Se encontraban frente a frente con el imponente santuario de Ares, cada fino detalle por mínimo que fuera destilaba hostilidad.
-Es increíble, ¿No te parece?-Cáncer se acercaba lentamente a la puerta.
-El templo, si es, asombroso-respondió la deidad.
-No me refería al templo en sí, más bien a la energía que despiden es como si absorbieran el aura de los que la habitan.
Apolo admitió que eso era cierto, el templo de su hermano se sentía lleno de agresividad y, no, eso era, acaso era ¿Esperanza?
Entro sin la compañía del sol, adentrándose lentamente habiendo caminado un par de pasos, vio a Ares.
-¡Vaya!, regresaste antes de lo planeado, una sonrisa indescifrable adornaba la faz del griego-se acercó lentamente al recién llegado.
-No es mi intención quedarme-dijo extendiendo su mano para evitar que la deidad se acercara mucho a él, pero este no se detuvo hasta sentir la palma del guerrero sobre su pecho.
-¿Y por qué no? – cuestiono el Dios.
-Me mentiste-respondió ofendido el Canceriano.
-Yo, no podía decirte la verdad, si lo supieras, si te hubiera confesado quien era en realidad ¿Me hubieras sido leal?
-Probablemente no-el albino giro su rostro, para no ver los ojos del Dios.
-Después de lo que te enseñe, después de todo lo que hice por ti-Ares aprovechó que el joven no lo veía, para posar tocar su mejilla.
-Tú no me enseñaste nada, no me diste nada.
-¿No?, yo te mostré lo que es el amor, que se siente que recorran tu cuerpo con cariño, que…se preocupen por ti.
-Solo porque yo pensé que eras Saga.
-No me refiero, a la primera vez que estuvimos juntos, me refiero a todo lo que estuvo antes, lo que construimos después, aquel no era Saga, siempre fui yo, nuestras charlas, cuando yo cuidaba de ti y aquellas noches en las que tu cuidabas de mí, eso- el griego hizo una pausa, abrazo al italiano y le susurro- eso significa más para mí que cualquier actividad sexual.
-Si es así- cáncer empujo al otro- ¿Por qué me agrediste de ese modo ayer?
-Me enojo, me enojo pensar que estuvieras tan cerca de otro hombre.
-Hubiera sido igual con Artemisa.
-¡No seas ridículo!, nosotros sabemos que a ti no te gustan las mujeres.
Cáncer rio con levedad-pero aun así, confesando lo que me has dicho, no puedo aceptar lo que me dices, porque sin importar cuanto hagamos, cuanto construyamos juntos, cada vez que te vea solo podre pensar en el amor que le tenía a Saga.
-¿Cómo la sabes?, ¿Cómo puedes saberlo, si no lo intentas?
-Porque en este pequeño tiempo, en ese cálido abrazo, no pude pensar que eras tú, para mí solo representas todo lo que jamás pode tener, todo lo que nunca sentiré, y yo…no soy un masoquista, así que no puedo quedarme a tu lado.
-Inténtalo-casi como una súplica salieron aquellas palabras- trata de ver en mi tu futuro-Ares se acercó nuevamente al joven plateado-solo trata de ver más allá de esa farsa.
-Ares…
El Dios de la brutalidad se acercó abrazándolo con fuerza- T u escondiste partes de ti que no querías recordar, ¿No puedes sepultar con ellas todo lo que paso?
-No sé si deseo seguir ignorando-El canceriano debía admitir, que la deidad tenía razón en algo, el aura que lo rodeaba era la misma que lo acompaño todos esos años en el santuario.
-Regresaras a la normalidad, ¿te arriesgaras a sentir de nuevo?
-Creo que es momento de superar todo lo que no pude hace mucho, dejare de temer a encariñarme con alguien, no tendré miedo a la vulnerabilidad que eso ocasiona.
-Siempre me causo gracia ese hechizo sabes, tú te negabas a sentir, pero aun así-El dios unió su frente con la del otro-fui capaz de sentir en ti un calor tan reconfortante.
-Tal vez el hechizo no funciona con Dioses-Deathmask se separó del otro-me alegra a ver aclarado las cosas.
-¿Eso significa que no te quedaras?
-No puedo-Cáncer cerro los ojos-comprende todo esto, tu Saga, solo me hace daño, yo…
-Lo entiendo-interrumpió el Dios- y si realmente te hace mal, no te exigiré que te quedas, ni volveré a tocarte contra tu voluntad.
Una leve sonrisa se dejó ver en los labios de Cáncer.
-Pero creo…que no solo viniste a hablar conmigo, ¿Cierto?
-En efecto.
-está en la habitación del fondo, la tercera a la izquierda.
-Gracias.
