Se sentía incomodo, nunca había tenido que dar su apoyo a alguien. Ni escuchar la voz triste de un amigo. Pero debía admitir que esa incomodidad provenía de una mezcla de sentimientos. Le alegraba que alguien confiara en él. Pero le desagradaba que su felicidad proviniera del dolor de otro.
Y es que nunca había tenido un amigo, hasta que Afrodita llego a él.
Era muy divertido aquel Sueco loco, muy simpático. El tiempo pasaba y los largos cabellos azules tocaban el piso con mayor rapidez.
-Afrodita, ni aunque te deje pelón vas a dejar de tener esa carita de nenasa- el cangrejo trataba de animar a su camarada algo muy difícil para él.
-Muy gracioso Selas-respondió molesto,no queriendo admitir que los comentarios de su compañero le generaba gracia.
- Vamos Dita, no te agobies. Hay muchos peces en el océano -termino de cortar y peinar el cabello, sacudió un poco el hombro de su camarada retirando los cabellos que se recusaban a dejar a su dueño- y tu eres una piraña a si que ¡Ve con todo !
- Gracias por tratar de animarme- se levanto, mirándose en el espejo. Aun guardaba un poco de su apariencia femenina. Pero solo era cuestión de tiempo para que sus rasgos fueran mas rudos.
-Es mas difícil hacerlo que decirlo-Sonrió piscis- No creo que alguien como tu entienda estos problemas.
-¿Alguien como yo?- pregunto, arqueando una de sus cejas.
-Claro, es decir...¡Mírate!- señalo al italiano- No creo que ninguna mujer se negara a una invitación tuya.
Afrodita se veía frustrado. Después de la resurrección los caballeros dorados habían tratado de llevar sus vidas con calma. Piscis había intentado entablar una relación, pero para su desgracia lo rechazaban y a Afrodita mucho le dolía que esto se debiera a su apariencia.Tantos años de portar con orgullo el sobrenombre del caballero mas hermoso parecía no aportarle nada en esta nueva etapa.
-Debe ser fácil para ti conseguir novia- dijo con algo de envidia. Como desearía que su aspecto fuese un poco mas masculino.
-Si- respondió, cantaleándose a su camarada- lo seria... si me gustaran las mujeres- dicho esto paso sus brazos des preocupadamente detrás de su cabeza.
-¿¡Como!?- No podía creer lo que su amigo le decía.
-Si, prefiero otro tipo de compañía, las mujeres no me llaman mucho la atención.
-Pero tu...es decir, con tu apariencia.
-Y después te quejas de las mujeres que te rechazan.
-Por favor Selas, esto no es igual.
-Si lo es Afrodita, las mujeres asumen que eres homosexual por tu apariencia y tu creías que yo era heterosexual por el mismo motivo.
Era cierto, el siempre pensó eso. ¿ Pero como no hacerlo?, DeathMask tenia un aspecto rudo, era muy difícil imaginárselo en compañía de otro hombre.
- Es gracioso ¿ No?- pregunto Afrodita.
- ¿ Que?
-Como nos dejamos llevar por las apariencias, como suponemos que las personas se comportan en base a como se ven.
-Bueno...eso jamas resulto ser un problema para mi...no existe cosa mas ridícula que la ilución del físico; virtud y falencia, belleza y fealdad todo se disuelve ante la inclemencia del tiempo.
-Comprendo, entonces ¿ Quien te gusta?-Pregunto Piscis.
-Gustarme...pues, existe cierto caballero por ahí, que me fascina.
-¿A si?
-Si, es bastante atractivo, pescesito.
-¿Lo conozco?- el cangrejo asintió-¿ Esta entre los dorados?
-Si, su templo corresponde a un numero impar y...siempre me han gustado mayores- Guiño su ojo. De seguro su amigo ya sabría quien le gustaba.
Piscis salio contento, el que DeathMas le confiara aquello lo hacia muy feliz, y en base a aquella respuesta muchas preguntas asaltaron su mente. DeathMask era un sujeto que estaba lejos de prejuicios, seria realmente divertido descubrir en que otros aspectos su camarada iba en contra de lo que se esperaba de alguien como él.
Después de unos días Piscis comenzó a salir con una chica muy hermosa. Su rostro tal y como el había pensado se tornaba mas masculino, dejo de cuidarse tanto, hasta cambio su forma de vestir. Hasta dejaba visibles sus heridas de entrenamiento. Todo eso lo dotaba de una apariencia de chico malo que piscis jamas pensó tener. Y que le agradaba.
Ahora, cada vez que veía a una mujer acercándose a DeathMask no podía evitar esbosar una sonrisa. En parte por la forma en la que el cangrejo les seguía el juego. Y también estaba el detalle de ver a aquel Griego un tanto celoso. ¿ Acaso ninguno sospechaba de los sentimientos del otro?
Si era así el estaría gustoso de interferir...Y de todas formas debía justificar el seguir llamándose Afrodita, puede que ya no tuviera una belleza de Diosa. Pero podía darle un enpujoncito al amor.
Reservo una fecha en un restaurante, invito a sus dos camaradas. Sin decirle que el otro iría.
DeathMask fue el primero en llegar. El cangrejo era muy puntual debido a esto cualquier falla en el tiempo establecido le irritaba bastante. Cerro sus ojos, mientras golpeaba la mesa con sus dedos.
-Linda noche- escucho de repente, aquella voz gruesa y dominante era...¡Saga!- respondió con asombro, el mayor se sentó frente a él.
- Para mi también es una sorpresa este encuentro.
-¡Maldito pez!- pensó Cáncer-Si...es una noche hermosa.
-¿Alguna idea de por que estamos aquí?
-No...estoy tan perplejo como tu.
-Bueno, me dijeron que todo estaba pago. Que solo faltaba yo. Y que como ya había llegado, no tardarían en traernos la cena.
-Que bien, ya tenia un poco de hambre.
-En ese caso, me disculpo por hacerte esperar.
Fue una noche agradable, charlaron y rieron con los comentarios del otro, con los propios cuando la situación se volvía incomoda.
- Fue divertido,¿ No?
-Si...fue una linda velada- agrego el cangrejo.
-Deberíamos salir de nuevo- propuso Saga.
-Si, desvariamos- DeathMask levanto su mano, despidiéndose de Géminis- Que tengas buena noche.
-Hasta la próxima, DeathMask.
-Selas- corrigió el cangrejo.
-¿ Selas? , ¿ Es acaso tu...
- Si- interrumpió- ese es mi nombre.
Saga sonrió. Tomo del brazo a Cáncer y lo atrajo hacia él, antes de que el menor pudiera protestar lo beso. Enredando sus dedos en los oscuros cabellos- Hasta la próxima Selas.
DeathMask acompaño al gemelo en su sonrisa. Después de eso tendría que buscar algo para regalarle a esa piraña metiche.