Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The fox & the crow por Yae

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

 

 

XIV.- “Tan innecesario”

 

 

 

 

 

 

.(15)

Aquel momento fue tan sorprendente como efímero, había sucedido en cuestión de milésimas, una fugaz confesión que aún no asimilaba y un brevísimo beso constituyeron su regalo de cumpleaños.

Su padre como en cada ocasión no le hubo felicitado por haber cumplido quince años por lo tanto la fecha no era nada que Itachi sintiese como algo relevante, el único que se encargaba de hacer ese día ligeramente especial era Shisui…

Pero en esta ocasión la situación lo había rebasado en todos los sentidos, estaba abrumado, confundido y más que nada sorprendido.

“¿No vas a decir nada?” su primo le miraba expectante, atento a cada movimiento, el ocaso se colaba en el horizonte proporcionando una rojiza y anaranjada luz que pintaba el cielo en ese pequeño y boscoso paraje.

Tragó pesado retomando el control de todos sus sentidos, mordiéndose el labio inferior escasos segundos su mirada prefirió posarse en el pasto a sus pies antes que encarar a su familiar.

“No quiero incomodarte…”

Negó interrumpiendo a Shisui, le quería mucho y también lo admiraba no podía negar aquello, pero llevar esos sentimientos al grado de amor que su primo le profesaba era demasiado para asimilarlo; Itachi te amo, le había dicho hace casi nada y aprovechando su estupefacción le robó un casto y sencillo beso en los labios que aún le cosquilleaba. “¿Era esto de lo que querías hablar cuando cumpliese quince años?” preguntó sin verle a los ojos.

“Si, así es” el otro Uchiha suspiró “somos primos Itachi y para rematar ambos somos hombres, pero necesitaba decírtelo”

Ciertamente compartían lazos de sangre no obstante el hecho de que fuesen hombres no parecía serle muy relevante, como si aquello no le incomodase tanto como llevar el mismo apellido.

“No tienes que responderme” sonrió ante el semblante compungido del más joven acercándose para asirle de los hombros con cuidado “no tenemos que tocar este tema de nuevo… nada entre nosotros va a cambiar”

Pese a que Shisui le estuviese facilitando las cosas no podía evitar sentirse responsable de algún modo, como si le debiese una respuesta a su primo en ese momento, ya sea positiva o negativa. Su oscura mirada al fin se elevaba para posarse fija en la de su espectador.

“No vamos a arruinar tu cumpleaños Itachi, aún tenemos que ir a pescar y encender la fogata” sonreía afectuoso.

Y antes de que las manos del otro dejaran de tocarlo se elevó todo lo que pudo casi parándose de puntillas para besarle apresurado en la comisura de los labios para de nuevo regresar a su posición con sus pies como mejor distracción, sentía su rostro arder como si estuviese afiebrado.

Entonces le tomaron con cuidado del rostro para exigir algo de atención, “Itachi mírame…”

La apacible voz que le hacía el pedido fue suficiente para que cediese, completamente  incrédulo en todo lo que vendría en adelante había decidió que Shisui le enseñase, no tardó en sentir de nuevo la calidez ajena sobre sus labios pero en esta ocasión más pausado acostumbrándose enseguida al cosquilleo que le ocasionaba.

Y aunque el mayor lo había dicho no fue así, su relación de primos jamás volvió a ser igual.

 

 

 

.

 

 

 

 

Como molesta costumbre aquella mañana también llovía copiosamente, nuevamente los salones de clase se saturaron de goteras que las refacciones precarias de la última ocasión no cubrieron del todo. Reunidos otra vez en la sala de música ahora simplemente se entretenían organizando los detalles del pequeño festival que se realizaría en un par de semanas.

— Entonces por este año vamos a montar un pequeño café y una breve obra de teatro(*). Vamos a separarlos en dos grupos al azar para ver en cuál de los dos van a participar y tengan en cuenta que todos están obligados a ayudar — la profesora Kurenai explicaba mientras los estudiantes emocionados pedían que se les incluyese en una u otra actividad.

