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Una sombra entre nosotros... por Kitana

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Me paseo como un animal enjaulado por el corredor del hospital. Nunca me imaginé que esto pudiera pasar. Estoy preocupado, y creo que no estoy siendo muy útil en este momento para nadie, mucho menos para Darien, el pequeño esta muy asustado. No puedo negar que me siento igual, pero siendo mayor se espera que me comporte con madurez y no como lo estoy haciendo.

- ¿Quieres un poco de té? - me dice Kanon poniéndose frente a mí.

- No... pero gracias.

- Deberías sentarte, estás poniendo nervioso al niño.

- Tal vez seria mejor enviarlo a casa, esto no es algo para que él lo vea.

- Creo que tienes razón, llamaré a Saga para que lo lleve con los niños, así se distraerá un poco.

- Hazlo... yo... yo veré que le digo para que se tranquilice. - me acerco a Darien, él me mira asustado.

- ¿Mamá se va a poner bien? - dice, intento sonreír, pero simplemente no puedo hacerlo.

- Tranquilo campeón, mamá va a ponerse bien, es fuerte y nosotros dos vamos a cuidarlo, ya verás que todo se pone bien. - él parece más calmado, y en cierta forma, también yo lo estoy. - Ahora quiero que vayas a casa de tío Saga a jugar un poco con Leo, yo voy a quedarme aquí a cuidar a mamá, ¿entendido? - Darien me mira queriendo llorar, me arrodillo frente a él - Ven acá campeón. - le digo abriendo los brazos. - Mamá va a estar bien, yo me encargaré de eso. - lo abrazo y beso su frente. - No voy a permitir que le suceda nada malo, ¿lo entiendes?

- Si... papá. - dice y me abraza con fuerza. Papá... me ha llamado papá.

- Vamos hijo, ve con Saga. - le digo cargándolo. - Cuídalo bien. - le digo a mi primo al poner en sus brazos al pequeño.

- Estaré pendiente por si se ofrece algo. - dice Saga, Darien no parece querer irse, Saga le habla, intenta convencerlo de que de verdad cuidaré a Shun.

- ¿Te encuentras bien? - dice Kanon al ver que me desplomo en una silla.

- No, no estoy bien, no voy a estar bien hasta saber que Shun y el bebé están a salvo.

- Están en las mejores manos, por lo que sé el médico que los atiende es uno de los mejores del país.

- Pero eso  no me quita la preocupación... no sé que haría si...

- No lo pienses siquiera, todo va a salir bien, el que el parto sea prematuro no significa que las cosas tengan que salir mal.

- Al menos estaba con alguien cuando pasó... por cierto, ¿dónde se metió Afrodita?

- Lo envíe a casa, esta muy nervioso, y este no es lugar para él y el bebé.

- Lo sé. Solo quería agradecerle... de no ser por él...

- Ni siquiera lo pienses Milo, todo va a salir bien.

- No entiendo que pasó... el médico había dicho que todo estaba bien. - digo cubriéndome el rostro con las manos.

- Son cosas que pasan, ahora cálmate y piensa que todo estará bien. - Kanon sostiene mi mano. No sé que haría sin él. - Shaina me llamó hace un rato, viene hacía acá.

- Dioses... - murmuro algo agobiado, al menos la familia estará cerca.

- ¿Ya lograste localizar a tu ex cuñado?

- No... parece que se lo tragó la tierra... Saori dijo que vendría en cuanto consiguiera un lugar en el próximo vuelo disponible.

- Todo va a salir bien. - por momentos me parece que Kanon no quiere convencerme a mí si no a sí mismo de eso...

Sigo sin entender que fue exactamente lo que pasó. Estaba llegando a la oficina cuando Afrodita me llamó muy alterado, a penas si pude entenderle algo. Lo único que entendí fue que Shun necesitaba ir al hospital.

Cuando llegue a la florería, Afrodita ni siquiera supo que decirme, y no es que haya hecho muchas preguntas, simplemente los subí a todos en  la camioneta y conduje como un verdadero demonio hasta el hospital. No estaba como para pedir o dar explicaciones.