Ares solo asintió. Deathmask caminaba con cierto temor, ¿Qué le diría a Saga?, se detuvo antes de entrar, debería tocar o entrar así sin más, suspiro y finalmente poso su mano en el picaporte.
-Hola saga-Cáncer entro cerrando la puerta tras de si.
-¿DeathMask, que haces aquí?-La voz de Saga era seria.
-Yo…he venido a disculparme.
-¿Por qué?
-¡Vamos, Saga!, tu sabes porque.
-Claro, solo que quería saber por dónde comenzarías, porque mira que traicionar a Atena, ayudar a mi oscuridad, abusar de la confianza que te tenia ¿En qué demonios pensabas?
-Lo lamento, por todo, lo que recuerdas y lo que no, deje que él amor que te tenia guiara mis acciones, no fui capaz de ver que me necesitabas, pensé que todo está bien, que lo que hacías…lo que yo te ayude a hacer lo deseabas en realidad.
Saga cambio su expresión seria, por una más serena-ven aquí Án-Saga extendió sus brazos cobijando en ellos al italiano.
-No estas molesto.
-Como podría-saga acarició los cabellos grisáceos-¿Cuándo te desharás de esta falsa imagen?
-Pronto.
-Eso espero, me gustaba más tu cabello cuando era azul.
Cáncer sonrió-Te quiero Saga-Todo lo que ocurrió en su pasado, llevo a Cáncer a no saber distinguir sus emociones, amaba, pero no sabía en qué medida.
-Yo igual, te quiero mucho peque.
El italiano no sabía que apodo le gustaba más, cuando era un aprendiz saga solía llamarlo peque (pues cáncer era uno de los aprendices más pequeños en edad y estatura) o An diminutivo de su nombre (Ángelo).
Saga tomo la mano del otro retiro la venda y acercó el antebrazo a su mejilla frotándola con cariño paternal.
Aun lo recordaba, todas esas veces en las que el Geminiano venía en su ayuda, pero una en especial lo hizo enamorarse de Saga.
Flash Back.
-¡Vengan! ,¡ por aquí esta!-un hombre alto alentaba a otros a acercarse al pequeño Cáncer.
-Pero que niño tan lindo.
-Si mira esos ojos, y esa boquita de muñequita.
-¿Sabes de donde lo sacaron-Pregunto un hombre que ya se encontraba lo suficientemente cerca del menor para tocar su rostro.
-Ni idea-respondió el segundo en llegar.
-Ilumínanos -respondió el otro que no superaba los dieciocho años.
-De un bar de mala muerta, Géminis se consiguió una puta, para el solo-tomo el brazo en el que el pequeño tenía el código y lo miro con atención-¿Cierto pequeña zorrita?
-Si vas a hacerlo algo, hazlo rápido. Después de esas palabras el sujeto comenzó a besar el cuello del pequeño, que luchaba para soltarse de él.
-¡Suéltame!, ¡Déjame!, ¡SAGA!, ¡SAGA!-Comenzó a llorar el pequeño.
-Cállate, géminis no te ayudara, es más, a los caballeros dorados, poco les importa lo que pueda pasarle a alguien aquí, si no tienes una armadura, no vales nada.
-El que no vale nada eres tú.
Los allí presentes se giraron viendo con asombro al imponente caballero de Géminis-les daré tres segundos para largarse-Uno-no termino de contar el primer digito, cuando no quedaba ni rastro de los atacantes.
El pequeño lloraba, hasta que el griego se acercó y lo acuno en sus brazos-Ya paso, no te preocupes-lo abrazo acariciando su cabello-yo estoy aquí.
-Saga-el pequeño limpio sus lágrimas-no te vayas de nuevo no me dejes solo.
-Pequeño, debes comprender, que debo estar en el santuario, cuando termines de entrenar estaremos otra vez juntos, solo tú y yo ¿de acuerdo?
El pequeño asintió-¿Te quedaras esta noche?
-Si.
End of Flash Back
-Te debo tanto Saga. Gracias por salvarme.
-No sé si te salve en realidad, creo que el llevarte a Grecia termino por destruirte.
-No, me alegra a verte conocido esa noche Saga-Cáncer se levantó, estaba en paz, le agrado aclarar las cosas con géminis, y saber que este no se encontraba enojado, se acercó y beso su mejilla-Nos vemos luego.
-¿Deathmask?-Saga toco su mejilla y vio como el otro se marchaba, algo que vio lo dejo atónito los ojos de Deathmask no reflejaban el mar de sangre que aterraba a muchos, cuando Cáncer se alejo pudo ver el mar azul nuevamente en ellos, sonrió-Nos veremos pronto Ángelo-estaba seguro Cáncer poco a poco recuperaba su verdadero ser.