Itachi apenas si le prestaba atención a la situación, sus negros ojos parecían concentrados en sus libros pero furtivos viajaban a un lado para percatarse de que Naruto seguía sentado a un par de asientos de distancia.

No habían hablado desde el entierro de la anciana hace dos semanas, después de ello el rubio le saludaba cada mañana y se despedía a la hora de la salida, sin volver a mencionar sobre la “conversación” que se supone tenían pendiente, era inquietante porque sabía que esa actitud era consecuencia de una especie de luto, la amable viejecita había resultado mucho más importante para Naruto de lo que hubiese previsto. Pese a no verle llorar durante el entierro fue evidente su congoja, los azules ojos se habían teñido con más tristeza desde ese momento.

— ¿Qué sucede Naruto? — la profesora preguntó al ver al rubio ponerse de pie levantando la mano.

— ¿Puedo ir a mojarme la cara? Tengo un maldito dolor de cabeza desde la mañana — aclaró.

— De acuerdo pero no tardes, si te sientes realmente mal deberías ir a enfermería.

Vio al muchacho asentir antes de salir del salón, Itachi se sintió impaciente cuando el otro abandonó el salón, ya había oído a Naruto quejarse de migrañas que no parecían para nada insignificantes casi como la fiebre que para el pelinegro ya era recurrente cada cierto tiempo. Desviando la mirada de la puerta pudo apreciar con claridad a Hinata que le veía atenta desviando la mirada al saberse descubierta.

Las primeras horas de clases concluyeron cuando la campana del receso sonó, a prisas todos los estudiantes salieron e Itachi también recogía sus libros con rapidez puesto que Naruto no había regresado hasta ese momento.

— Itachi-kun.

De inmediato notó a Hinata de pie esperándole mientras los demás salían incluyendo a la profesora.

— Quiero hablar contigo… ¿puede ser ahora? — la muchacha nerviosa desvió la mirada por algunos segundos antes de volver a plantarle cara.

Asintió sin decir una palabra, no tenía idea sobre lo que ella quisiese decir, hasta donde tenía entendido y por lo que pudo ver la pelinegra ya no compartía ninguna relación con Naruto.

— Es… es… amm — balbuceó apenada, casi con la misma expresión de una muchacha apunto de declarar su amor.

Casi.

— Por favor no vuelvas a acercarte a Naruto-kun — entonces los clarísimos ojos esta vez le vieron fijos.

La petición le tomó desprevenido, ligeramente contrariado tardo más de lo habitual en responder, no comprendía del todo la razón para que la muchacha le pidiese algo así, durante los últimos días se había mantenido bastante alejado de Naruto pero curiosamente ese día había despertado con claras intenciones de remediar ese distanciamiento.

Esta vez Itachi era quien quería hablar con el rubio cerciorarse de que estaba bien, — no comprendo porque me pides eso — habló sin dejar de ver a la chiquilla.

— Bueno… — se mordió los labios concentrándose para no olvidar todo lo que quería decir — Naruto-kun y yo fuimos novios — aclaró notando de inmediato como el otro asentía sin que pareciera afectarle.

Itachi permaneció en silencio esperando a que ella terminase de hablar, que expusiese todos sus argumentos, era evidente que lo veía como una amenaza para volver con el rubio y no la culpaba… contuvo la respiración tan solo un par de segundos él también la veía como una amenaza.

Ella no le agradaba, simplemente porque estaba enamorada de Naruto.

 

 

— Maldito dolor de cabeza… — e interrumpiendo a ambos muchachos Naruto entraba en el salón quejándose de su malestar notando después de varios segundos que Hinata e Itachi aparentemente estaban “conversando” — ¿pasa algo? — preguntó algo confundido.

La muchacha negó efusivamente sonrojándose de inmediato, — Naru… Naruto-kun, ¿ya te sientes mejor?

— Algo — dijo paseando su mirada entre ella y el pelinegro quien se mantenía en silencio.

