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Ancient Egipt por desire nemesis

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Notas del capitulo:

El cuerpo del sacerdote ardía bajo sus manos. Si alguien le hubiera dicho que haría esas cosas con un hombre unos días antes lo hubiera dejado eunuco pero ahora sentía como todo él reaccionaba al tacto de la piel del otro, oír sus gemidos, sus ruegos pasitos sobre su oído despertaron su cuerpo de una manera nunca concebida.

El cuerpo del sacerdote ardía bajo sus manos. Si alguien le hubiera dicho que haría esas cosas con un hombre unos días antes lo hubiera dejado eunuco pero ahora sentía como todo él reaccionaba al tacto de la piel del otro, oír sus gemidos, sus ruegos pasitos sobre su oído despertaron su cuerpo de una manera nunca concebida.

 

Había tenido mujeres desde luego. Todas ellas en su primera vez. Esclavas que hizo suyas para que formaran parte de su harem pero ninguna de ellas le produjo tal anticipación. Hasta días antes se consideraba una persona que solo veía el sexo como un mero acto de búsqueda de descendencia o de relajación. Nunca entendió el frenesí conque otros lo buscaban pero ahora entendía.

 

Sus manos descubrían la piel pálida a medida que sus labios buscaban rastrear todo su calor y aroma. La esencia de ese sacerdote, que brotaba por su piel era tan excelsa que perdía el control de sus actos y antes de darse cuenta sus labios tocaron esa zona.

 

Yukito se sentía indefenso, se asía con todas sus fuerzas de la manta bajo él mientras su cuerpo reaccionaba al placer que esos labios y esas manos le proporcionaban. Entonces se preocupó pues el otro estaba acercando sus labios a…

 

Sentir esa sensación fue como un shock eléctrico para el casto sacerdote, nunca siquiera se había tocado y esos labios húmedos y suaves contra su erecta piel cálida remataron su inocencia.

 

-No, es-to no pue-de ser—trató de decirle pero las sensaciones lo hacían detenerse en cada sílaba.

 

-Si en verdad no lo quieres. ¿Entonces por que tu cuerpo me busca?—preguntó el pelinegro.

 

Era cierto, no podía engañarlo porque en ese momento su cuerpo estaba alzándose en busca de esos labios.

 

Te lo ruego. En nom-bre de la razón—pidió el peligris.

 

Toya puso su cara enfrente de la de Tsukishiro--¿Qué tiene que ver la razón con lo que ahora sentimos?—preguntó con mirada intensa antes de besar sus labios mientras una de sus manos se aferraba a su nuca para que no pudiera evitar ser besado pero el ojicafé no podía impedir el beso ya que él mismo había caído en las sensaciones que recibía cuando estaba con ese jeque.

 

Kin Omoto lo atrajo hacia sí y lo sentó en su regazo, de frente y mientras la túnica caía de los hombros de Yukito su viril miembro entró en su cavidad más oculta.

 

Primero fueron gritos y luego gemidos todo eso hizo aumentar el deseo del jeque mientras las lágrimas del deseo caían de las mejillas del adorador de la luna. Estuvieron al menos una hora en que el pelinegro exploró la piel del cuello con sus labios y luego besó su boca mientras lo hacía suyo

 

Era media tarde cuando el jeque despertó del sueño en que ambos cayeran después de hacer el amor. Se despertó y miró al ser a su lado. Le había arrebatado su poder, ya no comandaría su culto ni podría librarse de él jamás. Lo retendría a su lado para siempre.

 

De pronto algo llamó su atención y movió algo el cuerpo a su lado. Con horror vio una mancha roja que se extendía desde la zona media del cuerpo de Tsukishiro. Lo volteó bien pues estaba de costado y miró la zona que parecía ser la fuente de la mancha.

 

Descubrió que estaba en lo cierto en sus deducciones y que la sangre provenía de ese lugar. Lo había herido. En su afán de hacerlo suyo no había sido cuidadoso y lo había lastimado horriblemente. Entonces cayó en la cuenta de que aquellas lágrimas podían no haber sido de felicidad sino de dolor. Que enloquecido por su deseo lo había lastimado horriblemente no haciendo caso de las señales de su malestar. Solo viendo lo que había querido ver había disfrutado mientras el otro sufría. Se alejó un poco, consternado, culpándose a si mismo y dándose cuenta de que cuando el otro despertara lo vería como la fuente de sus pesadillas.

 

Eso estaba mal.

 

Culpándose por lo ocurrido fue en pos de ayuda para el peligris.

 

¿No entiende lo que ha hecho?—preguntó uno de los asistentes del joven sacerdote después de curar las heridas de este que estaba débil e inconsciente por la hemorragia—Su castidad lo es todo. Si los ancianos descubren que él ya no puede canalizar al castigo divino…--

 

Lo perderá todo, su poder su prestigio…--decía Toya sintiéndose desgraciado.

 

…su vida—agregó el otro atrayendo fuertemente la atención del jeque.

 

Lo que ha hecho es considerado como la peor de las faltas. Pues desde niño el fue seleccionado para ocupar su cargo por el anterior sumo sacerdote y juró permanecer en castidad toda la vida. Faltar a su palabra es un acto que solo puede castigarse con la muerte para nosotros—le dijo el hombre.

Notas finales:

Fue un lemon y una tragedia

dos en uno no?

fans de esta pareja

los trato con algo de rudeza pero no por eso les quito protagonismo no?

quiero saber si les gusta mi trabajo

priscila gracias por tu apoyo

jazmin

fleir 

shudyeer

maly

kshi

gracias

n.n


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