Curiosamente, esta vez Yugi no logro entrar al susodicho segundo plano, durmió apaciblemente como nunca lo había hecho. Se levantó más temprano que de costumbre y bajo al comedor, como aún no había nadie solo tomó un vaso de agua y salió a caminar.
El agradable clima lo relajó aún más que no advirtió la presencia de sus amigos.
-Buenos días Yugi – Saludaron a la vez Ryo y Malik.
-¡Ah! Buenos días chicos – devolvió el saludo Yugi.
-Pensamos que ya te habrías ido – Dijo Malik.
Yugi sonrío – Disculpen chicos, tuve que hacer una llamada importante y no pude venir.
Ambos chicos le sonrieron y no pidieron detalles.
-Bueno, entonces para compensar esa tarde ¿Te parece si jugamos un rato? Claro, si estas disponible.
Yugi no iba a negar esa petición aunque justo cuando estaba por aceptar la oferta escucho que le llamaban y optaron por dejarlo para más tarde.
Ya una vez de regreso a la casa en el comedor estaban su abuelo y Yami.
-Yugi, buenos días. El joven Atemu saldrá el día de hoy y me ha pedido que te deje acompañarlo.
El mencionado miro de forma gallarda al menor que se sonrojo levemente mientras asentía de manera involuntaria. Si no fuera por él podría jurar que estaba bajo un efecto hipnótico, pues cuando reacciono ya había aceptado y no podía dar marcha atrás, después de todo le emocionaba la idea de lo que posiblemente le enseñaría.
-¿Exactamente a donde nos dirigimos, Yami?
-Tranquilo, no te estoy secuestrando. Sólo necesitamos un lugar tranquilo y sin mirones para que esto funcione, de lo contrario te resultara complicado concentrarte.
-Pero en la casa de mi abuelito hay mucho silencio y él tiene asuntos pendientes.
-Sí, pero no basta. Hay varias distracciones.
Habían salido después de terminar el desayuno, no necesitaban llevar nada consigo
Poco tiempo después llegaron a un claro en la maleza y se detuvieron.
-Bueno, parece que aquí hay buen ambiente – dijo Yami dando un ligero suspiro – es idóneo ¿Comenzamos?
Yugi asintió. Entonces ambos se sentaron en el pasto.
-De acuerdo, para comenzar necesitas tener buen dominio de la concentración ¿Puedes concentrarte adecuadamente?
-Eso creo – respondió Yugi.
-Bien, te probare. Haremos lo siguiente: Tendrás que sostenerme la mirada por mínimo dos minutos.
“¿¡Tenía que hacer qué?!”
-¿Cómo? – no cabía en mi asombro por la proposición “¿Cómo espera que logre sostenerle la mirada por ¡dos! Minutos, si ni puedo verle sin sentirme abochornado”
-Ya me oíste, es sumamente sencillo.
“sí, claro.”
Yami se posicionó frente a Yugi.
-¿Listo?
Por unos momentos Yugi pensó en declinar de su entrenamiento pero a fin de cuentas terminó por asentir.
Entonces dos miradas de tonalidades anormales se pusieron en contacto, al instante el de ojos violetas quiso apartar instintivamente la mirada, pero algo en la mirada de su contrario se lo impedía. Se sintió aún más pequeño de lo que ya lo era.
¿Cuánto tiempo había pasado? Yugi sentía toda una eternidad y entonces sintió como Yami se acercaba peligrosamente hacia él, que curiosamente no lograba reaccionar para retroceder, estaba completamente paralizado. Intento moverse y nada, luego intento separar sus labios para gritar, tampoco daba resultado. La distancia disminuía a gran velocidad, así que hizo lo único que le quedaba; cerrar los ojos. Solo entonces se sintió libre de la parálisis.
Escucho que Yami chasqueo la lengua – Tan bien que lo estabas haciendo.
-¿Qué se supone que estabas haciendo? Me tomaste muy desprevenido, además no podía moverte ¿Qué fue eso? – Yugi estaba un poco conmocionado.
Yami rio un poco – Es un pequeño truco, cuando ejerces “presión” visual, puedes inmovilizar a casi cualquier persona. Pero hasta eso, lo hiciste bien.
