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Dio por lolitasherry

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Notas del capitulo:

Los personajes de saint seiya pertenecen a sus creadores, desafortunadamente Dio tambien, espero lo disfruten tanto como yo.

Capitulo 3

 

 

 

 

--Han pasado ya tres meses y Dio por fin toca tierra, aquella que le vio nacer y que le quito la única familia que conoció ¿Cuántos años habían pasado? Quizás una década o un poco mas ¿Quién podría saberlo? Nadie le recuerda en el orfanato y tal vez nunca llegue a encontrar a la familia que le resta por parte de su madre.

Pero la prioridad es establecerse, los mareos y las nauseas que le habían empezado  cuando dejo el santuario no han desaparecido y comienza a notar una inusual hinchazón  en su vientre, sumándosele horribles antojos que tiene en la madrugada.

Llega a su pequeño departamento ubicado en alguna de las 16 delegaciones que tiene la ciudad de México y de un pequeño teléfono móvil que acaba de comprar se dispone a ponerse en contacto con su diosa, ha decidido establecerse allí y trabajar en las oficinas que tiene la fundación Kido en esa metrópoli.

Le duele pensar que no significo nada para el caballero de cáncer después de haberle entregado su inocencia, pero le duele aun mas el recordar como los cuatro infelices se burlaron de el en su cara, y se pregunta porque sigue martirizándose con ese tipo de cosas, sale de sus pensamiento cuando una voz femenina contesta el teléfono.

 

 

 

 

--¿Alo?—pregunta la voz al otro lado de la línea telefónica-- ¿Señorita Saori? Soy yo Dio, el patriarca me dijo que cuando ya me fuera a establecer le llamara directamente a usted--¡Dio que bueno saber de ti! ¿Dónde estas? ¿Te encuentras bien? ¿En que puedo ayudarte, que necesitas?—Dio se queda sorprendido, la alegría y el entusiasmo conque su señora recibe su llamada le hace sentir calido su pecho.

 

 

 

 

--Estoy bien, no se preocupe salvo por unas pequeñas nauseas y uno que otro mareo no es nada de que preocuparse y de estar pueees estoy en la ciudad de México —contesta mas relajado el ex caballero de la mosca.

 

 

 

 

--¡No es cierto!—grita la diosa—yo también estoy aquí por asuntos de la fundación que el abuelo dejo a mi cargo, estoy en Polanco en una de las propiedades que me dejo él ¿Tienes manera de venir hasta acá o mando la limusina por ti? – no se preocupe señorita yo puedo llegar solo, nada mas déme la dirección—Saori da la dirección su ex caballero y lo cita para el día siguiente a las dos y media de la tarde, esta vez no le acompaña nadie mas que Jabu, Tatsumi y los guarda espaldas de siempre, no recuerda muy bien al ex plateado y se reprende por ello, ella es su diosa y debe estar al tanto de todos y cada uno de sus caballeros.

Sabe por el patriarca lo que paso con el y se siente mal de que sus propios caballeros dorados, que se supone que son los mas fuertes y por lo tanto los responsables de poner el ejemplo a los demás se comporten de esa manera tan descarada, dentro de unos meses volverá al santuario para reunirse con el patriarca para tratar varios temas, entre ellos un castigo bastante ejemplar, uno que consultara con Afrodita la diosa del amor para darle un muy buen escarmiento a esos cuatro insensibles cabezas duras, por su nombre que hará que se arrepientan de jugar con los sentimientos de las demás personas.

Al día siguiente Dio se encuentra a las puertas de una hermosa mansión porfiriana, da su nombre y la hora de la cita a la que su diosa lo ha mandado llamar, de unos días para acá los mareos han sido mucho mas intensos, no ha perdido el conocimiento pero esa situación ya le esta asustando, aparte que no ha podido dormir por los nervios, no sabe que esperar de su diosa.

Entra y quien le recibe es el fiel mayordomo de Saori.

