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No hay herida que un doctor espartano no pueda curar por Discord Di Vongola Arcobaleno

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Notas del capitulo:

Espero que les guste ^^ Y pueden dejar un review! Es completamente gratis! XD

Después de que aquel sujeto guiara a Reborn por entre los pocos cuerpos heridos l llevó por un pasillo largo que no parecía tener fin cuando lo encontraron después de 7 minutos. Shamal se detuvó y el pelinegro le imitó a sus espaldas. El de ligera barba sacó unas llaves del bolsillo de su bata blanca y después de introducirla en la puerta frente a ellos a giró para abrirla. Se hizo a un lado y Reborn avanzó como una muda indicación, era un pequeño lugar, tenía una cama que rosaba lo "decente" un reloj en la pared que marcaba las 1:30.a.m. a lado de una pequeña ventana con un vidrio de esos que podías ver lo que había afuera pero no lo que había adentro y una puerta que conducía a lo que deducía que era el baño.

-Levántate a de 6:00a.m a 7:00a.m. Tendras 5 minutos para desayunar y luego atenderas a los heridos, comerás a las 3:35a.m., volverás a atender a los heridos, cenaras, atenderas más heridos y te vas a dormir.

Explicó todo rápido pero con voz monótona Shamal para uego cerrar la puerta de golpee con Reborn adentro.

El pelinegro suspiro con cansanció cuando escucho la puerta cerrarse con seguro.

¿Eso debía estar bien, no?

No necesitaba involucrarse demasiado. Solo atender a algunas personas y listo, se va y de vuelta a la vida aburrida y monótona de antes.

Era como un animal encerrado.

Cansado y decidiendo dejar de darle tantas vueltas al asunto se quitó sus zapatos, corbata, saco y sombrero para acostarse en la miserable cama y contar obejitas que lo llevarían a los brazos de Morfeo, el único lugar donde podía librarse de la vida real.

Pero, para su pesar, eso no duró mucho pues unos golpees no le dejaron dormir después de 4 horas de sueño levantó la cabeza y abrió los ojos con el ceño fruncido al escuchar fuertes golpees que provenían del exterior, giró su rostro hacía la puerta pero se puso más alerta cuando se dió cuenta que el ruido no provenía de ahí. Se puso sus zapatos y sombrero para dirigirse a la ventana donde provenían los fuertes ruidos pero sus ojos se abrieron sorprendidos ligeramente al ver como un niño de no más de 4 años con disfraz de vaca pateaba repetidas veces una granada color rosada contra su ventana. Esta rebotaba y volvía hasta los pies de niño para repetir la acción hasta que en un momento el niño de afró pateó mal la granada innactiva y esta se quedó frente a la ventana, el niño, a regañadientes se acercó a esta y la tomo con ambas manos.

-Oye, niño. - le llamó Reborn desde su cómoda habitación.

-¿Eh? - salió de los labios de este mientras giraba a todos lados en busca de aquella misteriosa voz.

-Aquí abajo.

El niño de ojos verdes bajo su mirada pero solo se encontró con aquella ventana que reflejaba el exterior. Reborn, al ver que había captado su atención golpeo el vidrio repetidas veces.

-¡GYA! - gritó asustado el menor, tirando la granada a quien-sabe-donde-land(?) y salía corriendo. - ¡Un espejo que habla!

Reborn suspiró con rabia. 

¿Cómo se le ocurria hacer eso?

Volteó a ver el reloj. Eran las 6:49a.m.

Ya debería estar fuera pero ¿no lo iban a ir a buscar?

Se acercó a la puerta por donde entro a aquel lugar y giró la perilla para encontrarse con la grata sorpresa de que esta estaba abierta. Al instante la abrió pero se congeló al darse cuenta que frente a él había una chica que se le hacía extrañamente familiar por lo que la analizó con la mirada.

Parecía tímida a simple vista, de unos 14 años probablemente, vistiendo con ropa color verde militar, que eran una falda una chamarra hasta el cuello y unas botas negras hasta la rodilla, abrazaba contra su pecho alguna clase de vestimentas blanca mientras miraba hacía arriba para verlo, tenía un lindo par de ojos morados al igual que su cabello con un extraño peinado forma de piña.

Y ahí la recordó.

Fue ella una de las personas quien golpeó cuando lo capturaron el día anterior.

-S-s-señor A-Arcobaleno-san. - tartamudeó la menor.

-Mande. - cuestionó, viendo como la pequeña temblaba como maracas en su posición.

-L-le he traído a-a-algo d-de ropa... - dijo esta mientras extendía las pertenencías.

Reborn ahora pudo notar que era una camisa blanca con patalones negros.

-Gracias. - respondió esté mientras las tomaba para colocarlas en la cama. Luego se volteó para ver a la menor como esta intentaba irse de aquí. - Disculpa.

