo Tsuna, - Eso es bueno, no? Como tu eres el "Hitman número 1" no habra problema de que intente algo malo pues segñun tú puedes acabar con migo en menos de 10 segundos.
-Además de que podria hacerlo en menos de 5 segundos no creo que sea buena idea, no me gustan los estorbos.
-Soy más útil de lo que paresco.
-¡Disculpen! - Llamó una voz sobre un escenario (del cual, Tsuna no habia notado) y con un micrófono. - El Noveno y el Décimo nos diran unas palabras antes de que la fiesta términe.
El aplauso grupal no se hizo esperar.
Colonello inmediatamente se bajo del escenario y corrio a posicionarse con los demás, de ahí donde Tsuna los miró, Yamamoto se encontraba entre las primeras personas junto con Chrome, Lal, Hibari, Gokudera y una mujer castaña que se aferraba con cariño al brazo de su mano derecha. No muy lejos de ahí estaba Mukuro junto con los integrantes de Varia extrañamente calmadados, Ryohei, Iemitsu, I-pin, Lambo y Fuuta. También logro notar por las esquinas del lugar a Arcobalenos como Fon, Verde, Skull y Vipper con Shoichi, Spanner y Byakuran.
Levanto su mirada otra vez al escenario cuando notó como un hombre mayor caminaba con elegancia y clase hasta el micrófono, donde le pasó una sonrisa amable y cansada al público.
-Primero que nada, quisiera agradecerles a todos por estar aquí y por favor, tengame paciencia, los discursos nunca han sido lo mío y la edad no ayuda en nada. - se escuchó una lijera risa grupal que hizo ensanchar la sonrisa del Noveno. - Bueno, solo quería decirle a mi pequeño Tsunayoshi que hoy, como cada año en la misma fecha resulta siendo un día especial, donde debemos reunirnos con nuestros amigos y familiares para celebrar de las metas cumplidas y la que faltan por cumplir, de los momento malos y los momentos buenos, y me alegra el poder tener la oportunidad de seguir a tu lado, viendo como cada día te haces más fuerte e inteligente, pero lo que más me hace sentir orgulloso es que el tiempo y los obstáculos no han logrado cambiar tu forma de ser, pues sigues siendo la misma persona amable, bondadosa y angelical de siempre, nuestro Cielo.
Cuando el Noveno se alejo del micrófono todos iniciaron a aplaudir, algunos con civilización y otro como condenados poseidos que sacabn cataratas de los ojos.
-¿Tsunayoshi?
Todos voltearon a ver hacia los lados entre cuchiceos y curiosidad. ¿Dónde estaba el décimo?
El buscado volteó a ver a sus compañeros que o miraban fijamente, fue un movimiento de cabeza de Yamamoto que lo hizo girar. Parecia que señalaba indirectamente a las puertas de vridrio que conducian a un extensó jardín.
*Llévatelo de aquí." Le tradujo la súper-intuición Vongola al Sawada.
-R-Reborn. - llamó.
-¿Qué?
-¿P-podrias acompañarme al jardín?
-Ve tú solo.
-Por favor. - suplicó, sin darse cuenta que le estaba poniendo los ojos de perrito al pelinegro.
-Esta bien. - salió por alguna razón de los labios del de patillas mientras se dejaba giar de manera cansada por el castaño a Quien-sabe-donde-land
Yamamoto al ver como su amigo habia entendido lo de sacar a Reborn de ahí le hizo señales a sus compañeros más cercanos, que dieron una discreta señal al remplazo de que ya podía pasar.
Ya afuera Tsuna pudo apreciar en todo su esplendor el jardín, lleno de flores de todos los colores que con la luz de la luna les daba un brillo llamativo pero elegante a cada una de ellas. Entre todo ese espectáculo de variedades de plantas hermosas habia un camino que conducia desde las puertas de cristal hasta unas rejas negras a la lejanía.
-Wow... que hermoso...
-Diciendo eso das la impresión de que no entraste por aquí como todos los demás invitados. - dijo el pelinegro mientras se recargaba en un frondosó árbol a su lado.
-¿Eh? ¡Ah! P-p-p-pu-pues... y-y-y-y-yo.... - comenzó a tartamudear el pelirrojo.
-Es mentira. - dijo el de patillas mientras sonreia. - Esta es la puerta trasera, solo la ocupan para salidas de emergencia o para meter r sacar los autos.
Y Sawada se quedó callado, ¿que más podria decir? Volteo a ver a dentro en busca de un reloj con la mirada y cuando lo encontró se dio cuenta que solo faltaban 5 minutos para que la hora se cumpliera.
-Escuche de los guardianes Vongola que el famoso Reborn a estado distraido últimamente...