La verdad es que ni siquiera se que fue lo que puso a sí a Shun, no logro entender que sucedió como para que se le adelantara el parto. Ahora estoy demasiado preocupado por lo que pueda pasar, pero cuando todo pase, entonces podré preguntarle a Afrodita o al propio Shun.

Al fin veo salir al médico, el tipo se ve tan cansado como yo mismo, y es que llevamos horas aquí sin poder hacer nada más que esperar.

- ¿Cómo está? - es lo primero que pregunto al acercarme.

- Ambos están bien. - me dice con una sonrisa cansada. - Fue un varón, pronto podrán verlos a ambos. - dice - Por ahora ambos necesitan reposar y el bebé tendrá que ir a la incubadora por un tiempo, más tarde les daré los detalles. - dice antes de irse.

- ¿Lo ves? Todo va mejorando. - me dice Kanon con una sonrisa. La verdad es que me siento terriblemente aliviado.

- Es verdad... - vuelvo a sentarme, me siento mejor, pero no del todo libre de preocupaciones, hasta no ver a Shun no estaré tranquilo.

- Tu pronóstico falló primo, fue varón. - dice Kanon sosteniendo mi mano.

- Es verdad... he perdido una apuesta. - susurro mucho más calmado. Kanon simplemente sonríe.

Sigo la camilla donde Shun es transportado hasta donde el personal del hospital me lo permite. Una enfermera trae al bebé, desearía poder cargarlo, es tan hermoso como su padre, por lo que puede apreciarse desde aquí, es un pequeño Shun, es tan bonito como él, cuando Darien lo vea se pondrá loco de alegría, ha sido un niño como él quería.

Después de ver como Shun es instalado en su cama aún inconsciente, vuelvo a la sala de espera del hospital. Kanon sigue aquí, no sé como voy a agradecerle todo lo que esta haciendo por Shun, por nosotros dos.

- ¿Sabes que pasó para que se agravara tanto? - dice Kanon con seriedad, simplemente niego con la cabeza.

- Afrodita solo decía incoherencias al teléfono, no entendí mucho, solo que Shun se había puesto delicado.

- Entiendo... habrá que hablar con Afrodita.

- Sí se ha calmado...

- Yo espero que sí. De todas formas bien podemos  preguntarle a Shun cuando despierte, ¿no lo crees?

- No, no quisiera agobiarlo, tal vez después, lo importante ahora es que él y el bebé están bien.

- ¿Qué vas a hacer ahora?

- ¿Pues que más? casarme con él como estaba previsto. - digo, no entiendo por que me pregunta esto.

- Me refería al bebé.

- Tendré que cambiar el mercedes por un auto familiar, pero no importa, vale la pena. Acerca de este nuevo bebé, si Shun lo acepta, seré su padre. - digo convencido de mis palabras.

- Eso se oye muy bien, pero, ¿qué vas a hacer con el otro padre?

- Ese infeliz no merece nada.

- Al menos deberías avisarle que ya nació su hijo, el resto debe quedar en sus manos.

- ¿De que va a servir que le avise? No va a hacer nada porque ni Shun ni sus hijos le importan un bledo.

- Tal vez solo esta confundido.

- Pues la confusión ya le ha durado bastante, ¿no crees?

- Contigo no se puede...

- Solo dime lo que quieres decir y ahorremos tiempo, ¿quieres?

- Aun si no te agrada, es el padre de Darien y del bebé, aunque sé que tú puedes llegar a quererlos como si fueran tuyos, no puedes privar a su padre de verlos.

-Eso ya lo se... no tienes que repetírmelo.  Mañana tendré que ir a buscarlo.

- ¿Mañana?

- Si, mañana, se dicta la sentencia de divorcio. Espero que no haya problemas con la ausencia de Shun.

- No creo, además, si los hubiera, esa fiera que tienes por hermana los resolvería de inmediato.