-¡Ah! - respingó ella para luego voltear a ver al pelinegro. - ¿S-si?

-¿Podrías enseñarme donde puedo comer?

-S-s-s-seguro... 

Y así, sin cambiarse Reborn comenzó a seguir a la pequeña adolescente mientras esta miraba con todo el interés del mundo el suelo.

-Se que ya me conoces. - dijño el mayor , acabando con el incómodo silencio que reinó por 3 minutos. - Pero voy a presentarme.

Alzó su mano frente a la pelimorada, sorprendiendola. 

-Soy Reborn Arcobaleno. - dijo, esperando a recibir un contactó de vuelta. - Mucho gusto.

-M-mucho gusto... - dijo una menos temblorosa joven. - M-mi nombre es C-Chrome Dokuro...

-Lindo nombre. - respondió Reborn

Y siguieron su recorrido en silenció para ya uno no tan incómodo, es más, era calmado y apaciguante de alguna forma. Reborn vió a la más joven sonrerír levemente. Tal vez si ayudaba a aquella chica con obvios problemas de confianza saldría de ahí más rápido...

Sus pensamientos se callaron a si mismos cuando llegó a un lugar que parecía más bien la cafetería de una primaria a execión por los hombres musculosos y las mujeres con ropa casi de streapers que había.

-E-este es el lugar, Reborn-san. -explicó la menor ante la mirada confundida del pelinegro. - T-tiene que apurarse para desayunar y que el doctor Shamal le indiqué su trabajo de hoy.

-Bien, muchas gracias, Chrome. - agradeció el otro mientras veía como la menor asentía y se alejaba de ahí.

Miro para todos lados con curiosidad y cuando analizó toda la infromación posible siguió su recorrido. Camino entre las perosnas que reían y comían para fijarse en algo sorprendente. A unos metros de ahí se encontraba de espaldas a él un hombre con bata blanca y una larga trenza negra. Se acercó con paso cauteloso a este para luego observar con fuerza su nuca.

-¿Fon?

El nombrado se volteó ante su llamado donde miró sorprendido al otro pelinegro que se encontraba a sus espaldas.

-¿Reborn?

-¿Qué haces aquí?

-Yo trabajó aquí. - justificó el otro. - ¿Que haces tú aqui?

-Me secuestraron.

-Oh valla... - dijo el de ropa roja bajo su bata blanca para luego mirar al suelo pensativo. - ...Parece que el décimo esta tomando medidas más descontroladas...

-¿De qué hablas? - cuestionó serio. - ¿Qué sucede aquí?

-Nada, nada... - respondió Fon como si estubiera saliendo de un pequeño trance el cual el mismo se metió para luego sonreírle y darle una manzana. - Mejor apuremonos antes de que Shamal se enoje.

Antes de si quiera poder abrir la boca para replicar a gusto, Fon ya le estaba empujando para salir de la cafetería y conducirlo a un pequeño cuarto donde se encontraban más personas de bata blanca. Medio minuto después por las puertas entró el doctor Shamal con personas de traje atrás de él que llevaban consigo a personas heridas sin gravedad.

-Bien imbéciles. -les dijo Shamal para que después de que los de traje dejaran a los heridos en unas camas improvisadas. - Ustedes atenderan a estos pacientes y como hoy tengo el tiempo contado más les vale hacrlo bien antes de que regrese.

Y salió del lugar con los hombre de negro.

Reborn vió como Fon y los demás se acercaba cada uno a un paciente levemente herido y luego el les imitó; se acercó a una joven pelinaranja que sangraba de las piernas y con un corte un poco grande en el rostro, no era nada realmente serio pero se tenía que atender lo más pronto posible.

Mientras cumplía con calma con su trabajo giro a ver levemente a los demás. Había heridas tan simples como lijeros cortos hasta  uno que otro raspón pero los demás doctores parecían unos novatos, Fon y Reborn eran los únicos que trabajaban bien.

*Los sentimientos de los pacientes son importantes.*

Reborn se congeló unos segundos ante aquello.

Era un recuerdo.

Un recuerdo de cuando trabajó con Luce en una paciente de 10 años con cáncer de piel.

*Los sentimientos son poder.*

-¿Cómo te llamas? - le cuestionó Reborn a la menor mientras le inspeccionaba la herida del tobillo.

-¿C-cómo?

-Pregunte cual es tu nombre. - volvió a decir mientras tomaba una botellita de alcohol y un poco de algodón.

-M-mi nombre es Kyoko. - respondió la de ojos cafés, extrañada. - ¿Po-porqué pregun-?

-Mi nombre es Reborn Arcobaleno. - interrumpio mientras dejaba a un lado el algodón y la botellita para mirar a la menor y extender su mano. - Mucho gusto.

-E-es un placer. - respondió esta, aun algo exaltada por tan raro hecho.

