Shisui caminaba llevado por esa extraña sensación que tenía. La señora que atendía la puerta de la posada le dijo que la mayoría de esas personas se hallaba en el ala aislada de esta, detrás del jardín interno. El Uchiha caminaba por ese sendero con la vaga impresión de que algo malo ocurría que quería verificar. Él no tenía idea de los últimos sucesos ni del escape de Yakushi, solo lo dominaba ese extraño presentimiento.
De pronto se detuvo con la certeza de que alguien lo estaba mirando desde más atrás. Se giró pero no pudo ver nada salvo las hojas con que el viento jugaba y que descendían pacíficamente. Siguió su camino sin convencerse de que nadie lo vigilaba.
Cerca de allí entre el follaje de un árbol unos ojos negros se clavaban en su figura que se alejaba.
Naruto estaba mejorando. Parte de su rostro ahora era del color normal. La maldición comenzaba a ceder al parecer. Sasuke cuidaba su sueño.
-Mas vale que te levantes pronto, idiota—dijo regañando al dormido Uzumaki.
Entonces se abrió la puerta y los ojos alertas de Uchiha vieron entrar a Sakura.
No soy el enemigo, Sasuke kun—dijo ella con una sonrisa amable y un encogimiento de hombros nervioso—Vine a chequear los signos vitales de Naruto kun—agregó ella algo tímidamente.
Sasuke se levantó y después de un momento la dejó pasar.
Ella se acercó a Naruto y sentada a su lado en la cama chequeó su pulso con la mano en su cuello—Esto no es bueno—dijo con tono preocupado.
¿Qué cosa?—preguntó el Uchiha sorprendido y ansioso. Creía que el otro estaba mejorando pero tal vez...
Shisui entró por la puerta del ala Norte de la posada después de caminar por el acceso boscoso sin perder esa sensación de ser observado. Inmediatamente se encontró con Sakura que le contó lo que sucedía y entonces él le dijo que había tenido la impresión de que unos ojos lo vigilaban en el jardín por lo que ella le contó que habían dos posibilidades, o había sido Kakashi sensei que continuaba con su patrullaje o Kabuto, pero de ser Kakashi no habría dejado pasar al otro sin advertirle aunque fuera con un clon.
La ominosa sensación de peligro se cernió sobre ambos.
-Le avisaré a los demás. Tenía la esperanza de que se hubiera ido pero esta claro que busca algo más—le dijo ella.
-Yo avisaré a Sasuke, dime donde está—le pidió el Uchiha.
Está con Naruto—le dijo ella y luego le indicó como llegar a la habitación.
Sakura iba en camino de encontrarse con Kakashi san y Obito cuando se dio cuenta de que Shisui podía ser un genjutsu de Kabuto para descubrir donde estaba Naruto y que ella le había dicho donde hallarlo. Estaba con Sasuke pero si este también creía en él, Kabuto podía atacarle mientras estuviera indefenso. Con el corazón al galope empezó a correr en pos de la habitación pidiendo que se tratara solo de paranoia suya.
Shisui tomó el pomo de la puerta de la habitación en donde Naruto se hallaba.
¿Qué cosa?—preguntó preocupado Sasuke acercándose y ella se volteó hacia él en la cama.
Entonces la puerta se abrió de golpe y los dos miraron hacia ella sorprendidos.
Shisui se dio cuenta de la verdad en segundos al ver, a la que había estado hablando con él hace minutos, sentada en la cama junto a Naruto. Gritó Sasuke antes que el otro se diera cuenta del peligro y atacó sin demora con una pequeña duda en su interior por lo que su ataque no era mortal, en todo caso podía que la otra fuera la falsa encontrada en un momento inapropiado.
Kabuto se decidió por atacar primero a Sasuke ya que era el más peligroso de ambos en su opinión y después de clavarle un kunai en la boca del estómago, atacó con sus manos quirúrgicas directo al cuello de su atacante mientras evadía el ataque con su habitual maestría.
Shisui sintió el calor primero y luego el dolor agudo con la sensación más tarde de su sangre brotando por la boca y la herida. Con ojos asustados cayó de rodillas, sintiendo que la vida se le escapaba.
Entonces Kabuto sintió una mano y volteó para hallar la cabellera amarilla y los ojos azules que lo miraban.
¿Te olvidaste de mí, imbécil?—gritó el que segundos antes languidecía en la cama y ahora portaba un rasengan en la mano, pronto para pegárselo en la cara.
Kabuto reaccionó como cualquier ninja decente intentando escapar y para eso miró en la dirección opuesta, justo a los ojos de un Uchiha enfebrecido, mala elección. Cayó justo en su trampa de las “mil muertes”.
Por suerte Sasuke reaccionó rápido después de eso volviendo sus ojos normales de nuevo para mirar al Uzumaki--¿Qué haces idiota?—le preguntó muy cordial.
-¡Uy! ¡Tu novia se enojó!—dijo Kurama en el interior del rubio que se daba cuenta de que Yakushi ya no era un peligro.
-¿Y ahora que hago con esto?—preguntó al pelinegro acerca del Rasengan.
Los ojos negros lo miraron fríamente un segundo antes de hacer una mueca y allí el ojos azules se dio cuenta de la herida del ojinegro. Buscó como desacerse del peligroso jutsu con pasmo.
Osea…
…que lo tiró por la ventana.
Obito sintió algo que lo estremecía y eso menguó sus fuerzas un momento mientras se aprontaba a volver a su habitación con Kakashi san.
Hatake 2 miró preocupado a su pareja--¿Qué sucede Obito?—
No podía ser posible pero algo en su interior le decía que sí. Cuando iba a contestar se escuchó un gran estallido que conmovió las instalaciones.
Para Itachi fue inmediato el pensar en Shisui al escucharlo. En su interior sabía que algo pasaría pronto y no lo dejó nada tranquilo su ingreso a la posada. Desde que lo viera lo había seguido subrepticiamente para asegurarse de que llegara seguro ese atolondrado mientras se preguntaba porque estaba ahí. La idea de que había ido buscando de nuevo viajar a la otra dimensión lo había puesto algo ansioso pero no podía hablarle pues estaba allí en misión Anbu. Tenía hombres apostados en muchos lados del jardín interior buscando rastros del fugitivo. Sus hombres y él habían casi perdido la esperanza de encontrar su rastro.
Como una estrella fugaz recorrió los metros que lo separaban del lugar del impacto y de inmediato supo de que este había salido de la habitación de Naruto, la cual conocía por el rastreo que ya habían hecho. Entró a la habitación por ella de inmediato parándose en su quicio y la vista que vio lo dejó atónito.
Shisui de rodillas le miraba fijo, de su boca y garganta manaba abundante sangre.
-¡Shisui!—fue su grito, mientras todos lo miraban y saltó en su pos para abrazarlo. El recuerdo de lo que les dijeran sobre el otro Shisui le vino a la mente. El otro Itachi había perdido a Shisui. ¿Él estaba condenado a sufrir lo mismo?