Era broma ¿Cierto? Maldita sea, no supe que decir o hacer. Literalmente estaba en un absoluto shock mental.
-¿Yugi? ¿Qué sucede muchacho? – Preguntó el abuelo al ver que no reaccionaba.
-Debe estar algo sorprendido señor Mutou – Esa voz tan varonil me hizo reaccionar un poco – Yo también lo estaría si la persona que encuentro en casa es un completo desconocido– Me guiñó el ojo “¿Qué no lo noto el abuelo?”- Yugi ¿Cierto? Un placer.
-Joven Mutou para usted Atemu-san. – Lo mire con cara de pocos amigos.
Creo que el abuelo estaba por recriminarme mi falta de tacto ante el “invitado” cuando llamaron a la puerta y él fue a atender. No espere más.
-¿Por qué me has estado acosando?
Se rio por lo bajo – ¡Wow eres bueno para esto! ¿Cómo adivinaste que era yo?
Me saco de mis casillas su actitud y su respuesta, me levante y golpe la mesa con las palmas de las manos. – No me jodas, no soy tu juguete. Ya he tenido suficiente estos días como para que vengas a burlarte de mí ¿Qué es lo que quieres?
Y regresó el abuelo…
-¿Qué pasa Yugi? ¿Hay algún problema señor Atemu?
-No se preocupe señor Mutou, sólo nos conocíamos un poco.
¡Basta! No tolerare sus arrogantes actitudes, subí sin decir nada a la habitación.
Intenté conciliar el sueño pero simplemente no llegaba. Tenía hambre, no había comido en todo el bendito día. Espere a que todo quedara en silencio para poder bajar, estaba por salir cuando giró la perilla.
-En serio eres un niño complicado ¿eh?
¡Yami! Maldita sea que hacía entrando sin avisar a mi habitación.
-¿Se le perdió algo Atemu-san? – Me cruce de brazos y lo rete con la mirada.
Yami arqueo una ceja – ¿Es así como agradecerás que te haya traído algo de comer? – Se encogió de hombros – Entonces devolveré esto a la cocina – Traía un plato con onigiris.
-Alto… - Me odie por eso – Las comeré. Gracias por tomarse la molestia Atemu-san
-Vaya, vaya, no esperaba menos de un hijo de familia. Aquí tienes, por cierto Yugi ¿Cómo sigues de la cabeza?
Antes de responderle comí. –Entonces si fuiste tú quien me golpeo en la cabeza ¿Por qué mentiste?
-¿Yo? Ja, permíteme diferir en eso. Yo no le mentí a tu abuelo sobre tu herida. ¿Qué querías que hiciera? ¿Dejarte saltar a una muerte segura? Tú mismo viste que la marea es violenta.
-En verdad… Eres un acosador.
Se recargo a un lado de la ventana y con una sonrisa arrogante dijo – Puede ser.
-¿Eso qué quiere decir? ¿Por qué me sigues? ¿Desde cuándo me espías? ¿Qué esperas conseguir quedándote aquí? ¿Eres algún tipo de …
-¿Asesino serial? No. Sólo hago mi trabajo.
-¿Trabajo? Debe ser muy bien pagado por acosar a la gente.
Se rio por lo bajo. – No ese tipo de trabajo, es un compromiso personal – Camino hacia la puerta y antes de salir por completo volteo a verme – Por cierto… Deberías llamar a Joey en la mañana. Buenas noches.
Rayos, era cierto. No había hablado con Joey a pesar de que prometí contarle lo que… Un segundo. No me despedí de Joey. ¿Cómo sabía Yami sobre él? Ya era suficiente, algo no empezaba a tener sentido en todo esto. Por la mañana tendría una seria plática con Yami. Él sabe algo que yo no.
.
.
.
La mañana fue un poco extraña para Yugi, al despertar tuvo la ligera inquietud de que alguien más se hospedaba en la casa.
-Abuelo ¿Dejarías que alguien más se quedara en la casa?
