Un joven de dieciséis años llorando sin control alguno, escondido tras un gran pilar. No puede más, es insoportable el dolor. Golpea su cabeza contra el pilar, lleno de impotencia. Sus puños cargados de ira. Las venas resaltadas en su cuerpo por contener las ganas de ir y acabarlo. Sus ojos rojos de tanto sollozar. Sin darse cuenta, un pequeño niño de cinco años está frente a él. Viste unas túnicas blancas que le quedan grandes. Lleva puestas las joyas de las Sultana, y una tela de seda con una bello bordado, que lleva como velo. Otra vez el principito jugando a que es su boda. Pero se detuvo al escuchar gimoteos.
Su hermano mayor Nasri está triste, ya no sonríe, quiere verlo sonreír no llorar. Nasri baja la mirada, y trata de calmarse para no preocupar a Allen. Pero el menor lo tomó del mentón, y levantó la mirada del mayor. Este sorprendido, con los ojos desorbitados. Allen beso su frente. Y se separa.
- Nasri es fuerte -Coloca los dedos índices en sus hoyuelos. Mientras sonríe alegremente.- y su sonrisa me da fuerza.
- ¡...! -Nasri aprieta las telas de su pecho. Lágrimas desbordándose, recorriendo sus mejillas.- Ngh.. A..Allen.. -Lo abraza, estrujandolo contra su cuerpo, el menor corresponde el abrazo, consolando a su dolido hermano mayor.- Ah..ngh…
El Sultán de Arabia, entreabre los hipnotizantes ojos azul marino. Siente la pesadez en su pecho, es Hassan, durmiendo placenteramente. El celo de Hassan no dura mucho, tres días. Pero con eso es suficiente como llenarlo de cachorros. Voltea al otro extremo de la cama. Otra concubina que terminó su celo, de cabellos chocolate, y otra, de bellos ojos amatista. Son dos mujeres Omegas. Si, fue pura casualidad que el celo de ellas empezará casi al mismo tiempo que Hassan.
De un empujón quita a Hassan de encima suyo. El rubio está muy exhausto que ni siquiera se levantó. Un concubino, de cabellos azabache se acerca inmediatamente, vistiendo al Sultán con una bata negra. Vuelve a la fila donde hay otro concubino más, de cabellos rosados. Todo su harem está repleto de bellezas de Arabia. Pero nadie logra hacer que ese vacío se llene. Ese vacío que espera con ansias ser ocupado por completo por cierto oji/turquesa.
Los Omegas visten apenas unas cuantas telas transparentes, es común en todo el mundo que los Omegas vistan de manera erótica. Un soldado entra con la mirada fija al Sultán. Nasri Jara lo mira con desdén, y el soldado decide informar del acontecimiento sucedido.
- El cazarrecompensas Froilán ha llegado, pero sin el príncipe Allen y con una cabeza.
- Hazlo pasar. -Intrigado por saber la razón de no haber traído a su querido Allen.
Froilan pasa, Nasri arquea una ceja al ver que el hombre bestia no tiene un brazo, y sostiene en la otra mano una bolsa de papas escurriendo sangre. Pero en efecto, no trae consigo a Allen.
- “Puedes tener cuantas cabezas mías quiera, pero si quieres a Allen, ven tu mismo por el”. -Le transmitió el mensaje.- Es un monstruo… Inmortal, es inmortal. No importa cuantas veces le corte la cabeza, no morirá. ¡Es un monstruo inmortal!
- Allen en estos momentos debe estar en su celo, y ese Alfa sigue con el.. No pudiste cumplir con una simple tarea. -Camina hacia Froilán, emite un aura morada, oscura, siniestra y pesada. Demasiado sofocante. El cazarrecompensas sudando sin parar, juro por un momento ver la misma muerte en los ojos del Sultán.- Te diré una última cosa, Froilan. -Lo agarra del rostro, haciendo que el hombre bestia se convierta en cenizas en menos de tres segundos.- Nadie es inmortal en este mundo. -Dijo con unos ojos desquiciados y una faz aterradora.
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Allen se mira al espejo. Bonny le dio unas túnicas, y este las utilizo adecuadamente haciéndolas un vestido. Wiskas se acerca a él, y lo observa detenidamente.
- ¿Usted llegaría a odiar a su sangre? -Preguntó de la nada, Wiskas, sorprendiendo a Allen.
- …. Ya odio a mis hermanos, a excepción de una aunque dudo que siga con vida.. -Respondió cabizbaja.
- ….. -Ya no dijo nada el felino. Aun no encuentra la respuesta que tanto busca.- Es momento de partir.
- ¡Y-Yo voy con ustedes! -Dijo Bonny, entrando rápidamente a la habitacion.
- ¡Alto vaca, tu no te mueves de este lugar! -Leto empujandola contra la pared.
- ¡Tu, bruto..!
- ¿Porque no? Bonny es muy amigable. -Dijo sonriente Allen.
- Mi principe.. -La morena sonrojada, con lágrimas acumuladas. Corre hacia él, cargandolo de un jalón y estrujandolo contra sus pechos.- ¡Mi principe, gracias, muchisimas gracias!
- ¡Deja de buscar pretextos para tocarlo! -Leto entró a la defensiva, intentó alejarla del menor. Pero esta da vueltas rapidas haciéndole fintas.
Wiskas los observa detenidamente, tan escandalosos. Pero a su vez, le agrada este sentimiento cálida que lo abriga. Aunque los recuerdos siguen estremeciendo su existencia. Y más el de cierta pelirosa, que al igual que los demás de sus hermanos, lo miró con desdén.
“Eres una versión patética de él, un desperdicio de talento.”