— Que bueno — sonrió emocionada — Kurenai-sensei dijo que las demás clases se suspendían, puedo acompañarte a casa.

Itachi se sentía fuera de lugar, ansiaba decir algo para que Hinata se fuera pero no iba a hacerlo, prefirió terminar de guardar sus cuadernos para salir del lugar pero antes de cruzar la puerta Naruto lo detuvo sujetándolo de un brazo.

— Hinata, hay algo que debo hablar con Itachi — la voz del rubio se tornó seria de repente.

— Pero… — quiso argumentar aunque la mirada molesta en los ojos azules lo evitó — hasta mañana Naruto-kun — a grandes pasos salió del salón notando como el pelinegro ni siquiera la miraba y por menos de un instante se sintió burlada.

 — ¿De que hablaban? — al fin Naruto le soltó el brazo.

— Solo me recordó que está enamorada de ti — confesó sintiéndose infantil nada más al hacerlo.

— Le diría que yo amo a otra persona… — hizo una pausa — pero sé que eso te ocasionaría problemas — fue hacia su asiento para recoger los pocos libros que traía cada día. — Ya dejó de llover — comentó — ya que tenemos algo de tiempo… — pero calló de inmediato al ver a Itachi quien si apenas parecía prestarle atención.

— Naruto…

— Te veré mañana — interrumpió sin querer pero permaneció de pie sin moverse.

El abrumador silencio empezaba a tonarse pesado, Itachi se sentía incómodo quería hablar y preguntarle demasiadas cosas a Naruto pero estaba seguro que de hacerlo las palabras terminarían sobrando, esas semanas le habían bastado para analizar cada incidente entre ambos desde que se conocieron, se admitía en parte responsable por la reacción del rubio aquella noche que tuvieron relaciones pero eso no justificaba por ningún lado que este hubiese utilizado algún fármaco dopándolo en ese momento.

— Quiero mostrarte algo, — el de cabellos blondos habló — bueno… quería mostrártelo hace días — hurgando entre sus bolsillos sacó un juego de llaves que de inmediato tintinearon — eran de mi padre, creo que podrían abrir alguna puerta de la constructora, aun no las he probado.

Los ojos negros de inmediato se fijaron en lo que le enseñaban.

— Aun sigo viéndolos… estoy empezando a creer que voy a volverme loco — suspiró cansado — a veces parecen sombras que emergen de la nada… en otros momentos… larvas de moscas que se meten bajo mi piel. Y ni siquiera puedo decírselo a alguien sin sentirme como un idiota — amarga una breve risa salió de los labios de Naruto — solo a ti… solo a ti Itachi.

El nombrado le miraba atento, le sorprendía sin duda la confesión del rubio como parecían sinceras sus palabras y mortificada su expresión. Ciertamente los incidentes sobrenaturales por su parte habían disminuido, solo cuando se sentía febril creía ver la silueta de su primo rondándolo, — ¿y las migrañas?

— Casi insoportables — inspiró hondo — y no quiero ir con la enfermera… — frunció el entrecejo.

— ¿Qué sugieres entonces?

— Creo que podríamos encontrar algo si buscamos en el lugar donde mi padre trabajaba, quiero que me acompañes… — dudoso negó un par de veces — quiero que me acompañes a varios lugares, quiero decirte tantas cosas…

Suspiró asintiendo, parecía un buen momento para hablar con Naruto sobre Minato preguntarle sobre su muerte y tratar de resolver la enorme maraña de misterios que aparentaba crecer con el tiempo tejiéndose alrededor.

 

 

 

Así pues ambos fueron al pequeño conjunto que hace años conformase la constructora que debía encargarse del embovedado del rio dejando el proyecto tan solo en planos jamás llevados a cabo. Itachi se cubrió mejor con la bufanda que rodeaba su cuello, no quería volver a enfermar estaba evitando a toda costa ser presa de una intensa fiebre.

