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Camino a la perdición por zandaleesol

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Harry esperaba ansioso la llegada de Lucius, el dueño de la taberna sin decir palabra le había conducido a esa pequeña habitación en la que había una cama, le resultaba algo vergonzoso que todos comprendieran que sucedería cuando llegara Lucius, le hubiese gustado que esos encuentros fuesen más íntimos sin tantos testigos, pero era imposible necesitaba de la ayuda de esas personas para encontrarse con Lucius, afortunadamente tenía su varita y la utilizaría para insonorizar la habitación en cuanto el rubio entrara. Era una gran tranquilidad saber que podía hacer el amor con Lucius sin tener que preocuparse de que los demás oyesen algo tan íntimo.


Esa sería la primera vez que se amarían sabiendo que esperaban un bebé, después de dar una vuelta por la estrecha habitación se sentó en la cama sólo a esperar intentando controlar sus sentidos rebosantes, hacía casi quince días que no veía a Lucius, decidió que cualquier cosa que debieran hablar lo harían pero sólo después de hacer el amor, no quería que nada ni siquiera la noticia de que el matrimonio debería esperar estropeara el momento, porque no sabía cuanto tiempo pasaría hasta que pudiera verlo otra vez.


La puerta se abrió suavemente pero como Harry estaba con todos sus sentidos en alerta de inmediato se percató, fue tal su felicidad que como un bólido se arrojó en los brazos del hombre rubio que le acogió con igual intensidad, así permanecieron por largo rato, hasta que la mutua necesidad de un beso los obligó a buscarse los labios, los besos de Harry ayudaron a Lucius a olvidar la tristeza que sentía debido a la actitud tomada por Draco tras enterarse de la relación que tenía con el chico de ojos esmeraldas, habían pasado muchos días desde la última vez que se habían besado en aquella misma habitación, lo único distinto era que la vez anterior no había una cama, ahora Lucius tenía la certeza de que volvería a hacerle el amor a Harry y esta perspectiva era un gran consuelo para su acongojado corazón.


En el mismo instante en que Harry le dio tregua para respirar expresó en una sola frase todo lo que sentía.


- Te he extrañado tanto amor, no te imaginas cuanto –dijo Lucius

- Claro que lo imagino yo te he extrañado igual –dijo el chico que volvió a abrazarlo intensamente

- ¿Cómo has estado?... te has sentido bien.

- Muy bien… sólo triste porque no puedo estar contigo.


Lucius se quedó en silencio no le alentaba mucho oír a Harry decir que estaba triste, ya se sentía lo suficientemente abrumado con lo sucedido con su hijo naturalmente este silencio fue una especie de alarma para Harry.


- ¿Qué sucede? –preguntó Harry buscando la mirada gris del hombre rubio

- Nada mi amor… es sólo que me duele que tengas que…

- No… no lo digas… lo siento… no debí decir eso… soy un tonto… tengo motivos de sobre para estar feliz… tú me amas… esperamos un bebé… no tengo derecho.

- Claro que tienes derecho… no deber ser fácil para ti… tener que llevar esto solo.

- No lo tengo… tengo cuidados y atención de quienes me quieren…

- Eso lo sé...

- Dumbledore… mis amigos… hasta el profesor Snape se preocupa por mí y eso que nunca le agradé…

- ¿Snape?... él te trajo esta noche.

- Sí…


Lucius sintió una punzada de incomodidad, no el agradaba la idea no era que temiera que Snape pudiera lastimar a Harry sino que no le resultaba grato que otro hombre estuviera cerca de su chico de ojos esmeraldas, aunque ese hombre fuera Snape.


- ¿Qué sucede?... te molesta que él se preocupe por mí…

- Yo debía ser quien esté a tú lado y te cuide.


Harry comprendió al instante y claro que le hubiese gustado que Lucius pudiera estar a su lado siempre.


- Yo también quisiera eso pero…

- No puede ser.

- Pero en algún momento estaremos juntos y nadie podrá separarnos…

- ¿Cuándo Harry?... eso jamás sucederá –dijo Lucius apartándose de pronto


Lucius sabía que su actitud lastimaría a Harry, era totalmente diferente a la que había tenido días atrás cuando se había enterado de la noticia de que sería padre otra vez. El chico no pudo evitar sentirse rechazado, sentía que Lucius se arrepentía de amarlo, que en el fondo lo culpaba de su situación después de todo por salvarlo a él había traicionado a Voldemort.