- ES verdad. - intento sonreír pero no puedo, sigo preocupado.

- ¿Qué pasa?

- Nada... ¿y si Shun se arrepiente?

- No se va a arrepentir, ¿no te has dado cuenta de que está loco por ti?

- A decir verdad... prefiero que me ame a que este loco.

- Él te ama.

- Eso espero. - no sé porque, pero ahora que ha nacido el bebé, tengo miedo de que decida volver con ese tipo.

- ¿No me digas que mi primo, el campeón de las conquistas tiene miedo de que un ruso antipático le robe al novio?

- Pues aunque lo digas en broma... así es. Esta vez no le voy a permitir que se enrede con el hombre del que me enamoré.

- ¿De qué hablas?

- Por Zeus Kanon, no me creas tan ingenuo. Sé que ese tipo y Camus se veían, aunque no se exactamente hasta donde llegaría su relación. Sé que se veían., que eran más que amigos, eso ya lo sé, que el hijo que Camus llevaba en las entrañas cuando murió bien pudo ser suyo y no mío, no soy tan ingenuo. Lo amaba y por eso me callé tanto tiempo, por eso y por vergüenza, mi orgullo me impedía admitir que lo sabía y no hice nada. Lo supe, pero lo amaba tanto que cuando pensaba en enfrentarlo, tenía miedo de perderlo, ¿me entiendes? Tenía miedo de que lo escogiera a él y no a mí... sé que fui un tonto, que debí pelear y no conformarme con las migajas que Camus me daba, pero... no podía hacer nada, la sola idea de perderlo...

- Comprendo Milo, pero, con eso solo conseguiste aislarte, de todos los demás, te cegaste ante tu deseo de seguir con él...

- Eso ya lo sé... y ahora quiero triturar a ese imbécil, no voy a dejar que se meta en mi camino de nuevo.

- Milo, me asustas...

- ¿Temes que haga algo estúpido? A decir verdad, no sé de lo que seré capaz llegado el momento. Esta vez no voy a perder ante él.

- ¿Por qué lo dices?

- Te diré que sospecho que Camus se quedo conmigo solo por seguridad financiera, no porque de verdad me amara...

- ¿Crees que Shun...?

- Por supuesto que no,  creo que él me ama de verdad. - le digo apretando fuertemente lo que escondo en el bolsillo de mi traje. - Lo que no quiero que pase es que ese tipo interfiera en la felicidad de mi nueva familia. Kanon solo me mira sin entenderme, la verdad es que yo tampoco entiendo este afán por evitar que se acerque a Shun y a los niños.

- Pase lo que pase... espero que esta vez consigas ser feliz. - dice Kanon con la cabeza baja.

- Lo conseguiré, no tengo dudas, estoy seguro de que Shun y yo seremos felices. - mi primo me mira y sonríe.

- Lo amas mucho, ¿verdad?

- Suficiente como para no matar a ese imbécil. - Kanon solo me mira.

- Nunca te había escuchado hablar así.

- Es que nunca ame a nadie como lo amo, no puedo explicarte que tan grande es el amor que le tengo.

- Se puede ver en tus ojos.

- Creo que ni siquiera a Camus lo amé así...

- Camus no merecía tu amor, en cambio Shun, estoy seguro de que él sabrá devolverte doto ese amor que le das y con creces.

- Lo sé, él es... diferente, es especial, es alguien perfecto para mí, alguien que solo creí podía existir en mis sueños.

- De verdad estás enamorado...

- Hasta la médula... - murmuro mientras veo a una enfermera acercándose a nosotros.

- ¿La familia del señor Shun Kido?

- Somos nosotros. - digo poniéndome de pie, ella sonríe.

- Pueden pasar a visitarlo, solo sean breves, el señor Kido está agotado. Se encuentra en la habitación 305.

- Gracias señorita. - le dice Kanon, yo ni siquiera he dado las gracias, simplemente me he dirigido a la habitación que se nos indicó.