Llegaron a su destino sin dirigirse ni una palabra, Naruto iba igual de absorto pensando en mil cosas, deseaba resolver todos los problemas que lo aquejaban, — allá — se detuvo señalando la lodosa carretera cerca de la constructora — hace unos días vi una camioneta blanca estacionada, quería probar las llaves pero creí que eran antiguos trabajadores.

— ¿Sabes porque cerraron este lugar? — inquirió buscando algo sospechoso en los alrededores.

— Se lo que se le dijo a todo el mundo, que este lugar estaba embrujado que varias personas murieron en accidentes y que lo cerraron por falta de recursos.

— ¿No has pensado que tu padre pudiese ver las mismas cosas que nosotros? — notando de inmediato un pequeño acceso a nivel del piso se puso de rodillas para tratar de ver dentro del lugar.

— Nunca lo he pensado y no lo creo — buscando dentro de su mochila sacó la pequeña linterna que llevaba consigo desde hace días — ¿no vamos a probar las llaves? — también se inclinó para iluminar lo que Itachi observaba.

— Los candados son nuevos.

— ¿Qué? — confundido de inmediato sus azul mirada comprobó lo dicho por el otro, notando evidentemente los candados que cerraban las puertas en perfectas condiciones.

— Si este lugar dejó de funcionar hace diez años…

— Y todos creen que esta embrujado nadie debería acercarse, ¿verdad? — completó sin estar seguro de que Itachi quería decir eso.

Entonces el pelinegro se escabulló dentro del lugar deslizándose con cuidado.

— Itachi — de inmediato Naruto lo imitó arrastrándose para caber por la pequeña entrada de no más de medio metro, entre quejidos apenas logró entrar cayendo pesadamente dentro de lo que parecía una bodega, tosiendo se puso de pie limpiando la tierra de su ropa, — debe haber ratas aquí.

— Es lo más probable — con la linterna en manos examinaba el pequeño lugar notando apenas unas cajas contra la pared, se acercó para revisar su contenido.

— Este lugar apesta dattebayo — se quejó siguiendo al pelinegro.

—  Intenta abrir la puerta — le sugirió en tanto desmantelaba los papeles guardados.

— Pero tu dijiste que…

— Es muy poco probable que cambiasen las cerraduras de las habitaciones — explicó sin notar el ceño fruncido del rubio.

— De acuerdo — bufó sintiéndose tonto al tener Itachi la razón, comprobando que la puerta de la bodega donde se hallaban estaba cerrada probó con las llaves, una por una fue intentando abrir la puerta lográndolo al cabo de unos minutos.

Al oír el clik de la cerradura el de cabellos largos volteó notando la puerta abierta, con algunos papeles en manos salió del lugar hallando a Naruto espiando entre los pasillos.

— No creo que haya nadie, las puertas estaban cerradas — habló acercándose al rubio, la poca luz que se colaba por algunas ventanas sin cortinas era suficiente para guiarlos.

— La oficina de mi padre esta al fondo — siguió avanzando sintiéndose nervioso de repente, no le gustaba ese lugar podía recordar a la perfección el día que recorriendo el mismo camino halló a su padre colgando del techo, la imagen tan aterradora se había grabado en sus retinas rehusándose al olvido.

Fue entonces que el sonido de un motor se oyó de afuera del lugar.

— Debe ser la misma camioneta — de inmediato el rubio tomó a Itachi de una mano para guiarlo entre los pasillos de lugar.

— ¿A dónde vamos? — preguntó inquieto.

— Es por acá — siguió hablando caminado con rapidez a lo que parecía una pequeña cocina donde seguramente los trabajadores preparaban el café. Una vez dentro cerró la puerta incluso usando una mesa para trancar la puerta.

— ¿Qué haces? Abre la puerta — Itachi se veía algo enfadado.

— Guarda silencio podrían escucharnos — lo chitó asomándose a la ventana removiendo centímetros la cortina para ver a través del cristal como una blanca y grande camioneta se había estacionado bastante cerca.

— Naruto abre la puerta.

Los ojos azules viraron para toparse con los negros del pelinegro que le veían fijos como ordenándole sin palabras.