- Todo esto… es mi culpa –dijo Harry con tristeza


Aquel tono de Harry bastó para que Lucius recuperará la entereza estaba olivando su promesa de no volver a lastimarlo.


- Harry lo lamento… no es tu culpa… no lo es amor –dijo Lucius abrazando al chico otra vez –no eres culpable de nada mi amor… eres maravilloso y yo te adoro


Harry se aferró con fuerza al rubio.


- Lucius quisiera hacer algo para ayudarte para que no estuvieras triste.

- Mi amor estoy triste es cierto… pero no por tu causa… tú sólo me has dado felicidad… desde esa noche mi amor cada momento contigo ha sido maravilloso…

- Y si no estás triste por mi causa ¿entonces por qué?

- Draco… mi hijo ya sabe lo nuestro.

- ¿Se lo dijiste?

- Tuve que hacerlo.

- Creo que puedo imaginar lo que dijo… se puso furioso cierto…

- Sí…

- Pero habías dicho que esperarías un poco antes de decirle la verdad.

- Harry no planeaba decírselo aún… pero él… bueno hablábamos de ti y él dijo cosas que yo no podía…

- Esta bien Lucius no es necesario puedo imaginar que cosas dijo… después de todo siempre me odió.

- Traté de explicarle pero fue inútil… no quiso saber nada, es muy testarudo.

- ¿Y qué sucedió entonces?

- Dijo que me odiaba… que nunca me perdonaría por traicionarlo.


Harry se apartó de Lucius, se acercó a la cama y se sentó sintiendo mucha tristeza no era que le sorprendiera la actitud de Draco, ya esperaba esa reacción, él podía imaginar la rabia de Draco y sabía que aunque Lucius no diese detalles del asunto sabía que el chico rubio había dicho las peores cosas de él.


- Entiendo que estés triste Lucius… él es tu hijo… lo amas.


Lucius se sentó junto a Harry y le tomó la mano con ternura.


- Mi amor estoy triste no lo niego… pero no quiero que tú lo estés… eso me hace sufrir más.

- Lo siento… no es que haya creído alguna vez que la reacción de Draco sería diferente es sólo que… es tu hijo… antes no me importaba que me odiara, pero ahora es diferente.

- Mi amor… sé que quizá pido demasiado pero por favor dale un poco de tiempo… para él nada de lo sucedido ha sido fácil.

- Lo sé Lucius… para nadie lo ha sido… pero creo que en su todo es más difícil, debe sentirse muy solo… yo a pesar de todo tengo a mis amigos, al profesor Dumbledore que también se preocupa por mí… Draco sólo te tiene a ti y ahora debe pensar que no es importante para nadie.

- Eso es justamente lo que piensa –dijo Lucius tristemente


Harry reclinó su cabeza en el hombro de Lucius, así permaneció por algún tiempo, se sintió algo culpable por sentirse feliz, había llegado a la cita lleno de emoción pensando en que haría el amor con Lucius, sin embargo ahora creía que era egoísta por pensar sólo en sus necesidades.


- Creo que debería irme.

- ¿Cómo? –preguntó Lucius sorprendido –tan pronto

- Sí…

- ¿Te sientes mal?

- No… bueno sí… me siento egoísta Lucius yo venía muy feliz pensando sólo en mí en que te vería… en que nos amaríamos…

- Harry a caso no sabes que justamente es eso lo que me hace feliz y me da fuerzas y deseos de seguir adelante… si tú estas bien yo también lo estaré… mi amor lo de Draco no es tu culpa, yo soy responsable en todos los aspectos y no quiero que te desanimes… tú eres mi fuerza.

- ¿De verdad lo soy?

- Como puedes dudarlo… estaba triste y ahora ya me siento mejor y eso que aún no te hago el amor.


Estas palabras fueron para Harry una promesa y sonrió más que feliz. Fue él quien tomó la iniciativa para besar a Lucius y mientras lo hacía comenzó a quitarse la ropa en una señal clara de que no pensaba marcharse de ahí sin antes hacer el amor con Lucius, éste le miró con agradecimiento por la paciencia que mostraba el chico ante las adversas circunstancias.