-Si...
-¿No quisieras contarme que te ocurre?
-¿Quieres que cuente de mis problemas personales a un extraño y probable enemigo que podria ocupar aquella infromación completamente privada en mi contra cuando ni siquiera las personas más cercanas a mi saben que ocurre?
-Haces que suene peor que en mi cabeza....
-Espera, este cuerpo de adolescentes mr hacr hacer y decir estúpideces. - dijo soltando un cansado suspiro. - Bueno, tu tienes curiosidad y yo necesito desahogarme por lo que te l diré. De todos modos no pensaba dejarte andar en tus dos piernas como si nada después de esta noche, Sr. Falso.
-¿¡EH!?
-Bien, será corto. Cuando mi cuerpo obtuvo la edad de un niño de 6 años mi cuerpo empezó a desarrollar un extraño sentimiento romántico hacia mi Dame-Alumno y 2 años después no solo acepte que me habia enamorado de Dame-Tsuna, sino que también aceté que no podria mantener una relación con él nunca y que solo podria resignarme a verlo salir con chicas o chicos y desearles lo mejor, pero estos meses por alguna razón se me han estado haciendo más difícilescontener mis sentimientos gracias a las estúpidas hormonas de este cuerpo adolescente.
-¡Espera! - exclamó un sonrojado "Kaito Kuroba" - ¿¡Estas diciendo que has estado pasado los anteriores 8 años enamorado en silencio de m-!?
-¡WOW!
Ambs personas voltearon a ver el interior del lugar. La gente estaba gritando, algunos incluso estaban saltando, todos con las manos alzadas.
¡No! ¡Si Reborn veia al remplazo todo se desperdiciaria!
-¿Dame-Tsuna ya esta en el escenario? Debo verlo.
¡Tenia que evitarlo!
-¡No!
Pero... ¿A cualquier costo?
Amtes de que si quiera el mismo Tsuna se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, tomo del brazo de Reborn para jalarlo cotra su cuerpo y practicamente aplastar sus labios sobre los del otro. El más alto estaba a punto de empujarlo y matarlo cuando sintio los labios ajenos moviendose con timidez casi inpercetible sobre los suyos, aquellos rosados labios suaves se moldeaban perfectamente contra los suyos, haciendo que se relajara de manera bastante rápida y es que ¡Cielos! Esos eran los labios más suaves y deliciosos que habia probado. Con cautela, tomó la cintura del menor y la apretó lentamente contra su cuerpo mientras movia los labios y le enseñaba al de labios ya-no-tan-vírgenes como besar. Minetras tanto, Tsuna se sentia levemente inquieto por dentro y es que ¡Habia dado su primer beso con su tutor espartano! Claro, este le acababa de declarar que lo amaba con toda su alma y que practicamente haria lo que sea por él además deque besaba como los mismos dioses ¡Pero eso no le quitaba lo espartan-!
Fue interrumpido en su discución mental cuando además el muy estúpido y sensual del pelinegro frente a él le acaricio la espalda con tal ternura que le hizo soltar un gemido y este, ni lento ni peresozo introdujo su lengua en la cavidad bucal del otro lo que provoco un sentimiento instantaneo: Una increible corriente eléctrica atravesar sus cuerpos. Reborn se sentia en el cielo, nunca habia sentido tanta emociñon y dfelicidad a la vez, se sentia completo, aunque las hromonas no estaban tardando mucho en alterarse, mientras tanto, con Tsuna, este también sentia una inmensa felicidad y agradecia por que el máyor se aferrara a su cintura porque sino ya hubiera encontrado un no muy agradable encunetro entre su cara y el suelo. pero se sentia inquieto, la infeliz autora parece que no entendio que ese es ¡SU PRIMER BESO! Un beso de lengua es demasiado intenso en esos momentos donde se encontraba en el futuro besando al futuro-yo de su tutor. ¡Era demasiada presión!
La ausencia del aire hizo recordar a ambos que no eran inmortales por lo que tubieron que separarse. Minetras Tsuna jadeaba como si hubiera corrido todo un maratón con las mejillas sonrojadas y los labios hinchados Reborn solo intentaba regularizar su respiración.
"Kaito" giro a ver a dentro para admirar como las personas comenzaban a salir de manera lenta y ordenadá y fue ahí donde se atrevio a hacer las dos cosas que siempre deseo hacer con el Arcobaleno amarillo. Primero, lo empujo, no al ounto de tirarlo al suelo pero si para llegar a una distancia decente y sengudo, escapó. Escapó como el cobarde e infeliz diablo que era hacia los pasillos de la Mansión Vongola.