Camino lo más rápido que puedo, tengo que verlo, ver con mis propios ojos que esta bien. Abro la puerta y lo veo, recostado en la cama, muy cansado pero sonriendo.

- ¿Ya lo viste? - me dice, solo niego con la cabeza sabiendo que se refiere al bebé.

- Aún no, ¿cómo te sientes?

- Como si me hubiera pasado una manada de elefantes encima, pero feliz, nuestro bebé esta bien, ¿verdad?

- Sí, él esta perfectamente. - mi sonrisa se ensancha al escucharle decir que el bebe es nuestro, de ambos. - Más tarde iré a verlo.

- Darien se pondrá feliz cuando lo sepa, él quería que fuera un niño.

- Sí, el campeón tendrá un hermanito con quien jugar.

- ¿Dónde está?

- Con Saga, lo enviamos allá para que no se alterara. Tu estabas mal, y yo también, Saga se ofreció a cuidarlo.

- No sé como voy a agradecerles todo esto a tus primos, ¿y Afrodita?

- También lo envíe a casa, estaba demasiado nervioso, descuida, le llamaré después de que vea al bebé.

- Gracias Milo.

- Por cierto, Shaina dice que ya estás divorciado. Lo único que falta es recoger los papeles necesarios y serás completamente libre.

- Entonces podremos casarnos muy pronto, ¿verdad?

- ¿Todavía quieres casarte conmigo?

- Claro que sí, ¿por qué crees que cambiaria de opinión?

- Bueno, tú... él es el padre del bebé...

- Pero al que amo es a ti.

- También te amo, con toda mi alma Shun...

- Estoy feliz, de verdad Milo, no sé que hubiera sido de mí si tú no hubieras aparecido en mi vida.

- Te las hubieras arreglado solo Shunny, eres alguien sumamente valioso. Yo solo tuve la fortuna de apoyarte un poco cuando hacía falta, es todo. Tú eres más fuerte de lo que te imaginas siquiera.- digo sujetando su mano.

- No sé si habría sido fuerte sin tenerte junto a mí.

- Despreocúpate, de ahora en adelante, estaré pegado a ti. - beso suavemente su frente, agradeciendo a todos los dioses que esto no haya sido más que un gran susto.

- Te amo Milo...

- Y yo a ti... descansa, iré a ver al bebé. Por cierto, ¿cómo lo llamaremos?

- Emmanuel, como tu padre. - dice sonriendo, Shunny sonríe, no puedo sino abrazarlo, conteniéndome para no herirlo.

- Gracias pequeño... gracias, me haces tan feliz.

- Solo te correspondo... estoy feliz, pronto podremos casarnos, ¿verdad?

- Si, muy pronto.

- Quiero una boda sencilla, solo los más cercanos.

- Así será, ahora preferiría que descansaras, el parto debió ser agotador.

- No tanto, con Darien fue más difícil porque era primerizo.

- Digas lo que digas, creo que debes dormir.

- ¿Vendrás después?

- Por supuesto. Ahora descansa. - lo beso con suavidad en los labios.

Salgo de la habitación sonriendo aún, él esta bien, ahora veamos al bebé, según dijo el médico todo estaba bien, solo quiero asegurarme.

 

Dioses, nunca había estado tan nervioso como ahora. Me acerco al área de cuneros seguido por Kanon.

- Tranquilo primito, solo vas a conocer a tu hijo.- dice medio en burla medio en serio.

- No te rías, si vieras la cara que pone Saga y como le tiemblan las rodillas cada vez que vas a parir no te reirías.

- No eres nada gracioso primito, yo no vengo al hospital a parir, yo doy a luz inepto. - dice propinándome un golpe en la cabeza.

- ¿Por qué te tomas todo tan en serio?

- Ya cállate y sigue caminando, quiero conocer a mi sobrino.

- De acuerdo, de acuerdo... - digo mientras masajeo la zona dolorida. Tal vez no lleve mi sangre, pero siento que es mi hijo, al igual que Darien.


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