- Tú eres mi fuerza Harry… eres mi amor… lo que me impulsa para continuar adelante.

- Y tú eres la mía Lucius… te amo ahora y siempre.


Ya no era necesario decir nada más aquel momento le pertenecía ahora sólo a sus sentidos, Harry en su prisa por deshacerse de su ropa dejó caer su varita que al tocar el suelo salpicó unas cuantas chispas rojas, esto sirvió para que Harry recordara que debía insonorizar el lugar si deseaba mantener en la intimidad su encuentro con Lucius. Antes de perder la cordura por completo recogió la varita y apuntando hacia el techo en forma circular, cuando dejó de besar a Lucius por un instante aprovechó de pronunciar el hechizo apropiado, después de eso no se controló más y gimió ardientemente mientras restregaba aquella parte de su anatomía que había despertado con el primer roce sobre la entrepierna de Lucius que sentía que alucinaba con aquella presión que Harry ejercía sobre él, era sólo la tercera vez que estarían juntos pero la audacia y desinhibición del chico era tal que no parecía que eran amantes que se encontraban apenas en su tercera cita. Estando juntos les era fácil olvidar cualquier agobio, sólo se entregaron mutuamente como la vez anterior sin preocuparse por nada que no tuviera relación con el sentimiento que los unía.


&&&&&&&&&&


Draco aquella noche escribía la carta que enviaría al día siguiente al director de Hogwarts solicitando su reincorporación a la escuela, sabía que no gozaría de sus antiguos privilegios, pero aquello ya no importaba, tenía orgullo suficientemente como para sobreponerse a la adversidad, aunque tuviese que caminar solo, comer solo y estudiar solo lo haría con la cabeza en alto, tal como lo había pensado con anterioridad el orgullo de su apellido no radicaba en cuanto oro tenía sino en saber ganar siempre no importaba que métodos debiera utiliza para lograrlo.


Otra cosa en la que estaba muy interesado Draco, era saber los detalles de la relación de Harry Potter con su padre, seguramente los amigos del héroe estaban enterados, igual se preguntaba si alguien más sabría del asunto, por supuesto que Dumbledore lo sabía así como el custodio de su padre Kingsley, nunca antes había imaginado que el director adorase tanto a Potter hasta el extremo de secundarlo en algo tan peligroso, Potter era más idiota de lo que él había imaginado, estaba arriesgando todo su prestigio al involucrarse en una relación clandestina con un ex Mortífago y no cualquiera sino el más asiduo seguidor del Señor Tenebroso, su padre.


Había pensado tanto sobre el mismo asunto que ya no sabía en que creer, quizá la idea de Potter junto a su padre no fuera tan mala si esto le permitía recuperar su puesto en el mundo mágico, pero aquello podía ser un arma de doble filo, también cabía la posibilidad de que la comunidad mágica al saber a Potter involucrado con Lucius Malfoy lo repudiara y viesen eso como una traición, si eso sucedía seguramente su padre abandonaría a Potter enseguida. Para él lo mejor era mantenerse al margen del asunto, era mejor no tomar ninguna posición definitiva, regresaría a la escuela ya que no tenía una mejor alternativa, si en algún momento había pensado en vivir con su padre aunque fuera en la miseria ahora esa idea ya la había desechado por completo, buscaría algún modo de mejorar su situación tal como lo hacia su padre.


