Un pequeño de diez años caminaba con el ceño fruncido. Evidentemente molesto, él no necesitaba amigos...De ves en cuando elevaba la vista para mirar mal a Saga. Se lo había repetido mil y un veces, él no quería socializar con ningún otro caballero.
Pero Saga insistió, quisiera o no tendría que conocer al amigito de Aioros, de seguro seria un pequeño mimado como Aioria.
-Deja esa cara- ordeno el Griego.
-Es la única que tengo- su tono tenia toda la intención de ofender al otro.
El mayor suspiro, aquel niño había cambiado tanto, durante su entrenamiento para convertirse en Santo dorado, su dulzura había sido devorada por su maestro.
-Solo...date la oportunidad de conocerlo.
-Esta bien-su rostro se torno mas liviano, esperaron un tiempo debajo de un gran árbol. Hasta que por fin divisaron la figura del arquero.
-Disculpen la demora-se disculpo Aioros-tuvimos...dificultades.
Cáncer dirigió su mirar al recién llegado. El niño estaba enojado al igual que él, pero a este le bastaba con sus ojos para demostrarlo.
Saga y Aioros tomaron al pequeño que los acompañaba y lo pusieron enfrente suyo. Para que pudieran saludarse.
-Hola- se animo a decir el moreno.
-Hola- le respondió él pequeño Español. Por un momento parecía que no dirían mas. Debido a esto los mayores se alejaron un momento para hablar. En ese instante el de cabellos oscuros dijo:
-¿Te gustaría ir a otro lugar?
El Italiano asintió. Caminaron hasta un lugar apartado.
-No me dijiste tu nombre- el futuro santo de Capricornio,se sentó en unas rocas.
-Me llamo Donatello.
-Es un nombre largo, yo me llamo Shura.
-¿Tu querías venir?
-¿A conocerte?
El de cabellos azulados asintió.
-La verdad no, aunque no sabía a quien me iban a presentar, pensé que seria a un niño. Pero parece que tenemos la misma edad.
-Yo también pensaba eso, yo tengo nueve, pero dentro de poco tendrr diez. ¿Que edad tienes?
-Diez...Soy mayor que tu.
-No es cierto- los ojitos azules nuevamente reflejaban enojo-tenemos la misma edad.
-Yo soy mayor , cuando tengas diez, yo ya los habre tenido hace meses...
Selas le mostró su lengua a Shura, de manera burlesca.El de piel clara sonrió. Se acerco a los extraños cabellos azules y los acaricio.
-Vez que aun eres un niño- esa frase, y aquella caricia afectaron al pequeño, sus ojos se nublaron, para segundos después bajar la mirada.
Shura detuvo su mano, preocupado por la actitud del otro.
-Selas...Selas- lo llamo el mayor pero este no respondió. Preocupado, tomo la mano de su acompañante, esta era extrañamente suave.
Busco a Aioros por todo el lugar, Cáncer seguía sus pasos con la mirada en el piso. A lo lejos pudo ver a Saga, el podría ayudarlo mas que el Arquero.
-¡Saga!-el griego se giro ante aquel llamado.
-Shura,¿Donde estaban?
-Fuimos a caminar, pero eso no importa.Tienes que ayudarme, algo le paso a Selas.
El de cabellos largos miro al pequeño. Al ver el estado en el que se encontraba se acerco para alzarlo.
-No te preocupes estará bien-Comenzó a caminar a la zona de las casas.
-¡¿Pero Que le pasa!?
-Nada que deba preocuparte.
La noche llego de manera rápida, al exterior de la pequeña casa en la que estaba viviendo Cáncer. Géminis y Sagitario discutían.
-¡No debí dejar que me convencieras!
-No me hables de esa forma, aíslas demasiado a ese niño. No puedes tenerlo encerrado por siempre.
Shura escuchaba atentamente, hasta que una parte de esa conversación lo asombro.
-Tengo que cuidarlo hasta que pase el efecto del hechizo, no podemos arriesgarnos a que le pidan hacer algo malo.
En base a la discusión que llevaban los dos griegos,Shura supo de que se trataba aquel hechizo.
Si se le ordenaba algo al caballero de Cancer, encontrándose en aquel estado. Este lo cumpliría sin dudar.
Entro por la ventana, se acerco a la cama en la que reposaba el joven Italiano.
Su rostro aun reflejaba los ojos perdidos. Nuevamente le acaricio los cabellos, froto su mejilla con la del moreno.
-Déjame cuidarte- Los ojos azules resplandecían de nuevo.
Selas se froto los ojos como si acabara de despertar.
-¿Shura?
El Español sonrió-Dime.
-¿Que paso?
-No lo recuerdas- pensó el mayor- Te desmayaste, no te culpo... ser mi amigo es algo espectacular.
-¿Amigos?
-Si,¿No quieres?- pregunto, mientras se subía a la cama para hacerle compañía.
El moreno asintió, le gustaría mucho tener un amigo. Puede que siempre lo niegue, pero no le gustaba estar solo, y la sonrisa de Shura le aseguraba que su amistad perduraría.