Reborn andaba confundido. ¿Primero ese mocoso lo besaba paraluego salir corriendo? No se lo permitiria, Tampoco permitiria que esos labios deliciosos besen a alguien más que no sea él.
Así comenzó una persecución con Tsuna como el ratón y Reborn como el gato aunque ¿Cuándo ha sido al revés? Entre aquel drama Dame-Tsuna no pudo evitar mostrar sus talentos de inútilidad, haciendo que su zapato izquierdo resbalara de su pie pero no habia tiempo de volver y recojerlo.
Llegó el momento donde Tsuna se encontró atrapado entre las paredes con el corazón en la garganta y un asesino a punto de atraparlo, cerró los ojos con fuerza, iba a ser su fin...
*POOF*
Ese sonido se le hizo muy familiar...
-Dame-Tsuna, abre los ojos. - dijo una voz aguda.
Inmediatamente el castaño abrio los ojos para encontrarse con nada menos ue en su cuarto, con los 5 presentes mirandole con curiosidad.
La ilujsión habia desaparecido sobre él.
Sonrío.
Ya estaba en casa.
-Dame-Tsuna, ¿Y esas ropas?
Abrio los ojos como platos y sus mejillas se sonrojaron, mirando en la dirección del infante de 4 años con patillas rizadas entre el humo rosado que aparecio junto con él.
Su corazón habia comenzado a latir con fuerza por el Arcobaleno...
10 años después....
Reborn conocía aquella mansión como la palma de su mano, sabñia que el "pelirrojo" seguramente estaria arrinconado entre unas paredes...
Nada...
Solo un extraño humo rosado...
Decepcionado, el pelinegro se volteó sobre sus pasos y se encaminó hacia su habitacón con la cabeza gacha. No es que creyera mucho en las historias de amor a primera vista pero nunca se habia sentido así al besar a alguien...
Espera... ¿Qué era eso?
Se acercó ante aquel objeto no identificado y lo tomó entre sus brazos para luego abrir sus ojos como platos.
Se quito el sombrero de fieltro, dejando ver a un pequeño camaleón verde que dormitaba entre las hebras negras mientras Reborn sonreia como alguien que tramaba un plan,
A pesar de que ya habian pasado 10 años, reconoceria esos zapatos donde fuera....
.............................
En una habitación se encontraba un exhausto Sawada Tsunayoshi de 24 años, no se acordaba de lo complicado que era cuidar de toda su familia en ls tiempos de juventud...
Sin tener la menor desencia las puertas de su habitació se abrieron completamente dejando ver a un chico de 14 años pero que arecia un poco mayor.
-Chaos.
-¿Reborn, que haces aqui?
-Bueno.. solo pasaba por aquí, Kuroba Kaito... - recalcó divertido el pelinegro mientras cerraba las puertas del cuarto del Décimo con seguro sin que este se diera cuenta. - ara devolverle esto.
De su espalda sacó un zapato negro con rayones en la punta y parte inferior de estos.
Se quito su antifaz para tirarlo en algún lugar de la habitación, se agacho y quito ambos zapatos marrones de los pies del mayor, intento ponerle el zapato negro a pesar que sabia de sobra que ya no le entraba.
-Parece que a Cenicienta le crecieron los pies.
-Bueno, ya me entregaste mi zapato, ya te puedes marchar, - le dijo Tsuna, tomando su zapato negro e ignorando el anterior comentario del pelinegro.
-Espera un momento, Dame-Tsuna. - dijo un sonriente Reborn. - No sé si te acuerdas después de estos 10 años pero yo te dije que no pensaba dejarte andar bien en tus dos piernas como si nadadespués de esta noche...
-Reborn...
El mencionado empujo al más alto contra la cama para subirse sobre él.
-Eres mio, Tsuna. - declaró, sonriendo con victoria mientras comenzaba a desvestir al adulto bajo él.
Este intento resistirse.
¡Era un adulto! ¡Ya tenia 24 años e iba a ser violado por un chico de 14!
Aunque. por alguna razón, la idea ya no le parecio tan mala cuando el menor se quito su camisa, dejando al descubierto aquellos abdominales... junto con aquello fuertes brazos... y sus expertas manos que le empezaban a recorrer...
.............
-¡Ah! ¡Ah! ¡Gah! ¡Reborn! - es escuchaban los fuertes gemidos siendo lijeramente opacados por las puertas que impedian ver como ambos seres se expresaban su amor.
-Te lo digo Alex. - decia una castaña, recargada en la puerta de aquella habitación con una grabadora en una mano y con la otra sosteniendo un celular. - No me importa lo que digan los demás. Definitivamente nos haremos aliados de los Vongola!
Fin......
Tal vez? :D