Había sido una misión que había llevado toda la noche pero el exhausto Sasuke estaba feliz de volver a su casa. De seguro el idiota lo había estado esperando con la cena. Casi se da vuelta al pensar que debería comer de vuelta el espantoso ramen que preparaba Naruto pero no había forma de comprar todos los días el ramen de Ichikaru.
Con paso cansino entró en la casa luego de deslizar la puerta corrediza y una vez en el genkan exclamó el consabido—¡Estoy en casa!—cuando nadie respondió se alegro al pensar que el otro debía estar dormido y él se había salvado de probar el experimento de Naruto.
Antes de irse a dormir luego de su noche sin sueño pensó en tomarse un café mientras entraba en la estancia principal de la casa camino a la cocina y entonces lo vio tirado en el suelo. Pensó que el perdedor se había quedado dormido pues la verdura estaba dispuesta en la mesa concéntrica del lugar y pasó a su lado al modo ninja para no hacer ruido y despertarlo y se fue a preparar café.
Mientras tomaba la bebida se puso a darle vueltas al asunto de que no era sano que teniendo una cama el idiota se quedara dormido en medio de la sala. Casi con hartazgo dejó la bebida y se fue a despertar a Naruto para que se fuera al dormitorio de invitados. Si al idiota se le antojaba… le daría un sueño que valía mil muertes, pensó mientras se arrodillaba a su lado para despertar al chico que dormía boca abajo.
Sacudiendo a Uzumaki, Uchiha recitó su nombre con voz cansina y una venita le saltó cuando el otro se resistió a despertar. Tan molesto se puso que de un halón le dio vuelta--¡Oye Naruto!—le gritó antes de que por el rabillo del ojo se diera cuenta de la mancha en el suelo sobre la que momentos antes descansaba el cuerpo del otro--¿Na-ru-to?—preguntó con expresión atónita un momento antes de darse cuenta de lo que estaba sucediendo y levantó el cuerpo del otro con sus manos nombrándolo sin respuesta--¡Idiota! ¡Si estás jugando conmigo yo…--pero de pronto se dio cuenta de algo que gracias al fragor de sus palabras no había advertido y era el frío del otro, el cuerpo en sus brazos estaba helado y su piel siempre bronceada semejaba a…
Miró la gran herida en el estómago de Naruto y se preguntó como algo menor a lo que había sufrido miles de veces podía acabar con ese tipo, la herida era de una daba o algo así infinitamente menor que a la de una katana, ni siquiera lo había atravesado.
Miró la cara inmóvil con una sensación de vacío de pronto muy fuerte dentro suyo y de pronto se dio cuenta de otra cosa.
Dos pequeñas marcas en el lado derecho del cuello de Naru. Eran apenas dos manchitas rojas como de piquete que él hubiera pasado por alto en otro momento, solo que un par de gotas de sangre se desprendían de ellas.
¿Naruto que pasa contigo? Te dije que a las seis de la mañana estuvieras en la puerta de Konoha. No me digas que aun ahora te duermes de más, yo s…--lo demás que diría Kakashi Hatake al entrar a la casa Uchiha Uzumaki quedaría en la incógnita porque en esos momentos divisó al ojos azules tendido junto a un charco de sangre en los brazos del Uchiha que lo miró sorprendido.
El sensei se hizo una imagen mental rápida de lo que estaba pasando y Sasuke supuso lo que el otro pensaba y dejando a Naru con cuidado se levantó sobre sus pies y dijo—Yo no he sido sensei—
Esta bien Sasuke. ¡Vamos a discutirlo!—dijo Kakashi tratando de calmar al pelinegro, tenía fe en su estudiante pese a las apariencias aunque era necesario que el otro no saltara a conclusiones propias e hiciera malas elecciones llevado por los impulsos como en el pasado.
¡No hay nada que discutir! ¡Solo hay un posible culpable de esto!—dijo el Uchiha antes de desaparecer con un salto por la ventana cercana.
Sasuke—dijo el mas grande caminando hacia su otro alumno y viéndolo con atención.