— Abre la puerta — repitió.

Solo entonces entendió… Itachi no confiaba en él, no podía reclamarle tenía toda la razón para no fiarse de sus acciones pero el hecho hizo sentir a Naruto de algún modo miserable, bajó la mirada afligido, ¿qué quieres de mi para que me perdones? mordió el interior de su mejilla derecha tratando de contrarrestar su frustración, el incordioso dolor de cabeza estaba provocándole mareos.— Hagamos algo, — al fin pronunció.

Solo oyó el suspiró por parte del pelinegro así que prosiguió.

— No es buen lugar, ni un buen momento pero no se me ocurre nada mas — se fue acercando a Itachi — préstame tu bufanda — pidió.

No, pensó de inmediato sin embargo  no tardó mucho en cederle la prenda al otro, pese a lo dicho por el rubio era una buena oportunidad para ambos. Sus negros ojos se pasearon analizando su entorno, memorizando las grietas en las paredes humedecidas con el tiempo, como la pintura iba descamándose en varias partes, la gastada baldosa y los pocos muebles en las mismas condiciones.

Naruto suspiró sentándose en el piso con las piernas cruzadas como si fuese a meditar, — siéntate aquí, vamos a hablar… — le invitó esperando a que el otro accediese.

Se le quedó viendo unos segundos sin estar seguro de lo que el rubio deseaba hacer, ¿esperaba acaso que se sincerasen sentados en el piso de aquella edificación abandonada?, sopesando sus opciones inspiró hondo para después asentir, imitando las posición del otro quedando frente a frente, el rubio le tomó de la mano izquierda para juntarla con su diestra entrelazando sus dedos y con su mano libre procedió a envolver esa unión con la bufanda quedando de ese ambos sujetos. Los dos apresados por la mano diestra de Itachi junto a la siniestra de Naruto.

— Lo siento, — el más joven empezó — no lo entiendo, sé que no estamos bien — suspiró haciendo una pausa — y sé que es mi culpa…

— Naruto — le interrumpió sin estar seguro de que le agradase seguir oyendo las disculpas del otro — ya fue suficiente.

— No, mientras estemos atados así — elevó un poco su mano sujeta a la del pelinegro — vamos a hablar, puedes preguntarme todo lo que quieras y yo voy a responderte solo con la verdad — sus azules ojos permanecieron atentos, decididos — y… quisiera que tu hicieras lo mismo.

Pese a la penumbra que los rodeaba consecuencia de las cortinas cerradas y la linterna apagada, Itachi pudo apreciar el azul en ojos de Naruto demasiado brillante, hipnótico y el agarre que compartían se tornaba magnético manteniéndolo en su posición sin intentar siquiera remediar la poca cercanía.

— Ese día… — sus labios se abrieron milímetros — ¿Por qué me diste de beber eso? — al fin interrogó suspirando quedamente después.

Naruto se mordió el labio inferior pensando la manera correcta de explicarse, se acusarse de infantil y estúpido sin sentirse más despreciado, — esa mañana Hinata vino a buscarme, me pidió hablar y yo acepte… estaba nervioso porque nos veríamos en la tarde y no me pareció malo —inspiró un par de veces como si fuese a perder el aliento en cualquier momento — caminamos un poco y me dijo… que en el salón todos decían que tú y Kakashi se veían a escondidas.

En ese breve instante, por algunos segundos Itachi acumuló más apatía por aquella muchacha.

— Me sentía estúpido, la noche pasada tú me dijiste que tenías asuntos que resolver que por eso nos veríamos en la tarde — prosiguió casi a prisas — ¿Qué debía pensar?, estaba enojado y como no estarías en tu casa fui a la de Kakashi… y te vi salir de allí. No sabes lo imbécil que me sentía… — negaba con expresión dolida —…sé que fui muy cobarde y que te lastime pero estaba tan enojado que no me importó.

El pelinegro suspiró tratando de entender el proceder del otro, ciertamente comprendía que podía sentirse engañado pero ni él mismo recurriría a un desquite tan malintencionado.

