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Ancient Egipt por desire nemesis

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Notas del capitulo:

Esa noche el sacerdote dormía en su tienda celda. Pasarían unos días en esas tierras que le pertenecían al jeque esperando que los mensajeros enviados con el faraón volvieran con una respuesta.

 

De pronto Yukito tuvo la sensación de que algo se deslizaba por su vientre y despertó sobresaltado para encontrar unos labios sobre los suyos.

Esa noche el sacerdote dormía en su tienda celda. Pasarían unos días en esas tierras que le pertenecían al jeque esperando que los mensajeros enviados con el faraón volvieran con una respuesta.

 

De pronto Yukito tuvo la sensación de que algo se deslizaba por su vientre y despertó sobresaltado para encontrar unos labios sobre los suyos.

 

Así que un sacerdote de Isis pierde sus poderes al perder su pureza—dijo una voz que conocía, el que esa persona lo estuviera tocando de tal manera, con evidente lascivia produjo temor en Tsukishiro. La idea de que ese hombre pretendía tomar su virginidad era evidente y entonces Yukito descubrió algo. Que la única persona que no le desagradaba que le tocara de tal modo era el jeque Toya, porque esos labios y esas manos que ahora lo tocaban no pertenecían a tal persona y solo le producían temor y aversión—¿Qué pasaría si devolviéramos al faraón un sacerdote manchado por el pecado? ¿No le causaría gran desgracia? Esa sería una buena venganza en contra del hijo de Ra y de paso… Tener algo que él nunca pueda… Porque podría tener tu cuerpo pero tu primera vez… ¿Sabes cuanto tiempo hace que lo conozco? ¿Cuanto tiempo he pasado deseando cosas que se le dieron y a las que no tenía derecho simplemente por no nacer en la familia correcta? Él siempre ha obtenido lo que ha querido. ¡El descubrirá como se siente que le arrebaten algo que desea tanto—dijo Asula llenando de temor el corazón del peligris con una sonrisa siniestra y lasciva mientras sentía como sus manos eran colocadas sobre su cabeza sin que pudiera oponerse porque el otro era mas fornido.

 

¡Con que todos estos años has estado pensando así!—dijo una siniestra voz en la tienda y el ojos azules pudo sentir el frío filo de una cimitarra al lado de su cuello, deteniendo de inmediato su accionar—Deja eso que haces y levántate si eres hombre—dijo el jeque Toya Kin Omoto con su brazo extendido y sus ojos negros como brazas encendidas.

 

Asula se preparó mentalmente para lo que vendría por un momento y se levantó aceptando su destino. Los dos se miraron frente a frente.

 

Lo que has hecho es imperdonable—le dijo Toya—Sabes el destino de quienes me desobedecen o traicionan y sin embargo tú… Te dejaré ir solo en vista de que nos criamos como hermanos y es lo único que detiene mi furia. ¡Ahora vete! Si volvemos a encontrarnos te trataré como a un extraño y como con un extraño me vengaré de tus acciones—añadió y bajó el filo de su cimitarra. Ambos se miraron por un momento antes de que Asula emprendiera su destierro.

 

En la oscuridad el pelinegro pudo ver el blanqucino cuerpo medio desnudo tirado sobre los almohadones que le miraba. Sus ojos llenos de espanto eran lo único nítido en ese lugar gracias al brillo de la luna que se colaba por el hoyo que dejaba la tela abierta de la entrada, esa imagen era algo lasciva para el joven jeque que sintió como su corazón comenzaba a latir de prisa, pero de pronto advirtió otra cosa brillante en esa cara armoniosa, y se dio cuenta con sorpresa de lo que era. Una lágrima caía en el cuerpo que ante él estaba aterrado por la experiencia y tuvo un siniestro impulso que le llevó a recogerla con un beso antes de abrazar el cuerpo, que se estaba estremeciendo, para ofrecerle un solaz de paz y seguridad formado por sus potentes brazos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Asula buscó su caballo y hallándolo comenzó a montarlo cuando alguien pasó cerca y le agarró el brazo. El esclavo egipcio pupilo del sacerdote pasaba por ahí con un cazo de agua que le habían mandado que llevara a la tienda donde se hacía la comida del jeque.

 

¡Tú! ¡Perfecto! ¡Me servirás bien!—dijo antes de halarlo de tal manera que el cazo cayó a tierra.

 

¡Oye! ¡Esa agua era para…!—dijo el rubio.

 

No importa para lo que sea. Tú vendrás conmigo—dijo Asula.

 

¿Para que?—preguntó el esclavo.

 

No seas insolente. ¡Harás lo que diga!—dijo el ex servidor del jeque.

 

¿Por qué todos me dicen eso?—se preguntó en voz baja el melado renegando.

 

Asula lo retuvo cerca un momento mientras decía—Tú podrás guiarme hacia Egipto y una vez allí serás valioso, un ex esclavo y aprendiz del sacerdote debe valer mucho—luego lo obligó a subir al caballo y subiendo él detrás arrancó a correr por el desierto nocturno.

Notas finales:

¿Que tal va?

¿Les gusta el nuevo giro?

Se preguntan donde esta Seto y como tomara la noticia

les dire que por un trecho largo el no aparece

no se vera cuando es notificado pero se sabra de el

ahoara seguiremos con Yukito y Toya un rato

y las aventuras de Asula y Joey por otro

queda mucha insp que escribir

espero no les disguste mi fic

ja ne

n.n


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