Otra cosa que lo perturbaba un poco era que por fuerza debería ver a su profesor, Severus Snape con el que había mantenido un breve pero no menos intenso encuentro sexual, a pesar de la carta que había escrito dándole al suceso el carácter de casual y seguro de que no había tenido ninguna repercusión ni en su vida ni en la del profesor, había momentos en los que al recordarlo no podía dejar de asombrarse por la respuesta tan apasionada que había recibido de parte del oscuro y no muy atractivo profesor de Pociones, al recordar el encuentro en sus íntimos detalles aún se asombraba de que un hombre tan oscuro y frío como Snape se dejara seducir de aquella manera. Con toda seguridad Snape jamás en su vida había soñado con que alguien como él se dejara poseer de esa forma, él debía confesarse que tampoco lo comprendía mucho, aquella no había sido su primera vez, desde los quince años había tenido una infinidad de aventuras, pero en todas ellas siempre era él quien dominaba a sus amante, era él quien tomaba los cuerpos de quienes se le daban de forma tan dadivosa, sólo su primera vez había sido tomado por su compañero Blaise que había presumido mucha experiencia pero que a él no le había sido nada grata, esa había sido la primera y la última vez que había sido pasivo, luego de eso era él quien seducía y poseía los cuerpos de los chicos que conquistaba, eso sí como buen Malfoy le gustaba ser el mejor, de su primera experiencia con Blaise sacó lecciones que le permitieron ser un buen amante, contrario a lo que todos creían él no buscaba sus conquistas, eran los chicos quienes iban tras sus pasos.


Aun recordaba al primer chico que había seducido, un jugador del equipo de Quiddich de Ravenclaw, recordando lo poco grato de su primera experiencia sexual se aplicó al máximo con aquel chico que era virgen y lo hizo tan bien, que después de ese chico vinieron mucho más, se convirtió en el más solicitado y eso le encantaba, los chicos lo buscaban pero no por el más guapo y el más popular, sino porque era el mejor amante porque al tener sexo no buscaba satisfacer sus necesidades, sino que sus parejas disfrutaban al máximo.


Aquella noche se durmió sintiendo más alivio, sabía que la rabia en contra de su padre aún se mantenía pero no totalmente presentía que todo eso no era más que una treta de Lucius para asegurarse una mejor vida, él también lo haría, a su manera tomaría lo mejor que la vida pudiera ofrecerle.


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Harry regresó a Hogwarts pasadas las once de la noche, esta vez no encontró a sus amigos en la sala común esperando por él como la vez anterior, como el lugar estaba solitario aprovechó de sentarse un rato frente a la chimenea para pensar, finalmente su encuentro con Lucius resultó ser como lo había esperado. Cada día que pasaba sentía que lo amaba más deseaba con todo su corazón estar junto a él pronto, sin embargo, ese pronto se diluía rápidamente ante la inamovilidad de aquella sentencia. La tristeza de Lucius para él era totalmente evidente, no sólo por la situación en si, también por lo que había sucedido con Draco, era lógico que Lucius sintiera que estaba más aislado que antes, no había querido demostrar demasiado al respecto para no desanimarlo, pero él consideraba a Draco un chico egoísta, como era posible que pensara más en la antipatía y el odio que sentía por él que en los sentimientos de su padre.


Debido a esa misma tristeza que le había notado no se animó a hablarle del tema del matrimonio que debería postergarse a lo menos por un mes para sumarle más desencanto a la situación, además otra cosa a la que no quiso hacer alusión fue a que se mudaría a las mazmorras con el profesor Snape, había visto un poco de descontento reflejarse en la cara de Lucius al afirmar que Snape se preocupaba por él. Harry comprendía que quizá no fuera correcto no decirle algo tan importante, pero aquello no era algo malo, el profesor de Pociones ya no sentía rencor hacia él y sólo deseaba lo mejor para su bebé al igual que Dumbledore.


Otros que no estarían nada contentos con su traslado a las mazmorras serían sus amigos, sobretodo Ron, seis años compartiendo todo tan íntimamente que no sería nada fácil cambiar de pronto, estaba seguro que esta medida de Dumbledore le ocasionaría un gran disgusto a Ron, más aún cuando supiera que se mudaba a la mazmorra con Snape. Con respecto a Hermione ya no apostaba, él sabía que su amiga aún no aceptaba de buen grado que él amara a Lucius. Además con todo eso se despertarían muchos rumores, en los últimos días ya no hablaban mucho de él en El Profeta pero con esto seguro que volvería a la primera plana del periódico.


A partir del siguiente día debería lidiar con miradas y comentarios; Snape le había acompañado hasta la misma entrada de la sala común y le había recordado que a partir de mañana mismo debería trasladarse a lo que sería su nueva habitación, no sería fácil aquel cambio tan brusco, pero como desde hacía bastante rato que las cosas habían cambiado en su vida aquel sólo sería un nuevo desafío. 

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