Accede a ir de vuelta conmigo—dijo el castaño.
Joseph miró de nuevo a su amigo que estaba rodeado de soldados.
No te preocupes por él, no pienso quedarme con eso—dijo el ojos azules mientras el pelinegro se preguntaba lleno de enojo “¿Eso?”—No volveré a usar esos métodos a menos que me vuelvas a hacer enojar—afirmó Seth Kaiba.
Joseph se acercó a Asula cabizbajo y luego levantó la vista—No tienes que decirme nada—exclamó su amigo sonriente—Te vas a quedar con el emperador del Nilo—luego miró al otro ojos azules que lo miraba atento por si se le ocurría cometer algún desastre—Debo admitir que tiene arrestos—le dijo alegre a su amigo antes de agarrarlo por los hombros y besarlo de manera muy histriónica dejando al otro con ojos como platos y al castaño que le salía humo de la nariz. Más sonriente que antes, como un niño que cometió una gran travesura y se siente satisfecho de su valor añadió—Espero que esta vez te vaya mejor—
¿Y que vas a hacer tú? ¿Irás con el Tribuno y…?—dijo Joey preocupado pues sabía que de saberse lo que el faraón había hecho podía haber serios problemas entre Roma y Egipto.
Ah! No… yo creo…--dijo el de pelo negro estirando sus brazos como si acabara de despertar—Creo que me iré a descansar a mi villa de los Pirineos. Despues de todo hace tiempo que tu y yo venimos trabajando sin descanso para Roma, es hora de disfrutar de nuestro retiro. ¿No es cierto?—preguntó antes de mirar hacia atrás del rubio.
¿Estas seguro Asula?—preguntó el melado.
¡Claro! Si me quedara de seguro ese faraón tuyo no se aguanta y me arranca la cabeza. Es más seguro irse antes de caer en desgracia. Y ya sabes si alguna vez necesitas algo de mí…--dijo el pelinegro.
Es curioso que lo digas porque de eso quiero hablarte—dijo Wheeler.
Después de rato de verlos charlando el rubio y el pelinegro se separaron y el impaciente castaño exhaló con frustración como diciendo que ya era hora. Cuando el otro llegó a su lado el faraón le preguntó--¿De que rayos hablaban tanto?—
Del futuro—respondió el otro mirándolo a los ojos y luego se retiraron. Asula por su lado y los demás hacia el opuesto.
Me pregunto como habrá llegado Mokuba a palacio—dijo el rubio después de un rato de cabalgar en el mismo caballo del faraón por su orden, teniendo al ojos azules a su espalda.
De seguro que bien. Nadie en su sano juicio se atrevería a enfrentárseme—respondió el muy seguro faraón y Joey lo miró con una ceja levantada—Dije en su sano juicio. ¡Tú y Atem no cuentan!—añadió.
¡Padre!—salió gritando el chico de otra habitación en cuanto los vio ingresar al salón principal del palacio. Corrió hasta su padre pero la mirada fulminante de su padre lo detuvo y bajó la cabeza—Siento haberte preocupado padre. Todo fue mi culpa—luego miró a quien venía con su padre y le dijo a este—Por favor no seas muy duro con Joseph. Ellos no querían lastimarme solo querían irse—
¿Estaba rogando por su bienestar? Se preguntó el melado enternecido.
¡Eso no es tu asunto!—le dijo su siempre severo padre antes de añadir—Debes atender a tus deberes como realeza. Ir gritando y corriendo por ahí no es lo de esperarse de un príncipe. Va siendo hora de que te des cuenta de tus acciones y su significado—
Como el de agarrar un caballo de la tropa e irte corriendo sin tus guardias—dijo el rubio al niño el que no entendió a lo que se refería Wheeler pero Seth crispado lo entendió y lo miró fulminante--¡El cuidado de mi hijo no es tu asunto, perro!—le increpó.
¡Ni la uña de mi dedo gordo el tuyo, gato tirano!—le replicó el otro haciendo que al faraón se le subieran los colores.
Esa manera de hablar y que su padre no replicara hizo entender al joven príncipe cuan diferentes eran las cosas ahora.