Ambos iban a seguir con platicando mientras Reborn le antendía para luego notar como las puertas se abrían de golpe, sorprendiendo, asustando y exaltando a la mayoría. Por ella entró un joven de cabellos castaños, casi rubios, gritando de dolor mientras lágrimas salían sin parar de sus ojos fuertemente cerrado siendo cargado por Bianchi y un pelinegro y dejado de un colchón que un sujeto atrás de los tres trajo.

-¿Qué ocurré? - cuestionó sorprendido Fon.

-Basil-kun se sacó el hombro. - dijo Bianchi, sacandolé la camisa y el saco para mostrar el hueso sobresaliente dle menor, el cual, dejo a varios doctores y pacientes desmayados. - ¿¡Dónde esta Shamal!?

-C-creo que fue con el décimo...

-¡Lancia! -gritó  Bianchi al pelinegro que le aocmpañaba. -¡Ve por Shamal y nosotros-!

-Traigan un pequeño ventilador, una mordedera, más vendas, pomada, aguja, hilo y un vaso de Coca Cola.

Todos voltearon a ver con impresión al que hablo que no era nada más ni nada menos que Reborn Arcobaleno.

-¿Pero qu-?

-¡No hay tiempo! - exclamó alarmado Reborn mientras se acercaba presuroso al herido de gravedad y agarraba la bata blanca de uno de los doctores caídos. - ¡Solo háganlo!

-¡SI!

Mientras veía como Fon, Bianchi, Lancia y el sujeto de traje negro salían corriendo por lo ordenado Reborn se pusó la bata y se posicionó frente a Basil con la mirada de los pacientes y doctores aún despiertos sobre él.

-Cálmate. - empezó a pedirle Reborn mientras fotaba el dañado hombro del menor y quitaba la mayor sangre posible con un trapo. - Intentá calmarte.

Jadeo y jadeo el otro, intentándo hacerle caso al doctor frente a él pero todo era en vano pues aquella herida dolía como el infierno. 

Las puertas fueron abiertas otra vez de manera menos abrupta para dejar ver a los 4 sujetos correr en su dirección con las cosas en la mano. Desinfectó la herida y colocó el pequeño ventilador para que soplara en dirección a la espalda del de ojos azules, exactamente atrás de su hombro herido para luego levantarse y acomodarse al lado de Basil, tirando su sombrero a un lado.

-Esto va a doler así me toma. - le dijo mientras le ponía la mordedera en la boca. 

-´ero ´olque eh eh´t-

Intentó hablar el menor pero solo pudo morder la mordedera con tal fuerza que parecía que se iba a romper. 

Reborn, como el pinche loco que és tomo el hombro contrario del menor y el brazo del hombro herido para jalarlo con fuerza por varios segundos, segundos que fueron peor que el infierno que estaba sufriendo en esos momentos.

-Listo. - dijo para sí mismo.

El hueso dejo de sobresalir pero la piel abierta aún era dolorosa por lo qué tomó la aguja e hilo entre sus dedos y sin importarle los gritos y lágrimas de dolor del de ojos celestes siguió con natularidad, cociendo la herida y una vez que acabó, como a una prenda, cortó el hilo con los dientes y lugo pusó con suidado las brendas alrededor del hombro herido ante la impactada mirada de los presentes.

-Listo. - dijo Reborn mientras pasaba un pañuelo por la sudada frente el chico casi inconciente frente a él. - Te recomiendo mantenerte en lugares frescos, te recomendaría no mover tu hombro por 2 meses pero como eso parece ificil en un lugar así te lo reduciré a 2 semanas.

Tomó la Coca Cola de la mano de la pelirorosada, se lo bebió, se lo volvió a dejar en la mano y salió de ahí con Fon siguiendole impresionado por detrás.

Así siguió el día, terminó de atender a la joven Kyoko, comió, atendió a más personas y se fue a dormir a las 11:30p.m. para luego irse a dormir a su cuarto con rumores cuchicheos siguiendole por donde iba a exepción del silencio de su cuarto de 4 paredes.

Se dio una duca rápida, se puso un pantalón negro y el mismo bóxer para luego irse a dormir, tendría que ver si Chrome tendría un bóxer para él.

A la mañana siguiente fue levantado por los chillidos de un nió que intentaba comunicarse con el "Espejo parlante".

-¡Se que estas ahí! - gritaba este, señalando de manera acusadora a la pequeña ventana escondida entre pasto y hierbas. - ¡Habla! ¡Lo ordena Lambo-sama!

-El espejo que habla piensa que Lambo es un idiota. 

Y como el cobarde que es, el niño de traje de vaca salió corriendo de ahí gritando: "¡Lambo-sama no es idiota! ¡Lambo-sama se vengará!".

Y así siguió la misma rutina por días....

Lo peor fue que se estaba acostumbrando...

Continuara...

Notas finales:

Tendré que ver mucho Dr. House si es que quiero continuar este fic :v


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