Supongo que tu padre no es malo después de todo—dijo un rato después de que quedaran solos el melado.
¿Qué te hizo pensar eso?—preguntó el chico curioso.
Joseph pensó en varias cosas que lo habían llevado a creerlo—Creo que es la impresión que da—mintió para atenuar lo que creía y las bases de ello por el bien del niño.
Sé que mi padre parece duro pero él se quedó a mi lado después de lo que pasó. ¡Él nunca me habló feo por eso!—dijo el niño con cara triste lo que activó la preocupación y la curiosidad en el rubio.
¿A que te refieres con “eso”?—preguntó el ojos mieles.
La cara llorosa lo miró para luego decir—Yo maté a mi madre—
Joey no supo como reaccionar y luego apareció Yukito ordenando al niño que se fuera a palacio pues su padre lo mandaba llamar.
Al ver la aturdida cara del rubio el peliplateado le preguntó que le pasaba.
¡Él me dijo que mató a su madre, pero eso no es posible! ¿No?—preguntó Wheeler.
Mientras miraba por donde su alumno se había retirado los ojos café se llenaron de pesar—Por supuesto que él no lo hizo—contestó—Es extraño como a veces nos culpamos por cosas que no son nuestra responsabilidad—Tsukishiro se sentó e hizo que el otro se sentara a su lado después de dar unas palmaditas a su lado en la banca—Verás… todo pasó después de que te fueras. Seth e Isis se casaron como era lo acordado y la faraona intentó por todos los medios de agradar al hijo de Ra pero después de un tiempo se deprimió, decía que nunca podría ocupar un lugar importante en el corazón de su majestad. Ellos concibieron a Mokuba por esos días y él dejó de tratarla como a su esposa desde entonces. Oficialmente lo eran pero apenas se encontraban y hablaban en actos oficiales—Joey no pudo menos que sentirse mal por aquella mujer que nunca llegó a conocer—El embarazo fue complicado por lo que esperábamos que el parto también lo fuera, lo que no esperamos es que ella en su depresión se descuidara tanto que llegara enferma al día del nacimiento por lo que no aguantó las labores de parto—
¿Quieres decir…?—preguntó el melado mientras el otro asentía.
Ella murió en el parto. Fue un logro poder sacar vivo de allí al príncipe Mokuba—le dijo Yukito—Cuando su alteza se enteró de todo eso de inmediato empezó a culparse de la muerte de su madre—
¿Y que hizo el idiota de su padre para recuperarlo?—preguntó enojado por el descuido el melado.
¡Joey, no permito que hables así de nuestro Faraón y lo sabes! Tú no sabes nada para hablar así—esa reprensión por parte del ojos café hizo sentir feo al rubio. Defendía con tanto ahínco al monarca que parecía… ¿En esos años en que Seth había quedado solo con el sacerdote era posible que ellos…? De pronto un dolor agudo se presentó en su pecho y sintió un enorme nudo en su garganta. No podía hablar más con él. No así.
Debo irme—dijo antes de irse muy apurado mientras su sorprendido maestro le pedía que esperara.
Una vez se hubo ido el ojos café se quedó de nuevo mirando esa puerta.
Si supieras lo que en verdad pasa…--dijo al viento el sacerdote.
Estaba recorriendo un pasillo con paso agitado cuando una voz lo detuvo desde atrás.
Parece como si algo te carcomiera. ¿Será la cercanía del faraón y del sacerdote de Isis?—dijo la voz.
Al voltear se encontró con la máscara con gesto engreído y sabía que la mirada tras ella era petulante.
¿Qué es lo que dices?—preguntó combativo el rubio.
No trates de ocultarlo que solo logras que sea más evidente—dijo la voz encapuchada—Aunque tienes razón en preocuparte. Después de todo se volvieron más unidos desde que el sacerdote volvió de su captividad—
Joey sintió como si le atravesaran el corazón con esas duras palabras. Así que sus sospechas eran ciertas.
Ambos comparten muchos secretos y ambos se cuidan mutuamente—terminó diciendo el sacerdote de Ra.