Yugi giró un poco confundido - ¿Qué hice bien exactamente? – Desvió su rostro al piso – no logré esos dos minutos.
-No. Y no lo hubieras logrado de no ser por el truco de inmovilizarte, estabas demasiado nervioso. Pero encontraste la manera de regresar a la normalidad, eso te lo reconozco.
Sinceramente no lo lograras a la primera o a la segunda, mucho menos a la tercera. Pero es un proceso, Yugi.
Sus palabras parecieron haber elevado el ánimo de Yugi.
-Pero no te emociones tanto, la próxima vez buscaré evitar que cierres los ojos, recuerda, concentración. Sin importar que haga, no dejes de verme a los ojos.
El día paso demasiado rápido, para cuando se dieron cuenta ya estaba oscureciendo y muy seguramente Solomon estaría preocupado por su nieto.
-Bien, hasta aquí lo dejaremos por hoy. Buen trabajo Yugi. Regresemos, no quiero que tu abuelo se preocupe mucho.
Ya una vez en casa cenaron y se prepararon para ir a dormir, justo cuando Yugi estaba por entrar a su habitación, escucho que Yami le llamaba.
-Una cosa Yugi, por ahora intenta no entrar al segundo plano ¿De acuerdo?
-Pero si no lo intento no voy a progresar.
-¿Eso te preocupa? – Arqueó una ceja y seguido de ello suavizo su semblante – Lo harás a su tiempo, no es necesario que lo apresures – se acercó hasta su contrario y le despeino suavemente los cabellos – Por ahora procura descansar lo más que puedas.
Finalmente ambos estuvieron en sus respectivas alcobas, por unos momentos Yugi pensó en dormir y nada más aunque eso significara que se “retrasara”. Así que lo iba a intentar.
Una vez que se mentalizó para entrar conscientemente al segundo plano, sólo tuvo que cerrar los ojos sin dormirse por completo.
Ya dentro del segundo plano se le ocurrió que podría darle una pequeña sorpresa a Yami, y quizá de ese modo le reconocería que en verdad estaba poniendo de su parte a pesar de que le ordenó descansar. Con mucha cautela se dirigió a la habitación de su compañero quien muy probablemente estaría dormido.
Entrando a la habitación la encontró totalmente vacía y le extraño un poco, miró hacía la ventana viendo que efectivamente sincronizo su primer plano con el segundo, aún así no quitaba el hecho de que Yami no estuviera ahí. “Probablemente él si quedo en primer plano por hoy” Estuvo tentado a dejar su visita como desapercibida y volver a dormir, sin embargo antes de salir divisó un librero en donde yacían un par de libros y uno en específico le llamo la atención.
Era mediano y de tapa dura; al abrir la primera página encontró un título que decía “Bitácora”. Justo cuando estuvo por pasar la página, sintió una respiración tibia en su nuca.
-En serio eres testarudo – escuchó en un susurro que le erizo los vellos de la espalda.
-¡Yami! – se giró muy sorprendido – creí que no ibas a estar aquí.
Yami se llevó la mano a su cabello y lo peino hacía atrás dando un suspiro – esa era la idea, pero pude percibir tu presencia en mi segundo plano. Además – le quito suavemente el libro de las manos – esto no es tuyo.
Yugi se sintió muy avergonzado e hizo una media caravana en señal de disculpa – Lo lamento, sólo quería mostrarte que pude sincronizarme.
Yami le miro inquisitivamente - ¿Sabes por qué te pedí descansar? – Yugi negó – ¿Estas consiente en éste segundo plano gasta bastante energía? Si no sales ya, en cualquier momento te vas a desvanecer y no despertaras sino hasta el mediodía de mañana.
Yugi estuvo por reclamarle pero entonces sucedió lo dicho por Yami; se sintió desvanecerse. No logró sostenerse en píe y se fue desplomando lentamente mas no tocó el suelo debido a que cierto mayor lo tomo en brazos.
-Ves, te lo dije – entonces Yugi estaba completamente fumigado, Yami se acercó un poco a contemplar su rostro - ¿Tanto deseas saber si eres correspondido de alguna manera? Oh, Yugi… no lo hagas por él – Finalmente lo levanto y llevó a su respectiva habitación.
Continuara...