— ¿Ya puedo preguntarte algo? — Al ver a Itachi asentir no pudo evitar sonreír por algunos segundos — ¿pensabas en Shisui mientras lo hacíamos? — pero rápidamente sus labios evanecieron el gesto. — Dijiste su nombre… lo llamaste.

Ese era el detalle que intencionalmente estaba tratando de evitar desde el incidente, algunos de sus recuerdos eran algo difusos el calor sofocante era el más lúcido, rememoraba sentirse desfallecer por la temperatura de su cuerpo ansiar librarse de esa quemazón en brazos de Naruto y conseguir al final satisfacerse… pero luego…

Recuerda claramente girarse hacia la claraboya y hallar tras esta la tristeza dibujada en el rostro de su primo, como si este no estuviese muerto… como si lo hubiese atrapado restregándole su infidelidad, como si aún le debiese lealtad, creyó entonces haber pensado en ese nombre, haberle llamado sin palabras pero evidentemente el sonido huyó de sus labios nombrando a Shisui mientras Naruto aun lo poseía. Seguramente después el golpe que recibió, los gritos que le reclamaban y las bruscas acciones finales fueron producto de la visión que ya no podía asegurar que fuese solo eso.

— No, no habría podido pensar en él —respondió sintiéndose ahora culpable — pero al final… lo vi claramente a través de la ventana, me sorprendió tanto que dije su nombre.

— ¿Cómo un fantasma? — el rubio le miraba impaciente, la situación podía compararla como el día en que vio a Hinata por su ventana, aquel día que la puerta de su casa se atascó. No obstante se sentía aterrado de que no solo fuese eso, que Itachi aun sintiese algo por su primo, porque aunque no se lo dijera cada vez se le hacía más evidente la relación que hubieron compartido.

Los negros ojos se ocultaron segundos tras los párpados dejándole suspirar en silencio, — no estoy seguro pero después no volví a ver en esa dirección — finalizó.

— Porque yo soy muy imbécil… — Naruto se encogió en hombros

— También fue mi culpa — habló sin pensar demasiado — no debí decir su nombre, menos en ese momento. Lo lamento.

— Yo aún te quiero — se apresuró acercándose un poco — todo lo que quiero es a ti, en verdad siento haberte hecho desconfiar de mí, nunca debí usar esas pastillas… sé que puedo ser tu mejor opción si me dejas intentarlo.

Un intenso nudo se había instalado en su garganta haciéndole sentir mal, aun contaban con muchos puntos flojos en la precaria relación que no hace mucho se supone habían iniciado, pero en aquel instante la resplandeciente mirada azul le sugería que de momento las palabras ya eran irrelevantes, que estas podrían terminar dañándolos, que al final todo lo que dijeran podría ser fácilmente olvidado, pero cada sensación, cada emoción presente no se desvanecería con esa facilidad.

Fue Naruto quien encantado por los oscuros ojos que no dejaban de mirarlo fue inclinándose hacia adelante, tentando su suerte se acercó más rozando la seductora boca que entreabierta parecía invitarlo a probarla.

Escaso y breve el contacto se deshizo en cuanto ambos muchachos se sobresaltaron al oír una de las puertas del lugar abrirse.

— Entraron… — el de ojos azules murmuró poniéndose de pie en el acto llevándose a Itachi consigo cuando quiso acercarse a la puerta debido a que ambos aun estabas sujetos por la bufanda.

— Naruto — se quejó en tono bajo levantándose del piso para deshacer el nudo.

— Se me olvido — se excusó algo nervioso, no estaba seguro de cómo interpretar su pequeña conversación de hace poco, ¿acaso se habían reconciliado?, ¿podría de nuevo besarlo y tocarlo?, ¿le dejaría de nuevo quedarse en su casa?

Itachi una vez libre se acercó a la puerta apoyando su oído para tratar de escuchar algo.

— Lo mejor sería salir de aquí — sugirió el otro.