Fue una pregunta muy curiosa para el señor Mutou pues antes de que Yugi despertara, recibió una visita de una vecina que, le preguntó si podría acoger a un joven viajero, pues el hostal de la señora estaba repleto de huéspedes.
-¿Hay alguna razón en particular por la cual preguntes muchacho?
-No, sólo tuve la ligera inquietud de preguntar.
-Bien, pues esta mañana me fue solicitado algo parecido.
-¿En verdad? ¿Quién te lo pidió?
-La señora que tiene el hostal ¿La recuerdas? – su nieto asintió- Están llenos y recientemente un joven quería hospedarse. Así que me pidió de favor acogerlo aquí.
Por poco se atraganta Yugi cuando escucho a su abuelo. ¿Qué era esa sensación de Dejavu que estaba experimentando? No era la primera vez que lo sentía.
Una vez terminaron de desayunar y dejar limpio el comedor, Yugi salió corriendo a encontrarse con Ryo y Malik en el solar que estaba a las afueras de la comunidad, sin embargo durante el camino algo le venía diciendo que tenía que hacer algo importante ese día ¿Qué era? ¡Joey! Habían pasado un par de días desde que llego y no se había comunicado con él. Freno en seco y regreso a casa pidiendo un teléfono a su abuelo.
Buscó el número de su amigo y marco.
-Diga.
-¡Joey!
-¡¿Yugi?! Viejo he estado esperando que llamaras desde hace dos días ¿Dónde has estado?
-Lo siento, desde que llegue han pasado cosas extrañas y lo olvide por completo. En serio lo siento
-Bueno, no hay problema ¿Qué tantas cosas te han pasado?
Yugi suspiro ¿Por dónde debía empezar?
-¿Recuerdas las veces que te he mencionado que tengo presentimientos Dejavu?
-Si claro, ¿De nuevo los has tenido?
-Sí y más frecuentes que de costumbre.
-¿Le has dicho algo al respecto a tu abuelo?
-No ¿Debería?
-Posiblemente sí.
Suspiró- Lo considerare. En fin. ¿Qué has hecho estos dos días sin mí?
-Realmente no ha pasado mucho, sólo he visitado el parque en busca de algo entretenido.
Joey estuvo todo el tiempo interrogando a su amigo sobre el lugar en el que se encontraba. Pasaron un largo rato conversando hasta que se escuchó el timbre un par de veces y nadie abría, así que Yugi se despidió de Joey y fue a atender la puerta.
-Tú debes ser Yugi ¿Cierto? - ¿Qué era esa sensación de haberse visto reflejado? Aquel chico era muy similar a él.
-S-si, ¿Se le ofrece algo?
Antes de que aquel apuesto joven contestara llego el señor Mutou.
-No pensé que llegarías tan pronto. Ya todo está listo, pase por favor joven Atemu.
Después de que el señor Mutou le indicara su habitación, lo dejo instalarse y bajo a preparar la cena junto con su nieto, quien seguía anonadado por el gran parecido del huésped.
-Abuelito ¿Quién es?
-Es de quien te hable en la mañana, chico. Ayúdame a preparar la cena, que ahora somos anfitriones. Por cierto Yugi ¿Podrías preguntarle al joven Atemu si tiene alguna preferencia en particular?
-Se-seguro – La orden le puso los nervios de punta, pero de todos modos subió y notó que la habitación del invitado estaba a un lado de la suya.
Respiró hondo y llamó.
-Pase – Contestó.
-Etto… Atemu-san ¿Tiene alguna preferencia alimenticia?
-¡Ah! Eres tu Yugi – Le sonrío cálidamente – En absoluto, cualquier cosa esta bien.
-De acuerdo, la cena estará lista en media hora, con permiso.
Pero antes de que pudiera salir de la habitación, su compañero le tomo de la mano.
-¿Hablaste con Joey?
Yugi abrió como platos sus ojos ante la pregunta. Pero antes de que le preguntara el por qué tenía conocimiento de su amigo, escucho que le llamaba su abuelo.