 

 

 

 

--Dio supongo—Afirma Tatsumi—Si señor, tengo entendido que la señorita me esta esperando—Así es, te conduciré al salón mientras ella baja de sus aposentos—mientras lo mira de reojo de arriba abajo, trae unos vaqueros azules desgastados de las rodillas, unos tenis tipo botín negros, una playera blanca de manga corta y una chaqueta tipo universitaria que a su parecer le queda un poco grande del mismo color que los tenis, algo que se le hace raro al mayordomo es que a pesar de que hace algo de calor  el muchacho trae abrochada la chaqueta hasta la mitad del cierre, lo hace pasar a una estancia llena de luz gracias al enorme ventanal que da vista al jardín interior—Toma asiento mi señora no tardara en estar contigo—gracias-- responde Dio algo embobado por la vista que tiene del jardín, tan absorto esta que no escucha cuando su diosa ingresa al salón.

 

 

 

 

--Dio, ¡que gusto que pudieras venir!—saluda calidamente su diosa, este se sobresalta un poco pero recompone su postura casi de inmediato—El gusto es mió señorita—haciéndole una reverencia y regalándole la primera sonrisa sincera desde que todo su mundo se fue al diablo.

 

 

 

 

--¡Pero siéntate por favor, para que me cuentes todos los planes que tienes para tu futuro!—iba a decir algo mas, cuando nota el cambio en el semblante de Dio, su rostro esta muy pálido y se sostiene fuertemente del brazo del sillón en el que esta sentado mientras sus ojos se mantienen cerrados muy fuertemente, lo ultimo que se le viene a la mente es que fue una muy mala decisión solo haber bebido  un vaso de leche y no almorzar debidamente, ahora el mareo es mas intenso y el se siente demasiado débil como para tratar de no perder la conciencia. 

 

 

 

 

--¡Tatsumi!—grita alarmada la diosa al ver como se desploma al suelo el peli rojo, mientras el mayordomo corre a prestarle auxilio a su señora, esta lo acomoda en mejor posición en el suelo, al posar su mano en el abdomen de el ex caballero de plata lo siente--¡¿Será posible?!—Pero sus pensamientos se ven interrumpidos al irrumpir violentamente el Japonés— ¡Señora ¿Qué ha pasado?!—Rápido llama un medico, pero que sea de la fundación, asegúrate que sea de absoluta confianza—como ordene—Saliendo inmediatamente del salón y preguntándose el porque de semejante orden, mientras eso sucede Jabu que estaba tomando aire fresco en el jardín al oír el grito de su señora corre directamente al lugar de donde lo oyó salir, encontrándose a un muchacho inconciente en el suelo y a su diosa tratando de hacerlo reaccionar.

 

 

 

 

--Señorita ¿Qué ha pasado?—después te explico, rápido hay que llevarlo a alguna de las recamaras disponibles, ya Tatsumi ha llamado a un doctor y no demorara mucho en llegar—el unicornio obedece y el pelirrojo es acomodado con sumo cuidado en el mullido lecho, para cuando el medico llega el muchacho todavía no ha recobrado el conocimiento, esta bajo de peso, algo anémico y por sus ojeras no ha dormido como se debe,  y el galeno recomienda sedarlo para que pueda descansar hasta mañana, antes de que eso suceda la diosa le pide a Jabu y a su mayordomo dejarla a solas con el medico un momento.

 

 

 

 

--Doctor quiero preguntarle ¿Cuándo estarán listos los resultados de los exámenes de sangre de Dio?—el galeno miro su reloj e hizo sus cálculos mentalmente—como los mande con carácter de urgente estarán listos para hoy como a las ocho u ocho y media de la tarde.

 

 

 

 

--¿No le hará daño la inyección?—no se preocupe si en verdad es lo que usted sospecha este sedante no le afectara en nada, en verdad es realmente muy suave, y el necesita descansar—no muy convencida acepta—esta bien doctor, usted es el experto aquí—no hay necesidad de molestarlo dormirá hasta mañana en la mañana, vendré a revisarlo a medio día, para esa hora ya debe estar despierto—ambos salen de la recamara sin notar la sombra oculta a un lado de la ventana del balcón.

 

 

 

 

--Te encontré pequeño, te encontré—murmura la sombra al ingresar a la habitación contemplando el sereno semblante del durmiente.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por tomaese el tiempo para leer lo que escribo.


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