— No, por ahora esperemos — susurró regresando con el rubio — hay más posibilidades de que nos encuentren si intentamos salir — explicó en voz baja buscando un buen lugar para esconderse en caso de que “esas” personas decidieran asomarse a esa pequeña cocina.

— Por acá — Naruto le indicó abriendo con cuidado la pequeña puerta que quedaba a un lado del refrigerador — aquí guardaban algunos víveres — con cautela se fue introduciendo en el pequeño espacio dejando el suficiente para que el pelinegro también cupiese.

— Esta encendido — dijo más para si cuando se percató de que el aparato eléctrico se hallaba conectado, no era necesario esconderse junto al de ojos azules, de todos modos si alguien decidía entrar a la cocina de inmediato sabrían que hay alguien al notar la puerta trancada por dentro con la mesa que Naruto había interpuesto pero retirarla indudablemente delataría su ubicación.

— Ven — el otro le volvió a llamar.

Pese a lo innecesario del escondite Itachi también se escabullo al lado del rubio quedando ambos casi abrazados en el diminuto lugar.

— Se supone que este lugar está abandonado, no debería venir nadie — murmuró al oído del Uchiha — esto es muy extraño´ttebayo.

No respondió, ambos enmudecieron al escuchar los pasos de al menos dos personas recorrer los pasillos de la pequeña instalación, como iban y venían de un lado a otro con aparente prisa sugiriéndoles que en cualquier momento intentarían entrar en la cocina.

 

 

 

 

 

.(15)

 

 

 

“Está haciendo demasiado frío” Shisui estornudo cubriéndose mejor con las mantas del futon donde descansaba.

“Las medicinas deberían hacerte sentir mejor” su primo se sentó a su lado “voy a prepararte algo de comer” anunció pasando sus delgados dedos por la frente del mayor sintiendo la elevada temperatura de este.

“Hazme compañía Itachi, quédate conmigo solo con eso voy a sentirme mejor” sonriendo se incorporó para besarle en los labios sin temor a contagiarle su resfriado, fue correspondido con los tímidos movimientos del pelilargo sintiendo como intentaba seguirle el paso acoplarse a los movimientos de su lengua. Empujándole con suavidad fue arrinconándolo contra la pared de su habitación, deslizando ahora sus febriles manos por el torso de su primo buscando escabullirse dentro las prendas.

El cuerpo de Shisui estaba demasiado caliente podía sentirlo a la perfección, la fiebre no parecía ceder con los analgésicos, no pudo evitar jadear cuando las manos de su primo tiraron de la cremallera de su pantalón acariciándolo sobre la tela de la ropa interior. “Shi… Shisui” musitó sintiéndose indispuesto de un momento a otro, avergonzado como nunca en su vida sintió como su intimidad era masajeada con esmero, como los besos ahora en su cuello le instaban a gemir escandaloso. Quiso apartarle y más cuando los dedos del mayor le siguieron tocando ahora sin que la tela del bóxer lo cubriese su miembro era acariciado llevándole a derramarse en esa mano con demasiada rapidez.

Le oyó un gimoteo y un pequeño temblor recorriéndole entero, Shisui entonces le abrazó besándole con suavidad en los cabellos que se habían pegado al rostro de Itachi, le preciaba sonrojado pero encogido en hombros y sin deseos de querer mirarlo demasiado abochornado con la situación.

En medio de toda la avalancha de emociones Itachi se preguntó si debía regresarle las atenciones a su primo, si este le pediría que lo tocase del mismo modo.

 

 

.

 

 

 

*****

 

 

 

Notas finales:

 

Una semana, estamos manteniendo el ritmo (:D) a este paso en un mes aproximadamente estaría terminando el fic, a menos que publique más seguido –no es muy probable pero hare mi intento- que decir con respecto al capítulo no mucho, lo de Shisui lo iré finalizando de a poco a media que se resuelva todo.

Gracias por las lecturas y los comentario, espero este capítulo les haya agradado, nos leemos en el siguiente, cuídense.

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).